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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 24 de mayo de 2011

Especial

Un eco del espacio: Benedicto XVI entrevista a 12 astronautas

Santa Sede

El Papa: fe y cultura “están intrínsecamente unidas”

Mundo

Obispos italianos: la crisis de la pedofilia no ha sido aún superada

Monseñor Wenski: la fe católica, el tesoro más grande de América Latina

Ecuador: Solución de comunión para la polémica en Sucumbíos

Santa Sede: para luchar contra el SIDA hay que cambiar comportamientos

35 nuevos sacerdotes del Opus Dei

El Meeting de Rímini llega a las Naciones Unidas

Foro

La necesaria verdad

Documentación

Intervención de monseñor Zimowski en la OMS

Audiencia del Papa a los miembros de la Universidad del Sacro Cuore


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Especial


Un eco del espacio: Benedicto XVI entrevista a 12 astronautas
Desde el Vaticano, conexión directa con la Estación Espacial Internacional
CIUDAD DEL VATICANO, martes 24 de mayo de 2011 (ZENIT.org).– Es una novedad absoluta para un papa: Benedicto XVI dialogó en directo con las dos tripulaciones del transbordador Endeavour y de la Estación Espacial Internacional (ISS), en órbita a 400 kilómetros de la Tierra, una operación posible gracias a la NASA y a la Agencia Espacial Europea (ESA).

Un eco del espacio resonó en efecto este sábado 21 de mayo, una emoción, una respiración extraña, una atmósfera alegre y seria a la vez en la sala de prensa de la Santa Sede: a las 13,11 horas, Benedicto XVI había comunicado por satélite audio-video con los doce astronautas de los Estados Unidos, de Rusia y de Italia. El Papa podía ver a los astronautas en una pantalla pero los astronautas sólo tenían el sonido.

Veinte minutos históricos

El Papa les entrevistó durante unos veinte minutos en directo desde la sala Foconi, de la Biblioteca Vaticana, ante las televisiones del mundo y la web. La prensa internacional era muy consciente de estar participando en un acontecimiento histórico.

Benedicto XVI estaba sentado detrás de una mesa y llevaba un micrófono y sus notas; a su derecha, una pantalla.

Había tres personas de pie: el ingeniero Enrico Saggese, presidente de la Agencia Espacial Italiana (ASI); el coronel Thomas Reiter, astronauta alemán director de vuelos espaciales tripulados y de operaciones de la ESA; y el general Giuseppe Bernardis, jefe del Estado mayor de la Aeronáutica militar italiana.

Thomas Reiter fue el encargado de iniciar la conexión y de establecer el contacto con la Estación Espacial y la NASA. Enrico Saggese tomó después brevemente la palabra para pedir a los comandantes de la misión que presentaran a los doce miembros de la tripulación, entre ellos una mujer.

La tripulación del Endeavour, cuya misión dura 14 días, está formada por seis miembros de tres nacionalidades -Estados Unidos, Rusia e Italia-, por el comandante Mark E. Kelly, el piloto Gregory H. Johnson, los especialistas de la misión Michael Fincke y Roberto Vittori y otros dos miembros del equipo, Andrew J. Feustel y Gregory Chamitoff.

El equipo de la ISS, cuya misión dura seis meses, está formado también por seis personas de tres nacionalidades:Dimitri Kondratiev, Paolo Nespoli, Catherine Coleman, Ronald Garan, Alexander Samokutyayev y Andrei Borisenko.

Humanidad y humor

Las dos misiones tienen un significativo impacto y están a un nivel muy alto de técnica y de ciencia, si se piensa por ejemplo en su estudio sobre la antimateria y el Big Bang o en el desarrollo de “narices artificiales” detectoras de gas y de bacterias.

La conexión estuvo marcada por el signo de la ciencia, de la belleza y de la humanidad. No se trataba sólo de una bendición, destacó Saggese, sino que el Papa quiso ser un “interlocutor”.

Al principio de la transmisión, los dos equipos, el del Endeavour y el de la ISS, se presentaron y Benedicto XVI les saludó con la mano. Al final de la transmisión, volvió a hacer una señal con la mano derecha tendida hacia el monitor y ellos, todos juntos, le dirigieron a él un signo amistoso.

Todos ellos tenían un gran deseo de participar en el encuentro, explicó a ZENIT la segunda responsable de relaciones internacionales de la ASI.

De hecho, tres astronautas debían preparar la salida extravehicular del día siguiente pero se organizaron su trabajo para poder estar presentes en el intercambio con Benedicto XVI.

Un toque de humor: Catherine Coleman, de los Estados Unidos, se dejó el pelo suelto en la ingravidez, lo cual no dejaba de provocar un efecto divertido que hizo sonreír al Papa y a los asistentes.

Un astronauta saludó al final de la conexión por satélite abandonando la posición vertical en la ingravidez y un compañero le cogió por el tobillo.

Los dos astronautas italianos, Roberto Vittori y Paolo Nespoli, situados a la derecha y a la izquierda de la imagen, dejaron suspendida en la ingravidez la medalla de plata que lleva inscrito el Adán de Miguel Ángel y que el Papa había entregado a Roberto.

Ellos se la devolverán a Benedicto XVI, que todavía no ha decidido lo que hará con ella, explicó el director de la Oficina de Información de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, al final de la transmisión.

La belleza del planeta

El Papa se refirió a esta medalla en su pregunta a Roberto Vittori: “Los creyentes contemplan con frecuencia los cielos ilimitados y, meditando en el Creador, quedan impresionados por el misterio de su grandeza. Por este motivo, la medalla que le entregué a Robert [Vittori] como signo de mi propia participación en vuestra misión, representa la Creación del Hombre, pintada por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina”.

“Cuando tenemos un momento para bajar la mirada -dijo al Papa Roberto Vittori-, la belleza, que es el efecto en tres dimensiones de la hermosura del planeta, nos conquista el corazón, me conquista el corazón. Y entonces sí, rezo: rezo por mí, por nuestras familias, por nuestro futuro. Llevo conmigo su medalla y dejo que la medalla se quede flotando ante mí para demostrar la ausencia de gravedad. Quiero darle las gracias por esta oportunidad y querría que esta medalla flote por mi amigo y colega Paolo: él regresará a la Tierra en la nave Soyuz. Yo traje la medalla al espacio y él la llevará a la Tierra para devolvérsela a usted”.

Después de la transmisión, el Papa saludó a las personas que estaban allí presentes con él. Entre otras cosas, preguntó a Thomas Reiter, que participó en las misiones en la estación MIR en 1995-1996 y en la ISS en 2006, si el planeta Tierra era realmente tan bello como los astronautas lo habían descrito. “Sí, es verdaderamente fascinante”, respondió Reiter.

La mujer de Mark y la madre de Paolo

Antes de la primera pregunta, planteada al comandante del equipo del Endeavour, Mark E. Kelly, Benedicto XVI expresó su proximidad: “Sé que la mujer de Mark Kelly ha sido víctima de una grave agresión y espero que su salud siga mejorando”.

Mark Kelly respondió: “Gracias por sus amables palabras, Santidad, y gracias por haberse acordado de mi mujer, Gabby”.

Benedicto XVI dirigió la última pregunta en italiano a Paolo Nespoli: “Mi última pregunta es para Paolo. Querido Paolo, sé que en los días pasados tu mamá te ha dejado y cuando regreses en unos días a casa ya no estará esperándote. Todos estamos a tu lado, yo también he rezado por ti... ¿Cómo has vivido este momento de dolor?”

Paolo Nespoli respondió: “Santo Padre, he experimentado sus oraciones, vuestras oraciones han llegado hasta aquí. Es verdad, estamos fuera de este mundo, estamos en órbita alrededor de la Tierra y podemos ver mejor la Tierra y seguir todo lo que nos rodea. Mis colegas aquí, abordo de la Estación --Dimitri, Kelly, Ron, Alexander y Andrei-- han estado muy cerca de mí en este momento importante para mí, muy intenso, así como mis hermanos, mis hermanas, mis tías, mis primos, mis parientes han estado cerca de mi madre en los últimos momentos. Doy las gracias por todo esto. Me he sentido lejos pero también muy cerca, y seguramente el pensamiento de experimentaros a todos cerca de mí, unidos en este momento, ha sido un enorme alivio. Doy también las gracias a la Agencia Espacial Europea y a la Agencia Espacial de los Estados Unidos que han puesto a disposición los recursos para que yo haya podido hablar con ella en los últimos momentos”.

Arrigo precisó, respecto a la madre de Paolo Nespoli, que ella advirtió al Vaticano del fallecimiento y que el padre Lombardi transmitió entonces a Paolo la oración y proximidad del Papa. Cuál fue su sorpresa -explicó- cuando recibió un correo electrónico de Paolo Nespoli directamente del espacio. La Agencia Espacial Italiana ha querido favorecer la comunicación entre Paolo Nespoli y el Papa en un momento excepcional, destacó Arrigo.

Benedicto XVI planteó cinco preguntas a los astronautas, preguntándoles sobre su visión de la Tierra desde el espacio y sobre el misterio de lo infinitamente grande, pero también sobre la oración. Fueron formuladas en inglés a Mark E. Kelly, Ronald Garan y Michael Fincke de los Estados Unidos, y en italiano a Roberto Vittori y a Paolo Nespoli.

Encuentro en septiembre

Como conclusión, Benedicto XVI declaró, antes de impartir su bendición a los astronautas: “Vosotros me habéis ayudado a mí y a otras muchas personas a reflexionar juntos sobre cuestiones importantes que afectan al futuro de la humanidad. Os deseo todo lo mejor para vuestro trabajo y para el éxito de vuestra gran misión al servicio de la ciencia, de la colaboración internacional, del auténtico progreso, y de la paz en el mundo”.

Jean Coisne, de la ESA, indicó a ZENIT que a mediados de septiembre los astronautas podrían encontrarse en Roma para una audiencia -que ellos han pedido al Papa-, para darle la medalla de Miguel Ángel.

Este lunes, con motivo de los 150 años de la unidad italiana, los dos astronautas italianos -Roberto Vittori (que volverá el 1 de junio, víspera de la fiesta nacional) y Paolo Nespoli (que vuelve este martes 24 de mayo)- pudieron hablar con el presidente de Italia, Giorgio Napolitano, y se pusieron simbólicamente la bandera tricolor italiana que el presidente les había dado.

Es una circunstancia excepcional, que dos italianos están juntos en la ISS en este año del aniversario de la unidad italiana.

La bendición de Pablo VI había marcado un camino destacando el interés de la Santa Sede por la investigación y el progreso de la exploración del espacio.

En 1969, durante la misión de los astronautas americanos Edwin Aldrin, Neil Armstrong y Michael Collins a bordo del Apolo 11, el papa Pablo VI envió a los “aventureros del espacio” sus buenos deseos y bendiciones.

Por Anita S. Bourdin

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Santa Sede


El Papa: fe y cultura “están intrínsecamente unidas”
Recibió a la comunidad de la Universidad Católica del Sagrado Corazón
CIUDAD DEL VATICANO, martes 24 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Al recibir el pasado sábado en audiencia a los directores, docentes y estudiantes de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, en ocasión del 90º aniversario de la fundación de la misma, Benedicto XVI les exhortó a no privar a la esfera cultural de la aportación de la fe, porque “fe y cultura están intrínsecamente unidas”.

El Pontífice reconoció que nuestro tiempo está caracterizado por “grandes y rápidas transformaciones, que se reflejan también en la vida universitaria”.

“La cultura humanista parece afectada por un progresivo deterioro, mientras que se pone el acento en las disciplinas llamadas 'productivas', de ámbito tecnológico y económico”, observó.

“La cultura contemporánea, entonces, tiende a confinar a la religión fuera de los espacios de la racionalidad: en la medida en la que las ciencias empíricas monopolizan los territorios de la razón, no parece haber espacio para la razón del creer, por lo que la dimensión religiosa es relegada a la esfera de lo opinable y de lo privado”.

En este “punto de inflexión histórico”, “es importante consolidar e incrementar las razones por las que nació” la Universidad Católica del Sagrado Corazón: “la búsqueda de la verdad, de toda la verdad, de toda la verdad de nuestro ser”.

“, fe y cultura están intrínsecamente unidas, manifestaciones de aquel desiderium naturale videndi Deum que está presente es todos los hombres”, observó el Pontífice, indicando que “cuando este matrimonio se separa, la humanidad tiende a replegarse y a encerrarse en sus propias capacidades creativas”.

Por esto, es necesario que en la universidad haya “ una auténtica pasión por la cuestión de lo absoluto, la verdad misma, y por tanto también por el saber teológico”.

El “saber de la fe” “ilumina la búsqueda del hombre, la interpreta humanizándola, la integra en proyectos de bien, arrancándola de la tentación del pensamiento calculador, que instrumentaliza el saber y hace de los descubrimientos científicos, medios de poder y de esclavitud del hombre”.

Pasión por el hombre

“El horizonte que anima el trabajo universitario puede y debe ser la pasión auténtica por el hombre. Sólo en el servicio al hombre, la ciencia se desarrolla como un cultivo verdadero y custodia del universo”, y “servir al hombre es hacer la verdad en la caridad, es amar la vida, respetarla siempre, comenzando por las situaciones en las que es más frágil e indefensa”.

“La declaración de la fe y el testimonio de la caridad son inseparables”, añadió. “El núcleo profundo de la verdad de Dios, de hecho, es el amor con el que Él se ha inclinado hacia el hombre y, en Cristo, le ha ofrecido dones infinitos de gracia”.

“La cima del conocimiento de Dios se alcanza en el amor; este amor que sabe ir a la raíz, que no se contenta con ocasionales expresiones filantrópicas, pero que ilumina el sentido de la vida con la Verdad de Cristo, que transforma el corazón del hombre y lo arranca de los egoísmos que generan miseria y muerte”.

La fe cristiana, reveló el Obispo de Roma, “no hace de la caridad un sentimiento vago y piadoso, sino una fuerza capaz de iluminar los senderos de la vida en todas sus expresiones. Sin esta visión, sin esta dimensión teologal original y profunda, la caridad se contenta con la ayuda ocasional y renuncia al deber profético, que le es propio, de transformar la vida de la persona y las mismas estructuras de la sociedad”.

“Este es un compromiso específico que la misión en la Universidad os llama a realizar como protagonistas apasionados, convencidos de que la fuerza del Evangelio es capaz de renovar las relaciones humanas y penetrar el corazón de la realidad”, dijo a los presentes.

Desde esta perspectiva, concluyó, “la Capilla es el corazón que late y el alimento constante de la vida universitaria”, que como decía Juan Pablo II “un lugar del espíritu, en el que los creyentes en Cristo, que participan de diferentes modos en el estudio académico, pueden detenerse para rezar y encontrar alimento y orientación. Es un gimnasio de virtudes cristianas, en el que la vida recibida en el bautismo crece y se desarrolla sistemáticamente. Es una casa acogedora y abierta para todos los que, escuchando la voz del Maestro en su interior, se convierten en buscadores de la verdad y sirven a los hombres mediante su dedicación diaria a un saber que no se limita a objetivos estrechos y pragmáticos”.

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Mundo


Obispos italianos: la crisis de la pedofilia no ha sido aún superada
Habla el presidente de la CEI, cardenal Angelo Bagnasco
ROMA, martes 24 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- La de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes en perjuicio de menores es “una infame emergencia que no ha sido superada” y que la Iglesia italiana está comprometida a afrontar.

Lo afirmó, el pasado lunes, el cardenal Angelo Bagnasco, arzobispo de Génova y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) en la inauguración en el Vaticano de la 63ª Asamblea general de los obispos italianos.

El purpurado, que hace pocos días hablaba de “profundo dolor” por el arresto, el pasado 13 de mayo, del sacerdote Riccardo Seppia, acusado de pedofilia y de estar en posesión de estupefacientes, dijo: “En la integridad de nuestros sacerdotes no podemos transigir, cueste lo que cueste. Un sólo caso, en este contexto, ya es demasiado. Cuando además los casos se repiten, la agonía es indescriptible y la humillación total”.

“Pero las sombras, incluso las más graves y dolorosas, no pueden oscurecer el bien que existe”, prosiguió el cardenal confirmando “la estima y gratitud a nuestro clero que se prodiga con fidelidad, sacrificio y alegría, en el cuidado de las comunidades cristianas”.

Citando, en el discurso de apertura, la Carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la “guía” con respecto a los casos de abusos sexuales por parte del clero, el purpurado habló de “una infame emergencia no superada todavía, que causa daños incalculables a jóvenes vidas y a sus familias, a los que no cesamos de transmitir nuestro dolor y nuestra solidaridad”.

El cardenal hizo saber, por tanto, que “hace más de un año, por orden de la Presidencia CEI, está trabajando un grupo interdisciplinar de expertos, con el objetivo de 'traducir' para su país las indicaciones provenientes de la Congregación”, y cuyo resultado “será llevado para ser analizado por nuestros organismos estatutarios”.

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Monseñor Wenski: la fe católica, el tesoro más grande de América Latina
Los argentinos en Miami celebraron las fiestas patrias
MIAMI, martes 24 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Monseñor Wenski, arzobispo de Miami, afirmó ayer lunes que la fe católica “es el tesoro más grande de América Latina”, y que “no es una ideología política, ni un movimiento social, como tampoco un sistema económico; es la fe en Dios Amor, encarnado, muerto y resucitado en Jesucristo, el auténtico fundamento de esta esperanza que produjo frutos tan magníficos desde la primera evangelización hasta hoy”.

Lo afirmó durante la homilía de la Misa celebrada en la Misión San Francisco y Santa Clara de Miami para conmemorar la Revolución de Mayo por la que se constituyó Argentina, con los inmigrantes procedentes de este país.

El arzobispo también exhortó a los argentinos residentes en Miami a valorar su cultura y atesorarla, porque “si por el mero hecho de que estemos fuera de nuestro país que nos vio nacer nos deshacemos de nuestra cultura --de nuestros valores y principios nacionales inspirados por el Evangelio- corremos el riesgo de sufrir muchos daños”.

También destacó que la historia argentina reciente ilustra la necesidad del respeto escrupuloso de los derechos humanos y añadió: “Junto a mis hermanos obispos argentinos deseo afirmar que el primero y más fundamental de estos derechos es el derecho a la vida”, para concluir que “hay una contradicción manifiesta entre la promoción del aborto y la defensa de los derechos humanos”.

Dijo también que no puede haber auténtico progreso social en un país que no promueve la vida familiar basada en la unión estable entre un varón y una mujer.

El arzobispo abordó la cuestión migratoria en Estados Unidos. Es un tema candente que afecta a millones de personas y que ha sido objeto de numerosos pronunciamientos por parte del Episcopado estadounidense.

Dirigiéndose a los indocumentados, el arzobispo les alentó a no perder la fe en Dios Amor “porque esta fe --a pesar de las sombras actuales- iluminará el camino hacia la esperanza. El amor de Dios no tiene fronteras. Creado a imagen y semejanza de Dios, cada ser humano tiene un mismo destino, ser amigo de Dios”.

El arzobispo celebró la misa de la Virgen de Luján. Las partes de la misa fueron tomadas de la Misa Criolla y se entonaron cantos religiosos argentinos.

La ceremonia, que organizaba el consulado argentino en Miami, fue transmitida en vivo por Radio Paz 830AM, la emisora de la archidiócesis de Miami y se pudo seguir por Internet a través de www.radiopaz.org.

Asistieron a la celebración el cónsul general argentino en Miami, el embajador José Miguel Talento, funcionarios del consulado, empresarios argentinos residentes en Miami, miembros de la comunidad argentina y público en general.

Antes de la bendición y despedida, el embajador Talento, se dirigió a la asamblea y agradeció al arzobispo la celebración de esta misa de acción de gracias junto a la comunidad argentina en Miami y por recordar que en la “entrega al prójimo que es el próximo” se desarrolla en plenitud nuestra humanidad.

Las celebraciones de la Semana de Mayo en Miami, organizadas por el consulado argentino, continuarán el miércoles 25, con un acto ecuménico en Bayfront Park, lugar donde se encuentra un busto del general José de San Martín, libertador de Argentina. En ese acto, los católicos rezarán la “Oración por la Patria” compuesta por el Episcopado Argentino.

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Ecuador: Solución de comunión para la polémica en Sucumbíos
Gracias a la colaboración de Carmelitas, Heraldos y diócesis del país
QUITO, martes, 24 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- La Conferencia Episcopal Ecuatoriana ha anunciado este martes una solución de “comunión” para superar polémicas surgidas después de que la Santa Sede decidiera queel vicariato apostólico de San Miguel de Sucumbíos, fronterizo con Colombia, pasaría a ser administrado de los Carmelitas Descalzos a los Heraldos del Evangelio.

Conforme a las disposiciones emanadas por el superior general de la Orden de Carmelitas Descalzos, ha explicado un comunicado emitido por la secretaría del episcopado, “el equipo de frailes carmelitas que servía en San Miguel de Sucumbíos ha salido de la zona y ha entregado formalmente a monseñor Angel Polivio Sánchez Loaiza [obispo de Guaranda y secretario general de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana], delegado pontificio, los espacios y tareas que corrían a su cargo”.

Por su parte, los misioneros Heraldos del Evangelio, que debían haber ocupado su lugar, “luego de una serena revisión de todas las circunstancias, han considerado oportuno, como un gesto de delicadeza y disponibilidad con el Santo Padre, poner en sus manos la comisión recibida”.

El anuncio tiene lugar después de que en octubre pasado la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana anunciara que el papa nombró como administrador apostólico del vicariato, mientras se encuentra vacante la sede Sucumbíos, al padre Rafael Ramón Ibarguren Schindler, EP, actual capellán y asistente espiritual del colegio Heraldos del Evangelio Internacional de Asunción en Paraguay.

Benedicto XVI había aceptado la renuncia, por límite de edad, presentada por monseñor Gonzalo López Marañón, carmelita descalzo español de 77 años, vicario apostólico de Sucumbíos, en Ecuador, según anunció la Oficina de Información de la Santa Sede el 30 de octubre.

La sustitución de un religioso carmelita por un sacerdote de esa familia religiosa fue criticada por el presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien amenazó con vetar la designación del futuro obispo y suscitó duras polémicas entre personas que se posicionaron del lado de una de las dos familias religiosas.

Para paliar la carencia de sacerdotes que genera la salida tanto de los Carmelitas como de los Heraldos del Evangelio, “según las peticiones cursadas hace algunos meses, las arquidiócesis de Quito y Guayaquil, con las diócesis de Ibarra, Ambato, Loja y San Jacinto de Yaguachi, se disponen a enviar algunos sacerdotes diocesanos que colaboren en la labor pastoral al servicio del vicariato”.

Todas estas medidas, según ha declarado Monseñor Sánchez Loaiza, tienden a “robustecer el espíritu de comunión, para que la unidad de las comunidades cristianas sea testimonio de fidelidad a Jesucristo y a su Iglesia”.

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Santa Sede: para luchar contra el SIDA hay que cambiar comportamientos
Monseñor Zimowski pide más compromiso de los países ricos hacia los pobres
GINEBRA, martes 24 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- La clave para combatir el SIDA está en “la formación para cambiar los comportamientos humanos y para una vida respetable”. Así lo afirmó monseñor Zygmunt Zimowski, presidente del Consejo Pontificio para los Agentes Sanitarios, el pasado 18 de mayo durante la 64º Asamblea Mundial de la Organización Mundial del la Salud, que ha concluido hoy en Ginebra.

Durante su intervención, monseñor Zimowski comentó el Plan Estratégico de la OMS para el VIH 2001-2015, afirmando el aprecio de la Santa Sede de “la importancia centrada en la eliminación de nuevas infecciones de VIH en los niños”.

Sin embargo, expresó las reservas de su delegación a la estrategia adoptada con los drogadictos, “sobre la elección de la reducción del daño y la sustitución de los opiáceos como medida preventiva”, pues esto “en realidad no cura o trata al enfermo, con el fin de restituirle la dignidad y favorecer su inserción social”.

En general, respecto a la estrategia de prevención de enfermedades, el prelado insistió que la clave está “en la promoción de iniciativas de prevención, y, sobre todo en el alentar estilos de vida sanos”.

Por ello, “aunque comprendiendo la importancia de reforzar los sistemas sanitarios”, es necesario sobre todo “aumentar el compromiso político y la participación de las ONG y de la sociedad civil, en colaboración con el sector privado”.

“Como algunos estados miembros han observado, estas enfermedades no transmisibles acaban por serlo a causa de la difusión del comportamiento que subyace. Esto destaca la importancia de la educación a estilos de vida sanos como componentes de la educación a la salud y para afrontar los determinantes sociales de la salud”.

Cobertura universal

Otro de los argumentos que afrontó el representante de la Santa Sede en su intervención fue el de el acceso de todas las personas a los servicios sanitarios.

Según el World Health Report 2010, afirmó, “no obstante los progresos realizados en algunos países, en general estamos muy lejos todavía de una cobertura sanitaria universal”.

“Estamos en un punto muerto en el status quo, donde los ricos disfrutan de una cobertura más alta, que sin embargo falta a la mayor parte de las personas pobres, mientras que las que tienen acceso a menudo tienen que soportar costes muy elevados, a veces desastrosos, en el pago de las medicinas y los servicios”, subrayó.

Citando palabras del Papa, recordó que “millones de personas no tienen acceso a los servicios sanitarios”, y exhortó a “un compromiso mayor a todos los niveles para que el derecho a la salud sea efectivo, favoreciendo el acceso a los cuidados sanitarios primarios”.

Para garantizar una cobertura sanitaria universal, los países “pueden y deben recoger fondos suficientes, reducir la dependencia del pago directo de las prestaciones sanitarias y mejorar la eficiencia y la equidad, eliminando así las barreras de tipo económico que se bloquean el acceso a los servicios, sobre todo a las personas pobres y desfavorecidas”.

Pero, añadió, “muy pocos países con renta baja tienen la posibilidad de generar, sólo de los recursos nacionales, los fondos necesarios para lograr el acceso universal antes de 2015”.

“Este triste hecho pone en evidencia la necesidad de una verdadera solidaridad global, en la que los países de renta alta no prometan solamente, sino que efectivamente cumplan sus compromisos en el tema de la asistencia al desarrollo”.

Es necesario, concluyó, que haya “solidaridad entre las naciones ricas y pobres, con el fin de garantizar el acceso universal a los cuidados médicos”, y quelos estados económicamente más desarrollados “hagan lo posible por destinar mayores porcentajes de su PIB para ayudas al desarrollo, respetando los compromisos que se han tomado sobre este punto en el ámbito de la comunidad internacional”.

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35 nuevos sacerdotes del Opus Dei
De quince países, ordenado por monseñor Echevarría en Roma
ROMA, martes 24 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- El pasado 14 de mayo, el prelado del Opus Dei Javier Echevarría ordenó a 35 nuevos sacerdotes. La ceremonia tuvo lugar en la basílica de San Eugenio, en Roma. Los presbíteros proceden de Italia, España, Holanda, Singapur, Argentina, Colombia, Nigeria, Estados Unidos, Francia, Austria, Brasil, México, El Salvador, Polonia y Uganda. 

“Que vuestra existencia se funda con la de Jesús eucarístico --dijo el prelado a los nuevos sacerdotes durante la homilía--. A partir de hoy la celebración cotidiana de la Eucaristía ha de ser especialmente para vosotros el momento central de cada jornada; el centro y la raíz de nuestra vida, de cada día de nuestro caminar terreno”.

Monseñor Echevarría invitó a los 35 presbíteros a vivir al servicio de las almas “una por una”.

“Ejercitad el ministerio con esta característica tan propia del buen pastor, que se desvive por todos, sin distinciones, estrechamente unidos al romano pontífice y a los pastores de las diócesis en las que desarrollaréis el ministerio”.

En el rezo de la letanía de los santos la asamblea invocó también la protección del beato Juan Pablo II.

Uno de los nuevos sacerdotes es Damien Peter Lim Guan Heng, de Singapur, que antes de comenzar estudios eclesiásticos en Roma, trabajó en varias oficinas bancarias de su país y de Taiwán. Conoció el catolicismo gracias a la conversión de su hermano. 

José Manuel Giménez Amaya, otro de los presbíteros, es catedrático de Anatomía y Embriología en la Universidad Autónoma de Madrid. Es especialista en Neurociencia. 

Ivan Kanyike Mukalazi, nacido hace 29 años en Kampala, es el primer fiel del Opus Dei de Uganda que recibe el sacerdocio. La labor de la prelatura en este país inició de modo estable en 1996. 

Alejandro Macía, de Colombia, había trabajado como desarrollador de software, primero en Microsoft y, más tarde, en Oracle, hasta que decidió trasladarse a Roma para realizar estudios eclesiásticos en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz. 

El mayor de los 35 nuevos sacerdotes es Paolo Calzona, nacido en Catanzaro, Italia, en 1949. El más joven es Lucas Buch, nacido en Barcelona, España, en 1983. 

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El Meeting de Rímini llega a las Naciones Unidas
“Hemos invertido en el corazón del hombre”, afirma la presidenta del encuentro
ROMA, martes 24 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Más de cien personas , entre los que destacar delegados, observadores, funcionarios de la ONU y personajes del mundo cultural y empresario americano, estaban presentes el pasado jueves 19 de mayo en el Edificio de Cristal en Nueva York para el estreno del Meeting de Rímini en las Naciones Unidas, la institución más importante a nivel mundial en el favorecer las relaciones entre los pueblos.

La reunión fue inaugurada por el embajador Antonio Bernardini, de la Representación Permanente de Italia, que además del Meeting, organizó la conferencia para transmitir a los delegados una experiencia real de diálogo y libertad.

En su intervención inaugural, recuerda un comunicado, Bernardini destacó “algunos fragmentos del Meeting especialmente importantes para nuestro trabajo en las Naciones Unidas: la curiosidad, el diálogo y la amistad” y “aquel que es el corazón del Meeting, centenares de personas que trabajan gratis en la organización de este evento”.

La presidenta del Meeting, Emilia Guarnieri, recordó que a menudo para definir la experiencia de Rímini dijo que “Hemos invertido en el corazón del hombre”.

“Nos sentimos definidos por la confianza en el hombre que no se identifica con el optimismo irracional de quien no se da cuenta de la violencia, de las guerras, del mal que está alrededor de nosotros y dentro de nosotros”.

“En la vida cotidiana y en estos 30 años de Meeting hemos visto muchos ejemplos de belleza, de solidaridad, de grandeza, de esperanza, de construcción , de trabajo -confesó-. Hemos visto musulmanes abrazarse con judíos y cantar juntos en la cena del Shabbat, presos que han venido al Meeting a contar su propio camino de cambio”.

“Son estos ejemplos los que documentan que el corazón del hombre es capaz de desear el bien y la belleza y también es capaz de gastar la vida pata construirlo”. “El Meeting es un lugar de libertad, en el que es posible conocerse, mirar con seriedad al prójimo aprendiendo más de nosotros mismos y de los demás”.

El jurista judío Joseph Weiler destacó, por su parte que el Meeting es “unicidad, apertura intelectual, vida, juventud, familia”. “Es una experiencia humana, es la realización a nivel privado de los ideales más profundos de las Naciones Unidas: Naciones Unidas, Pueblos Unidos”.

Wael Farouq, profesor de tradición musulmana, ha contado, por su parte, los últimos desarrollos del Meeting del Cairo, un hermano menor del Meeting, nacido en Egipto, el pasado octubre en el que han trabajado 150 cristianos y musulmanes.

“Este pequeño grupo de personas se ha comprometido con la realidad egipcia”, indicó. “Después de los ataques a la Iglesia de Alejandría hemos tomado las armas de la belleza y del arte frente a la violencia. Cuando comenzó la revolución, el grupo del Meeting del Cairo estuvo en primera línea y participó en todas las manifestaciones”.

“Quizás la iniciativa más grande fue la conferencia que se celebró hace dos semanas, el 7 de mayo, con 5000 participantes, para construir un frente liberal que asegure la civilización del país egipcio y una coordinación entre partidos liberales y los poderes políticos, en un parlamento para las inminentes elecciones presidenciales”.

“Esto es lo que el grupo ha hecho y la misma existencia de este grupo no es más que el resultado de la experiencia que hemos vivido en el Meeting de Rímini: una experiencia de liberación de los estereotipos y prejuicios”, reconoció.

Destacando la importancia del diálogo, añadió que esto “debería estar fundamentado en un encuentro, ya que es en el encuentro donde la persona hace sitio, en su vida, a otra persona y comienza a descubrirla”.

“En este sentido la diferencia es la base del conocimiento y el diálogo es uno de los instrumentos para conseguirlo, porque la eliminación de la diferencia para dialogar con el otro no es menos aberrante que la eliminación del otro a causa de la diferencia”.

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Foro


La necesaria verdad
 
Por monseñor Juan del Río Martín*

MADRID, martes 24 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- La cultura de la mentira se ha instalado en el poder y en muchas relaciones humanas. De tal manera que hoy nadie se fía de nadie. Se está a la defensiva y la convivencia social se ha distorsionado por falta de veracidad. La palabra humana ha perdido todo valor y la manipulación del lenguaje es el arte de la posmodernidad donde hablar de verdad objetiva, absolutamente independiente del yo, es evocar los espíritus de la intolerancia.

Se extrae como consecuencia que el mejor camino para una “sociedad sana” es situarse en el puro relativismo, donde todas las opiniones tengan el mismo valor. Es más, el valor de “cualquier verdad” viene determinado por el número de votantes, el de acceso o visitas en Internet o el consenso conseguido. Con esto se parte de una falacia: “que la verdad es producto del hombre”. Esta es la gran mentira que, con apariencia de verdad y orientada egoístamente, trata de instrumentalizar al hombre y en definitiva a anularlo. En el lado opuesto están la verdad y la veracidad que fundamenta y da vigor al derecho, a la libertad, a la justicia, a la paz

La verdad es la luz de la inteligencia humana. Para el creyente la fuente suprema de esa luz es Dios que en ningún caso contradice la más pequeña partícula de cualquier verdad. Por eso no hay oposición entre la verdad racional y la fe cristiana, de ahí que ciencia y religión no se enfrentan, como nos quiere hacer ver los laicistas, sino que se comprenden mutuamente y cooperan en la búsqueda del bien del hombre y de la sociedad.

La veracidad en sentido amplio es el amor a la verdad. Es la virtud que inclina a decir siempre la verdad y manifestarse al exterior tal y como se es interiormente. Requiere la sencillez de corazón y la fidelidad para cumplir lo prometido. La verdad hay que decirla con nobleza y caridad. Igualmente, demanda la prudencia para decir las cosas en el momento oportuno y a quien corresponde, para que seamos comprendidos correctamente. También, porque la otra persona puede no estar en disposición, por diversas circunstancias, a la aceptación  de la verdad.

Por amor al otro hay momentos que es mejor guardar silencio y esperar la maduración de los acontecimientos. De esto, no se debe concluir que sea lícito mentir. Nunca mezclar lo falso con lo verdadero para encubrir el engaño con apariencia de verdad que tiene diversos rostros: simulación, hipocresía, falsa humildad, adulación, charlatanería, demagogia. Toda mentira destruye a la persona y a la comunidad, porque como dice la Escritura: “guárdate de mentir, y de añadir mentiras a mentiras, que eso no acaba bien” (Eclo 20,27). En cambio, la verdad da a la persona firmeza y solidez  y emprende de modo casi natural el sendero de la paz.  Por eso, hemos de ser veraces con Dios, con nosotros mismos y con los demás. El camino de la veracidad exige sacrificios, renunciar y constancia.  

Suscitar buenos y honrados ciudadanos demanda educar en la verdad. Ello comienza con unos planes de estudios y enseñanzas que alcance a todos los sectores,  que huyendo del cualquier sectarismo, contemple la verdad del hombre en su totalidad. Se continua con el testimonio trasparente de los representantes de las instituciones. Teniendo presente, que cuando priman  más los intereses partidistas que el bien común de la sociedad, entonces la cultura de la mentira lo domina todo,  corrompiendo a la clase política y dañando la convivencia pacífica de un país. Esta regeneración en la verdad ha de darse también en el seno familiar, social y cultural.  

Padres coherentes son aquellos que saben trasmitir a sus hijos con tacto y bondad que los seres humanos nos realizamos no buscando “el sol que más calienta”, sino amando la verdad y compartiéndola con los otros. Políticos fidedignos son aquellos que han hecho de la “cosa pública” no el “arte de lo posible”, sino el servicio en la búsqueda del bien de sus conciudadanos y de un mañana mejor para todos, sin acepción de personas. Mostrándose siempre veraz y cercano como servidores públicos que son. Cuando esto se olvida, es fácil que con artificios engañosos surjan  “respuestas mesiánicas”  que engatusa a la multitud  con el deseo de  ejercer la autoridad, que el final resultaría más cruel que la de cualquier tirano.  Por eso mismo, hoy a todos los niveles tiene máxima actualidad las palabras de Jesús: “la verdad os hará libres” (Jn 8,32).

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*Monseñor Juan del Río Martín es el arzobispo castrense de España

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Documentación


Intervención de monseñor Zimowski en la OMS
En la 64ª Asamblea Mundial
GINEBRA, martes 24 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos a continuación el discurso pronunciado por monseñor monseñor Zygmunt Zimowski, presidente del Consejo Pontificio para los Agentes Sanitarios, el pasado 18 de mayo durante la 64º Asamblea Mundial de la Organización Mundial del la Salud, que se ha desarrollado del 16 al 24 de mayo 2011.

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Señor Presidente,

para empezar, quisiera compartir con esta augusta asamblea, la alegría de los fieles católicos y de todas las personas de buena voluntad, por la reciente beatificación del Papa Juan Pablo II que fue un incansable defensor de la vida y que manifestó un gran amor por los enfermos y los que sufren.

1. El World Health Report 2010 destaca que la financiación del sistema sanitario es el canal para llegar a la deseada cobertura universal en el proveer los servicios sanitarios. Este además revela con preocupación que, no obstante los progresos realizados en algunos países, en general estamos muy lejos todavía de una cobertura sanitaria universal. Estamos en un punto muerto en el status quo, donde los ricos disfrutan de una cobertura más alta, que sin embargo falta a la mayor parte de las personas pobres, mientras que las que tienen acceso a menudo tienen que soportar costes muy elevados, a veces desastrosos, en el pago de las medicinas y los servicios. [1]

En su mensaje a la Conferencia Internacional del tema “Para un cuidado de la salud igual y humana”, Benedicto XVI expresó su propia preocupación por los millones de personas que no tienen acceso a los servicios sanitarios y ha exhortado a “un compromiso mayor a todos los niveles para que el derecho a la salud sea efectivo, favoreciendo el acceso a los cuidados sanitarios primarios” [2]. Es verdad que, para garantizar una cobertura sanitaria universal, los países pueden y deben recoger fondos suficientes, reducir la dependencia del pago directo de las prestaciones sanitarias y mejorar la eficiencia y la equidad, eliminando así las barreras de tipo económico que se bloquean el acceso a los servicios, sobre todo a las personas pobres y desfavorecidas. Por otra parte, también es verdad que muy pocos países con renta baja tienen la posibilidad de generar, sólo de los recursos nacionales, los fondos necesarios para lograr el acceso universal antes de 2015. Este triste hecho pone en evidencia la necesidad de una verdadera solidaridad global, en la que los países de renta alta no prometan solamente, sino que efectivamente cumplan sus compromisos en el tema de la asistencia al desarrollo.

Señor Presidente, como tantas veces observó el Beato Juan Pablo II, la exigencia de la solidaridad entre las naciones ricas y pobres, con el fin de garantizar el acceso universal a los cuidados médicos, no puede ser subestimada [3]. Mi delegación, por tanto, intenta recordar el llamamiento del Papa Benedicto XVI a la cooperación de la familia humana [4]. El Santo Padre, de hecho, afirma que “los estados económicamente más desarrollados harán lo posible por destinar mayores porcentajes de su producto interior bruto para ayudas al desarrollo, respetando los compromisos que se han tomado sobre este punto en el ámbito de la comunidad internacional”[5].

Tales ayudas al desarrollo, dijo el Papa, deben “ser concedidas implicando no sólo a los gobiernos de los países interesados, sino también a los agentes económicos locales y a los agentes culturales de la sociedad civil, incluidas las Iglesias locales. Los programas de ayuda han de adaptarse cada vez más a la forma de los programas integrados y compartidos desde la base” [6].

2. En segundo lugar, por lo que respecta al Plan Estratégico de la OMS para el VIH 2001-2015, la Santa Sede aprecia la importancia centrada en la eliminación de nuevas infecciones de VIH en los niños, ampliando y optimizando sus tratamientos y cuidados del VIH, que hasta hoy están retrasados respecto a los progresos realizados en el tratamiento de los adultos.

Señor presidente, mi delegación quiere destacar la importancia de la formación para cambiar los comportamientos humanos y para una vida respetable como elementos clave de la campaña de prevención. En este sentido, y por lo que respecta a la prevención del VIH/SIDA en los drogadictos, deseo expresar las reservas de la Santa Sede sobre la elección de la reducción del daño y la sustitución de los opiáceos como medida preventiva que, aunque retrase nuevas infecciones, en realidad no cura o trata al enfermo, con el fin de restituirle la dignidad y favorecer su inserción social.

3. En tercer lugar, Señor Presidente, mi delegación aprecia la atención a la prevención y al control de las enfermedades que no se transmiten y de los estilos de vida, con el fin de reducir la mortalidad precoz y mejorar la calidad de vida. En este esfuerzo, aunque comprendiendo la importancia de reforzar los sistemas sanitarios con el fin de responder con tempestividad y eficacia a las necesidades de salud de las personas afectadas, la Santa Sede desea destacar la necesidad de aumentar el compromiso político y la participación de las ONG y de la sociedad civil, en colaboración con el sector privado, especialmente en la promoción de iniciativas de prevención, y, sobre todo en el alentar estilos de vida sanos. Como algunos estados miembros han observado, estas enfermedades no transmisibles acaban por serlo a causa de la difusión del comportamiento que subyace. Esto destaca la importancia de la educación a estilos de vida sanos como componentes de la educación a la salud y para afrontar los determinantes sociales de la salud.

4. Finalmente, mi delegación comparte plenamente las preocupaciones expresadas en la resolución EB128.R15 sobre la prevención de los accidentes en los menores. A la luz de estas graves preocupaciones por la salud y la seguridad de los niños, la Santa Sede apela a la comunidad internacional para que fomente la transmisión del saber en materia de medidas e instrumentos para la prevención de los accidentes de los niños en los países de renta media-baja, donde se verifica el 95% de defunciones a causa de accidentes, y contribuya a mejorar sus servicios de asistencia urgente y de rehabilitación para los accidentes no mortales en estos ambientes en los que, entre otras cosas, las largas guerras civiles aumentan drásticamente la incidencia de los accidentes en los niños y las víctimas terminan en centros que, a menudo no tienen los medios ni los recursos para cuidar a las víctimas.

Gracias Señor Presidente. El Señor os bendiga a todos.

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[1] Cfr. WHO, The World Health Report 2010 - Health System Financing: the Path to Universal Coverage, Ginebra 2010.

[2] Benedicto XVI, Mensaje a los participantes en la XXV Conferencia Internacional organizada por el Consejo Pontificio para los Agentes Sanitarios, 15 Noviembre de 2010, Ciudad del Vaticano.

[3] Juan Pablo II, "Llamamiento a la humanidad en Ouagadougou", 29 de enero de 1990, nn. 4-5, en Enseñanzas de Juan Pablo II XII/1 (1990) 305, 306; en Giorgio Filibeck, Les droits de l’Homme dans l’enseignement de l’Eglise: de Jean XXIII à Jean-Paul II, Libreria Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano 1992, p. 219.

[4] Benedetto XVI, Carta Encílica, Caritas in veritate, n. 53.

[5] Benedetto XVI, Carta Encílica, Caritas in veritate, n. 60.

[6] Benedetto XVI, Carta Encílica, Caritas in veritate, n. 58.

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Audiencia del Papa a los miembros de la Universidad del Sacro Cuore
Con motivo del 90º aniversario de su fundación
CIUDAD DEL VATICANO, martes 24 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- A continuación ofrecemos el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió el pasado sábado 21 de mayo a los directores, docentes y estudiantes de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, recibiéndolos en audiencia, en el Aula Pablo VI, con motivo del 90º aniversario de su fundación.

* * * * *

¡Señores cardenales,

Rector Magnífico, ilustres docentes,

distintos representantes del personal,

queridos estudiantes!

Estoy muy contento de tener este encuentro con vosotros que formáis parte de la familia de la Universidad Católica del Sagrado Corazón, surgida hace noventa años de la iniciativa del Instituto Giuseppe Toniolo de Estudios Superiores, ente fundador y garante del Ateneo, y de la feliz intuición del padre Agostino Gemelli. Le doy las gracias al cardenal Tettamanzi y al profesor Ornaghi, por las amables palabras que me han dirigido en nombre de todos.

Nuestro tiempo es un tiempo de grandes y rápidas transformaciones, que se reflejan también en la vida universitaria: la cultura humanista parece afectada por un progresivo deterioro, mientras que se pone el acento en las disciplinas llamadas “productivas”, de ámbito tecnológico y económico; hay una tendencia a reducir el horizonte humano al nivel de lo que es mensurable, a eliminar del saber sistemático y crítico, la cuestión fundamental del sentido. La cultura contemporánea, entonces, tiende a confinar a la religión fuera de los espacios de la racionalidad: en la medida en la que las ciencias empíricas monopolizan los territorios de la razón, no parece haber espacio para la razón del creer, por lo que la dimensión religiosa es relegada a la esfera de lo opinable y de lo privado. En este contexto, las motivaciones y las mismas características de la institución universitaria se ponen en cuestión radicalmente.

Noventa años después de su fundación, la Universidad Católica del Sagrado Corazón se encuentra viviendo este punto de inflexión histórico, en el que es importante consolidar e incrementar las razones por las que nació, llevando la connotación eclesial que se evidencia con el adjetivo “católica”; la Iglesia, de hecho, “experta en humanidad”, es promotora de un humanismo auténtico. Emerge, desde esta perspectiva, la vocación original de la Universidad, nacida de la búsqueda de la verdad, de toda la verdad, de toda la verdad de nuestro ser. Y con su obediencia a la verdad y a las exigencias de su conocimiento se convierte en escuela de Humanitas en la que se cultiva un saber vital, se forjan personalidades altas y se transmiten conocimientos y competencias de valores. La perspectiva cristiana, como marco del trabajo intelectual de la Universidad, no se opone a saber científico y a las conquistas del ingenio humano, sino que, por el contrario, la fe amplía el horizonte de nuestro pensamiento, y es el camino hacia la verdad plena, guía del desarrollo auténtico. Sin orientación a la verdad, sin una actitud de búsqueda humilde y ardua, todas las culturas se deterioran, caen en el relativismo y se pierden en lo efímero. Apartada por el movimiento de un reduccionismo que la mortifica y la limita, puede abrirse a una interpretación verdaderamente iluminada por la realidad, desarrollando así un auténtico servicio a la vida.

Queridos amigos, fe y cultura están intrínsecamente unidas, manifestaciones de aquel desiderium naturale videndi Deum que está presente es todos los hombres. Cuando este matrimonio se separa, la humanidad tiende a replegarse y a encerrarse en sus propias capacidades creativas. Es necesario, entonces, que en la Universidad haya una auténtica pasión por la cuestión de lo absoluto, la verdad misma, y por tanto también por el saber teológico, que en vuestro Ateneo es parte integrante del plan de estudios. Uniendo en sí la audacia de la búsqueda y la paciencia de la maduración, el horizonte teológico puede y debe valorar todos los recursos de la razón. La cuestión de la Verdad y de lo Absoluto – la cuestión de Dios- no es una investigación abstracta, divorciada de la realidad cotidiana, pero ahí está la pregunta crucial, de la que depende radicalmente el descubrimiento del sentido del mundo y de la vida. En el Evangelio se funda una concepción del mundo y del hombre que no deja de liberar valores culturales, humanísticos y éticos. El saber de la fe, por tanto, ilumina la búsqueda del hombre, la interpreta humanizándola, la integra en proyectos de bien, arrancándola de la tentación del pensamiento calculador, que instrumentaliza el saber y hace de los descubrimientos científicos, medios de poder y de esclavitud del hombre.

El horizonte que anima el trabajo universitario puede y debe ser la pasión auténtica por el hombre. Sólo en el servicio al hombre, la ciencia se desarrolla como un cultivo verdadero y custodia del universo (cfr Gn 2,15). Y servir al hombre es hacer la verdad en la caridad, es amar la vida, respetarla siempre, comenzando por las situaciones en las que es más frágil e indefensa. Este es nuestro deber, especialmente en los tiempos de crisis: la historia de la cultura muestra como la dignidad del hombre es reconocida verdaderamente en su integridad a la luz de la fe cristiana. La Universidad Católica está llamada a ser lugar en el que toma forma de excelencia, la apertura al saber, la pasión por la verdad, esos intereses por la historia del hombre que caracterizan la auténtica espiritualidad cristiana. Asumir, de hecho, una actitud cerrada o separada de la perspectiva de la fe, significa olvidar que esta ha estado a lo largo de la historia, y que es, sin embargo, fermento de cultura y luz para la inteligencia, estímulo que desarrolla todas las potencialidades positivas por el bien auténtico del hombre. Como afirma el Concilio Vaticano II, la fe es capaz de donar luz a la existencia. Dice el Concilio que la fe: “La fe todo lo ilumina con nueva luz y manifiesta el plan divino sobre la entera vocación del hombre. Por ello orienta la mente hacia soluciones plenamente humanas” (Gaudium et spes, 11).

La Universidad Católica es donde esto debe darse con singular eficacia, ya sea bajo el perfil científico o didáctico. Este peculiar servicio a la Verdad es don de gracia y expresión calificadora de caridad evangélica. La declaración de la fe y el testimonio de la caridad son inseparables (cfr 1Jn 3, 23). El núcleo profundo de la verdad de Dios, de hecho, es el amor con el que Él se ha inclinado hacia el hombre y, en Cristo, le ha ofrecido dones infinitos de gracia. En Jesús, descubrimos que Dios es amor y que sólo en el amor podemos conocerlo: “el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor” (1Jn 4, 7 y 8) dice San Juan. Y san Agustín afirma: “Non intratur in veritatem nisi per caritatem” (Contra Faustum, 32).

La cima del conocimiento de Dios se alcanza en el amor; este amor que sabe ir a la raíz, que no se contenta con ocasionales expresiones filantrópicas, pero que ilumina el sentido de la vida con la Verdad de Cristo, que transforma el corazón del hombre y lo arranca de los egoísmos que generan miseria y muerte. El hombre necesita amor, el hombre necesita la verdad, para no perder el frágil tesoro de la libertad y estar expuesto a la violencia de las pasiones y condicionamientos abiertos y ocultos (cfr Juan Pablo II, Enc. Centesimus annus, 46). La fe cristiana no hace de la caridad un sentimiento vago y piadoso, sino una fuerza capaz de iluminar los senderos de la vida en todas sus expresiones. Sin esta visión, sin esta dimensión teologal original y profunda, la caridad se contenta con la ayuda ocasional y renuncia al deber profético, que le es propio, de transformar la vida de la persona y las mismas estructuras de la sociedad. Este es un compromiso específico que la misión en la Universidad os llama a realizar como protagonistas apasionados, convencidos de que la fuerza del Evangelio es capaz de renovar las relaciones humanas y penetrar el corazón de la realidad.

Queridos jóvenes universitarios de la “Católica”, sois la demostración viva de este carácter de la fe que cambia la vida y salva al mundo, con los problemas y las esperanzas, con los interrogantes y las certezas, con las aspiraciones y los compromisos que el deseo de una vida mejor genera y la oración alimenta. Queridos representantes del personal técnico-administrativo estad orgullosos de los deberes que os han sido consignados en el contexto de la gran familia universitaria apoyando las actividades de tipo formativo y profesional. Y a vosotros, queridos docentes, se os ha confiado un papel decisivo: mostrar como la fe cristiana es un fermento de cultura y luz para la inteligencia, estímulo para desarrollar todas las potencialidades positivas, por el bien auténtico del hombre. Lo que la razón percibe, la fe ilumina y manifiesta. La contemplación de la obra de Dios abre al saber la exigencia de la investigación racional, sistemática y crítica; la búsqueda de Dios refuerza el amor por las letras y ciencias profanas: “Fides ratione adiuvatur et ratio fide perficitur”, afirma Hugo de San Vittore (De sacramentis, I, III, 30:PL 176, 232). Desde esta perspectiva, la Capilla es el corazón que late y el alimento constante de la vida universitaria, al que se le une el Centro Pastoral donde los Asistentes Espirituales de las distintas sedes están llamados a desarrollar su preciosa misión sacerdotal que es imprescindible para la identidad de la Universidad Católica. Como enseña el Beato Juan Pablo II, la Capilla es “un lugar del espíritu, en el que los creyentes en Cristo, que participan de diferentes modos en el estudio académico, pueden detenerse para rezar y encontrar alimento y orientación. Es un gimnasio de virtudes cristianas, en el que la vida recibida en el bautismo crece y se desarrolla sistemáticamente. Es una casa acogedora y abierta para todos los que, escuchando la voz del Maestro en su interior, se convierten en buscadores de la verdad y sirven a los hombres mediante su dedicación diaria a un saber que no se limita a objetivos estrechos y pragmáticos. En el marco de una modernidad en decadencia, la capilla universitaria está llamada a ser un centro vital para promover la renovación cristiana de la cultura mediante un diálogo respetuoso y franco, unas razones claras y bien fundadas (cf. 1 Pe 3, 15), y un testimonio que cuestione y convenza”. Discurso a los Capellanes europeos, 1 de mayo de 1998). Así dijo el Papa Juan Pablo II en 1998.

Queridos amigos, espero que la Universidad Católica del Sagrado Corazón, en armonía con el Instituto Toniolo, prosiga con confianza renovada su camino, mostrando eficazmente que la luz del Evangelio es fuente de verdadera cultura capaz de liberar energías de un humanismo nuevo, integral, trascendente. Os confío a María Sedes Sapientiae y con afecto os imparto de corazón, la Bendición Apostólica.

[Traducción del original italiano por Carmen Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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La Verdad Sobre La Creación Del Hombre - Gratis
"Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó". Génesis 1: 27

"SI ALGUNO DIJERE QUE, SEGÚN EL PROGRESO DE LA CIENCIA, HAYA QUE ATRIBUIR ALGUNA VEZ A LOS DOGMAS PROPUESTOS POR LA IGLESIA UN SENTIDO DISTINTO DEL QUE ENTENDIÓ Y ENTIENDE LA MISMA IGLESIA, SEA ANATEMA". (Denz. 1818)

"...y conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres" Juan 8: 32

http://www.fiat-fiat-fiat.com/fiatpages/LA%20VERDAD%20SOBRE%20LA%20CREACION%20DEL%20HOMBRE.pdf

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