España es el único país de la UE que supera el 20% de paro

Este desastre va para largo

La vicepresidenta Salgado destroza los argumentos de Zapatero para acabar la legislatura

Redacción, 07 de abril de 2011 a las 08:18

 

Un 40% de los españoles en edad de trabajar está en el paro o tiene un contrato temporal. Un dato escalofriante porque si cuatro de cada diez personas activas no pueden planificar su futuro más allá de unos meses, el país tiene un problema muy serio para crecer.

En esta situación apenas habrá expectativas de incremento de consumo privado y, por lo tanto, de inversión empresarial. Habría que fiarlo todo al sector público, pero en una etapa de control del gasto el Estado tampoco es un motor económico.

Es cierto que el sector exterior -por la vía de las exportaciones y del turismo- tira de la actividad, pero no con la intensidad suficiente como para lograr el aumento del PIB necesario para generar empleo.

Si a esto se une que el sistema crediticio está más pendiente de su reestructuración que de la financiación de la economía, quizá nos encontremos ante la tormenta perfecta contra el crecimiento económico.

Este es el diagnóstico más realista que podemos hacer de la economía, aunque sea realmente sombrío.

Es el sentimiento que se refleja directamente en la última oleada del CIS conocida este 6 de abril de 2011: ocho de cada diez españoles consideran que la situación económica es «mala» o «muy mala» y los que piensan que empeorará de aquí a las elecciones generales de 2012 casi duplican a los que opinan que mejorará.

Diagnóstico y sentimiento que fueron constatados ayer por la vicepresidenta Elena Salgado al presentar el nuevo cuadro macroeconómico para el periodo 2011-2013, tal y como recogen los acuerdos de gobernanza aprobados en el último Consejo Europeo.

El Gobierno Zapatero ha revisado al alza la tasa de paro para final de año del 19,3% al 19,8% y también la eleva para los dos ejercicios siguientes.

Además, aunque mantiene el crecimiento del PIB en el 1,3% -el Banco de España lo sitúa en el 0,8%- sí que baja considerablemente las previsiones para 2012 y 2013, porque en esos años la economía española notará el impacto de la subida de precios de las materias primas y del aumento de tipos de interés. En resumen, más paro del previsto para los próximos tres años y menos crecimiento del anunciado.

El telón del escenario que levantó ayer Salgado echa por tierra el argumento empleado el sábado pasado al hacer pública su renuncia a ser el candidato socialista en las elecciones generales de 2012 y, a la vez, su decisión de finalizar la legislatura.

El presidente justificó el momento de estos anuncios para que ninguna incertidumbre apartara al Gobierno de su «tarea principal que es desarrollar las reformas, consolidar la recuperación económica y abrir el tiempo de la creación de empleo».

Es cierto que las reformas de Zapatero han aplacado a los mercados financieros y nos hemos distanciado de los países periféricos de la UE. Portugal pidió ayer el rescate por parte de la UE y del FMI.

A principios de año esto hubiera supuesto una sentencia de muerte para la deuda española y este 6 de marzo de 2011 apenas se inmutó.

Pero, como nos hizo ver Salgado, esas reformas todavía no calan en la vida de los españoles, que han dejado de confiar en sus medidas.

El sábado pasado el presidente Zapatero colocó al Gobierno socialista en una situación de interinidad que va a dificultar considerablemente la generación de confianza para estimular el crecimiento, única forma de crear empleo.

Los escasos días que han pasado desde el Comité Federal han confirmado que el punto de mira socialista ha girado hacia dentro del partido y Zapatero está a tiempo de acortar estos doce meses de zozobra económica.

Es necesario un adelanto electoral para que un nuevo Ejecutivo -del signo que sea- tome las riendas del país. El de Rubalcaba, Salgado y Chaves está claramente amortizado.