6.05.11

Blasón del Ordinariato Personal de Nuestra Señor de Walsingham

 

Dos reacciones interesantes, desde la periferia «afectada» de la Iglesia Católica, a la incorporación de cerca de mil anglicanos al Ordinariato Personal de Nuestra Señora de Walsingham.

La primera, publicada por el Anglican Journal suena a amenaza: «El Vaticano no ve futuro para los sacerdotes casados en el Ordinariato» La breve nota sido replicada por muchos medios anglicanos.

El contenido no es novedoso, ya la Anglicanorum Coetibus, recuerda que:

Para los ministros casados se han de observar las normas de la encíclica de Pablo VI Sacerdotalis coelibatus, n. 42, y de la declaración In June.Los ministros no casados deben atenerse a la norma del celibato clerical según el canon 277, 1.

Los casos se estudiarían individualmente y rige el derecho latino. Pero el tono de la noticia es amenazador, una especie de «mirad dónde os metéis», o un «no digáis después que no os hemos avisado»:

Los sacerdotes casados serán sólo una anomalía en el Ordinariato Anglicano [sic], dice el cardenal Tarsicio Bertone, Secretario de Estado del Vaticano. Según declaró en una entrevista al diario vaticano, L’Osservatore Romano, y en un resumen de su próximo libro, Un gran corazón: Homenaje a Juan Pablo II, Bertone dijo que aunque se aceptarán sacerdotes anglicanos casados en el ordinariato «el valor permanente del celibato será reafirmado, haciendo necesario que en el futuro, los sacerdotes célibes sean la normalidad en los ordinariatos». Hasta entonces se aplicar el papa Juan Pablo II para la recepción de sacerdotes anglicanos casados.

No me negaréis que la redacción original tiene su aquel: «married priests will be only a temporary aberration». Muy en la línea de las felicitaciones con los dientes cerrados de parte de la jerarquía anglicana; la flema británica es para lo que da.

La otra reacción viene de los lefebvrianos de la SPPX: BUENAS NOTICIAS: 900 anglicanos son recibidos en la Iglesia Católica en Semana Santa (las mayúsculas tal cual en el original).

Los lefebvrianos despegan un poco más los dientes, y, no sin antes recordar sus críticas a la Anglicanorum Coetibus, se «alegran sinceramente de oír su reciente conversión y sinceramente les dan la bienvenida como nuevos miembros del Cuerpo Místico de Cristo»

Tampoco deja de tener su miga la nota, pues el destino de esos anglicanos, hoy católicos, es la Iglesia con la que mantienen todavía conversaciones doctrinales. Ojalá podamos leer pronto una nota similar del Ordinariato Personal de Nuestra Señor de Walsingham alegrándose de la plena comunión de la SSPX, en la forma jurídica que se estime oportuna, incluso la de un Ordinariato Personal.