Mueren 22 personas en un accidente aéreo en Rio Negro

Pésame del Papa a los familiares de las víctimas de la tragedia aérea argentina

"Un saludo esperanzador frente a tanto desconsuelo"

Redacción, 23 de mayo de 2011 a las 18:52

 

(AICA).- El obispo de San Carlos de Bariloche, monseñor Fernando Carlos Maletti, transmitió el pésame enviado por el papa Benedicto XVI a los familiares y amigos de las víctimas mortales de la tragedia aérea ocurrida en la localidad rionegrina de Los Menucos, donde un avión de la empresa Sol Líneas Aéreas se precipitó a tierra provocándole la muerte a 22 personas.

El prelado junto con el párroco de Los Menucos, padre Ricardo Modarelli, y la comunidad diocesana, les hizo llegar "un saludo esperanzador frente a tanto desconsuelo, a todos los que lloran entristecidos la inesperada pérdida de estos seres queridos".

Tras decir que "elevamos nuestras oraciones al Padre Dios para que fortalezca y consuele a tantos hermanas y hermanos en estos momentos tan penosos y tan llenos de interrogantes", compartió con ellos las palabras que, en nombre del Santo Padre, dirigió el cardenal Tarcisio Bertone y su representante en la Argentina.

Por último, monseñor Maletti sugirió a las parroquias, capillas y comunidades se celebren misas de difuntos rogando por el eterno descanso de quienes perdieron su vida en este accidente. Quiera el Señor concedernos las gracias que más necesitamos, y que su Madre María nos contagie su espíritu de perseverancia en la fe".

Texto del mensaje papal

"Su Santidad Benedicto XVI, profundamente apenado al conocer la dolorosa noticia del accidente aéreo ocurrido cerca de Los Menucos, ofrece ferviente sufragios por el eterno descanso de los difuntos. Asimismo, ruega (al Obispo del lugar) que tenga la bondad de hacer llegar el sentido pésame del Papa a los familiares de los fallecidos, junto con expresiones de cercanía espiritual a todos los afectados por el lamentable percance.

"Con estos sentimientos, el Sumo Pontífice, en estos momentos de tristeza, imparte de corazón la confortadora Bendición Apostólica, como signo de consuelo y esperanza en el Señor Resucitado".