27.05.11

Eppur si muove: Amigo-Bono: ¿Puede la Iglesia católica frecuentar malas compañías?

A las 12:17 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Eppur si muove
 

Yo voté la ley del aborto, pero sabiendo que el aborto es un mal, no un derecho. Y lo hice pensando que se disminuirían el número de abortos con la ley. Hoy, gracias a Dios, puedo decir que la estadística está de mi parte". “Yo me permito hablar con esta cercanía, porque sé que si alguien me lo echara en cara, Don Carlos me defendería". “Compartimos la fe en la Esperanza. Y esa fe también es esperanza de que los pobres, los justos, los que sufren, los mansos, sean bienaventurados, pero no sólo en el cielo, sino también en la Tierra. No compatibilizaría mis ideas con mi fe, si los bienaventurados los viéramos en la otra vida“.

Estas palabras las pronunció el Presidente del Congreso, José Bono, católico a sus horas y según le conviene. Lo hizo en la presentación del último libro del cardenal Amigo, que fuera Arzobispo de Sevilla hasta hace no muchos meses.

Ciertamente, lo que aquí traigo, escrito por el que esto escribe (valga la casi redundancia), debería decir mucho:

“Siempre ha estado de acuerdo José Bono, Presidente del Congreso de los Diputados, con el hecho de que es compatible ser cristiano y ser socialista.

Así lo ha hecho, recientemente, en la presentación de un libro sobre don José Gafo Muñiz, fraile dominico que fue diputado en la II República y asesinado en la persecución religiosa llevada a cabo en el régimen citado.

Pero, en verdad en verdad, para ser cristiano y socialista se ha de manifestar una clara separación entre la fe y la vida, al parecer. Nada de unidad de vida, que es un concepto que no conoce, para nada, el que fuera ministro de Defensa y ahora Presidente de la Cámara Baja.
Es decir que la religión y las ideas mundanas nada tienen que ver. Pero no lo tienen, según el actuar de Bono, para que la primera corrija a las segundas.

Por ejemplo, resulta de difícil explicación que un cristiano pueda apoyar, por acción o por omisión, lo siguiente:

-El aborto.

-El imposible matrimonio entre homosexuales.

-El divorcio exprés.

-La desaparición de símbolos religiosos de los actos públicos.

-La imposición de Educación para la Ciudadanía.”

“Ha escrito, para empezar, lo siguiente:

O esto otro:

“’Cuando me enfrento a la regulación legal de la interrupción del embarazo, no puedo hacerlo como si de una ley sobre seguros agrarios se tratara. Al votar una ley sobre el aborto mi conciencia me interpela”.

Pues da la impresión de que el resultado de su votación es, exactamente, el mismo: a favor tanto de la ley de seguros agrarios como del aborto. La conciencia la debe tener dormida.

Para empezar, a esta altura de la película en la que estamos, que alguien pueda hablar de “interrupción del embarazo” lo califica, de inmediato de malévolo y perverso. Y esto porque, como cualquiera persona sabe, interrumpir es “Cortar la continuidad de algo en el lugar o en el tiempo”. Por lo tanto, lo que se interrumpe puede, de nuevo, volver a ser.

Sin embargo, en el aborto nada puede volver a ser para el nasciturus porque cuando se le mata no puede volver a vivir. A no ser que se crea en la reencarnación y, entonces, seguramente, podrá volver a continuar lo que se mató.

A lo mejor eso es en lo que cree José Bono aún sabiendo que reencarnarse no es realidad espiritual bien vista por el cristianismo ni, por tanto, por la Iglesia católica. Pero si se trata de ser muelle y acogerse a la moda religiosa…”

O lo que sigue:

“Existe una serie de temas de los cuales no puede decirse que tengan poco contenido ideológico porque todo lo que se dice y construye (o destruye) alrededor de ellos tiene su origen, precisamente, en la ideología de quien los analiza o trata.

Por ejemplo, uno de ellos es el del aborto. Debe ser de los asuntos que más tinte ideológico lleva implícito porque bien se trate de una ideología o de otra la posición entorno al mismo es una u otra.

Pues para José Bono esto no es así porque dice y da a entender que el aborto “no es un asunto ideológico, es algo que afecta desde el punto de vista social traspasando las ideologías de los partidos“.

Por eso ha dicho “que se puede estar en una posición ideológica de derechas o de izquierdas y sin embargo tener una idea sobre la interrupción del embarazo que nada tiene que ver con esos aspectos ideológicos”.

Pero lo que hace, en realidad, es disimular presentándose como alguien que no se da cuenta de que, en realidad, forma parte, el aborto, del plan de ingeniería social trazado por Rodríguez Zapatero y que consiste, en general, en dejar, como dijera Alfonso Guerra, a España de forma que no la conozca ni “la madre que la parió”.

Y así, el Divorcio exprés, el imposible matrimonio homosexual, el adoctrinamiento de nuestros hijos con Educación para la Ciudadanía, la eliminación de los símbolos religiosos del ámbito público y el aborto están puestos ahí para llevar el agua de la sociedad al molino podrido de su ideología asesina.

Sin embargo, a lo mejor, tiene alguna explicación lo que ha dicho.
Lo que seguramente ha querido decir es que las ideologías que en España son hace mucho tiempo que el tema del aborto lo tienen claro: en general, están a favor del mismo y sólo algunos partidos políticos u opciones se manifiestan en contra de tan horrendo asesinato.

Y es que José Bono cree que todos somos de su condición… como el ladrón del dicho famoso.”

Y, por terminar, esto:

“Sin embargo, a mí lo que más me ha preocupado del artículo de Bono (pues otras veces ha dicho lo mismo en circunstancias parecidas) es que le ha jugado una mala pasada el conocimiento que tiene de las encíclicas. Y me explico.

Dice que la Encíclica Evangelium vitae, de Juan Pablo II Magno, refiere lo siguiente “un parlamentario… pueda lícitamente ofrecer su apoyo a propuestas encaminadas a limitar los daños de esa ley (aborto) y disminuir así los efectos negativos…” (73)

¿Qué quiere defender con esto? Sencillamente que el voto a favor del aborto de un político católico es justificable porque, de tal manera, se puede mejorar una situación que, puede pensar, es peor que la que se pretende implantar. ¡Qué bueno es Bono!

Sin embargo, la falsedad de su argumento salta a la vista porque la nueva regulación no va a limitar nada sino a facilitar, mucho, el aborto. Vamos, lo convierte en un “derecho”…

Eso, pues, no vale, como algo que defienda su posición.

Pero hay algo peor.

José Bono, creyendo que nadie más que él conoce el texto del que fuera Papa polaco o, simplemente, que es imposible hacerse con su texto (hoy día tal pensamiento es ridículo) ha olvidado lo que, inmediatamente antes, deja escrito el texto de Juan Pablo II Magno y que es lo siguiente: “En el caso expuesto, cuando no sea posible evitar o abrogar completamente una ley abortista”

Por lo tanto, en la Evangelium vitae se incide, en primer lugar, en el hecho de votar en contra, por parte de un parlamentario católico, a la legislación sobre el aborto. Eso debe quedar claro porque, además, está escrito antes que el texto que ha entresacado el presidente del Congreso de los Diputados y católico según y cómo, José Bono.

Si no se hace así se actúa contra tal principio moral de importancia decisiva. Y, lo que es peor, se dice algo que es, simplemente, mentira o, mejor, una media verdad que es, ni más ni menos, la peor forma de decir algo”.

En fin, cosas como las aquí traídas, brevemente y por recordar, deberían hacer pensar a más de uno que, por muy ilustre que se sea eso no quita sino, al contrario, obliga, a saber al lado de quien se aparece.

Y es que con ciertas compañías lo mejor es ni estar. Esto, claro, en caso de que no se sea dócil con el César y se olvide la otra parte de la famosa expresión de Cristo.

Eleuterio Fernández Guzmán