14.03.11

 

Parece evidente que la diócesis mexicana de Saltillo tiene la desgracia de contar como obispo con un dominico que no tiene el menor interés en ser fiel a la doctrina católica sobre la homosexualidad. La noticia que ha dado hoy Aciprensa, y que recogemos nosotros, debería de conllevar la actuación inmediata de la Santa Sede para poner fin a un escándalo que puede afectar, y más de lo que se puedan pensar, a multitud de fieles, que no podríamos entender que se consienta a un obispo hacer de su capa un sayo. Porque no me negarán ustedes que ver a un obispo católico apoyando al lobby gay es un escándalo.

Alguien, y con urgencia, tiene que informar a Benedicto XVI de lo que ocurre en esa diócesis mexicana. Y todos esperamos que el Santo Padre actúe en consecuencia. Y es que cuando el heterodoxo de turno es un obispo, nadie salvo la Santa Sede puede intervenir. La Conferencia Episcopal de México no tiene capacidad alguna de evitar que Mons. Raúl Vera López haga lo que está haciendo. Como mucho podrían emitir una nota distanciándose de la actitud escandalosa de su colega de episcopado. Y no estaría mal que así lo hiciera. Pero es el Papa quien puede intervenir. Y creo que somos muchos los fieles que pensamos que cuanto antes lo haga, mejor.

Luis Fernando Pérez Bustamante