ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 18 de marzo de 2011

Santa Sede

Vaticano: Con el crucifijo, el tribunal europeo respalda la libertad religiosa

Atrio de los Gentiles: Nueva etapa del diálogo entre creyentes y ateos

La Santa Sede denuncia un nuevo intento de imponer la ideología de género

Mundo

El cardenal Kurt Koch se reúne con el Patriarca Ruso en Moscú

Las reliquias de santa Teresita de Lisieux, en Jerusalén

Un millar de jóvenes en la misa desagravio en la capilla de la Complutense

Gran Bretaña: Los católicos rezan por las personas con demencia

Análisis

Crucifijo en las escuelas de Italia: gran victoria para Europa

Espiritualidad

Evangelio del domingo: Parada y fonda

Documentación

La Santa Sede y la sentencia del tribunal europeo sobre el crucifijo

Aclaración de la Santa Sede de su postura sobre el “género” en la ONU

Benedicto XVI: La Verdad ante Pilato


Santa Sede


Vaticano: Con el crucifijo, el tribunal europeo respalda la libertad religiosa
Una decisión que “hace historia”
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 18 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- La sentencia que ha emitido este viernes el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo a favor de la exposición del crucifijo en las escuelas de Italia ha recibido el aplauso de la Santa Sede por considerar que se trata de una decisión que "hace historia" en el reconocimiento de la libertad religiosa.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha emitido una declaración para manifestar la "satisfacción" del Vaticano al haber leido esta "sentencia sumamente comprometedora".

"La Gran Sala de hecho ha contradicho desde todos los puntos de vista una sentencia de primera instancia, adoptada por unanimidad por una Cámara del Tribunal, que suscitó no sólo el recurso del Estado Italiano, sino también el apoyo de numerosos Estados europeos, como nunca antes había sucedido, y la adhesión de muchas organizaciones no gubernamentales, expresión de un amplio sentimiento de la población".

Un caso histórico

Los países que oficialmente han apoyado a Italia son Armenia, Bulgaria, Chipre, Grecia, Lituania, Malta, Mónaco, Rumanía, Federación Rusa y San Marino, así como Albania, Austria, Croacia, Hungría, Moldavia, Noruega, Polonia, Serbia, Eslovaquia y Ucrania.

El caso había sido planteado al Tribunal de Estrasburgo por Soile Lautsi, ciudadana italiana de origen finlandés, que en el año 2002 había pedido a la escuela estatal "Vittorino da Feltre" de Abano Terme (Padua), en la que estudiaban sus dos hijos, que quitara los crucifijos de las aulas. La dirección de la escuela se negó por considerar que el crucifijo forma parte del patrimonio cultural italiano, y posteriormente los tribunales italianos dieron razón a este argumento.

Sin embargo, una sentencia en primera instancia del Tribunal de Estrasburgo decidió por unanimidad imponer la expulsión de los crucifijos de las escuelas italianas y condenó al gobierno italiano a pagar a la mujer un resarcimiento de 5.000 euros por daños morales.

Aquella primera sentencia de la historia de ese tribunal en materia de símbolos religiosos en las aulas de clase consideró que la presencia del crucifijo en la escuela constituye "una violación de los derechos de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones" y de "la libertad de los alumnos".

Ante el recurso presentado por el Estado italiano, la Gran Sala del Tribunal europeo ha contradicho radicalmente aquella primera sentencia, estableciendo por 15 votos a favor y 2 en contra, que la presencia de los crucifijos en las aulas no constituye "una violación de los derechos de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones" y de "la libertad de religión de los alumnos" ya que "no subsisten elementos que puedan probar que el crucifijo influye eventualmente en los alumnos".

Los derechos no están en contra de la libertad religiosa

El padre Lombardi explica en su declaración que el Tribuna Europeo de Derechos Humanos "reconoce a un nivel jurídico sumamente autorizado e internacional que la cultura de los derechos del hombre no debe ponerse en contraposición con los cimientos religiosos de la civilización europea, a los que el cristianismo ha dado una contribución esencial".

"Se reconoce, además, según el principio de subsidiariedad, que es un deber garantizar a cada país un margen de aprecio del valor de los símbolos religiosos en la propia historia cultural y en la identidad nacional y del lugar de su exposición (como ha sido confirmado en estos días también por sentencias de tribunales supremos de algunos países europeos)", en referencia a Italia y Austria.

"En caso contrario, en nombre de la libertad religiosa, se tendería paradójicamente a limitar o incluso a negar esta libertad para excluir de la vida pública toda manifestación --advierte el portavoz vaticano--. De este modo, se violaría la misma libertad, obscureciendo las identidades específicas y legítimas. El Tribunal sentencia, por tanto, que la exposición de la identidad cultural y religiosa de los países de tradición cristiana".

"La nueva sentencia de la Gran Sala es bienvenida también porque contribuye eficazmente a restablecer la confianza en el Tribunal Europeo de Derechos del Hombre por parte de una gran parte de europeos, convencidos y conscientes del papel determinante de los valores cristianos en su propia historia, pero también en la edificación de la unidad europea y en su cultura de derecho y de libertad", concluye la declaración vaticana.

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Atrio de los Gentiles: Nueva etapa del diálogo entre creyentes y ateos
La iniciativa vaticana es lanzada el 24 de marzo en París

CIUDAD DEL VATICANO, viernes 18 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Dos días de encuentro y diálogo entre creyentes y no creyentes, del 24 al 25 de marzo: así comenzará en París, ciudad símbolo de la Ilustración, una nueva iniciativa vaticana, el Atrio de los Gentiles, promovido por Benedicto XVI en diciembre de 2009, cuando presentó la imagen del patio que se encontraba junto al Templo de Jerusalén al que podían acceder los no judíos.

"Complemento al diálogo interreligioso que se ha desarrollado desde hace décadas -explicó este viernes el cardenal Gianfranco Ravasi, creador del foro y presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, en un encuentro con los periodistas en la Sala de Prensa del Vaticano--, el Atrio de los Gentiles constituye un compromiso a largo plazo de la Iglesia".

El objetivo, aclaró, consiste en contribuir a que sean tenidos en cuenta en las sociedades actuales y debatidos con una reflexión racional común los grandes interrogantes de la existencia humana, sobre todo los de carácter espiritual.

En los encuentros del Atrio de los Gentiles no habrá "cátedra", y por tanto no tendrá carácter académico, ni tendrá una finalidad estrictamente pastoral. Es más bien una iniciativa "lanzada en un horizonte indiscriminado", añadió el purpurado italiano, "de libertad de interacción", sin "la obligación de encontrar un mínimo común denominador".

Si se resquebraja "el muro de separación" que separa a quien no tiene una misma visión del mundo, el diálogo resultará enriquecido. "Es importante el diálogo con los ateos 'convencidos', pues como decía el escritor italiano Gesualdo Bufalino, 'sólo en los auténticos ateos sobrevive la pasión por lo divino', mientras que Pierre Reverdy escribía que "hay ateos feroces que tienen más interés por Dios que los creyentes'".

"En esta primera fase el diálogo será estimulado de manera 'elevada', involucrando a figuras representativas de los diferentes horizontes científicos y culturales, y tocando temas candentes y fundamentales de la existencia", explicó el purpurado.

París, primera gran etapa

En la presentación a la prensa, intervino el embajador de Francia ante la Santa Sede, Stanislas de Laboulaye, para aclarar que que la cultura francesa, si bien ha dado origen a la Ilustración, tiene en sus raíces el cristianismo, "que sigue inspirando la vida de la nación".

Por su parte, el padre Laurent Mazas, director ejecutivo del Atrio de los Gentiles, subrayó que la iniciativa se ha preparado desde hace un años en "pleno acuerdo con la Iglesia en Francia, y particularmente con el arzobispo de París".

Los lugares para el lanzamiento de la iniciativa son simbólicos: la Universidad de la Sorbona, el Instituto de Francia y la sede de la UNESCO, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura.

En la UNESCO, el 24 de marzo, tendrá lugar la sesión inaugural, presidida por la directora general, Irina Bokova, y a la que asistirán diplomáticos y representantes de la cultura.

Entre los relatores, se encuentran Giuliano Amato (antiguo primer ministro italiano), Jean Vanier (fundador de la Comunidad del Arca), Patrick Gerard (rector de la Academia y canciller de la Universidad de París), Jean-Luc Marion (filósofo), Gabriel de Broglie (canciller del Instituto de Francia) y Remi Brague (miembro de la Academia de las Ciencias Morales y Políticas).

El viernes 25 de marzo están programadas varias sesiones: por la mañana, en la Universidad de la Sorbona y por la tarde, en el Instituto de Francia y en el Collège des Bernardins. La jornada concluirá con una "fiesta", abierta a todos, especialmente a los jóvenes, sobre el tema: "En el patio del Desconocido", que tendrá lugar en Notre Dame de París. En esta ocasión, el Papa hablará sobre el significado y los objetivos de esta iniciativa del Pontificio Consejo de la Cultura en un discurso que será transmitido en pantalla gigante.

Tras París algunas de las etapas del diálogo entre creyentes y no creyentes serán Estocolmo, Praga, Ginebra, Moscú, Chicago y Washington.

No es un "duelo", sino un "dúo"

Después de París, el diálogo continuará "con otro tipo de ateos -añadió Ravasi--, los 'indiferentes', quienes tienen una relación con la religión de carácter sarcástico, provocador".

El cardenal Ravasi está convencido de que el encuentro entre creyentes y no creyentes tiene lugar cuando los primeros abandonan la apologética feroz, y los otros las profanaciones devastadores. El diálogo revela los motivos profundos de ambos: para unos la esperanza, para otros la duda.

Por tanto, aclaró, el Atrio de los Gentiles no propone un "duelo" entre creyentes y no creyentes, sino más bien un "dúo", "en el que las voces pueden pertenecer a las antípodas sonoras, como un bajo y una soprano, y sin embargo logran crear armonía, sin renunciar por este motivo a la propia identidad, es decir, dejando a un lado la metáfora, sin decolorarse en un vago sincretismo ideológico".

Por Mariaelena Finessi
 

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La Santa Sede denuncia un nuevo intento de imponer la ideología de género
Expresa sus reservas ante las conclusiones de la 55ª Comisión del Estátus de la Mujer
NUEVA YORK, viernes 18 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha denunciado un nuevo intento de imponer, incluso contra el parecer de mucho países, una visión desde la ideología de género en las conclusiones de la 55 sesión de la Comisión sobre el estatus de la Mujer del Consejo Económico y Social de la ONU.

En su intervención del pasado 14 de marzo, el observador permanente, monseñor Francis Chullikatt afirmó rotundamente “la necesidad de respetar el valor y la dignidad inherentes en todas las mujeres y las niñas, que son fundamentales para su progreso auténtico”.

Sin embargo, expresó las reservas de la Santa Sede ante la redacción final de las conclusiones de la Comisión sobre el estatus de la Mujer del Consejo Económico y Social de la ONU, que, denunció, intentan imponer de nuevo, como en ocasiones anteriores, la ideología de género.

Ante la inclusión del término “género” en las conclusiones de la Comisión, monseñor Chullikatt lamentó que en el presente texto se haya adoptado “un nuevo párrafo del preámbulo con la intención de eliminar las dudas sobre la promoción de una nueva definición de género”.

“Este programa no tiene cabida en un documento patrocinado por las Naciones Unidas, sobre todo con respecto a las mujeres y las niñas”, afirmó.

El prelado recordó que en el derecho de los tratados, la única definición de “género” que obliga a los Estados partes es la contenida en el Estatuto de Roma del Tribunal Penal Internacional, que declara que “el término 'género' se refiere a los dos sexos, masculino y femenino, dentro del contexto de la sociedad”.

“Con razón, durante las negociaciones, muchas delegaciones reafirmaron el uso de “género” para referirse a “mujeres y a hombres”, o masculino y femenino, de acuerdo con su uso consensuado previamente, durante y después de la negociación de la Declaración de Beijing y la Plataforma de Acción”.

Contra los derechos humanos

Desgraciadamente, denunció monseñor Chullikatt, “durante las negociaciones del texto actual, algunas delegaciones intentaron avanzar una vez más, a través de los “estudios de género”, en una radical definición de “género”, que afirma que la identidad sexual de alguna manera se puede adaptar indefinidamente con fines nuevos y diferentes, no reconocidos en el derecho internacional”.

Además, los promotores de este intento de redefinir el género han eliminado la referencia a los Derechos humanos, en el texto, “a pesar del apoyo abrumador a favor de su inclusión”, y se han opuesto también “a la referencia a la dignidad inherente y el valor de las mujeres y los hombres, un principio profundamente arraigado del sistema de derechos humanos”.

“A la luz de estas tendencias, la comunidad internacional debe ser consciente de que este programa para redefinir el 'género', a su vez, pone en tela de juicio la fundación misma del sistema de derechos humanos”, subrayó el prelado.

Por otro lado, denunció el observador vaticano, “esta aproximación radical está vinculada a la falta de referencia a los “derechos” de los padres, en particular a su derecho a elegir la educación para sus hijos, incluyendo la educación sobre el auténtico amor humano, el matrimonio y la familia”.

A pesar de que los derechos de los padres “están especificados en la UDHR, el Pacto Internacional de Derechos Políticos y Civiles y el Pacto Internacional sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales”, varios “intentos de incluir el lenguaje de los derechos de los padres de la misma manera que los términos de las responsabilidades paternas fueron rechazados”.

“Esto es un asunto grave, cuando uno considera que los derechos de los padres y deberes están firmemente arraigados en la ley internacional, y estos derechos son correlativos a los deberes, siendo necesarios los primeros para llevar a cabo los segundos”, reiteró.

El prelado reiteró también las reservas de la Santa Sede, como en las ocasiones anteriores “con respecto al significado del término 'salud reproductiva y sexual', que debería no incluir el aborto o los servicios del aborto”.

Además, subrayó, “la Santa Sede no respalda de ninguna manera la anticoncepción o el uso de condones, ya sea como medida de planificación familiar o como parte de los programas de prevención del VIH/SIDA o clases/programas de educación sexual”.

“La Santa Sede -como muchas mujeres de todo el mundo- está convencido de que el verdadero avance de la mujer está fuertemente vinculado al reconocimiento y a la efectiva aplicación de sus derechos, dignidad y responsabilidades. Ambos, mujeres y hombres están llamados a acogerlos, protegerlos y fomentarlos, para un compromiso renovado hacia la humanidad”, concluyó monseñor Chullikatt.

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Mundo


El cardenal Kurt Koch se reúne con el Patriarca Ruso en Moscú
Destaca los puntos de la unidad entre católicos y ortodoxos
MOSCÚ, viernes 18 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- En su primer viaje oficial a Rusia, el presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los cristianos, se reunió con el Patriarca Kiril de Moscú y de todas las Rusias, el pasado miércoles.

Una nota del Patriarcado de Moscú contó que la reunión con el cardenal Kurt Koch en la residencia del Patriarca se centró en las “principales áreas de cooperación” entre las dos Iglesias.

Amabas tomaron nota de las cuestiones que están sometidas a debate por la Comisión Internacional para el Diálogo Teológico.

La declaración añadió que a pesar de las diferencias teológicas, “ambas Iglesias pueden acercarse en una cooperación más estrecha en ámbitos en los que sus posiciones coinciden, es decir, la defensa de los valores tradicionales cristianos en Europa, la defensa de la posición cristiana en la esfera socio-económica y en la ética de la investigación científica y bioética”.

Desde esta base, es “posible desarrollar una cooperación a través de organizaciones internacionales como las Naciones Unidas, la OSCE y las estructuras de la Unión Europea”, continuó la nota.

Otro punto tratado por el cardenal y el patriarca fue el del problema de la cristianofobia, “que ha afectado no sólo en las regiones en las que los cristianos son objeto de persecución abierta, también en los países europeos con una tradición cristiana antigua”.

“El cardenal Koch expresó su satisfacción por el hecho de que el Papa Benedicto XVI y el Patriarca Kiril comparten la misma posición sobre este problema y estos puntos de vista compartidos ayudan a reforzar la cooperación entre las Iglesias”, añadió la declaración.

“El Patriarca Kiril dijo que respetaba la posición tomada por el Papa Benedicto XVI quien defiende la tradición cristiana a pesar de recibir críticas duras de los círculos liberales”.

El cardenal Koch visitó también la Escuela de Postgrado y Doctorado de San Cirilo y San Metodio, así como también la Laura de la Santísima Trinidad y San Sergio y la Academia Teológica de Moscú.

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Las reliquias de santa Teresita de Lisieux, en Jerusalén
Unas dos mil personas hacen fiesta en su entrada a la Ciudad Santa
JERUSALÉN, viernes 18 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Una muchedumbre en fiesta acogió el pasado miércoles la solemne entrada de las reliquias de santa Teresita de Lisieux, por primera vez en la historia, en la Ciudad Santa de Jerusalén.

Esta visita a Tierra Santa se ha convertido en un gran acontecimiento para las comunidades cristianas, que llevaban esperando esta visita desde 1977.

Según destaca la Custodia de Tierra Santa, el relicario con los restos de la “pequeña Teresa” fueron recibidos con gran calor y afecto por los cristianos locales. No es casualidad, recuerdan los organizadores, que la propia Santa comparó su entrada en el Carmelo con la de Cristo en Jerusalén.

Una procesión amenizada por las fanfarrias de los Scouts recibió a la Santa en la puerta de Jaffa, que da acceso al Barrio Cristiano de la Ciudad Antigua, y la acompañó hasta la Iglesia patriarcal, donde estuvo durante todo el día expuesto el relicario a la veneración de los fieles.

“La más grande santa de los tiempos modernos ha venido a nuestro encuentro hoy”, afirmó el patriarca de Jerusalén, monseñor Fouad Twal, al terminar la procesión y el rezo de Vísperas en la Iglesia patriarcal.

“Invocamos la Gracia para la unidad de nosotros los cristianos, y también para la unidad con nuestros hermanos judíos y musulmanes... y pedimos la gracia para la realización de las disposiciones del reciente Sínodo”, añadió monseñor Twal.

Visita de dos meses

Santa Teresita de Lisieux permanecerá en Tierra Santa durante dos meses. La llegada se produjo el pasado lunes, por avión. Una delegación encabezada por el nuncio apostólico, monseñor Antonio Franco, y por los representantes de la Asociación de los Camerlitas de Tierra Santa, la recibió con emoción en el aeropuerto Ben Gurión.

“Tierra Santa espera, con su intercesión, esperanzas de las rosas de gracia y de paz. Es una gracia grande para la Iglesia local... Ella viene a hablarnos... la Iglesia desea estar atenta a su mensaje, su amor a Cristo y su total abandono al Padre... Por encima de todo, Teresa hablará a las almas de aquellos que abran el corazón”, afirmó monseñor Franco durante la bienvenida.

La estancia durará hasta el 31 de mayo próximo. El relicario se encuentra este fin de semana en Haifa, y la semana que viene visitará Nazaret y Tiberias, entre otros lugares. El 4 de abril visitará la Domus Galilaeae, y el Domingo de Ramos lo transcurrirá con las Carmelitas de Nazaret.

Para semana santa, el relicario bajará a Jerusalén y Belén, con las monjas carmelitas de ambas ciudades. Casi al final de su recorrido, será llevado a Ramalla, Jericó y Gaza.

Más información: http://www.thereseholyland.org/

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Un millar de jóvenes en la misa desagravio en la capilla de la Complutense
Campaña laicista contra los lugares de oración en universidades públicas españolas
MADRID, viernes, 18 marzo 2011 (ZENIT.org).- Casi un millar de jóvenes universitarios participaron este viernes en la misa celebrada por el obispo auxiliar de Madrid César Franco, en la capilla del campus de Somosaguas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en desagravio por la profanación del 10 de marzo perpetrada por unos setenta jóvenes de los que algunas muchachas se desnudaron de cintura para arriba, en torno al altar, mientras algunas hacían manifestaciones de lesbianismo.

Casi un millar de personas, entre ellos estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid y de otros centros universitarios, profesores y familiares de alumnos asistieron este viernes a la misa de desagravio oficiada por monseñor César Franco para pedir que se respete la libertad religiosa.

La calma fue la tónica de los asistentes a la Eucaristía, concelebrada por el delegado de Pastoral Universitaria, el capellán del Campus y otros capellanes. Tan sólo hubo un incidente cuando unos estudiantes insultaron a unas alumnas de la Facultad de Psicología.

En su oración, monseñor Franco defendió el derecho de libertad religiosa en España e insistió en que existen cauces para el debate y el diálogo, como por ejemplo los centros universitarios.

Subrayó que la universidad es un lugar adecuado para la reflexión y el diálogo sobre estas cuestiones. A su juicio, resultan "incomprensibles" los actos "vandálicos" ocurridos en la capilla del campus de Somosaguas que "han herido la sensibilidad religiosa".

Dijo que los asaltantes "no representan al conjunto de los estudiantes" y explicó que con esta celebración se quiere "reparar el mal cometido mediante la acción redentora de Cristo, que se ofrece para perdón de los pecados". "Nuestra oración, unida a la suya se convierte en instrumento de paz y de concordia para el mundo", aseguró.

Lamentó "con profundo dolor" los hechos ocurridos la pasada semana y reprobó que "esta pequeña capilla, lugar de culto y oración, que ofrece a los universitarios la posibilidad de encontrarse con Cristo en la eucaristía diaria y en la liturgia de la Iglesia, haya sido profanada con blasfemias, ataques a la Iglesia y a su magisterio y con gestos y actitudes indignos de la persona humana".

Juan Gómez, estudiante de la Universidad Autónoma de Madrid, quiso estar presente en la Eucaristía -dijo a la agencia Europa Press- para defender la libertad religiosa. Criticó los altercados de la pasada semana y pidió respeto a la libertad religiosa.

"Desde nuestra fe, les perdonamos. Nosotros reclamamos respeto y libertad. Nuestra reivindicación es poder ejercer nuestros derechos con libertad. Lo más sagrado que tenemos es nuestra fe y la defenderemos", dijo.

Miembros de la asociación Contra El Poder concentraron a las puertas de la Facultad de Ciencias Políticas en solidaridad con cuatro compañeros que este viernes fueron detenidos por la Policía Nacional en relación con los hechos del 10 de marzo.

Tras leer un manifiesto, cuyo contenido no quisieron mostrar a la prensa, algunos de los miembros del grupo señalaron que están en contra de que haya una capilla, puesto que el presupuesto destinado a ésta podría ser utilizado para otros fines como que haya calefacción en el edificio en el que estudian.

Una veintena de jóvenes se quedaron en la universidad a la espera de conocer más noticias sobre las detenciones de sus compañeros y junto a ellos, en el suelo, estaban tendidas dos pancartas en las que se podía leer "Por ti, por mí y por todas mis compañeras" y "Contra la criminalización del feminismo".

Sin embargo, desde la Universidad Complutense de Madrid recuerdan que las capillas se mantienen abiertas gracias a un convenio que tiene firmada la universidad con la Conferencia Episcopal para su mantenimiento.

La gamberrada de estas supuestas "feministas" y que ahora algunos medios de comunicación denominan performance, es decir una "puesta en escena" para llamar la atención y protestar por la presencia de capillas en las universidades públicas españolas fue una profanación en toda regla.

Según señala el diario ABC, una alumna de la facultad de económicas que fue testigo de los hechos y que estaba rezando en la capilla, dijo que dos de las jóvenes alrededor del altar "hicieron alarde de su tendencia homosexual".

En el lugar, los agresores dieron lectura a un manifiesto con afirmaciones y juicios contra la Iglesia y sus enseñanzas y pusieron carteles en los tablones de anuncios de la entrada a la capilla, y en los bancos de la misma. Todo fue fotografiado y filmado por los mismos atacantes, por lo que no se descarta que puedan difundirlo como supuesta performance e incluso "obra de arte", como se ha hecho en otros actos denigratorios de imágenes y objetos de culto cristianos.

La Misa que presidió monseñor César Franco se celebró a las 13,30,hora habitual, tras una invitación del capellán Rafael Hernando, según indicó a los medios de comunicación la Pastoral Universitaria de la diócesis Madrid

El Arzobispado de Madrid condenó los hechos del 10 de marzo y envió una queja al Rectorado de la UCM, que repudió lo ocurrido e inició una investigación para identificar a los responsables, de los que ahora han sido detenidos cuatro.

Un portavoz del Rectorado, señalaba este jueves a los medios que "hay una buena sintonía con el Arzobispado de Madrid". El rector de la UCM Carlos Berzosa declaró que respetaba y apoyaba la Misa de este viernes y expresó su compromiso con el Arzobispado de "velar por que no se produzca ningún tipo de incidentes".

El incidente suscitó también una demanda de la organización Manos Limpias y un debate, abierto por el rector, Carlos Berzosa en una entrevista con el diario El País sobre si debe haber capillas en las universidades públicas.

El ministro de Educación Ángel Gabilondo también condenó el incidente por considerarlo "reprobable, inadecuado e improcedente".

El titular de Educación subrayó la importancia de valores como la tolerancia y el respeto hacia las convicciones y creencias de los demás, al tiempo que aplaudió la reacción de Berzosa, quien condenó los hechos y ordenó abrir un expediente informativo a los alumnos que provocaron el altercado. A su juicio, este procedimiento es "muy adecuado". Preguntado por si las universidades deberían tener capillas, Gabilondo respondió que es un debate que se debe resolver en el ámbito universitario.

La actuación de los jóvenes que atentaron contra los sentimientos religiosos de los estudiantes cristianos que desean tener un lugar de culto, en el recinto académico, puede constituir un delito. La pena máxima es de seis años de cárcel, que "difícilmente" se aplicarán en este caso, dijo a los medios Juan Ferreiro, catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado.

Desde distintas instancias políticas de la Comunidad de Madrid, se ha pedido la dimisión del rector de la Complutense tras estos hechos. También ha pedido la dimisión del rector la Confederación Católica de Padres de Alumnos (CONCAPA) que, en un comunicado, considera que se trata de "uno más" de los ataques a la libertad que se vienen produciendo, "máxime cuando se trata de la Iglesia católica, a la que cualquiera se cree en disposición de agraviar".

Por Nieves San Martín

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Gran Bretaña: Los católicos rezan por las personas con demencia
Se invita a los participantes a vestir de amarillo
COLESHILL, viernes 18 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Mañana sábado, los católicos de Reino Unido celebrarán un día nacional de oración por los dementes, en recuerdo de las 820.000 personas que sufren esta enfermedad en el país.

Monseñor Bernard Longley, arzobispo de Birmingham declaró: “Estoy muy contento de dedicar el día 19 de marzo a la oración por las personas con demencia”.

“Es una manera de poner de relieve la lucha cotidiana que mucha gente experimenta para seguir andando por el camino de la vida, y es una buena oportunidad para pedir a Nuestro Señor que les fortalezca en su peregrinaje de la fe”.

“También es un modo de animarse a ser amigo que apoye y comprenda a aquellos que sufren demencia y a los que los cuidan”.

Frances Molloy, responsable del área caritativa del Pastoral Care Project, que está organizando esta jornada, afirmó: “Estamos muy agradecidos por el apoyo del arzobispo Longley y estamos contentos también de tener el apoyo de los fondos del Proyecto de Salud Mental para el día por la vida 2011-2012 de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales para permitir al proyecto producir recursos para aumentar la conciencia a través de la escuela.

Los organizadores están repartiendo tarjetas de oración y otras cosas para la celebración de este día. Están animando a la gente a vestir de amarillo y usar cintas amarillas y a llevar globos amarillos ese día para promover esta campaña.

El Pastoral Care Project destacó que: “La oración familiar, los sacramentos y la misa” ayudarán a la gente con demencia a “conectar con el Señor” y a “vivir el momento presente, ya sea en centro de atención o en la comunidad”.

Para más información: www.dayofprayerfordementia.org.uk

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Análisis


Crucifijo en las escuelas de Italia: gran victoria para Europa
Por Grégor Puppinck, director del Centro Europeo para el Derecho y la Justicia
ESTRASBURGO, viernes 18 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha considerado por 15 votos a favor y 2 en contra que la presencia del crucifijo en las aulas de las escuelas públicas italianas está de acuerdo con la Convención Europea de los Derechos del Hombre. Esta sentencia pone freno a la tendencia laicista del Tribunal de Estrasburgo y constituye un cambio de paradigma. Altera radicalmente sin medias tintas una decisión adoptada precedentemente por unanimidad, que ahora se presenta como un "error" histórico de ese mismo Tribunal.

La Corte declara justamente que el hecho de que "la reglamentación italiana asigne a la religión mayoritaria del país una visibilidad preponderante en el ambiente escolar (...) no es suficiente para caer en el adoctrinamiento por parte de Italia y para establecer una falta de respeto de las prescripciones" de la Convención europea. En otras palabras, el Tribunal establece que "por lo que se refiere al lugar preponderante de una religión en la historia de un país, el hecho de que se le asigne un espacio más amplio que a las demás religiones en los programas escolares no es en sí un acto de adoctrinamiento" (Cf. Comunicado de prensa del Tribunal Europeo de Derechos Humanos).

Al mismo tiempo, el Tribunal ha subrayado la importancia de respetar la subsidiariedad y el margen de discernimiento del que se benefician los Estados en materia religiosa.

El Centro Europeo para el Derecho y la Justicia constata con satisfacción que la Gran Sala del Tribunal ha adoptado exactamente, con poquísimas variaciones, el razonamiento desarrollado por este Centro en sus observaciones escritas.

El Centro Europeo para el Derecho y la Justicia se alegra al constatar que el Tribunal europeo ha renunciado de este modo a promover una concepción radical de la laicidad. Esta decisión es una victoria para Europa, pues Europa no puede ser fiel a ella misma marginando el cristianismo. Esta decisión es más una victoria para Europa que para el "crucifijo"; Europa renuncia a renegar de su propia identidad, a suprimir el cristianismo en nombre de los derechos humanos.

De hecho, el Tribunal ha reconocido que en los países de tradición cristiana, el cristianismo posee una legitimidad social específica que le distingue de otras creencias filosóficas y religiosas, y justifica que una actitud diferenciada pueda ser adoptada, cuando es necesario. Dado que Italia es un país de tradición cristiana, el símbolo cristiano puede tener legítimamente una presencia visible específica en la sociedad.

Esta decisión es sumamente positiva para Europa, tiene un profundo "alcance unificador".

Al rechazar la oposición artificial de los derechos humanos con el cristianismo, el Tribunal preserva la unidad profunda y la interdependencia unificante de los valores espirituales y morales que fundamentan la sociedad europea. Esta decisión es fiel al Estatuto del Consejo de Europa, que afirma que los Estados europeos están "inseparablemente unidos a los valores espirituales y morales que forman parte del patrimonio común de sus pueblos y que constituyen el origen de los principios de libertad religiosa, de libertad política, y de preeminencia del derecho, sobre los que se basa toda auténtica democracia".

Marginar el cristianismo en nombre de los derechos del hombre resquebrajaría esta unidad entre valores morales y espirituales y enfrentaría la identidad de Europa contra ella misma.

La decisión del Tribunal tiene también un profundo alcance unificante entre los diferentes pueblos europeos, pues ante el riesgo de poner en causa el lugar del cristianismo, más de veinte países han tomado públicamente posición a favor de la presencia pública del símbolo de Cristo en la vida pública europea. Se trata de Armenia, Bulgaria, Chipre, Grecia, Lituania, Malta, Mónaco, Rumanía, Federación Rusa y San Marino, así como Albania, Austria, Croacia, Hungría, Moldavia, Noruega, Polonia, Serbia, Eslovaquia y Ucrania. Estos países, en cuanto signatarios de la Convención, son ante el Tribunal sus primeros garantes. En cierto sentido, los Estados miembros poseen el poder "de interpretación auténtica" del texto, pues tienen el poder soberano de modificarlo o de desapegarse de él.

Este gesto colectivo inédito tiene una importancia decisiva y testimonia que el cristianismo --más allá de las divisiones políticas y confesionales-- sigue estando en el corazón de la unidad europea. De este modo, respetando la presencia visible del cristianismo en la sociedad, el Tribunal ha contribuido a reforzar la unidad de la cultura europea.

Este decidido gesto político tiene lugar ante el intento de corrientes laicistas radicales de utilizar los derechos del hombre contra el cristianismo. Las corrientes laicistas radicales, como rechazo del cristianismo, manipulan la cultura de los derechos humanos para descristianizar Europa en nombre del respeto y la tolerancia hacia los no creyentes. Tras un lenguaje de tolerancia, el pluralismo religioso creciente se sirve entonces como pretexto para marginar el cristianismo y, en ultima instancia, imponer a la civilización europea una secularización excluyente.

El objetivo del laicismo radical consiste en imponer una secularización de la sociedad para promover un cierto modelo cultural en el que la ausencia de valor (neutralidad) y el relativismo (pluralismo) se han convertido en valores en sí mismos, apoyando un proyecto político que se considera "post-religioso" y "post-identitario", en una palabra, "post-moderno". Este proyecto político tiene una pretensión de monopolio en cuanto sistema filosófico.

Un ejemplo típico de manipulación del "pluralismo religioso" contra la identidad cristiana de Europa es la agenda escolar publicada por la Comisión Europea. Esta agenda, de la que se han distribuido varios millones de ejemplares, ha omitido voluntariamente las fiestas cristianas para promover oficialmente un mejor conocimiento de otras religiones y creencias. Si hasta ahora se ha utilizado sobre todo el argumento del respeto por los no cristianos para marginar el cristianismo, ahora se manipula cada vez más el miedo al islam para marginar el cristianismo. El miedo del Islam es utilizado para luchar contra todas las religiones, incluido el cristianismo.

Ante estos intentos de marginación, el Tribunal ha recordado que el cristianismo, lo creamos o no, tiene en los países de tradición cristiana una legitimidad social superior a la de las demás creencias filosóficas y religiosas. Esta legitimidad innegable justifica que se adopte una actitud diferenciada, cuando es necesario. Esta actitud diferenciada puede justificar la presencia del crucifijo en las aulas de las escuelas italianas.

En este sentido, la sentencia Lautsi es una victoria para Europa. Esta sentencia ha dado la oportunidad de mostrar de nuevo que las raíces cristianas de la gran Europa alimentan la identidad profunda y la cohesión social del continente europeo.

[Traducción del original francés realizada por Jesús Colina]

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Espiritualidad


Evangelio del domingo: Parada y fonda
Por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo
OVIEDO, viernes, 18 de marzo de 2011 (ZENIT.org) - Publicamos el comentario al Evangelio del próximo domingo, segundo de Cuaresma (Mateo 17, 1-9), 20 de marzo, redactado por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo.

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  Es un refrán andarín del que se sabe peregrino: que hay que parar la andadura para llegar a feliz término en el camino, y solemos decirlo con esa expresión castiza: "parada y fonda". Algo así resulta el monte Tabor como símbolo de algo muy querido en la vida de todo hombre. Todos tenemos en la vida un momento, una situación en que re­almente las co­sas van bien, van según las intuye y las sueña nuestro corazón. Por fugaces que sean estas situaciones, son reales, gratificantes, verdaderas. En el camino hacia Jerusalén, Jesús escoge a aquellos tres discípulos y les permite entrever y gozar por unos momen­tos la gloria de Dios, esa sensación de estar ante alguien que desdramatiza tus dramas, y con sola su presencia pone paz, una extraña pero verdadera paz en medio de todos los contrastes, dudas, can­sancios y dificultades con los que la vida nos convida con demasiada frecuencia.

        Por unos momentos, estos tres hombres han hecho como parada y fonda en su fa­tiga cotidiana, han tenido la experiencia de lo extraordinario, de lo que es más grande que sus mezquindades y tropiezos, de la luz que es mayor que todas sus oscuridades juntas. Ha sido un intervalo en el camino, pero ahora hay que seguir caminando a Jerusalén. Por impor­tantes que sean este tipo de momentos, la vida no se reduce a éstos.

        El fin de la vida, de toda vida -incluida la cristiana-, no es encontrar un nido agradable, ni hallar un paraíso libre de impuestos y pesares. El fin de la vida es realizar el plan que Dios nos confió a todos y a cada uno, encontrarse con Jesús, y con Él caminar hacia su Pascua, entrar en ella, acogerla y vivirla. Aquellos tres discípulos no habrían podido llegar a la Pascua si no hubieran ba­jado de la montaña. Si se hubieran apropiado del don de la gloria de Dios, si hubieran amado más los consuelos de Dios que al Dios de los consuelos, si se hubieran encerrado en sus tiendas agradables, no habrían podido seguir a Jesús que haciendo el plan que el Padre le trazó, seguía ade­lante, bajaba de la Transfiguración de su tabor y subía al Jerusalén de su calvario.

        Nuestra condición de cristianos no nos exime de ningún dolor, no nos evita nin­guna fatiga, no nos desgrava ante ningún impuesto. Hemos de redescubrir siempre, y la cuaresma es un tiempo propicio, que ser cristiano es seguir a Jesús, en el Tabor o en el Calvario; cuando todos le buscan para oír su voz y como cuando le buscan para acallársela; cuando todos le aclaman ¡hosannas!, como cuando le gritan ¡crucifixión! En el Evangelio de este domingo volvemos a escuchar también nosotros: no tengáis miedo... pero levantaos, bajad de la montaña y emprended el camino.



 

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Documentación


La Santa Sede y la sentencia del tribunal europeo sobre el crucifijo
Nota del director de la Oficina de Información vaticana
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 18 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos la declaración del director de la Oficina de Información de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi S.I., sobre la sentencia emitida este viernes por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo a favor del crucifijo en las escuelas de Italia.

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La sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre la exposición obligatoria del crucifijo en las escuelas públicas italianas es acogida con satisfacción por la Santa Sede.

Se trata de una sentencia sumamente comprometedora y que hace historia, como lo demuestra el resultado alcanzado en la Gran Sala al final de un examen profundizado de la cuestión. La Gran Sala de hecho ha contradicho desde todos los puntos de vista una sentencia de primera instancia, adoptada por unanimidad por una Cámara del Tribunal, que suscitó no sólo el recurso del Estado Italiano, sino también el apoyo de numerosos Estados europeos, como nunca antes había sucedido, y la adhesión de muchas organizaciones no gubernamentales, expresión de un amplio sentimiento de la población.

Por tanto, se reconoce a un nivel jurídico sumamente autorizado e internacional que la cultura de los derechos del hombre no debe ponerse en contraposición con los cimientos religiosos de la civilización europea, a los que el cristianismo ha dado una contribución esencial. Se reconoce, además, según el principio de subsidiariedad, que es un deber garantizar a cada país un margen de aprecio del valor de los símbolos religiosos en la propia historia cultural y en la identidad nacional y del lugar de su exposición (como ha sido confirmado en estos días también por sentencias de tribunales supremos de algunos países europeos). En caso contrario, en nombre de la libertad religiosa, se tendería paradójicamente a limitar o incluso a negar esta libertad para excluir de la vida pública toda manifestación. De este modo, se violaría la misma libertad, obscureciendo las identidades específicas y legítimas. El Tribunal sentencia, por tanto, que la exposición de la identidad cultural y religiosa de los países de tradición cristiana.

La nueva sentencia de la Gran Sala es bienvenida también porque contribuye eficazmente a restablecer la confianza en el Tribunal Europeo de Derechos del Hombre por parte de una gran parte de europeos, convencidos y conscientes del papel determinante de los valores cristianos en su propia historia, pero también en la edificación de la unidad europea y en su cultura de derecho y de libertad.

[Traducción de Jesús Colina]

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Aclaración de la Santa Sede de su postura sobre el “género” en la ONU
En las conclusiones de la 55ª Comisión del Estátus de la Mujer
NUEVA YORK, viernes 18 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la intervención de la Santa Sede explicando su postura ante las conclusiones de la 55 sesión de la Comisión sobre el estatus de la Mujer del Consejo Económico y Social de la ONU, el pasado 14 de marzo.

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Señor Presidente,

La Santa Sede afirma con rotundidad la necesidad de respetar el valor y la dignidad inherentes en todas las mujeres y las niñas, que son fundamentales para su progreso auténtico.

Cabe señalar que en la Carta de las Naciones Unidas, en el párrafo 2 del preámbulo, llama a la “igualdad entre mujeres y hombres”, una llamada que se repite en la Declaración Universal de Derechos Humanos (UDHR) en el párrafo 5 del preámbulo. La UDHR también prohíbe la discriminación por razón de sexo (art.2). Este reconocimiento es esencial para el futuro de la raza humana y para todos sus miembros. Además, la UDHR admite los mismos derechos al hombre y a la mujer de contraer matrimonio y fundar una familia, que es la unidad natural y fundamental de la sociedad, (Art.16). Este reconocimiento es esencial para el futuro de la raza humana y todos sus miembros. En 1966 el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR) también prohíbe la discriminación por razón de sexo (art.2), reconoce “el mismo derecho a los hombres ya las mujeres del disfrute de todos los derechos civiles y políticos” (art.3), y repite las palabras el art.16 de la UDHR (art.23). El Convenio para la Eliminación de la Discriminación en contra de las Mujeres continúa a lo largo de estas líneas (art.1)

Así como las Conclusiones se refieren al término “género”, mi delegación quiere recordar que, desde los principios de los '90 este se introduce gradualmente en los documentos no-vinculantes que fueron elaborados por los Estados partes, y que se usa comúnmente para indicar a los dos sexos, masculino y femenino. En el derecho de los tratados, la única definición de “género” que obliga a los Estados partes es la contenida en el Estatuto de Roma del Tribunal Penal Internacional, que declara que “el término 'género' se refiere a los dos sexos, masculino y femenino, dentro del contexto de la sociedad. El término 'género' no indica un significado diferente” de la definición antes mencionada (art 7.3)

Vale la pena recordar que durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de 1995, un entendimiento diferente y radical de género había estado circulando en los debates informales, pero que fue rechazado. Por otro lado, el Presidente de la Cuarta Conferencia Mundial Sobre la Mujer, por recomendación de un gran grupo de Estados Miembros, declaró explícitamente en esa conferencia que “la palabra 'género' se había usado e interpretado comúnmente en su uso ordinario y generalmente aceptado”. Esta declaración también enfatiza que no se pretendía dar “un significado o connotación del término, distinto del anterior uso aceptado (cf. Informe de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer Beijing, 4-15 Septiembre de 1995, Statement by the President of the Conference on the commonly understood meaning of the term "gender", 2-3, A/CONF.177/20/Rev.1). Vale la pena destacar que, al mismo tiempo, la Santa Sede reafirmó su comprensión del género, y de nuevo lo hace hoy.

Desgraciadamente durante las negociaciones del texto actual, algunas delegaciones intentaron avanzar una vez más, a través de los “estudios de género”, en una radical definición de “género”, que afirma que la identidad sexual de alguna manera se puede adaptar indefinidamente con fines nuevos y diferentes, no reconocidos en el derecho internacional.

Como respuesta, en el presente texto, un nuevo párrafo del preámbulo se adoptó con la intención de eliminar las dudas sobre la promoción de una nueva definición de “género”. Este programa no tiene cabida en un documento patrocinado por las Naciones Unidas, sobre todo con respecto a las mujeres y las niñas. Con razón, durante las negociaciones, muchas delegaciones reafirmaron el uso de “género” para referirse a “mujeres y a hombres”, o masculino y femenino, de acuerdo con su uso consensuado previamente, durante y después de la negociación de la Declaración de Beijing y la Plataforma de Acción.

El intento de redefinir el género está también vinculado con la falta de referencia a la UDHR, en el presente texto. La UDHR, documento fundamental del sistema de derechos humanos, admite la dignidad inherente y el valor de cada persona humana, hombre y mujer. Sin embargo algunos de estos promotores de la redefinición de género se opusieron a la referencia a la UDHR a pesar del apoyo abrumador a favor de su inclusión, y de la misma manera se opusieron a la referencia a “la dignidad inherente y el valor de las mujeres y los hombres”, un principio profundamente arraigado del sistema de derechos humanos. A la luz de estas tendencias, la comunidad internacional debe ser consciente de que este programa para redefinir el “género”, a su vez, pone en tela de juicio la fundación misma del sistema de derechos humanos.

Además, esta aproximación radical está vinculada a la falta de referencia a los “derechos” de los padres, en particular a su derecho a elegir la educación para sus hijos, incluyendo la educación sobre el auténtico amor humano, el matrimonio y la familia. Los derechos de los padres están especificados en la UDHR, el Pacto Internacional de Derechos Políticos y Civiles y el Pacto Internacional sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Varios intentos de incluir el lenguaje de los derechos de los padres de la misma manera que los términos de las responsabilidades paternas fueron rechazados. Esto es un asunto grave, cuando uno considera que los derechos de los padres y deberes están firmemente arraigados en la ley internacional, y estos derechos son correlativos a los deberes, siendo necesarios los primeros para llevar a cabo los segundos (cf. UDHR, art. 26.3; International Covenant on Civil and Political Rights, art. 18; Convention on the Rights of the Child, arts. 3.2, 5, 14.2).

Como conclusión, mi delegación quiere aprovechar la oportunidad de reiterar las reservas de la Santa Sede de las ocasiones anteriores con respecto al significado del término “salud reproductiva y sexual”, que debería no incluir el aborto o los servicios del aborto. Además la Santa Sede no respalda de ninguna manera la anticoncepción o el uso de condones, ya sea como medida de planificación familiar o como parte de los programas de prevención del VIH/SIDA o clases/programas de educación sexual. La Santa Sede -como muchas mujeres de todo el mundo- está convencido de que el verdadero avance de la mujer está fuertemente vinculado al reconocimiento y a la efectiva aplicación de sus derechos, dignidad y responsabilidades. Ambos, mujeres y hombres están llamados a acogerlos, protegerlos y fomentarlos, para un compromiso renovado hacia la humanidad.

Muchas gracias, señor Presidente.

[Traducción del inglés por Carmen Álvarez]

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Benedicto XVI: La Verdad ante Pilato
Pasaje del libro "Jesús de Nazaret"
CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 18 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Presentamos un pasaje del libro del Papa "Jesús de Nazaret. Desde la entrada en Jerusalén hasta la resurrección", adelantado por la "Libreria Editrice Vaticana", de acuerdo con "Ediciones Encuentro", encargada de la edición de la obra en lengua española.

El texto está tomado del tercer punto -"Jesús ante Pilato"- relativo al séptimo capítulo titulado "El proceso a Jesús".

 



 

* * *

El interrogatorio de Jesús ante el Sane­drín concluyó como Caifás había pre­visto: Jesús había sido declarado culpa­ble de blasfemia, un crimen para el que estaba previsto la pena de muerte. Pero como la facultad de sancionar con la pena capital estaba reservada a los ro­manos, se debía transferir el proceso ante Pilato, con lo cual pasaba a primer plano el aspecto político de la senten­cia de culpabilidad. Jesús se había de­clarado a sí mismo Mesías, había, pues, reclamado para sí la dignidad regia, aunque entendida de una manera del todo singular. La reivindicación de la realeza mesiánica era un delito político que debía ser castigado por la justicia romana.

En la descripción del desarrollo del proceso los cuatro evangelistas concuer­dan en todos los puntos esenciales. Juan es el único que relata el coloquio entre Jesús y Pilato, en el que la cues­tión de la realeza de Jesús, del motivo de su muerte, se resalta en toda su pro­fundidad (cf. 18,33-38).

Pero preguntémonos antes de nada: ¿Quiénes eran exactamente los acusadores? ¿Quién ha insistido en que Jesús fuera condenado a muerte? En las res­puestas que dan los Evangelios hay di­ferencias sobre las que hemos de refle­xionar. Según Juan, son simplemente «los judíos». Pero esta expresión de Juan no indica en modo alguno el pue­blo de Israel como tal -como quizás podría pensar el lector moderno-, y mucho menos aún comporta un tono «racista». A fin de cuentas, Juan mis­mo pertenecía al pueblo israelita, como Jesús y todos los suyos. La comunidad cristiana primitiva estaba formada ente­ramente por judíos. Esta expresión tie­ne en Juan un significado bien preciso y rigurosamente delimitado: con ella designa la aristocracia del templo. En el cuarto Evangelio, pues, el círculo de los acusadores que buscan la muerte de Jesús está descrito con precisión y claramente delimitado: designa justamente la aristocracia del templo e, incluso en ella, puede haber excepciones, como da a entender la alusión a Nicodemo (cf. 7,50ss).

Pasemos de los acusadores al juez, el gobernador romano Poncio Pilato. La imagen de Pilato en los Evangelios nos muestra muy realísticamente al prefecto romano como un hombre que sabía in­tervenir de manera brutal, si eso le pa­recía oportuno para el orden público. Pero era consciente de que Roma debía su dominio en el mundo también, y no en último lugar, a su tolerancia ante las divinidades extranjeras y a la fuerza pa­cificadora del derecho romano.

Así se nos presenta a Pilato en el proceso a Jesús.

La acusación de que Jesús se habría declarado rey de los judíos era muy grave. Es cierto que Roma podía reco­nocer efectivamente reyes regionales, como Herodes, pero debían ser legiti­mados por Roma y obtener de Roma la circunscripción y delimitación de sus derechos de soberanía. Un rey sin esa legitimación era un rebelde que amena­zaba la Pax romana y, por consiguiente, se convertía en reo de muerte. Pero Pi­lato sabía que Jesús no había dado lu­gar a un movimiento revolucionario. Después de todo lo que él había oído, Jesús debe haberle parecido un visiona­rio religioso, que tal vez transgredía el ordenamiento judío sobre el derecho y la fe, pero eso no le interesaba. Era un asunto del que debían juzgar los judíos mismos. Desde el aspecto del ordena­miento romano sobre la jurisdicción y el poder, que entraban dentro de su competencia, no había nada serio con­tra Jesús.

La acusación provenía de los mismos connacionales de Jesús, de las autorida­des del templo. Para Pilato tuvo que ser una sorpresa que los compatriotas de Jesús se presentaran ante él como defensores de Roma, desde el momento que, por lo que conocía personalmente, no tenía la impresión de que fuera ne­cesaria una intervención.

Pero he aquí que, de improviso, surge algo en el interro­gatorio que le in­quieta: la declara­ción de Jesús. A la pregunta de Pilato: «Conque ¿tú eres rey?», Él responde: «Tú lo dices, soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mun­do, para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la ver­dad, escucha mi voz» (Jn 18,37). Ya antes Jesús había dicho: «Mi reino no es de este mun­do. Si mi reino fue­ra de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí» (18,36).

Esta «confesión» de Jesús pone a Pi­lato ante una situación extraña: el acu­sado reivindica realeza y reino (basi­leia). Pero hace hincapié en la total di­versidad de esta realeza, y esto con una observación concreta que para el juez romano debería ser decisiva: nadie combate por este reinado. Si el poder, y precisamente el poder militar, es ca­racterístico de la realeza y del reinado, nada de esto se encuentra en Jesús. Por eso tampoco hay una amenaza para el ordenamiento romano. Este reino no es violento. No dispone de una legión.

Con estas palabras Jesús ha creado un concepto absolutamente nuevo de realeza y de reino, y lo expone ante Pi­lato, representante del poder clásico en la tierra.

Junto con la clara delimitación de la idea de reino (nadie lucha, impotencia terrenal), Jesús ha introducido un con­cepto positivo para hacer comprensible la esencia y el carácter particular del poder de este reinado: la verdad.

Pero la verdad, ¿es acaso una catego­ría política? O bien, ¿acaso el «reino» de Jesús nada tiene que ver con la polí­tica? Entonces, ¿a qué orden pertenece? Si Jesús basa su concepto de reinado y de reino en la verdad como categoría fundamental, resulta muy comprensible que el pragmático Pilato preguntara: «¿Qué es la verdad?» (18,38).

Es la cuestión que se plantea tam­bién en la doctrina moderna del Esta­do: ¿Puede asumir la política la verdad como categoría para su estructura? ¿O debe dejar la verdad, como dimensión inaccesible, a la subjetividad y tratar más bien de lograr establecer la paz y la justicia con los instrumentos disponi­bles en el ámbito del poder? Y la polí­tica, en vista de la imposibilidad de po­der contar con un consenso sobre la verdad y apoyándose en esto, ¿no se convierte acaso en instrumento de cier­tas tradiciones que, en realidad, son só­lo formas de conservación del poder?

Pero, por otro lado, ¿qué ocurre si la verdad no cuenta nada? ¿Qué justicia será entonces posible? ¿No debe haber quizás criterios comunes que garanticen verdaderamente la justicia para todos, criterios fuera del alcance de las opiniones cambiantes y de las concentraciones de poder? ¿No es cierto que las gran­des dictaduras han vivido a causa de la mentira ideológica y que sólo la verdad ha podido llevar a la liberación?

¿Qué es la verdad? La pregunta del pragmático, hecha superficialmente con cierto escepticismo, es una cuestión muy seria, en la cual se juega efectiva­mente el destino de la humanidad. En­tonces, ¿qué es la verdad? ¿La pode­mos reconocer? ¿Puede entrar a formar parte como criterio en nuestro pensar y querer, tanto en la vida del individuo como en la de la comunidad?

Dios es «ipsa summa et prima veritas, la primera y suma verdad» (S. Theol. I, q. 16, a. 5 c). Con esta fórmula estamos cerca de lo que Jesús quiere decir cuan­do habla de la verdad, para cuyo testi­monio ha venido al mundo. Verdad y opinión errónea, verdad y mentira, es­tán continuamente mezcladas en el mundo de manera casi inseparable. La verdad, en toda su grandeza y pureza, no aparece. El mundo es «verdadero» en la medida en que refleja a Dios, el sentido de la creación, la Razón eterna de la cual ha surgido. Y se hace tanto más verdadero cuanto más se acerca a Dios. El hombre se hace verdadero, se convierte en sí mismo, si llega a ser conforme a Dios. Entonces alcanza su verdadera naturaleza. Dios es la reali­dad que da el ser y el sentido.

«Dar testimonio de la verdad» signi­fica dar valor a Dios y su voluntad frente a los intereses del mundo y sus poderes. Dios es la medida del ser. En este sentido, la verdad es el verdadero «Rey» que da a todas las cosas su luz y su grandeza. Podemos decir también que dar testimonio de la verdad signifi­ca hacer legible la creación y accesible su verdad a partir de Dios, de la Razón creadora, para que dicha verdad pueda ser la medida y el criterio de orienta­ción en el mundo del hombre; y que se haga presente también a los grandes y poderosos el poder de la verdad, el de­recho común, el derecho de la verdad.

Digámoslo tranquilamente: la irre­dención del mundo consiste precisa­mente en la ilegibilidad de la creación, en la irreconocibilidad de la verdad; una situación que lleva necesariamente al dominio del pragmatismo y, de este modo, hace que el poder de los fuertes se convierta en el dios de este mundo.

¿Qué es la verdad? Pilato no ha sido el único que ha dejado al margen esta cuestión como insoluble y, para sus propósitos, impracticable. También hoy se la considera molesta, tanto en la contienda política como en la discusión sobre la formación del derecho. Pero sin la verdad el hombre pierde en defi­nitiva el sentido de su vida para dejar el campo libre a los más fuertes. «Re­dención», en el pleno sentido de la pa­labra, sólo puede consistir en que la verdad sea reconocible. Y llega a ser re­conocible si Dios es reconocible. Él se da a conocer en Jesucristo. En Cristo, ha entrado en el mundo y, con ello, ha plantado el criterio de la verdad en me­dio de la historia. La realeza anunciada por Jesús en las parábolas y, finalmen­te, de manera completamente abierta ante el juez terreno, es precisamente el reinado de la verdad. Lo que importa es el establecimiento de este reinado como verdadera liberación del hombre.

Pilato era ciertamente un escéptico. Pero como hombre de la Antigüedad tampoco excluía que los dioses, o en todo caso seres parecidos, pudieran aparecer bajo el aspecto de seres huma­nos. Juan dice que los «judíos» acusa­ron a Jesús de haberse declarado Hijo de Dios, y añade: «Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más» (19,8). Pienso que se debe tener en cuenta este miedo de Pilato: ¿acaso ha­bía realmente algo de divino en este hombre? Al condenarlo, ¿no atentaba tal vez contra un poder divino? ¿Debía esperarse quizás la ira de estos pode­res? Pienso que su actitud en este pro­ceso no se explica únicamente en fun­ción de un cierto compromiso por la justicia, sino precisamente también por estas cuestiones.

Obviamente, los acusadores se perca­tan muy bien de ello y, a un temor, oponen ahora otro temor. Contra el miedo supersticioso por una posible presencia divina, ponen ante sus ojos la amenaza muy concreta de perder el fa­vor del emperador, de perder su puesto y caer así en una situación delicada. La advertencia: «Si sueltas a ése, no eres amigo del César» (Jn 19,12), es una in­timidación. Al final, la preocupación por su carrera es más fuerte que el mie­do por los poderes divinos.

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