ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 25 de abril de 2011

Publicidad

¡ZENIT TIENE UN SISTEMA DE PUBLICIDAD ONLINE!

¿Desea anunciar un nuevo libro, un congreso, una peregrinación, un encuentro o retiro, una página web, un DVD, un CD, una campaña, en el amplísimo y selecto mundo de los lectores de ZENIT...?

¡Publique su anuncio en los espacios publicitarios en nuestro sitio Web y/o en los servicios de ZENIT vía correo electrónico!

Podrá llegar a los centenares de millares de visitantes de nuestro sitio Web y a más de 500.000 lectores en todo el mundo, 250.000 de ellos suscritos a los servicios vía correo electrómico en español.

¡Tarifas promocionales!

Para proponer su anuncio son suficientes pocos minutos, basta seguir los pasos que se indican en el enlace:

http://ads.zenit.org/spanish

Para ver las tarifas y poner su anuncio en los servicios via email de ZENIT visite: http://ads.zenit.org/spanish


Regina Caeli

Espiritualidad

Mensaje a nuestros lectores


Regina Caeli


Benedicto XVI: La Resurrección de Jesús cambia nuestra vida
Regina Caeli en el “Lunes del Ángel”
CASTEL GANDOLFO, lunes, 25 abril 2011 (ZENIT.org).- Publicamos las palabras que dirigió Benedicto XVI este "Lunes del Ángel" (Lunes de Resurrección), en la residencia pontificia de Castel Gandolfo, al rezar la oración mariana del Regina Caeli junto a varios miles de peregrinos.

* * *

 


Queridos hermanos y hermanas:

Surrexit Dominus vere! Alleluja! La Resurrección del Señor implica una renovación de nuestra condición humana. Cristo ha vencido la muerte, causada por nuestro pecado y nos devuelve la vida inmortal. De este acontecimiento brota toda la vida de la Iglesia y la existencia misma de los cristianos. Lo leemos precisamente hoy: Lunes del Ángel, en el primer discurso misionero de la Iglesia naciente: "A este Jesús- proclama el apóstol Pedro- Dios lo resucitó, y todos nosotros somos testigos. Exaltado por el poder de Dios, recibió del Padre el Espíritu Santo prometido, y lo ha comunicado como ustedes ven y oyen" (Hechos 2, 32-33). Uno de los signos característicos de la fe en la resurrección es el saludo entre los cristianos en el tiempo pascual, inspirado en el antiguo himno litúrgico: "¡Cristo ha resucitado! ¡ Verdaderamente, ha resucitado¡". Es una profesión de fe y un compromiso de vida, tal y como les sucedió a las mujeres descritas en el Evangelio de san Mateo: "De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: "Alegraos". Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron ante él. Y Jesús les dijo: "No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán" (Mateo 28, 9-10). "Toda la Iglesia --escribe el siervo de Dios Pablo VI-- recibe la misión de evangelizar, y la obra de cada uno es importante para el todo. Esta queda como un signo junto a lo opaco y luminoso de una nueva presencia de Jesús, de su partida y de su permanencia. Esta la prolonga y lo continúa" (exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi, 8 diciembre 1975, 15: AAS 68, 14)

¿Cómo podemos encontrar al Señor y hacernos cada vez más sus auténticos testigos? San Máximo de Turín afirma: "Quien quiere alcanzar al Salvador, primero lo debe poner con la propia fe a la derecha de la divinidad y colocarlo con la persuasión del corazón en los cielos", por lo tanto, debe aprender a dirigir constantemente la mirada de la mente y del corazón hacia lo alto de Dios, donde Cristo ha resucitado. Entonces, en la oración, en la adoración, Dios encuentra al hombre. El teólogo Romano Guardini observa que "la adoración no es algo accesorio, secundario....se trata del interés último, del sentido y del ser. En la adoración el hombre reconoce aquello que vale en sentido puro, simple, y santo". Sólo si sabemos dirigirnos a Dios, rezarle, nosotros podemos descubrir el significado más profundo de nuestra vida y el camino cotidiano es iluminado por la luz del Resucitado.

Queridos amigos, la Iglesia, en Oriente y en Occidente, hoy festeja a San Marcos evangelista, sabio anunciador del Verbo y escritor de las doctrinas de Cristo, como era definido en la antigüedad. Él es también patrono de la ciudad de Venecia, adonde, si Dios quiere, iré en visita pastoral el 7 y 8 de mayo próximo. Invoquemos ahora a la Virgen María, para que nos ayude a cumplir fielmente y con alegría la misión que el Señor Resucitado confía a cada uno de nosotros.

 

[Tras rezar el Ángelus, el papa saludó a los peregrinos en varios idiomas. En español, dijo:]


 

Dirijo mi cordial saludo a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración mariana. Que no deje de resonar en el mundo y en la Iglesia la alegre noticia de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. Que la paz, que nace del triunfo del Señor sobre el pecado, se extienda por toda la tierra, en particular por aquellas regiones que más la necesitan. Que la claridad victoriosa de su semblante ilumine vuestras vidas, vuestras familias y vuestras ciudades, y fortalezca también vuestros corazones con la esperanza de la salvación que Cristo nos ha ganado con su pasión gloriosa. Feliz Pascua a todos.


 

[Hablando en italiano añadió:]


 


 

Dirijo un saludo especial a los representantes de la Asociación "Meter", promotora de la Jornada Nacional para los Niños Víctimas de la Violencia, el Abuso y la Indiferencia, y les aliento a continuar con su obra de prevención y de sensibilización de las conciencias junto a las diferentes instituciones educativas: pienso en particular, en las parroquias, y en las demás realidades eclesiales que se dedican con generosidad a la formación de las nuevas generaciones.


 

[©Libreria Editrice Vaticana]

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Espiritualidad


Pascua florida
Por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo
OVIEDO, lunes, 25 abril 2011 (ZENIT.org).- Publicamos el mensaje que ha escrito monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo, con motivo de la Pascua de Resurrección que transmite al mismo tiempo los deseos de ZENIT para sus amigos.

* * *

Queridos hermanos y amigos: paz y bien.

Decimos de quienes se contrarían, que están malhumorados. Sí, que se les ha colado un mal humo en los adentros y les deja contrariados. Pero las cosas no tienen esas penurias ahumadas malamente, aunque la vida nos complique la andadura y nos haga fatigar y hasta afogarnos en las cuestas arriba, o nos precipite desbocados en las cuestas abajo. Hay un modo distinto de ver las cosas, que aunque éstas no cambien, son otras si las miramos asomados desde otros ojos.

A veces la vida huele a azahar y sabe como a tomillo, y la tierra te llena de frescor mañanero, tanto que parece recién bañada con matutino remojo. Y además, si se la sabe mirar, más aún, si se sabe amarla, ¡entonces qué fácil es descubrir su íntimo secreto que te llena de paz y alegría el alma!

La Pascua florida nos trae esa canción. No se trata de una poesía enajenante que nos saca del quicio y del huerto, que nos emboba distraídos para no afrontar las cosas como la vida requiere. Pero la Pascua florida tiene esa belleza siempre nueva, que se estrena en esperanza y que se brinda con sonrisas, no como si nada hubiese pasado o como si nada estuviese pasando, sino precisamente en medio de todo esto.

Hemos vuelto a guardar nuestros capisayos semanasanteros, y hemos regresado a nuestros habituales asuntos tras la tregua piadosa de los días más cristianos del año. Y no se trata de volver cansinos a la carga, al hoyo o al bollo de lo cotidiano con una mueca de derrota como quien debe reemprender lo propio con enfado.

La Pascua florida nos dice que hay algo que realmente vuelve a comenzar rompiendo el maleficio que nos hace rehenes tristes de una inercia difícil de cambiar. Los inviernos y sus inclemencias, esos fríos que congelan toda posible calidez, dejan paso inevitablemente a una primavera que de modo imparable nos explota fecunda la vida. Es lo que significa la palabra hebrea "pascua", el paso, lo que acontece sin que nada ni nadie lo pueda detener. Dios pasa y pasea su vida habiendo vencido de mil modos la parada acorralante de la muerte. Esta es la Pascua que en este día vemos florecer, como se abre la flor en lo que fuera semilla, como se abre la flor en lo que luego será fruto también.

Nos llena de santa alegría esta esperanza cierta, una esperanza cumplida que una y otra vez se hace hueco en medio de nuestras cuitas, de nuestros desconciertos, de nuestros cansancios y nuestros miedos. Hay algo que se hace rebelde en nosotros por dentro, cuando una extraña y dulce fortaleza se resiste a que la vida se haga lenta, pesada, cansina y sin derrotero. Y esto es la exigencia de nuestro corazón que se hace demanda, se hace plegaria, se hace gracia en el encuentro. Sí, un encuentro entre mis preguntas más mías, y las respuestas del Señor que me las revela.

Pascua florida, regreso estrenador de la vida, donde nuestros sepulcros quedan vacíos y la muerte vencida. La luz se demostró más grande infinitamente que todas nuestras oscuridades juntas. La bondad se hizo hueco en medio de nuestras maldades. La gracia del Resucitado ha logrado hacer caducas a nuestras desgracias mortales. Y la vida misma, nos narra de tantos modos el regalo que Dios nos hace al abrazar nuestra realidad espesa y nuestra humanidad herida. Cristo ha vencido. Albricias es el canto. Nosotros los testigos y una alegría pascual nuestra seña y nuestro santo. Nos inunda a raudales la Santa Pascua florida. Felicidades.

Recibid mi afecto y mi bendición.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm

Arzobispo de Oviedo

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Mensaje a nuestros lectores


ZENIT regresa el 29 de abril – ¡Feliz Pascua!
 
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 25 abril 2011 (ZENIT.org).- Después de días intensos de trabajo en Semana Santa, el equipo de redacción de ZENIT tomará unos días de vacaciones. El servicio informativo regresará el 29 de abril. De todos modos, la redacción mantiene un observatorio de guardia y publicará información en caso de que la actualidad lo requiera.

¡Feliz Pascua de Resurrección a todos los lectores y amigos de ZENIT!

Envìa esta noticia a un amigo

arriba