La unidad de los cristianos, indispensable

Benedicto XVI denuncia la violencia, indiferencia y egoísmo del mundo actual

Invita a los ortodoxos al próximo encuentro de Asís

Redacción, 28 de junio de 2011 a las 18:51

 

Benedicto XVI dijo hoy que en el mundo actual, marcado por la "violencia, indiferencia y egoísmo", muchos hombres y mujeres "se sienten perdidos", y que es necesaria la unidad de los cristianos para ayudar a esas personas "a encontrar el camino que les lleve a la verdad".

El pontífice hizo estas manifestaciones ante una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla -encabezada por Emmanuel Adamakis, metropolita (arzobispo) de Francia- venida al Vaticano para la festividad, mañana, de san Pedro y san Pablo, los patrones de la Iglesia Católica.

Todos los años, una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla viene al Vaticano en esta fecha y el 30 de noviembre, festividad de san Andrés, el patrón de la Iglesia Ortodoxa, una delegación de la Santa Sede viaja a Estambul, sede del Patriarcado ecuménico.

Benedicto XVI reiteró ante los ortodoxos la necesidad de alcanzar la unidad de los seguidores de Cristo, aunque reconoció que el ritmo del diálogo es "lento" debido a la complejidad de los temas en discusión, "que exigen un extraordinario compromiso de estudio, reflexión y apertura recíproca".

"En un contexto histórico de violencia, indiferencia y egoísmo, muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo se sienten perdidos. Unidos, los cristianos podremos ayudar al hombre de nuestro tiempo a encontrar el camino que conduce a la verdad. La búsqueda de la verdad es siempre la búsqueda de la justicia y de la paz", afirmó.

El papa Ratzinger recordó que para el próximo 27 de octubre ha convocado en Asís, centro de Italia, la ciudad de san Francisco, una Jornada de reflexión, diálogo y rezos por la paz y la justicia del mundo que tendrá como lema "Peregrinos en la verdad, peregrinos en la paz".

A esa jornada ha invitado a los "hermanos cristianos" (las otras iglesias cristianas), a los dirigentes de las otras religiones y a personalidades del mundo y de la cultura.

Oriente y Occidente se separaron con el cisma de 1054, con las excomuniones del papa León IX y del patriarca Miguel Celurario. Desde entonces han pasado casi mil años de incomprensiones y recelos.
Les separan razones teológicas, como el rechazo de los ortodoxos al primado de la Iglesia de Roma y la negativa de la infalibilidad del papa.
Los ortodoxos no reconocen la validez de los sacramentos católicos, al contrario que la Iglesia Católica, que sí admite, desde el Vaticano II, los de la Iglesia Ortodoxa.

(Rd/Efe)