ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 3 de mayo de 2011

Santa Sede

El Papa subraya que los medios de comunicación son un “servicio público”

Blogueros invitan a la Iglesia a no tener miedo de los debates

El Papa rezará el rosario con los obispos italianos el 26 de mayo

Ars Christiana

Cuando la luz no contaminaba todavía las iglesias

Mundo

La actitud cristiana ante la muerte de Bin Laden

Cuba dió las gracias al primer y único papa que la visitó

Caribe: una televisión transmitirá programas cristianos a diario

La intervención de María en la vida del beato Juan Pablo II

Retirado obispo australiano que apoya el sacerdocio femenino

Pascua violenta en la India

Análisis

El-Gohary, una historia de persecución ordinaria en Egipto

Foro

El mes de María y el doctorado del Maestro Ávila

Documentación

Discurso del Papa a la European Broadcasting Union


Santa Sede


El Papa subraya que los medios de comunicación son un “servicio público”
Deben buscar la “verdad cotidiana” que “mejor orienta el camino de la sociedad”
CASTEL GANDOLFO, martes 3 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- El mundo de los medios de comunicación tiene “potencialidades extraordinarias” para favorecer el progreso de la humanidad, aseguró el Papa Benedicto XVI a los participantes en la 17ª Asamblea de la Radio de la European Broadcasting Union, que tuvo lugar en Castel Gandolfo.

“El vuestro es un 'servicio público', servicio a la gente, para ayudarla cada día a conocer y comprender mejor lo que sucede y por qué sucede, y a comunicar activamente para participar en el camino común de la sociedad”, afirmó el Papa a los presentes.

La sociedad actual, observó, presenta numerosas situaciones que ponen “en juego valores básicos para el bien de la humanidad”, y la opinión pública “se encuentra a menudo desorientada y dividida”.

Los retos que debe afrontar hoy el mundo, según el Papa, “demasiado grandes y urgentes” como para “desanimarse y rendirse”ante las dificultades.

Entre ellos citó el “respeto de la vida humana, de la defensa de la familia, del reconocimiento de los auténticos derechos y de las justas aspiraciones de los pueblos, de los desequilibrios que causan subdesarrollo y hambre en muchas partes del mundo, de la acogida de inmigrantes, del paro y de la seguridad social, de las nuevas pobrezas y marginaciones sociales, de las discriminaciones y de las violaciones de la libertad religiosa, del desarme y de la búsqueda de solución pacífica de los conflictos”.

En este contexto, indicó, corresponde a las radios y las televisiones la tarea de “alimentar cada día una información correcta y equilibrada y un debate profundo para encontrar las mejores soluciones compartidas sobre estas cuestiones en una sociedad pluralista”.

“Es un deber que requiere alta honradez profesional, corrección y respeto, apertura a las perspectivas distintas, claridad al afrontar los problemas, libertad ante las barreras ideológicas, conciencia de la complejidad de los problemas”, añadió el Papa.

“Se trata de una búsqueda paciente de esa “verdad cotidiana” que mejor traduce los valores en la vida y mejor orienta el camino de la sociedad, que debe buscarse al mismo tiempo con humildad”.

Papel de la Iglesia

“En esta búsqueda, la Iglesia católica tiene una contribución específica que dar, y quiere darla dando testimonio de su adhesión a la verdad que es Cristo, pero al mismo tiempo con apertura y espíritu de diálogo”, subrayó Benedetto XVI. 

La religión, de hecho, “contribuye a purificar la razón, ayudándola a no caer en distorsiones, como la manipulación por parte de la ideología, o la aplicación parcial que no tenga plenamente en cuenta la dignidad de la persona humana”.

Igualmente, “también la religión reconoce tener necesidad del correctivo de la razón para evitar los excesos, como el integrismo o el sectarismo.”. 

Por ello, invitó a los presentes a “ promover y alentar el diálogo entre fe y razón en la perspectiva del servicio al bien común”.

También quiso destacar la rápida aceptación que tuvo la radio en la Iglesia católica, casi desde su invención, así como su importancia para los papas durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.

“Cuando mi predecesor Pío XI se dirigió a Guglielmo Marconi para que dotase al Estado de la Ciudad del Vaticano de una emisora de radio a la altura de la mejor tecnología disponible en aquel tiempo, demostró haber intuido con agudeza en qué dirección se estaba desarrollando el mundo de las comunicaciones, y qué potencialidades podía ofrecer la radio para el servicio de la misión de la Iglesia”.

A través de la radio, los pontífices “pudieron transmitir más allá de las fronteras mensajes de gran importancia para la humanidad”, así como “apoyar durante mucho tiempo las esperanzas de creyentes y pueblos sometidos a regímenes opresores de los derechos humanos y de la libertad religiosa”.

“Desde los discursos de Pío XII, pasando a través de los documentos del Concilio Vaticano II, hasta mis más recientes mensajes sobre las nuevas tecnologías digitales, está atravesado por una vena de optimismo, de esperanza y de simpatía sincera verso hacia aquellos que trabajan en este campo para favorecer el encuentro y el diálogo, servir a la comunidad humana, contribuir al crecimiento pacífico de la sociedad”, concluyó Benedicto XVI.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Blogueros invitan a la Iglesia a no tener miedo de los debates
Primer encuentro en el Vaticano
CIUDAD DEL VATICANO, martes 3 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Los participantes en el encuentro de blogueros, organizado el 2 de mayo en el Vaticano por el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales y el Consejo Pontificio para la Cultura, lanzaron un llamamiento a la Iglesia a no tener miedo del debate.

Los 150 autores de bitácora conformaron una asamblea muy diferente a la que en general se convoca en la Vía dell'Ospedale, junto a al Vía de la Conciliación. Nada más sentarse, prácticamente todos encendieron su ordenador portátil o sacaron su teléfono móvil para conectarse a Internet.

Y durante el encuentro, la discusión en Facebook o Twitter alcanzó una enorme intensidad.

Un encuentro, por tanto, tanto físico como virtual, para permitir a los otros 750 blogueros inscritos, que por falta de espacio no pudieron participar, pudieran seguirlo de cerca.

Esta reunión quería ser sumamente abierta, como declaró el presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, el arzobispo Claudio Maria Celli, al inicio de la sesión, precisando que no se trataba "de un encuentro de blogueros católicos, aunque muchos de ustedes se inspiren en los valore del Evangelio, sino que quiere ser un momento animado sobre todo por un diálogo respetuoso -como nos invita el Papa con frecuencia--: un respeto por la verdad".

La primera mesa redonda dio la palabra a varios de estos blogueros, que subrayaron la importancia de esta forma de comunicar en internet.

A través de los blogs, dijeron, la fe puede transmitirse y las discusiones se entablan entre las personas presentes en la red.

Citando palabras de Juan Pablo II, Andrés Beltramo, autor del blog "Sacro y profano", corresponsal en Roma de la agencia Notimex, invitó a la Iglesia a no tener miedo de abrir estos debates.

Consejo retomado por el autor italiano de varios blogs, Mattia Marasco, quien invitó a la Iglesia a "atreverse más" en este campo.

Los primeros cinco en tomar la palabra insistieron en el aspecto misionero de los blogs.

El padre Roderick Vonhögen confesó que descubrió casi por casualidad la fuerza y el poder de los blogs. Enviando vídeos en Internet, se ha convertido en "un pastor para personas que lo necesitan" y que van a verle en la red.

Este sacerdote holandés, que publica sus intervenciones en inglés, compara su actividad pastoral en la red a la construcción de una comunidad local.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, indicó uno de los aspectos más importantes de los blogs para la comunidad cristiana: "Los blogueros católicos son la opinión pública en la Iglesia. El magisterio conciliar preveía esta realidad, que no ha sido muy desarrollada".

Otros representantes de la Santa Sede ilustraron la escasez de recursos con los que cuenta la Santa Sede para estar presente en Internet, lo que ha promovido en los últimos tiempos el uso de las redes sociales (Facebook, Twitter,...).

Recursos estos últimos que están siendo utilizados de una manera particularmente eficaz por la organización de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, según se constató.

Este encuentro de breve duración fue presentado por monseñor Celli como el inicio de otras posibles iniciativas de mayor envergadura. Para la Santa Sede, reconoció él mismo, ha servido para llegar a "una toma de conciencia oficial de la existencia y de la importancia en la vida de hoy de la 'blogosfera'".

En el rostro de los blogueros, por otra parte, pudo constatarse la alegría provocada por el encuentro con colegas de otros rincones del planeta con pasiones comunes.

Un punto surgió con claridad de las discusiones: el nacimiento de un nuevo tipo de presencia pastoral en Internet, hasta el punto de que según el sacerdote italiano Marco Sanavio, hoy es necesaria la figura del "web-pastor".

Una misión que surgió en varias ocasiones en el encuentro, y que fue claramente presentada por François Jeanne-Beylot: "si Cristo viniera a predicar hoy, no se subiría a una montaña o una barca, sino que se iría a Twitter o abriría un blog".

Stéphane Lemessin

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


El Papa rezará el rosario con los obispos italianos el 26 de mayo
En la Basilica de Santa María la Mayor, por los 150 años de la Unidad de Italia
ROMA, martes 3 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Un acto de confianza de Italia a la Virgen, con ocasión de las celebraciones de la unidad nacional. Será éste el significado del rezo del Santo Rosario que Benedicto XVI presidirá el jueves 26 de mayo próximo a las 17,30 h., en la Basílica romana de Santa María la Mayor.

El Papa, se lee en un comunicado de la Prefectura de la Casa Pontificia, recitará la oración mariana “junto con los obispos italianos, reunidos en Asamblea General”.

Benedicto XVI – prosigue la nota – ha querido así acoger la invitación que le dirigió el cardenal Angelo Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.

“Con esta oración – concluye después – los obispos italianos quieren reafirmar el vínculo particular con Italia, renovando su encomendamiento a la Virgen Madre en el 150 aniversario de la unidad política del país”.


 

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Ars Christiana


Cuando la luz no contaminaba todavía las iglesias
 
Por Rodolfo Papa*

ROMA, martes 3 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Leyendo y escuchando comentarios de obras de arte, nos encontramos siempre con un componente esencial de la descripción crítica: la luz. Utilizada en clave técnica o más raramente en clave teórica, aparece casi siempre en la narración de algunos periodos históricos como el Gótico o en la descripción de algunos artistas como Jan Van Eijk o Caravaggio.

Si bien se nombra siempre, en realidad la luz no está considerada de hecho de manera sistemática en el campo historiográfico, como recuerda Hans Sedlmayr, comenzando desde un eclipse de luz que sucedió realmente en 1842: “La historia del arte se pone el deber de considerar y estudiar más atentamente un suceso que está sin duda entre los más graves e importantes del siglo […]: la muerte de la luz. Esto -es obvio- podría realizarse sólo en el ámbito de una historia de la luz en el arte (y no sólo en el arte) que comprenda todas las épocas; se podría incluso constatar que una historia de la luz pondría en evidencia fenómenos todavía más esenciales que la historia del espacio que, desde Riegl se convirtió el gran problema de fondo de la historia del arte.. (a mitad del s.XIX) la luz sufre dos cambios de la época. Se seculariza completamente en la arquitectura en hierro y vidrio de los edificios de cristal […], elevándose a un significado metafísico-secular. La calidad se transforma en cantidad; surge una verdadera sed de luz […] esto debe recordar a nuestra mente la infinita sed de luz que arde en el hombre en el que está apagada la luz interior. Este hombre tiene necesidad de la plenitud de la luz natural y material justamente por subrogar esta falta, necesita el culto a la luz de los edificios de cristal, de la pintura en plein air, de la fotografía, de una iluminación total de las casas durante el día (hasta tal intensidad que hoy se considera dañina), del culto a los baños de sol; tiene necesidad de transformar la noche en día, inventando nuevas fuentes de luz que rivalizan con el sol. Al mismo tiempo, comenzando la época de Cézanne, la luz es engullida por los colores” (Hans Sedlmayr, La muerte de la luz [1951], en La luz sus manifestaciones artísticas, Palermo 2009, p. 61).

A partir de estas consideraciones, podrían abrirse infinitos campos de investigación, que de hecho no han sido llevados a cabo, incluso a partir de los años '50 del siglo pasado, se asistió a una profundización del estudio de la sombra, es decir del lugar en ausencia de la luz, como confirma finalmente el famosísimo texto de Ernest Gombrich The Shadows del 1995. Además, como mencionó Sedlmayer respecto al traslado del interés de la luz al color, podemos decir de una visión metafísica a una materialista, se confirma en los desarrollos sucesivos, en el campo artístico, teórico e historiográfico. El color se desvincula de la luz, permaneciendo como un elemento considerado exclusivamente material, para algunos antitético a la luz, sin la cual de hecho no podría existir. Y también la luz se ha reducido a un fenómeno puramente eléctrico.

Tomando, por ejemplo, como análisis el libro de Philip Ball, Color. Una biografía [2001], que relata narrativamente la historia del color que, originándose en la segunda parte del siglo XX se desarrolla hasta nuestros días, destacamos el énfasis del deseo de producir pigmentos sintéticos, capaces de ser ellos solos, el único corazón que impulsa toda la actividad creativa, no sólo en el campo artístico, sino que aparece en todos los ámbitos, gracias a la característica típica de nuestra época de hacer mover cualquier signo periférico hasta convertirlo en un agente consumista globalizado. Ball comienza así su relato: “Creo que en el futuro se comenzará a pintar cuadros de un solo color y nada más. El artista francés Yves Klein pronunció esta frase en 1954, antes de lanzarse en un periodo monocromo, durante el cual toda su obra estaba compuesta de un único y hermoso color. Esta aventura culminó con la colaboración de Klein con un distribuidor de colores parisino Edouard Adam en 1956, en la búsqueda de un nuevo tono de azul, tan vibrante como desconcertante. En 1957 lanzó su manifiesto con una muestra, Proclamación de la época azul, que estaba compuesta de once cuadros pintados con este nuevo color. Afirmando que la pintura monocroma de Yves Klein era fruto de los progresos tecnológicos de la química, no pretendo decir sólo que su color era un producto químico moderno: el concepto total de su artes estaba inspirado en la tecnología. Klein no quería sólo exhibir un color puro: quería mostrar la magnificencia del nuevo color para disfrutar la consistencia material” (Philip Ball, Color. Una biografía [2001], Milán 2004, pp.9-10).

Las gamas infinitas de colores ofrecidos por las empresas productoras dominan hoy el mercado, impregnando todos los ámbitos de una manera sinuosa y sensual, sin embargo pueden provocar una inmensa pérdida cultural. Finalmente Manlio Brusatin, en la introducción a su memorable Historia de los colores de 1983, escribe: “En esta breve historia [de los colores] se encuentra también todo lo que pertenece al aspecto material de los colores, es decir el modo de fabricación, su uso y fortuna hasta el cambio trágico a la edad industrial: de las tintas naturales sometidas a la decoloración del tiempo y a su fantasma purpureo hasta la historia de los colores químicos tenaces, violentos y esenciales como venenos” (Manlio Brusatin, Historia de los colores, Turín 1983, pp. XI-XII).

Se trata del análisis de la pérdida de un principio fundamental e insustituible para representar la belleza. Desde tiempos antiguos la luz ha sido la metáfora principal para narrar el esplendor de la verdad y de la belleza. En la época cristiana, más tarde, la luz se convirtió en el símbolo mismo de la belleza, que es en sí misma una verdad iluminadora, y por tanto es capaz de decir algo sobre el inefable misterio de Dios. La belleza es proporción, es decir el lugar numérico y geométrico de verdades evidentes, pero también es claritas es decir esplendor, luminosidad, lucidez, pureza iluminadora. Toda la arquitectura, la pintura, la escultura y finalmente la poesía estaban constituidas e impregnadas de claritas. Cada elemento de las decoraciones infinitas escultóricas de las catedrales tenían el deber de capturar la luz y de reverberarla a su alrededor, en una cascada continua de una luminosidad descendente, capaz de asumir el deber de iluminar materialmente un lugar, sin perder el valor simbólico moral y espiritual.

Hoy como destaca Sedlmayer, vivimos en una época incapaz de vivir y de soportar la penumbra, en una exposición excesiva a la luz, que crea una contaminación lumínica dañina, una contaminación óptica dañina, con un coste de producción energética, pero también con infinitos daños psicológicos y espirituales. Las iglesias contemporáneas utilizan sistemas tecnológicos de iluminación que no tienen nada que ver con la claritas, la exigencia práctica ha eliminado el interés por la belleza y por la verdad. Sucede entonces, que estas iglesias parecen mudas y ciegas, quizás porque se ha aceptado demasiado los dictámenes del consumo contemporáneo, sin verificar los costes no materiales. Pero lo sagrado es una cosa distinta al industrial design

[Traducción del italiano por Carmen Álvarez]
------------

* Rodolfo Papa es historiador de arte, profesor de historia de las teorías estéticas en la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma; presidente de la Accademia Urbana delle Arti. Pintor, miembro ordinario de la Pontificia Insigne Accademia di Belle Arti e Lettere dei Virtuosi al Pantheon. Autor de ciclos pictóricos de arte sacro en diversas basílicas y catedrales. Se interesa en cuestiones iconológicas relativas al arte del Renacimiento y el Barroco, sobre el que ha escrito monografías y ensayos; especialista en Leonardo y Caravaggio, colabora con numerosas revistas; tiene desde el año 2000 un espacio semanal de historia del arte cristiano en Radio Vaticano. 


 

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Mundo


La actitud cristiana ante la muerte de Bin Laden
Declaraciones del portavoz de la Conferencia Episcopal Italiana a ZENIT
ROMA, martes 3 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- "El presidente Obama al informar de la muerte de Bin Laden hizo una distinción muy saludable: precisó que la guerra no es contra el islam sino contra el terrorismo", explica a ZENIT monseñor Domenico Pompili, portavoz de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).

El sacerdote ha comentado la muerte del líder de la red terrorista Al Qaeda en una entrevista concedida al margen del seminario de estudio sobre el tema "Palabra y Palabras" organizado por la Acción Católica Italiana este martes.

De este modo, prosiguió "puso en evidencia que es necesario oponerse a la violencia y no a una experiencia religiosa a la que pertenecen millones de personas, con una propia dignidad y que son -como indicado en el Vaticano II- creyentes en Dios como nosotros los cristianos".

"Me parece importante --prosiguió monseñor Pompili-- desconectar este cortocircuito de un choque de civilizaciones, que representa una lectura superficial sobre lo sucedido. En realidad las religiones no son portadoras de violencia pero a veces pueden ser manipuladas por los poderes económicos o políticos".

El punto de equilibrio "lo ha precisado el cardenal Angelo Bagnasco presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI)  cuando recordó que había rezado por Bin Laden y al mismo tiempo por las víctimas del terrorismo".

El presidente de la CEI de hecho mostró "la actitud cristiana que no es el de alegrarse por la muerte de nadie pero de hacer que lo sucedido sea una ocasión de reflexión que tenga presente el contexto en el cual vivimos".

"Sobre los trágicos hechos del terrorismo -prosiguió el portavoz de la CEI- ciertamente la reflexión es que la religión nunca debe ser utilizada como un instrumento de guerra, porque una verdadera experiencia religiosa lleva más bien a tomar los elementos de vecindad y de continuidad. Todo lo que sube converge. Una verdadera religión vuelve posible el encuentro entre los pueblos".

Monseñor Pompili recordó además lo que Benedicto XVI recordó diversas veces y como "la fe no puede estar nunca contra la razón", pero  más bien como de la unión de estas dos dimensiones sea posible dar "un servicio digno del hombre y capaz de lograr superar tantas injusticias existentes en el mundo de hoy".

"La verdad es que el Evangelio es realmente una profecía de la paz" y añadió que "hoy delante de las enormes potencialidades destructivas de la que el hombre es capaz existe verdaderamente una emergencia de la paz".

Sobre el riesgo de generalización y simplificación entre islam y violencia precisó: "A la luz de lo que conozco sobre nuestra religión tengo que decir que muchas veces no es la religión sino las interpretaciones que se dan de la misma" lo que suscita problemas.

"Muchas veces -prosiguió- bajo la presión de  directos intereses políticos y económicos se induce a una lectura más bien que a otra" y por lo tanto "el Señor de los Ejércitos, de testamentaria memoria puede ser entendido como un sello de su grandeza o en cambio interpretado instrumentalmente en sentido político o militar. Obviamente es la inteligencia y la responsabilidad de cada uno hacer una lectura apropiada".



 

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Cuba dió las gracias al primer y único papa que la visitó
Delegaciones oficiales en La Habana y el Vaticano honraron al nuevo beato
LA HABANA, martes 3 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- El cardenal arzobispo de La Habana Jaime Ortega invitó a los fieles a participar en la Santa Misa que, con motivo de la beatificación de Juan Pablo II, presidió el nuncio apostólico Angelo Becciu, en la catedral de La Habana, el domingo a las seis de la tarde.

Funcionarios del gobierno de Raúl Castro asistieron a la misa, poco antes de que la televisión estatal retransmitiera en diferido la ceremonia emitida desde la televisión vaticana.

El secretario del Consejo de Estado, Homero Acosta, el vicecanciller Dagoberto Rodríguez y Carlos Samper, de la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista de Cuba asistieron a la celebración litúrgica.

Ante medio millar de fieles, que llenaron la catedral, el nuncio apostólico Angelo Becciu aseguró que Juan Pablo II fue “un amigo de Cuba, sabemos con qué interés y amor sentía la vida de este país”.

El papa Wojtyla, el único pontífice que ha visitado la Isla caribeña en toda su historia, marcó un hito en su viaje apostólico a Cuba, del 21 al 25 de enero de 1998, al estrechar la mano a Fidel Castro y reconvenir públicamente al ministro y sacerdote poeta Ernesto Cardenal, por ejercer un cargo político sin permiso vaticano. Imágenes que dieron la vuelta al mundo, marcando un antes y un después en las relaciones del país comunista con el resto del mundo.

La visita logró distender las tensiones de medio siglo entre el gobierno comunista de Fidel Castro y la Iglesia local, así como estrechar relaciones entre la Santa Sede y La Habana.

La frase más repetida, pronunciada aquí por Juan Pablo II – calificado oficialmente como “mensajero de la verdad y la esperanza” – fue que “Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba”. Una frase que derribó años de aislamiento y abrió la puerta a un progresivo deshielo del último bastión de la guerra fría.

En un reciente libro, el secretario de Estado de la Santa Sede, cardenal Tarcisio Bertone, afirma que Juan Pablo II “estimaba que había sido una visita muy positiva, sobre todo por el entusiasmo del pueblo, que vivió momentos de libertad gracias a ella”.

El Papa “me confesó que probablemente ningún jefe de Estado se había preparado tan a fondo para su visita” como Fidel Castro, quien “había leído las encíclicas y los principales discursos e incluso algunas poesías”, afirmó Bertone.

“Sin duda, podemos decir que su visita constituyó un acontecimiento trascendental en la historia de esta nación y de la Iglesia”, afirmó por su parte el nuncio en Cuba.

Monseñor Becciu agradeció al gobierno cubano que hubiera querido enviar una delegación oficial a la celebración, manifestando de esta manera “su complacencia por el evento y por las buenas relaciones con la Santa Sede”.

Una cadena estatal retransmitió íntegramente la ceremonia del Vaticano en forma diferida a partir de las 20,30 hora local.

Los católicos de toda la Isla celebraron por todo lo alto la beatificación de Juan Pablo II mientras que en todas las iglesias de La Habana repicaron campanas por disposición del cardenal arzobispo Jaime Ortega, que fue creado cardenal por Juan Pablo II el 26 de noviembre de 1994.

El cardenal Ortega solicitó a todos los sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos que participaran en la misa en la catedral y que repicaran las campanas el domingo en todas las parroquias, capillas e iglesias a las cuatro de la tarde (hora local), según un mensaje enviado a los fieles de su archidiócesis.

El purpurado cubano, quien en 2010 abrió un inusitado diálogo con el presidente Raúl Castro, estuvo presente en la ceremonia de beatificación en la plaza de San Pedro de Roma, ceremonia a la que también asistió una delegación del gobierno cubano. La delegación gubernamental estuvo encabezada por Caridad Diego, jefa de oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista.

Los medios cubanos e internacionales recuerdan en estos días la trascendencia para las relaciones internacionales que tuvo la visita de Juan Pablo II a Cuba, y también entre la Iglesia y el Estado cubano, cuyas relaciones llegaron a su más bajo nivel en los años 60.

Actualmente, el diálogo iniciado a raíz de la excarcelación de centenares de presos de conciencia y su salida del país, acompañados por sus familiares, marca el mejor momento en las relaciones Iglesia-Estado en Cuba.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Caribe: una televisión transmitirá programas cristianos a diario
En Trinidad y en Tobago con el apoyo de Ayuda a la Iglesia Necesitada
PUERTO ESPAÑA, martes 3 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- La asociación caritativa internacional, Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), está proveyendo a una comunidad laica de Trinidad y Tobago de los medios que necesita para realizar transmisiones cristianas que se difundirán 24 horas al día.

Ayudando a la red televisiva de la comunidad Living Water (Agua Viva) con una donación de 9.000 dólares estadounidenses, AIN responde así a la petición de Benedicto XVI de apoyo a los proyectos que usan los medios modernos para evangelizar.

Trinity TV retransmite desde hace 17 años, y en los últimos dos también realiza una cobertura de 24 horas desde Internet.

Para asegurar las transmisiones televisivas durante todo el día, el fondo puesto a disposición por AIN, pretende adquirir nuevos aparatos, como telecámaras, un set de transmisión wireless y un camcorder.

Hasta este momento, solo había un único set de aparatos que había que transportar cada vez que se cambiaba de estudio. Trinity TV tiene el apoyo total del arzobispo Edward J. Gilbert de Puerto España, capital de la república de Trinidad y Tobago.

Sobre la donación de AIN, la fundadora de la comunidad Living Water, Rhonda Maingot, ha dicho que “este apoyo generoso nos ha permitido realizar un gran mejoramiento en las dos salas de montaje y en la sala de transmisiones”.

“Vuestro apoyo a nuestro ministerio de comunicadores católicos en el curso de los años, nos ha permitido llevar adelante esta importante labor de evangelización”, añadió.

La Trinity Communications Network nació para usar los medios de comunicación con el fin de evangelizar.

Creada en 1994, Trinity TV promueve y apoya la obra catequética y evangelizadora que se desarrolla en las parroquias, comunidades laicas y en varios grupos eclesiales.



 

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


La intervención de María en la vida del beato Juan Pablo II
Publicado un libro del obispo uruguayo Jaime Fuentes
MADRID, martes 3 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Con el título “Totus tuus. La intervención de la Virgen en la vida del beato Juan Pablo II”, se acaba de publicar un libro de monseñor Jaime Fuentes, obispo de Minas, Uruguay.

“Jaime Fuentes ha escrito con genuina inteligencia de amor, para que los lectores y las lectoras asuman la sabia indicación que nos dejó como testamento Juan Pablo II: abrid las puertas de vuestra existencia a Cristo, Hijo de Dios e hijo del hombre, abandonaos en la filial confianza en la Madre del Señor, que la Iglesia del tercer milenio muestra con alegría como Buena Pastora”, afirma en el prólogo del libro, editado por Cobel, Salvatore Perrella, OSM, profesor de Teología Dogmática y Mariología Sistemática de la Facultad Teológica Pontificia Marianum.

Dividida en doce capítulos, esta obra afronta, en el primero, la figura de María como madre de la Iglesia y la actitud del beato Juan Pablo II hacia la Virgen, que se resume en la frase “¡Todo por medio de María!”, siguiendo la tradición de grandes santos como Bernardo de Claraval, Grignion de Monfort y Maximiliano Kolbe.

El segundo capítulo se centra en el misterio del 13 de mayo, en la coincidencia entre el atentado contra el papa Wojtyla y la fiesta de Nuestra Señora de Fátima, y en la interpretación que de todo ello hizo el nuevo beato.

El autor subraya la componente de “misterio” que tuvieron todos estos acontecimientos, y el convencimiento de Juan Pablo II de que había sido la mano maternal y misericordiosa de María la que desvió el proyectil del mercenario Ali Agca. Incluye un extenso testimonio del entonces secretario personal del papa, actual cardenal Stanislaw Dziwisz, revelando detalles poco conocidos de aquél suceso, y su respuesta a los interrogantes que aquellos hechos suscitaron.

El resto de los capítulos aborda la biografía de Juan Pablo II siguiendo como hilo conductor su magisterio mariano, así como sus gestos de consagración a Nuestra Señora. Un hito en este itinerario filial fue su viaje a Fátima, un año después del atentado, para agradecer a la Virgen “haberme salvado del peligro”. Afirmando que “no hay meras coincidencias en los designios de la Providencia divina” el papa Wojtyla afirmó en aquella ocasión haber sentido “una llamada de atención para el mensaje” que partió de Fátima 65 años antes. Después se vería que fue fiel a aquella llamada.

Otro hito fue la convocatoria de un Año Santo extraordinario que comenzaría en la fiesta de la Anunciación de 1983, como tiempo de preparación para el gran jubileo de 2000, abriendo un “tiempo de adviento” en toda la Iglesia en compañía de María “madre del Redentor”. Tema este de su primera encíclica Redemptor hominis. En una carta a los obispos del mundo, les invitó a que, en la fecha del 25 de marzo siguiente renovaran el acto de consagración que el mismo había hecho en Fátima.

Otro capítulo del libro aborda Lourdes y el misterio de sufrimiento humano, a través de la mirada y el magisterio de Juan Pablo II.

Monseñor Jaime Fuentes presenta también más adelante la figura de María en relación a la dignidad de las mujeres. Destaca a aquellas que en la historia de la Iglesia han merecido el título de doctoras. Y explica el magisterio del beato Juan Pablo II dirigido a las mujeres, cuya misión veía inscrita en el misterio de la Iglesia-Madre e Iglesia-Esposa. En este mismo capítulo, inserta el tema de la cultura de la vida que tanto promovió el papa Wojtyla, y expone su visión del “genio femenino”.

En capítulos sucesivos da respuesta en clave mariana a la pregunta: ¿por qué cayó el comunismo? Y comenta las setenta catequesis que Juan Pablo II dedicó a la Virgen en sus audiencias.

Se detiene en el año 2000, cita del Gran Jubileo, en el que el papa hace el anuncio de la revelación del “tercer secreto de Fátima”. Este jubileo, en opinión del autor, fue la meta hacia la cual el pontífice “encaminó a la Iglesia durante 22 años”. Una vez alcanzada, Juan Pablo II ofrecía una nueva sorpresa: un programa para el milenio que se iniciaba. Y un año después de la encíclica Novo millenio ineunte, en la que propone contemplar el rostro de Cristo, expone la “vía maestra” de esta contemplación, el rosario.

Todavía en un último capítulo el autor recoge los mensajes marianos de un papa doliente, en los últimos años de su vida. El más significativo fue la entrega del icono de la Madre de Dios de Kazán al patriarca de Moscú Alejo II para “contribuir a la deseada unidad entre las Iglesias católica y ortodoxa”.

En su conclusión, monseñor Fuentes aborda dos aspectos muy debatidos entre los fieles de la Iglesia, que se refieren a la petición por parte de algunos de que se definan nuevos dogmas relativos a María. El autor hace un recorrido histórico sobre el origen de estas propuestas y recoge el magisterio del actual papa Benedicto XVI al respecto.

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Retirado obispo australiano que apoya el sacerdocio femenino
El Papa nombra un administrador apostólico para Toowoomba
TOOWOOMBA, martes 3 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Benedicto XVI retiraba ayer lunes a monseñor William Morris, de 67 años de edad, del cuidado pastoral de la diócesis de australiana de Toowoomba.

La nunciatura apostólica australiana anunció ayer que el Papa retiró a monseñor Morris del gobierno de la diócesis, y que designó al obispo auxiliar de Brisbane, monseñor Brian Finnegan, como administrador apostólico de Toowoomba.

En una carta distribuida durante el fin de semana, monseñor Morris afirmó que “el Papa Benedicto XVI había decidido que la diócesis fuese regida por un nuevo obispo”.

Destacó que esto sucedía como consecuencia del hecho de que “algunos de los que no aprueban mi liderazgo” han presentado “quejas sobre mí, algunas de ellas por causa de mi Carta Pastoral de Adviento de 2006”.

Entre otras cosas, la carta pastoral sugería la ordenación de mujeres y hombres casados al sacerdocio como solución a la escasez de vocaciones en esta diócesis.

Monseñor Morris afirmó que “esto provocó una visita apostólica y un continuo diálogo entre mi persona y las Congregaciones para los obispos, Del Culto Divino y la Doctrina de la fe y finalmente con el Papa Benedicto XVI.

El prelado ha sido obispo de Toowoomba desde 1993.

Monseñor Finnegan publicó una declaración pastoral en la que se confesaba “muy agradecido a la generosa y amable bienvenida del monseñor Bill Morris, quien confía en que la dedicación de sacerdotes, religiosos y otros líderes y organismos etc.. continúe y supongan un gran apoyo para mi desempeño”.

“En todo cambio significativo”, añadió, “varias personas tienen sentimientos encontrados, ya puede ser de enfado y decepción por un lado y paz y esperanza por el otro”.

El prelado afirmó, “ojalá que crezcamos, sean cual sean los sentimientos, en la llamada a la reconciliación, conversión, perdón, servicio y en el deseo del Señor de que avancemos hacia la plenitud de la vida”.

La diócesis de Toowoomba tiene 65.900 católicos, con 50 sacerdotes y 73 religiosos.


 

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Pascua violenta en la India
Episodios de violencia anticristiana sacuden varios estados del país
ROMA, martes 3 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Para los cristianos hindúes, no ha sido una Pascua tranquila. Varios episodios de violencia anticristiana han marcado, de hecho, estos días sagrados.

Según cuenta a la agencia vaticana Fides Joseph Dias, director de la organización Catholic Secular Forum (CSF), los estados que han sufrido estos episodios recientemente son el Madhya Pradesh, el Maharashtra y el Kerala.

En el Madhya Pradesh, en India central, durante el Viernes Santo, el pastor protestante Ramesh Devda fue golpeado y abandonado sin consciencia por extremistas hindúes en el distrito de Meghnagar.

En Maharashtra (India centroccidental), radicales hindúes irrumpieron en la asamblea de una comunidad cristiana tribal, impidiendo la celebración del Jueves Santo y de la Pascua. A continuación, la policía arrestó a seis cristianos con la acusación de “conversiones ilícitas”.

En Kerala (India meridional), Estado en el que hay muchos cristianos y donde los casos de violencia son escasos, algunos militantes de la organización extremista hindú del grupo “Rashtriya Swayamsevak Sangh” (RSS) detuvieron y golpearon a algunos jóvenes cristianos que estaban distribuyendo copias del Evangelio a los transeúntes.

“Como cristianos no nos desanimamos y continuamos proclamando que Dios está con nosotros”, afirmó Dias.

“La manifestación del Viernes Santo en Mumbai, con la oración por las víctimas de los crecientes ataques anticristianos, fue un testimonio tangible”, añadió. “Queremos plantear la situación a las autoridades estatales para que garanticen la libertad real de culto en el país, para todos los creyentes, de todas las religiones.

El CSF ha lanzado también una campaña de reclutamiento hacia los jóvenes cristianos que quieran convertirse en “antenas” de la organización en todos los estados de la federación, para contribuir en la defensa de los derechos humanos y de las minorías religiosas.

 

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Análisis


El-Gohary, una historia de persecución ordinaria en Egipto
La obsesión hacia las conversiones en el mundo islámico
ROMA, martes 3 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Uno de los temas que en los países musulmanes crean tensiones contra las minorías cristianas, es, sin duda, el de las conversiones. En un artículo publicado el 29 de agosto de 2007 en AsiaNews, el islamólogo y jesuita egipcio, Samir Khalil Samir, habló de una “verdadera y propia obsesión hacia las conversiones” en el mundo islámico.

Como recordaba el padre Samir, docente en la universidad de San José en Beirut, hay al menos 7 países musulmanes, entre los que destacar Arabia Saudita, Irán y Nigeria, en la que se aplica la pena de muerte a quien se convierte del Islam a otras religiones. La conversión se considera, de hecho, “como una acción de apostasía que merece la muerte”. Otros países, entre los que está el “moderado” Egipto, condenan a cárcel por ultraje al Islam o por haber provocado escándalo (fitna) haciendo público el cambio de religión. Otra estrategia para deshacerse de un incómodo convertido es obligarle a emigrar, como es el caso del escritor y teólogo egipcio Nasr Hamed Abu Zaid, que sufrió una “fatwa”, pudiendo escapar en los años '90 a Holanda.

De este modo, hace poco, concluyó felizmente un caso muy dramático y emblemático para el nivel de persecución hacia los convertidos del Islam en Egipto. Se trata del de Maher Ahmad El-Mo'otahssem Bellah El-Gohary, de cincuenta y tres años de edad, y el de su hija de diecisiete, Dina Mo'otahssem. Según lo relatado por Compass Direct News (21 de abril), después de un infierno que duró varios años, el hombre llegó, junto a su hija, el pasado 30 de marzo a París desde Damasco.

En la capital francesa, donde ha pedido asilo, El-Gohary se dirigió el pasado 18 de abril a la embajada americana para pedir asilo también en los Estados Unidos, donde ya vive su segunda mujer (también ella es una convertida). Los dos cónyuges no se ven desde marzo de 2009.

Esta situación se desbloqueó gracias a un permiso obtenido por vía judicial para el expatrio, después de la “Revolución del 25 de enero” y gracias a la caída del presidente Hosni Mubarak. Huyeron el 22 de febrero a Damasco, donde El-Gohary y su hija también se sentían en peligro. Después de una acogida muy fría en la embajada de los Estados Unidos de Damasco, el convertido se dirigió, gracias al consejo de la embajada de la Santa Sede, a la de Francia, para pedir una visado de entrada que se le concedió el mismo día. “Aprecio verdaderamente los que el embajador francés ha hecho por nosotros”, declaró El-Gohary. “Nos ha salvado”.

El acercamiento al cristianismo de El-Gohary (o Peter Athanasius, como también es conocido) comenzó hace casi 40 años, cuando frecuentaba la academia de policía y compartía su habitación con un alumno perteneciente a la minoría copta. Los episodios de “bulling” hacia su compañero cristiano suscitaron el interés del joven, que no conocía el cristianismo. Como sucede a menudo en estos casos, creció en El-Gohary el deseo de leer la Biblia, decisión que provocó en sus padres un fuerte desagrado -su padre es un policía de alto rango-, por que lo consideraban “verdaderamente un libro pésimo” (CDN, 25 de mayo de 2010).

Al aspirante a policía le afectó profundamente la cita del Evangelio que cuenta el encuentro entre Jesús y una mujer sorprendida en adulterio, que Él salva de la inminente lapidación con la conocida frase: “El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra” (Jn. 8,7). El-Gohary también se sintió muy atraído por la concepción cristiana del Paraíso, tan distinta de la islámica, con sus placeres de los sentidos.

Su decisión de seguir a Cristo, tomada después de una visión luminosa acompañada de una fuerte sensación de paz, expuso a El-Gohary a crecientes presiones de “bulling” en el interior de la academia, incluso de parte de sus superiores. Mientras decide abandonar su carrera en el cuerpo de policía, su conversión también provoca una crisis en su matrimonio con una musulmana, que pide y obtiene el divorcio.

La vida de El-Gohary, que mientras tanto se casó con otra musulmana (pero que se convirtió a su vez), se transforma en una pesadilla en agosto de 2008, cuando denuncia al gobierno egipcio, pidiendo el derecho de cambiar su pertenencia religiosa en el carnet de identidad. El objetivo era evitar que su hija fuese considerada “apóstata” y se vea obligada a seguir en la escuela los cursos de religión islámica u obligada a casarse con un musulmán. En Egipto, los hijos son inscritos en el registro con la religión del padre y a las mujeres musulmanas no se les permite casarse con un hombre de otra religión.

Esta acción suscitó tal clamor, que padre e hija se vieron obligados a esconderse y vivir en lugares secretos. Sufrieron agresiones verbales (incluso desde los megáfonos de las mezquitas) y físicas (ignorantes lanzaron una sustancia ácida sobre la chaqueta de la hija, por fortuna sin causarle ninguna lesión). Incluso las actividades más sencillas, como ir al supermercado a hacer la compra o visitar una iglesia, se vuelven peligrosas. En mayo de 2009, el Consejo de Estado decide que, cambiando de religión El-Gohary ha violado la ley islámica y podría incluso sufrir la pena de muerte. El 13 de junio confiscan su pasaporte en el aeropuerto internacional del Cairo, impidiéndole salir del país. El 9 de marzo del siguiente año, el Tribunal del Consejo de Estado en Giza se niega a devolverle el documento.

“Creo que es una manera de castigo para dar ejemplo a otros musulmanes que pretenden convertirse”, comentó El-Gohary hablando de las acciones tomadas hacia él (CDN, 25 de mayo de 2010). No obstante, el hombre no cede y decide seguir su lucha. “quiero mostrar a la gente – afirmó – la cantidad de persecuciones que los convertidos del Islam sufren aquí, y que esta persecución se ha llevado a cabo durante 1.400 años”.

La situación fue definida como “dura, muy dura” por El-Gohary. Sobre todo para la hija adolescente, pasando los últimos años sin amigas o compañeras, la vida marcada por el aislamiento ha sido muy pesada. “Tengo mucho, mucho miedo”, admitió hace un año la joven. “No entiendo porque se me trata de este modo”, continuó diciendo la joven, cuyo sueño es convertirse en estilista.

“Elegí esta religión porque me gusta. ¿Por qué se me ha de tratar de este modo?”, dijo Dina, que en noviembre de 2009 escribió una carta al presidente estadounidense Barack Obama para llamar la atención sobre la persecución de los cristianos en Egipto.

También para Dina la fuga de Egipto -definida por su padre como “un milagro de Dios”- y la llegada a Francia, marca el final de una larga pesadilla y el inicio de una vida nueva. Sin duda una buena noticia en este tiempo pascual.

Por Paul De Maeyer. Traducción del italiano por Carmen Álvarez

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Foro


El mes de María y el doctorado del Maestro Ávila
 
Por monseñor Juan del Río Martín*

MADRID, martes 3 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- “Mayo florido” es un tiempo dedicado a la devoción, espiritualidad y culto a la Virgen María. Este año se ha abierto con la Beatificación de un Papa mariano como lo fue Juan Pablo II, el “Magno”. En estos días, los sacerdotes de España celebran su patrón: San Juan de Ávila, presbítero manchego que fue un eminente predicador, reformador y teólogo que ejerció su ministerio en la Andalucía del siglo XVI.

Aunque lejano en la historia es de máxima actualidad por la santidad sacerdotal de su vida y por el rico caudal bíblico, teológico, espiritual y humanístico que nos dejó en herencia y que tan magníficamente recoge la reciente publicación: “Entre todos, Juan de Ávila”, editado por la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), bajo la excelente dirección de Dª María Encarnación González Rodríguez, Postuladora de la Causa del Doctorado. Ahora, cuando está a punto de finalizar todo el largo proceso para su reconocimiento y proclamación como Doctor Universal de la Iglesia,  evoquemos  algo de su pensamiento sobre la Virgen en este mes de Mayo consagrado a ella.

El Maestro Ávila nace en Almodóvar del Campo en 1500 y muere en Montilla en 1569. Era un sacerdote al estilo de San Pablo: su predicación iba acompañada de obras de educación y de promoción social. Su palabra y ejemplo de vida suscitó grandes conversiones, como fueron los casos, entre otros, del Duque de Gandía o el de San Juan de Dios. Fue admirado por las grandes figuras de su tiempo: Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, Santo Tomás de Villanueva, etc. Su pensamiento influyó en los maestros de la espiritualidad cristiana, como Fray Luis de Granada, San Juan de la Cruz, San Carlos Borromeo, San Francisco de Sales, San Alfonso Mª de Ligorio,  San Antonio Mª Claret y otros muchos. Con toda razón ha merecido el nombre de “Maestro Ávila”. Su magisterio está marcado por una fuerte experiencia de Jesucristo Salvador, desde donde contempla toda la realidad pecadora del hombre que hay que convertir por medio de la gracia y de la predicación. Para él, la Virgen María es la “llena de Gracia en plenitud”, por su unión con el Misterio de Cristo y de su Iglesia es “el conducto”, “el cuello” que une el Cuerpo con la Cabeza. Por eso dirá en uno de sus sermones: “Porque conocer a vos, María, es conocer a nuestro Redentor y nuestro remedio; conocer a ella es conocer el camino de vos y de vuestra redención... y sois su Criador y su Dios, que la Criaste y dotaste de todas las gracias que tiene... Pues esta Virgen sagrada es la persona más principal de todo el cuerpo de la Iglesia y más que todos enseñada por Dios”.

El Apóstol de Andalucía es un precursor del siglo de oro de la mariología española (Siglo XVII). Los sermones de Nuestra Señora (Ser 60-72) son como un “libro de la Virgen”. Pero en verdad, su magisterio mariano se encuentra en todos sus escritos y enlaza perfectamente con las enseñanzas del Vaticano II y de los últimos Papas. La figura de María está contemplada desde la cristología, pneumatología y eclesiología, como modelo y Madre de la Iglesia que anuncia a Cristo, celebra la Eucaristía y vive la caridad. De ahí que San Juan de Ávila no deja de relacionar la dimensión mariana de la Eucaristía con la dignidad y santidad del sacerdote.

El verdadero culto y devoción a la Santísima Virgen nace del reconocimiento de que  María es digna de toda alabanza y bendición por su unión con Dios, por su fidelidad y santidad de vida. No hay verdadero cristiano que no alabe y honre a la Madre de Dios, por eso concluye en uno de los sermones: “Quererla bien y no imitarla, poco aprovecha” (Ser 63). La devoción verdadera se conoce por las siguientes señales: conversión del corazón, deseo de imitar las virtudes que brillaron en María, amor y entrega al prójimo, vida de gracia y de oración. La devoción a María es falsa si hay afecto al pecado. Sólo la santidad de vida hace que nuestras alabanzas a la Virgen sean auténticas.

-------

*Monseñor Juan del Río Martín es el arzobispo castrense de España



 

Envìa esta noticia a un amigo

arriba


Documentación


Discurso del Papa a la European Broadcasting Union
A quienes recibió en audiencia el pasado sábado 30 de abril
CASTEL GANDOLFO, martes 3 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió a los miembros de la Asamblea de Emisoras de Radio de la European Broadcasting Union, a quienes recibió en audiencia el sábado 30 de abril, horas antes de la beatificación de Juan Pablo II.

* * * * *

Queridos amigos,

estoy muy contento de daros la bienvenida a todos vosotros, miembros y participantes en la 17° Radio Assembly de la European Broadcasting Union, que este año hospeda Radio Vaticano, con ocasión del 80 aniversario de su fundación. Saludo al arzobispo Claudio Maria Celli, presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales. Doy las gracias al presidente de la European Broadcasting Union, Jean Paul Philippot, y al padre Federico Lombardi, director general de Radio Vaticano, por las corteses palabras con las que han ilustrado la naturaleza de vuestro encuentro y los problemas que tenéis que afrontar.

Cuando mi predecesor Pío XI se dirigió a Guglielmo Marconi para que dotase al Estado de la Ciudad del Vaticano de una emisora de radio a la altura de la mejor tecnología disponible en aquel tiempo, demostró haber intuido con agudeza en qué dirección se estaba desarrollando el mundo de las comunicaciones, y qué potencialidades podía ofrecer la radio para el servicio de la misión de la Iglesia. Efectivamente, a través de la radio, los Papas pudieron transmitir más allá de las fronteras mensajes de gran importancia para la humanidad, como los justamente famosos de Pío Xii durante la segunda guerra mundial, que dieron voz a las aspiraciones más profundas hacia la justicia y la paz, o como el de Juan XXIII en el momento culminante de la crisis entre Estados Unidos y la Unión Soviética en 1962. También a través de la radio, Pío XII pudo hacer difundir centenares de miles de mensajes de las familias para los prisioneros y desplazados durante la guerra, llevando a cabo una obra humanitaria que le ganó gratitud imperecedera. A través de la radio, además, se apoyaron durante mucho tiempo las esperanzas de creyentes y pueblos sometidos a regímenes opresores de los derechos humanos y de la libertad religiosa. La Santa Sede es consciente de las extraordinarias potencialidades que tiene el mundo de la comunicación para el progreso y el crecimiento de las personas y de la sociedad. Se puede decir que toda la enseñanza de la Iglesia sobre este sectos, a partir de los discursos de Pío XII, pasando a través de los documentos del Concilio Vaticano II, hasta mis más recientes mensajes sobre las nuevas tecnologías digitales, está atravesado por una vena de optimismo, de esperanza y de simpatía sincera verso hacia aquellos que trabajan en este campo para favorecer el encuentro y el diálogo, servir a la comunidad humana, contribuir al crecimiento pacífico de la sociedad.

Naturalmente, cada uno de vosotros sabe que también en el desarrollo de las comunicaciones sociales se esconden dificultades y riesgos. Permitidme por ello que os manifieste a todos mi interés y mi solidaridad en la importante obra que lleváis a cabo. En las sociedades actuales están en juevo valores básicos para el bien de la humanidad, y la opinión pública, en cuya formación vuestro trabajo tiene tanta importancia, se encuentra a menudo desorientada y dividida. Vosotros sabéis bién qué preocupaciones nutre la Iglesia católica a propósito del respeto de la vida humana, de la defensa de la familia, del reconocimiento de los auténticos derechos y de las justas aspiraciones de los pueblos, de los desequilibrios que causan subdesarrollo y hambre en muchas partes del mundo, de la acogida de inmigrantes, del paro y de la seguridad social, de las nuevas pobrezas y marginaciones sociales, de las discriminaciones y de las violaciones de la libertad religiosa, del desarme y de la búsqueda de solución pacífica de los conflictos. A muchas de estas cuestiones hice referencia en la Encíclica Caritas in veritate. Alimentar cada día una información correcta y equilibrada y un debate profundo para encontrar las mejores soluciones compartidas sobre estas cuestiones en una sociedad pluralista, es tarea tanto de las radios como de las televisiones. Es un deber que requiere alta honradez profesional, corrección y respeto, apertura a las perspectivas distintas, claridad al afrontar los problemas, libertad ante las barreras ideológicas, conciencia de la complejidad de los problemas. Se trata de una búsqueda paciente de esa “verdad cotidiana” que mejor traduce los valores en la vida y mejor orienta el camino de la sociedad, que debe buscarse al mismo tiempo con humildad.

En esta búsqueda, la Iglesia católica tiene una contribución específica que dar, y quiere darla dando testimonio de su adhesión a la verdad que es Cristo, pero al mismo tiempo con apertura y espíritu de diálogo. Como afirmé en el encuentro con los cualificados representantes del mundo político y cultural británico en la Westminster Hall de Londres el pasado septiembre, la religión no quiere actuar con prepotencia hacia los no creyentes, sino ayudar a la razón al descubrimiento de los principios morales objetivos. La religión contribuye a “purificar” la razón, ayudándola a no caer en distorsiones, como la manipulación por parte de la ideología, o la aplicación parcial que no tenga plenamente en cuenta la dignidad de la persona humana. Al mismo tiempo, también la religión reconoce tener necesidad del correctivo de la razón para evitar los excesos, como el integrismo o el sectarismo. "La religión no es un problema, sino un factor que contribuye de modo vital al debate público en la nación". Os invito por ello también a vosotros, “en el ámbito de vuestras esferas de influencia, a intentar promover y alentar el diálogo entre fe y razón” en la perspectiva del servicio al bien común nacional.

El vuestro es un “servicio público”, servicio a la gente, para ayudarla cada día a conocer y comprender mejor lo que sucede y por qué sucede, y a comunicar activamente para participar en el camino común de la sociedad. Sé bien que este servicio encuentra dificultades, con diferentes aspectos y proporciones en los diversos países. Pueden ser el desafío de la competencia por parte de las emisoras comerciales; el condicionamiento de una política vivida como reparto del poder en lugar de como servicio al bien común; la escasez de recursos económicos acentuada por situaciones de crisis; el impacto de los desarrollos de las nuevas tecnologías de comunicación; la búsqueda afanosa de la audiencia. Pero son demasiado grandes y urgentes los desafíos del mundo actual de los que debéis ocuparos, como para dejaros desanimar y rendiros ante estas dificultades.

Hace veinte años, en 1991, cuando el Venerable Juan Pablo II, a quien mañana tendré la alegría de proclamar Beato, recibía a vuestra Asamblea general en el Vaticano, os animaba a desarrollar vuestra mutua colaboración, para favorecer el crecimiento de la comunidad de los pueblos del mundo. Hoy, pienso en los procesos en curso en países del Mediterráneo y en el Oriente Próximo, varios de los cuales son también miembros de vuestra Asociación. Sabemos que las nuevas formas de comunicación han tenido y tienen un papel no secundario en estos procesos. Os auguro que sepáis poner vuestros contactos internacionales y vuestras actividades al servicio de una reflexión y de un compromiso para que los instrumentos de las comunicaciones sociales sirvan al diálogo, a la paz y al desarrollo solidario de los pueblos, superando las distancias culturales, las desconfianzas o los miedos.

Finalmente, queridos amigos, mientras os deseo a todos vosotros y a vuestra Asociación un fecundo trabajo, deseo expresar de nuevo mi gratitud por la colaboración concreta que en muchas ocasiones habéis dado y dais a mi ministerio, como en las grandes celebraciones de Navidad y de la Pascua, o con ocasión de mis viajes. También para mí y para la Iglesia católica sois por tanto aliados y amigos importantes en nuestra misión. En este espíritu me alegro de invocar sobre todos vosotros, sobre vuestros seres queridos y sobre vuestro trabajo la Bendición del Señor.

[Traducción de la versión italiana por Inma Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

Envìa esta noticia a un amigo

arriba