30.03.11

María, síntesis de valores

A las 10:52 PM, por Guillermo Juan Morado
Categorías : General

 

He adquirido - y leído en parte - un libro de esos que creo que pasarán a ser “clásicos”. Porque libros se publican cada año a montones, pero “clásicos”, obras de referencia que van más allá de la ocasión del momento, son ya muchos menos. Me refiero a la publicación de Stefano de Fiores, “María, síntesis de valores. Historia cultural de la mariología”, San Pablo, Madrid 2011, 765 páginas, ISBN 978842853718-6, 34 euros.

Stefano de Fiores es, en la actualidad, posiblemente el más experto mariólogo del mundo. Doctor en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, con una tesis sobre el itinerario espiritual de san Luis María Grignion de Monfort, es profesor de Mariología en la Gregoriana y autor de numerosas obras sobre esta especialidad.

La “presentación” del libro la hace Angelo Amato, actual Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Voy a seguir, en esta breve reseña, muy de cerca el texto del Cardenal Amato, un texto muy preciso y ponderado.

La originalidad de esta obra de Stefano de Fiores radica en el enfoque cultural, un enfoque que constata que “María ha venido constituyendo durante los dos milenios pasados […] un ‘sistema de valores’, que merece constituir el centro de la verdad cristiana y que se revela como sumamente constructivo en el ámbito eclesial y cultural” (“Presentación”, pág. 7). María es “la encrucijada de la fe católica” (L. Scheffczyk), una afirmación válida para todas las épocas.

La obra se halla articulada atendiendo a dos categorías: “Cultura” y “modelos”. El aspecto cultural expone las diversas etapas históricas de la Mariología. Los “modelos” especifican los múltiples enfoques que se han hecho de la figura de María en el transcurso de los diversos períodos históricos.

El libro se estructura, según este criterio, en cuatro partes, que corresponden a cuatro períodos de la historia de la Mariología, a lo largo de los cuales florecieron, al menos, una treintena de modelos significativos.

La primera parte está dedicada a “María en la cultura mediterránea”. En esta etapa, que corresponde a los siglos I-VI, se especifican siete modelos: bíblico, apócrifo-narrativo, analógico-simbólico, conciliar, experimental-tipológico, poético y cultural-iconográfico.

La segunda parte, “María en la cultura medieval (604-1492)”, da lugar a cuatro modelos: El carolingio, el monástico, el escolástico y el de la tardía Edad Media.

La tercera parte, “María en la cultura moderna (1492-1989)”, se corresponde con unos ocho modelos: el renacentista, el protestante, el barroco, el ilustrado, el romántico, el de la renovación, el de la recuperación y el de la inculturación.

La cuarta y última parte, “María en la cultura posmoderna (1989-)”, se presenta rica en perpectivas, con unos once modelos: María en la historia de la salvación, la “via pulchritudinis”, el modelo narrativo, interdisciplinar, espiritual, kenótico, personalístico, mistagógico, ecuménico, promocional y proléptico.

Al final de todo este recorrido quedan dos aportaciones importantes: María es una presencia constante en la historia de la Iglesia y el fervor mariano ha suscitado, en las diversas épocas, una gran influencia en el campo social.

En el cuadro espléndido trazado por Stefano de Fiores predomina, nos dice Amato, “la luz”, pero incluso las sombras “demuestran ser saludables para un indispensable discernimiento crítico” (“Presentación”, pág. 10).

Entresacando algunos contenidos del libro, creo que merece la pena destacar el capítulo XXV, “Modelo espiritual. María, mujer mística”, en la que Stefano de Fiores, citando a Bruno Forte, se hace eco de la necesidad de hermanar teología y espiritualidad, porque “una teología sin espiritualidad puede resultar vacía, mientras que ‘una espiritualidad sin teología corre el peligro de ser ciega’ ” (pág. 602).

Igualmente me ha parecido muy exacto, en el capítulo XXXI, “Enfoque proléptico. María y el futuro del mundo”, la síntesis que el autor hace de las apariciones y del mensaje de Fátima: “Al camino de los pecadores que desemboca en la condenación eterna, María contrapone el camino de la salvación, en la comunión con Dios y en la oración (en particular, el rosario) y principalmente en la devoción/consagración al Corazón Inmaculado, que lleva consigo la comunión eucarística reparadora (en un contexto de solidaridad con los demás) y la vida según la nueva alianza en la sangre de Cristo” (pág. 727).

La obra rezuma erudición, conocimiento exhaustivo de las fuentes y sensatez a la hora de evaluar las diferentes aportaciones, aunque ninguna de las significativas - “mejores” o “peores” - haya sido olvidada.

Guillermo Juan Morado.