Dedica la catequesis del miércoles a San Alfonso María de Ligorio

El Papa constata que existen claras señales de pérdida de la conciencia moral en la sociedad

 

El papa Benedicto XVI denunció hoy que en la sociedad actual existen «claras señales de pérdida de la conciencia moral» y expresó su preocupación por una falta de estima hacia el sacramento de la confesión. Ante varias decenas de miles de personas que asistieron en la plaza de San Pedro del Vaticano a la audiencia pública de los miércoles, Benedicto XVI se refirió a la figura del santo italiano Alfonso María de Ligorio (1696-1787), doctor de la Iglesia, patrón de los confesores y moralistas.

30/03/11 2:27 PM


 

(Efe/InfoCatólica) El pontífice recordó que en tiempos del santo napolitano se difundió una interpretación muy rigurosa de la vida moral, impregnada de la mentalidad jansenista, “que en vez de alimentar la confianza y la esperanza en la misericordia de Dios, fomentaba el miedo y presentaba un Dios hosco y severo, muy lejano del revelado por Jesús”.

San Alfonso María de Ligorio, en su obra Teología Moral, propuso -subrayó el obispo de Roma- una síntesis equilibrada y convincente entre las exigencias de la ley de Dios y la conciencia y la libertad del hombre.

Benedicto XVI explicó que el santo napolitano recomendaba a los confesores de ser fieles a la doctrina moral católica, pero que a la vez fueran caritativos, comprensivos y dulces, “para que el penitente pudiera sentirse acompañado, apoyado, animado en camino de fe y vida cristiana”.

Sin embargo, afirmó el Santo Padre, “en nuestra época, en la que existen claras señales de pérdida de la conciencia moral y hay que reconocer con preocupación la falta de estima hacia el sacramento de la Confesión, las enseñanzas de san Alfonso tiene gran actualidad”.

A la audiencia asistieron varios centenares de fieles de España, Chile, México y otros países latinoamericanos, a los que exhortó a seguir el ejemplo de San Alfonso María de Ligorio para recorrer el camino de conversión y santidad.

También les animó, hablando en español, a pedir a Dios “que suscite en nuestro tiempo santos y doctores que sepan proponer a todos de una manera sencilla e incisiva el mensaje de Cristo y la belleza de su vida”.