Advierte que algunas formas de la misma crean confusión

El Papa pide purificar la religiosidad popular

 

Benedicto XVI dijo ayer que la piedad popular es una forma de expresar la fe de la Iglesia, pero advirtió de que ciertas formas desviadas de religiosidad popular, lejos de fomentar una participación activa en la Iglesia, crean más bien confusión. El Papa dirigió un discurso a los participantes en la asamblea plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina, que se ha reunido estos días en el Vaticano para analizar la «incidencia de la piedad popular en el proceso de evangelización de América Latina».

09/04/11 10:48 AM


 

(Efe/InfoCatólica) El obispo de Roma recordó su visita a Aparecida (Brasil, 2007) y que allí los obispos latinoamericanos presentaron la piedad popular como un espacio de encuentro con Jesucristo y una forma de expresar la fe de la Iglesia.  Por tanto, agregó, no puede ser considerada como algo secundario de la vida cristiana.

El Papa señaló que esa expresión sencilla de la fe tiene sus raíces en el comienzo mismo de la evangelización de América aquellas tierras y tras señalar la obligación de la Iglesia de “purificar” lo que sea necesario de la misma, aseguró que para llevar a cabo la nueva evangelización en ese continente “no se pueden dejar de lado las múltiples demostraciones de la piedad popular”.

“Todas ellas, bien encauzadas y debidamente acompañadas, propician un fructífero encuentro con Dios”, agregó el papa, que insistió en que la fe tiene que ser la fuente principal de la piedad popular, “para que ésta no se reduzca a una simple expresión cultural de una determinada región”.

Desviaciones

“No se puede negar, sin embargo, que existen ciertas formas desviadas de religiosidad popular que, lejos de fomentar una participación activa en la Iglesia, crean más bien confusión y pueden favorecer una práctica religiosa meramente exterior y desvinculada de una fe bien arraigada e interiormente viva”, advirtió.

Benedicto XVI añadió que la piedad popular “puede derivar hacia lo irracional y quizás también quedarse en lo externo”, pero reconoció que “excluirla es completamente erróneo, ya que a través de ella, la fe ha entrado en el corazón de los hombres, formando parte de sus sentimientos, costumbres, sentir y vivir común”.

“Por eso, la piedad popular es un gran patrimonio de la Iglesia”, subrayó, a la vez que insistió en que “tiene siempre que purificarse y apuntar al centro, pero merece todo nuestro aprecio, y hace que nosotros mismos nos integremos plenamente en el Pueblo de Dios”.

Expresión de la fe

El Santo Padre destacó también que en la piedad popular se encuentran muchas expresiones de fe vinculadas a las grandes celebraciones del año litúrgico y recordó los “incontables” santuarios que están dedicados a la contemplación de los misterios de la infancia, pasión, muerte y resurrección del Señor.

A ellos -añadió- acuden multitudes de personas para poner en sus manos sus penas y alegrías, pidiendo al mismo tiempo copiosas gracias e implorando el perdón de sus pecados.

Benedicto XVI se refirió asimismo a la devoción de los pueblos de Latinoamérica y el Caribe a la Virgen María y afirmó que ella, desde los albores de la evangelización acompaña a los hijos de ese continente y es para ellos manantial inagotable de esperanza.

El Papa agradeció a los obispos las medidas adoptadas para “proteger, promover y purificar todo lo relacionado con las expresiones de la religiosidad popular en América Latina”.

Asimismo les exhortó a impulsar la “Misión continental”, puesta en marcha en la V Conferencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) celebrada en 2007 en Aparecida (Brasil) para la nueva evangelización del continente.