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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 21 de mayo de 2011

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Especial

Conversación del papa con los astronautas de la Estación Espacial

Foro

Juan Pablo II en Iphone, el beato de los medios de comunicación

¿Cámara hiperbárica o sagrario?


Especial


Conversación del papa con los astronautas de la Estación Espacial
Transcripción de la histórica conexión por satélite
CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 21 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos la transcripción de la conversación que mantuvo este sábado Benedicto XVI con la tripulación de la Estación Espacial Internacional, con motivo de la última misión de la nave Endeavour.

Gracias a una conexión por satélite, el papa, que se encontraba en la Sala Foconi del Palacio Apostólico Vaticano, pudo ver a los astronautas en una pantalla de televisión, mientas que la Estación Espacial sólo recibió el audio de sus palabras.

La conexión duró veinte minutos y comenzó con unas breves palabras del coronel Thomas Reiter, director de los vuelos humanos y operaciones de la Agencia Espacial Europea, que se encontraba en el Vaticano, de los miembros de la tripulación, y de la NASA para verificar el funcionamiento técnico.

--Benedicto XVI: Queridos astronautas: estoy muy contento de tener esta oportunidad extraordinaria para conversar con vosotros durante vuestra misión. Me siento sumamente agradecido al poder hablar de este modo con todos vosotros, dado que los miembros de ambas tripulaciones están presentes en la estación espacial en este momento.

La humanidad experimenta un período de progreso sumamente rápido en el campo del conocimiento científico y de las aplicaciones técnicas. En cierto sentido, vosotros sois nuestros representantes, pues encabezáis la exploración de la humanidad de nuevos espacios y posibilidades para nuestro futuro, superando las limitaciones de nuestra vida cotidiana.

Todos admiramos vuestra valentía, así como la disciplina y el compromiso con el que os habéis preparado para esta misión. Estamos convencidos de que os inspiran nobles ideales y de que buscáis poner los resultados de vuestra investigación y logros a disposición de toda la humanidad al servicio del bien común,

Esta conversación me da la oportunidad de expresaros mi propia admiración y aprecio a vosotros y a todos los que colaboran para hacer que vuestra misión sea posible, y para manifestaros mi aliento de todo corazón para que la concluyáis con seguridad y éxito.

Pero esto es una conversación, de modo que yo no debo ser el único que habla. Tengo curiosidad por escuchar lo que queréis decir sobre vuestras experiencias y reflexiones. Si os parece bien, quisiera proponeros que presentéis algunas preguntas.

Primera pregunta

Desde la estación espacial, vosotros tenéis una visión muy diferente de la Tierra. Sobrevoláis diferentes continentes y varias naciones al día. Creo que debe ser obvio para vosotros que todos vivimos en una Tierra y cómo es absurdo el que nos peleemos y matemos entre nosotros. Sé que la esposa de Mark Kelly ha sido víctima de un serio ataque y espero que su salud siga mejorándose. Cuando uno contempla la tierra desde arriba, ¿os habéis preguntado cómo viven aquí abajo las naciones y las personas o cómo la ciencia puede contribuir a la causa de la paz?

--Mark Kelly (Estados Unidos): Gracias por sus amables palabras, Santidad, y gracias por haberse acordado de mi mujer, Gabby. Es una pregunta muy buena: sobrevolamos casi todo el mundo y no puedes ver las fronteras, pero al mismo tiempo nos damos cuenta de que la gente se pelea y hay mucha violencia en este mundo y esto es verdaderamente una desgracia. En general, la gente se pelea por muchas razones. Como hemos visto ahora en Oriente Medio, en ocasiones es por democracia en ciertas áreas, pero en general la gente se pelea por los recursos. Esto es interesante desde el espacio. En la tierra la gente se pelea por la energía; en el espacio utilizamos la energía solar y en la estación espacial tenemos pilas de combustible. La ciencia y la tecnología que hemos aplicado en la estación espacial para desarrollar la energía solar nos da prácticamente una cantidad ilimitada de energía. Y si algunas de estas tecnologías pudieran adaptarse más a la Tierra, quizá podríamos reducir en algo esa violencia.

Segunda pregunta

--Benedicto XVI: Uno de los temas que abordo con frecuencia en mis discursos es el la responsabilidad que todos tenemos ante el futuro de nuestro planeta. Recuerdo los serios riesgos que afronta el ambiente y la supervivencia de las futuras generaciones. Los científicos nos dicen que debemos tener cuidado y que desde el punto de vista ético tenemos que educar nuestras conciencias.

Desde vuestro extraordinario observatorio, ¿cómo veis la situación en la tierra? ¿Veis signos o fenómenos por los que tenemos que prestar más atención?

--Ron Garan (Estados Unidos): Santidad, es un gran honor conversar con usted y usted tiene razón: desde aquí contamos realmente con un extraordinario observatorio. Por una parte, podemos ver cómo es inenarrablemente bello el planeta que se nos ha dado; pero por otro lado, podemos ver con claridad lo frágil que es. Basta pensar en la atmósfera, por ejemplo, vista desde el espacio, la atmósfera es tan fina como una hoja de papel, y pensar que esta cobertura delgada como el papel es todo lo que separa a todo ser viviente del vacío del espacio, todo lo que nos protege, es realmente un pensamiento serio. Para nosotros es increíble ver la Tierra suspendida en la oscuridad del espacio y pensar que todos estamos juntos en esto, cabalgando este hermoso y frágil oasis del universo. Nos llena de enorme alegría pensar que todos los que estamos abordo de esta increíble estación orbital, que fue construida por muchas naciones de nuestra alianza internacional, hemos alcanzado este enorme logro en órbita. Usted comprenderá que esto muestra cómo trabajando juntos y con cooperación podemos superar muchos de los problemas que afrontamos en nuestro planeta, podemos resolver muchos de los desafíos que afrontan los habitantes de nuestro planeta. Es realmente un maravilloso lugar para vivir y trabajar, y es un maravilloso mirador de nuestra bella Tierra.

Tercera pregunta

--Benedicto XVI: La experiencia que estáis viviendo en este momento es extraordinaria y muy importante, aunque tengáis que regresar a la Tierra como el resto de todos nosotros.

Cuando regresaréis, seréis sumamente admirados y tratados como héroes que hablan y actúan con autoridad. Os pedirán que habléis de vuestras experiencias. ¿Cuáles serán los mensajes más importantes que queréis compartir --en particular a los jóvenes-- que vivirán en un mundo decididamente influenciado por vuestras experiencias y descubrimientos?

--Mike Finchke (Estados Unidos): Santidad, como han dicho mis colegas, podemos mirar hacia abajo y contemplar nuestro precioso planeta Tierra que Dios ha creado, y es el planeta más hermoso de todo el Sistema Solar. De todos modos, si miramos para arriba, podemos ver el resto del universo, y el resto del Universo está ahí fuera para que lo exploremos. Y la Estación Espacial Internacional no es más que un símbolo, un ejemplo de lo que los seres humanos pueden hacer cuando trabajamos juntos constructivamente. Por tanto nuestro mensaje, uno de nuestros muchos mensajes, aunque creo que uno de los más importantes mensajes, es dejar que los niños del planeta, los jóvenes, sepan que existe todo un universo para nosotros que hay que explorar. Y cuando lo hacemos juntos, no hay nada que no podamos lograr.

Cuarta pregunta

--Benedicto XVI: La exploración del universo es una aventura científica fascinante. Sé que habéis estado instalando nuevos equipos para avanzar en la investigación científica y el estudio de la radiación que procede del espacio exterior. Pero creo que es también una aventura del espíritu humano, un poderoso estímulo para reflexionar sobre los orígenes y sobre el destino del universo y de la humanidad. Los creyentes contemplan con frecuencia los cielos ilimitados y, meditando en el Creador, quedan impresionados por el misterio de su grandeza. Por este motivo, la medalla que le entregué a Robert [Vittori] como signo de mi propia participación en vuestra misión, representa la Creación del Hombre, pintada por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. En medio de vuestro intenso trabajo e investigación, ¿os habéis detenido para reflexionar sobre esto o incluso para elevar una oración al Creador? ¿O será más fácil para vosotros pensar en todo esto cuando hayáis regresado a la Tierra?

--Roberto Vittori (Italia): Santidad, vivir abordo de la Estación Espacial Internacional, trabajar como astronauta en la nave Soyuz de la estación, es algo sumamente intenso. Pero todos tenemos la oportunidad, cuando llega la noche, de bajar la mirada a la Tierra: nuestro planeta, el planeta azul, es hermoso. Azul es el color de nuestro planeta, azul es el color del cielo, azul es también el color de las Fuerzas Aéreas Italianas, la organización que me dio la oportunidad de unirme a la Agencia Espacial Italiana y a la Agencia Espacial Europea. Cuando tenemos un momento para bajar la mirada, la belleza, que es el efecto en tres dimensiones de la hermosura del planeta, nos conquista el corazón, me conquista el corazón. Y entonces sí, rezo: rezo por mí, por nuestras familias, por nuestro futuro. Llevo conmigo su medalla y dejo que la medalla se quede flotando ante mí para demostrar la ausencia de gravedad. Debería darle las gracias por esta oportunidad y quiero que esta medalla flote por mi amigo y colega Paolo: él regresará a la Tierra en la nave Soyuz. Yo traje la medalla al espacio y él la llevará a la tierra para devolvérsela a usted.

Quinta pregunta [en italiano] dirigida a Paolo Nespoli.

--Benedicto XVI: Mi última pregunta es para Paolo. Querido Paolo, sé que en los días pasados tu mamá te ha dejado y cuando regreses en unos días a casa ya no estará esperándote. Todos estamos a tu lado, yo también he rezado por ti... ¿Cómo has vivido este momento de dolor? En vuestra estación, ¿os sentís alejados y aislados y experimentáis la desesperación o más bien os sentís unidos entre vosotros e integrados en una comunidad que os acompaña con atención y afecto?

--Paolo Nespoli (Italia) [en italiano]: Santo Padre, he experimentado sus oraciones, vuestras oraciones han llegado hasta aquí. Es verdad, estamos fuera de este mundo, estamos en órbita alrededor de la Tierra y podemos ver mejor la Tierra y seguir todo lo que nos rodea. Mis colegas aquí, abordo de la Estación --Dimitri, Kelly, Ron, Alexander y Andrei-- han estado muy cerca de mí en este momento importante para mí, muy intenso, así como mis hermanos, mis hermanas, mis tías, mis primos, mis parientes han estado cerca de mi madre en los últimos momentos. Doy las gracias por todo esto. Me he sentido lejos pero también muy cerca, y seguramente el pensamiento de experimentaros a todos cerca de mí, unidos en este momento, ha sido un enorme alivio. Doy también las gracias a la Agencia Espacial Europea y a la Agencia Espacial de los Estados Unidos que han puesto a disposición los recursos para que yo haya podido hablar con ella en los últimos momentos.

Saludo final [en inglés]

--Benedicto XVI: Queridos astronautas: os doy las gracias de corazón por esta maravillosa oportunidad de encuentro y diálogo con vosotros. Vosotros me habéis ayudado a mí y a otras muchas personas a reflexionar juntos sobre cuestiones importantes que afectan al futuro de la humanidad. Os deseo todo lo mejor para vuestro trabajo y para el éxito de vuestra gran misión al servicio de la ciencia, de la colaboración internacional, del auténtico progreso, y de la paz en el mundo. Vosotros seguiréis estando en mis pensamientos y oraciones y de corazón os imparto mi bendición apostólica.

[Traducción del original inglés e italiano realizada por Jesús Colina

© Libreria Editrice Vaticana]

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Foro


Juan Pablo II en Iphone, el beato de los medios de comunicación
Por monseñor monseñor Lucio Adrián Ruiz, responsable de la Oficina Internet de la Santa Sede
CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 21 de mayo de 2011 (ZENIT.org).-En el día de la beatificación de Juan Pablo II, el Vaticano quiso rendir homenaje al “papa mediático” también a través de los modernos instrumentos de la web. Y lo hizo realizando www.juanpabloii.va; un sitio pensado y proyectado para acompañar los días de la beatificación, un sitio que utiliza la fuerza y la inmediatez de las imágenes como vehículo de comunicación preferencial, y le ofrece a los fieles y peregrinos de todo el mundo la posibilidad de recordar la vida del Papa, mediante algunos de los momentos más significativos de su papado y su historia.

No era difícil concebir la idea, como es fácil intuir observando el florecimiento de iniciativas en todos los medios de comunicación en concomitancia con la beatificación.... quizá lo que faltaba era el tiempo para realizarla, para poder expresar con los medios tecnológicos algo de la grandeza espiritual que el Papa Wojtyla supo comunicar siempre con su persona y su palabra.

Porque no era su “carisma mediático”, que era extraordinario, lo que atraía al mundo, sino su “comunicación con Dios”, la experiencia del amor personal con Cristo, que supo vivir hasta el final y que fue capaz de transmitir en cada gesto, en cada palabra, en cada imagen ... Esa “teología del cuerpo” que nos enseñó desde el comienzo de su Pontificado, que hizo presente y viva hasta el final, escribiendo la última página con ese último Ángelus desde la ventana que nunca olvidaremos ...

No era “carisma mediático” era “mística de amor” vivida con todo su ser, su alma y su cuerpo, y esto nos fascinaba ... Este poeta, este actor, este enamorado de Cristo que llegó a ser Papa, conquistó en seguida los medios de comunicación, pero su verdadera fuerza no era su capacidad mediática, sino su relación íntima con Dios, que supo hacer visible con sus dones personales.

Es por eso que cuando llegó el momento de rendir homenaje a Juan Pablo II, las ideas brotaban solas, porque bastaba oír su voz, mirar alguna foto, leer sus palabras para querer, una vez más, transmitir esa fuerza, ese entusiasmo , esa vida que él emanaba sacándola de la única fuente posible: su amistad personal, intensa y fiel con Cristo.

Y así todas las instituciones que tenían que ver con los medios de comunicación, en sus diversas formas, se pusieron en marcha juntas, para que fuera de nuevo visible quien había llenado de vida todas las expresiones mediáticas. Debía ser una iniciativa que implicara a todos los medios de comunicación, mediante todo tipo de dispositivos, especialmente los que él no había conocido, para que, como beato, pudiera peregrinar también aquí.

Y así este “peregrino” se ha hecho presente no sólo en la televisión, la radio, la web, sino también en los teléfonos móviles, iPhone, Ipad. El objetivo, el mismo de su ministerio, es acompañar al hombre, entrar en su corazón, presentar el mensaje y la persona de Jesús.

Para ellose ha realizado un sistema que ha incorporado textos, vídeos, fotos, que, con diferentes tecnologías, podían llegar no sólo a todos los dispositivos, sino a todos aquellos que deseaban, con un vuelco del corazón, entrar en el gran río sus enseñanzas. Cada imagen, acompañada de una pequeña frase, permite entrar en toda la riqueza de su Magisterio de la misma manera que hacía él cuando aparecía en público: una sonrisa, un gesto, una mirada, capturaban la atención y luego dejaban espacio al silencio, un silencio sagrado, la única dimensión verdadera en la que el hombre se encuentra con Dios

Este fue el gran reto: hacer lo que siempre había hecho él, hacer que los medios de comunicación fueran un canal a través del cual cada uno tuviera la posibilidad de encontrarse con Dios

La actividad comenzó unos dos meses antes del acontecimiento, poco después de que el 14 de enero de 2011, se anunciara que el 1 de mayo iba a ser la fecha de la beatificación. Debido al corto plazo, la cantidad de trabajo que se presentaba era impresionante, pero no lo suficiente como para desistir de la empresa.

Tras definir la estructura del sitio, se pasó inmediatamente a la fase de recogida de material. El sitio contiene 500 fotos, más de 30 vídeos y 400 frases en seis idiomas diferentes (¡un total de 2.400 frases!). Si tenemos en cuenta la duración y riqueza del pontificado de Karol Wojtyla, es fácil imaginar la gran cantidad de material disponible (¡miles de frases, millones de fotografías, cientos y cientos de vídeos!). El trabajo más duro, de hecho, no era encontrar el material (gracias a la valiosa y significativa colaboración que inmediatamente se estableció entre todas las instituciones vaticanas), sino seleccionarlo.

La idea básica era, por un lado, crear “algo” que ya estuviera presente en www.vatican.va, Radio Vaticano, Centro Televisivo Vaticano, L'Osservatore Romano, Librería Editrice Vaticana ..., y, por el otro, algo que fuera como “un libro de recuerdos”, es decir, una cosa sencilla en sí, pero que dispusiera el corazón y la mente a profundizar y, sobre todo, a la oración, al silencio, a la meditación, a un encuentro con el Señor: “ ... ¿a quién habéis venido a buscar? ... ¡habéis venido a buscar a Jesucristo!” (Discurso del Santo Padre Juan Pablo II durante la ceremonia de acogida – Jornada Mundial de la Juventud 2000, Plaza de San Pedro, 15 de agosto de 2000).

Para organizar sistemáticamente el complejo trabajo de selección, se eligieron primero los temas (por ejemplo, niños, jóvenes, elección, atentado, jubileo, etc.) y luego se decidió presentarlos en una sección dedicada a cada uno de ellos en forma de “libro” de imágenes, acompañadas por una frase, que recordaran algunos de los momentos más significativos de su pontificado.

Se realizó también una sección similar exclusivamente con vídeos, uno por cada año. De las otras secciones del sitio una está dedicada totalmente a las oraciones del Papa Wojtyla, otra al “streaming”, que ha permitido seguir en directo el acontecimiento también a muchos peregrinos que estaban demasiado lejos de la Plaza de San Pedro y de las maxipantallas. Sin duda, una sección especial es la dedicada al Tríptico romano, que se decidió poner a disposición sin ningún comentario, en modo de acercar de la manera más sugestiva e inmediata el Papa al poeta. 

Como es sabido, el sitio desde su primerísima ideación, está pensado para todo tipo de tecnología: PC, Laptop, dispositivos móviles, smartphones, el iPhone, IPad, etc. Todo esto, si desde el punto de vista técnico ha incrementado la complejidad de la solución, ha permitido, sin embargo, ofrecer la máxima accesibilidad, especialmente a los peregrinos que podían visitar la página dondequiera que estuvieran y desde cualquier dispositivo durante la peregrinación y las jornadas de la beatificación, siguiendo los acontecimientos a través de las imágenes y las palabras del beato Juan Pablo II y rezando con él en el momento más intenso dedicado a él. 

Las instituciones vaticanas que han participado en el proyecto son todas las que por diversas razones tienen que ver con los medios de comunicación, pero no sólo. Y son: el Servicio Internet Vaticano de la Dirección de Telecomunicaciones, el Servicio fotográfico de L'Osservatore Romano, Radio Vaticano y el Centro Televisivo Vaticano, Libreria Editrice Vaticana, la Oficina de Prensa y el Consejo pontificio para las comunicaciones sociales, la Opera Romana Pellegrinaggi y la Congregación para la evangelización de los pueblos. Todos, según sus funciones y en diversa medida pero siempre con absoluta unidad de propósitos, han contribuido a la realización de este proyecto común.

El sitio, que fue lanzado el 29 de abril, recibió unos 3 millones y medio de visitas en los días inmediatamente anteriores al acontecimiento y aproximadamente 5 millones el 1 de mayo.

Desde su lanzamiento hasta el 8 de mayo el número de las visitas fue de unos 13 millones.
Los países en los que ha habido mayor interés son en primer lugar Italia (como es imaginable), inmediatamente después Estados Unidos, luego Brasil, Argentina, México y España con un número parecido de visitas. Tras Alemania sigue Polonia, con un número menor de visitas, lo que lleva a confirmar el hecho de que los peregrinos polacos asistieron a la misa en la Plaza de San Pedro, el 1 de mayo.

Las imágenes más “clicadas” han sido las relativas al recuerdo de su pontificado y, dentro de la sección específica, las de la elección de Juan Pablo II. 

El sitio, en su proyecto original, nació para acompañar los días de la beatificación, un homenaje al Pontífice Peregrino que, no sólo con sus viajes, sino también a través de todos los medios de comunicación, quiso llevar el Mensaje de Jesús hasta los extremos confines de la tierra.

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¿Cámara hiperbárica o sagrario?
Por monseñor Felipe Arizmendi Esquivel
CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 21 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos el artículo que ha escrito monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de Las Casas.

VER
Unos amigos chinos de la costa de Tapachula me preguntaron si ya había probado las bondades de la “cámara hiperbárica”. Les pregunté qué era eso y me explicaron que es un “recinto cuya presión interior es superior a la atmosférica”, que oxigena el cerebro y todo el organismo, para descansar y distensionarse. Les respondí, sin mucho pensar, que yo logro eso y mucho más sólo con el Sagrario, ante Jesús vivo y resucitado. Con El platico y me alimento todos los días; me fortalezco, me consuelo y me animo; me reviso, me cuestiono y me exijo; con eso me oxigeno para empezar o concluir el trabajo, y todo gratis, sin gastar un solo centavo.

Cada quien tiene su sistema para descansar y reanimarse. Unos acuden a sicólogos y terapeutas de toda tendencia, a veces con costos muy elevados. Otros leen, duermen, ven televisión, descansan, pasean, buscan a sus amistades, o incluso se refugian en el alcohol, las drogas, el abuso de sexo, etc. No faltan quienes andan buscando ansiosos las últimas novedades para combatir su stress permanente, a veces con resultados transitorios o nulos. Mantenerse en búsqueda es inicio de curación.

JUZGAR
Estoy plenamente convencido de que Jesús es el único camino, la única verdad, la única vida, para todo el que busca sinceramente. El dice: “Yo soy la puerta; quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón sólo viene a robar, a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,9-10). ¿Por qué no te acercas a El? Nada pierdes y ganas mucho. Ganas todo, porque encuentras todo lo que necesitas.

Con toda claridad Jesús afirma: “Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados, y yo los aliviaré. Tomen sobre ustedes mi yugo, y aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma, porque mi yugo es suave y mi carga ligera” (Mt 11,28-30). Es verdad; apartarse del quehacer ordinario, dedicarle al menos una media hora diaria, o si se puede una hora, entrar a una iglesia donde está el Sagrario con el Santísimo Sacramento, y platicar, de corazón a corazón, con Jesús que nos ve, nos oye, nos comprende, nos ama, se levanta uno renovado, fortalecido, descansado, rejuvenecido. Es una medicina mejor que cualquier otra. Es una terapia de resultados increíbles. Es mucho más desestresante que cualquier otro ejercicio, físico o sicológico. Como dice el Salmo 34(33): “Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor; dichoso quien se refugia en él… Los que miran hacia él, quedarán radiantes; no habrá sonrojo en su semblante. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias… Nada les falta a los que lo temen; los ricos empobrecen y pasan hambre, los que buscan al Señor no carecen de nada”

El Salmo 23(22) es muy alentador, con su lenguaje simbólico: “El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hace fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. Me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo, tu vara y tu cayado me dan seguridad”.

ACTUAR
La vida no es tranquila. Quien más quien menos, quien de una forma quien de otra, todos tenemos problemas. Aún no estamos en el paraíso y a veces la cruz se hace pesada, y hasta muy pesada. No faltan incomprensiones y persecuciones. Pero no estamos solos. Jesucristo está con nosotros y nos dice que no tengamos miedo (Jn 14,27).

Busca a Jesús, de preferencia en el Sagrario, y verás que tu cruz se hace menos pesada, porque El lleva la parte más dura; con El, le encontrarás un nuevo sentido redentor a tus sufrimientos. Confíale lo que te aflige; saldrás de su presencia con nuevos bríos para enfrentarte a lo que sea; no sufrirás angustias desmedidas ni insalvables. Platícale con confianza tus proyectos, también tus alegrías, y El te iluminará para discernir lo conveniente.

Pide al Espíritu Santo que te conceda una fe suficiente, para descubrir a Jesús vivo, resucitado, presente en el Sagrario, y superarás el stress, la soledad, los fracasos, la desesperación. El te acompaña y te comprende, te levanta y te sostiene.

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