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ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 4 de julio de 2011

Santa Sede

Papa: “El amor hace del hombre un artista extraordinario”

La Santa Sede no reconoce a Lei Shiyin como obispo de Leshan

Benedicto XVI: la Iglesia no es una organización social como otras

El Papa: que el Beato Scheffler sea ejemplo de fe para los jóvenes

El Papa nombra arzobispo de Berlín a monseñor Woelki

Jornadas Mundiales de la Juventud

Correos España y el Vaticano emiten un sello de la JMJ

Mundo

“Dignidad es asumir cada día los límites de la existencia”

Venezuela: La Iglesia pide oraciones por la salud del presidente Chávez

Éxito de la jornada de ayuno por Nicaragua convocada por la Iglesia

Actualidad

Obispos de Canadá ofrecen claves para afrontar las tendencias homosexuales

Foro

El progreso de la ciencia resuelve problemas morales

Documentación

Discurso del Papa en la inauguración de una muestra de arte en el Vaticano

Declaración de la Santa Sede sobre ordenación ilegítima en China

Audiencia a los peregrinos de la diócesis italiana de Altamura-Gravina


Santa Sede


Papa: “El amor hace del hombre un artista extraordinario”
Recibe el homenaje de 60 artistas de todo el mundo por su aniversario sacerdotal
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 4 de julio de 2011 (ZENIT.org).- El amor “hace de la vida una obra de arte y de cada hombre un artista extraordinario”. Así lo afirmó hoy el Papa Benedicto XVI, durante la inauguración de una exposición artística en su honor en el Aula Pablo VI.

Con motivo del 60 aniversario de la ordenación sacerdotal del Papa, el pasado 29 de junio, el Consejo Pontificio para la Cultura ha promovido una exposición artística, que podrá visitarse en el Vaticano desde mañana hasta el próximo 4 de septiembre.

Esta exposición, con el título “El esplendor de la verdad, la belleza de la caridad – Homenaje de los artistas a Benedicto XVI por el 60 aniversario de Sacerdocio”, reúne las obras de sesenta artistas, creyentes y no creyentes – 6 arquitectos, 7 fotógrafos, 5 poetas, 6 músicos, 6 orfebres, 18 pintores y 12 escultores.

La ceremonia ofreció al Papa la ocasión de retomar su particular “coloquio con los artistas”, en la línea del anterior encuentro, el 21 de noviembre de 2009, en la Capilla Sixtina.

El encuentro comenzó con la ejecución del “Padre nuestro” del compositor Arvo Pärt, y terminó con la visión de un cortometraje del director Pupi Avati.

Ante los presentes, Benedicto XVI retomó uno de los argumentos de su pontificado, junto al diálogo entre la fe y la razón, que es el de la belleza y su relación con la verdad y el amor.

Recordando sus propias palabras en la misa pro eligendo pontifice, apenas veinticuatro horas antes de su elección como Sucesor de Pedro, el Papa recordó que “En la medida en que nos acercamos a Cristo, también en nuestra vida, verdad y caridad se funden”.

“Es precisamente desde la unión, quisiera decir desde la sinfonía, desde la perfecta armonía de verdad y caridad, de donde emana la auténtica belleza, capaz de suscitar admiración, maravilla y alegría verdadera en el corazón de los hombres”, afirmó.

El mundo “necesita que la verdad resplandezca y no sea ofuscada por la mentira o por la banalidad; necesita que la caridad inflame y no sea superada por el orgullo y por el egoísmo”.

“Necesitamos que la belleza de la verdad y de la caridad alcance lo íntimo de nuestro corazón y lo haga más humano”, añadió.

Renovando su llamamiento a los artistas, el Papa exhortó a “no separar nunca la creatividad artística de la verdad y de la caridad, no buscar nunca la belleza lejos de la verdad y de la caridad, sino que con la riqueza de vuestra genialidad, de vuestro impulso creativo, sed siempre, con valor, buscadores de la verdad y testigos de la caridad”.

“Haced resplandecer la verdad en vuestras obras y haced de modo que su belleza suscite en la mirada y en el corazón de quien las admira el deseo de hacer bella y verdadera la existencia, toda existencia”.

La verdad, enriquecida con el amor, “hace de la vida una obra de arte y de cada hombre un artista extraordinario”, subrayó el Papa.

“La Iglesia y los artistas vuelven a encontrarse, a hablarse, a apoyar la necesidad de un coloquio que quiere y debe llegar a ser cada vez más intenso y articulado, también para ofrecer a la cultura, es más, a las culturas de nuestro tiempo, un ejemplo elocuente de diálogo fecundo y eficaz, orientado a hacer este mundo nuestro más humano y más bello”, concluyó.  

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La Santa Sede no reconoce a Lei Shiyin como obispo de Leshan
“La ordenación de Leshan ha sido un acto unilateral, que siembra división"
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 4 de julio de 2011 (ZENIT.org).- “Si se quiere que la Iglesia en China sea católica, se deben respetar la doctrina y la disciplina de la Iglesia”.

Lo advierte la Santa Sede en una comunicado, publicado este lunes por su Oficina de Información, sobre la ordenación ilegítima del sacerdote Pablo Lei Shiyin como obispo de Leshan, celebrada el pasado 29 de junio en la ciudad de Emeishan de la provincia de Sichuan.

“El Rev. Lei Shiyin, ordenado sin mandato pontificio y por tanto ilegítimamente, está privado de la autoridad de gobernar a la comunidad católica diocesana, y la Santa Sede no lo reconoce como obispo de la diócesis de Leshan”, señala la declaración.

La Santa Sede recuerda que “siguen firmes los efectos de la sanción en la que él incurrió por la violación de la norma del cánon 1382 del Código de Derecho Canónico”.

Ese artículo señala que “el obispo que confiere a alguien la consagración episcopal sin mandato pontificio, así como el que recibe de él la consagración, incurre en excomunión latae sententiae [automáticamente, n.d.r.] reservada a la Sede Apostólica”.

“El propio Rev. Lei Shiyin había sido informado desde hacía tiempo de que no podía ser aceptado por la Santa Sede como candidato episcopal, a causa de motivos comprobados y muy graves”, recuerda el comunicado.

El padre Lei es vicepresidente de la asociación china de católicos patriotas y diputado de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, un importante órgano asesor del Gobierno. Fruto de una relación con una mujer, tiene un hijo.

Además, la Santa Sede destaca que “los obispos consagrantes se han expuesto a las graves sanciones canónicas, previstas por la ley de la Iglesia”.

En particular esos obispos se han expuesto a las sanciones previstas por el mismo cánon 1382 del Código de Derecho Canónico.

Al mismo tiempo, el comunicado se remite también a la Declaración del Consejo Pontificio para los textos legistativos del 6 de junio de 2011, que reconoce que la pena de excomunión puede quedar mitigada para las personas que actúan movidos por el miedo o la necesidad.

La Santa Sede advierte que “una ordenación episcopal sin mandato pontificio se opone directamente al papel espiritual del Sumo Pontífice y daña la unidad de la Iglesia”.

“La ordenación de Leshan ha sido un acto unilateral, que siembra división y, por desgracia, produce heridas y tensiones en la comunidad católica en China”, declara.

Y recuerda que “la supervivencia y el desarrollo de la Iglesia pueden tener lugar sólo en la unión a aquel al que, en primer lugar, está confiada la propia Iglesia, y no sin su consenso, como en cambio ha sucedido en Leshan”.

La Santa Sede añade que “la ordenación episcopal de Leshan ha entristecido profundamente al Santo Padre, el cual desea hacer llegar a los amados fieles en China una palabra de aliento y de esperanza, invitándoles a rezar y a estar unidos”.

Ordenación episcopales en estas circunstancias han tenido lugar los meses pasados en China, la última de ellas el 20 de noviembre de 2010, cuando fue ordenado obispo ilegítimamente en Chengde Joseph Guo Jincai.

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Benedicto XVI: la Iglesia no es una organización social como otras
En la audiencia a los peregrinos de la diócesis de Altamura-Gravina
ROMA, lunes 4 de julio de 2011 (ZENIT.org).- “La Iglesia no es una organización social, filantrópica, como hay muchas: esta es la Comunidad de Dios”. Es lo que dijo Benedicto XVI al recibir, el sábado por la mañana, en el Aula Pablo VI, a los fieles de Altamura-Gravina-Acquaviva delle Fonti, comprometidos en el primer Sínodo pastoral diocesano.

Dirigiéndose a las más de 7.000 personas que salieron de Murgia para tomar parte de la audiencia, el Papa recordó que la Iglesia “es la Comunidad que cree, que ama, que adora al Señor Jesús y abre las “velas” al soplo del Espíritu Santo, y por esto es una comunidad capaz de evangelizar y de humanizar”.

Esto porque, afirmó, en el actual momento histórico “marcado, por luces y sombras”, muchos hombres y mujeres “necesitan encontrarse con Cristo”.

De hecho, continuó, “asistimos a comportamientos complejos: encerrarse en sí mismos, narcisismo, deseo de poseer y de consumir, sentimientos y afectos desligados de la responsabilidad. Muchas son las causas de esta desorientación, que se manifiesta en un profundo malestar existencial, pero en el fondo de todo se puede entrever la negación de la dimensión trascendente del hombre y de la relación básica con Dios”.

De ahí su exhortación “es decisivo que las comunidades cristianas promuevan recorridos válidos y comprometidos con la fe”. Se debe prestar una particular atención, destacó el Papa, a la educación en la vida cristiana, “para que toda persona pueda realizar un auténtico camino de fe, a través de las diversas edades de la vida”.

La contribución determinante es de la familia: “Queridos padres, ¡sois los primeros testigos de la fe!. No tengáis miedo de las dificultades en las que estáis llamados a realizar vuestra misión. ¡No estáis solos!. La comunidad cristiana está cerca de vosotros y os sostiene. La catequesis acompaña a vuestros hijos en su crecimiento humano y espiritual, pero está considerada como una formación permanente, no limitada a la preparación para recibir los Sacramentos”.

El Papa destacó también la participación en la Misa dominical como “decisiva para la familia, para toda la comunidad” y recordó que en los Sacramentos, “sobre todo en la Eucaristía, el Señor Jesús actúa para la transformación de los hombres”. Importante también “valorar” las iniciativas de voluntariado existentes en la diócesis, “para formar personas solidarias, abiertas y atentas a las situaciones de malestar espiritual y material”.

Dirigiendo entonces un pensamiento especial a los sacerdotes, el Santo Padre los animó a ser “siempre conscientes del don recibido”, para anunciar “el Evangelio con valentía y fidelidad”, a ser “testigos de la misericordia de Dios” y a “indicar la verdad, no temiendo el diálogo con la cultura y con los que están buscando a Dios”.

Al principio de la audiencia, monseñor Mario Paciello, en un breve discurso de saludo, invitó al Papa a visitar la diócesis en ocasión del Congreso eucarístico diocesano, programado para el próximo año, como conclusión de las asambleas sinodales: “Dedique uno de sus viajes apostólicos al Sur de Italia, a nuestra diócesis, que dio la vida a dos de Sus ilustres predecesores, Inocencio XII y Benedicto XIII”.

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El Papa: que el Beato Scheffler sea ejemplo de fe para los jóvenes
En el día de la beatificación de un mártir del comunismo
ROMA, lunes 4 de julio de 2011 (ZENIT.org).- Al final del tradicional Angelus dominical, ayer domingo, Benedicto XVI dirigió su discurso a monseñor János Scheffler (1887-1952) beatificado el pasado domingo en Satu Mare, Rumanía, en una ceremonia concelebrada por el arzobispo de Esztergom-Budapest y Primado de Hungría, el Cardenal Péter Erdő y con la presencia del Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, en representación del Papa.

“Queridos hermanos y hermanas -dijo el Pontífice-, me uno a la alegría de la Iglesia en Rumanía, en particular a la de la Comunidad de Satu Maru, donde hoy se ha proclamado Beato a János Scheffler, que fue obispo de esa diócesis y murió mártir en 1952. Que su testimonio sostenga siempre, la fe de los que lo recuerdan con afecto y de las nuevas generaciones”.

Nació el 29 de octubre en Kálmánd (Camin), en la entonces Hungría, de una familia pobre campesina, el Beato Scheffler, después de la ordenación sacerdotal, estudió durante dos años en la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Pontificia Gregoriana en Roma. En 1942 fue nombrado obispo de Szatmár.

Durante la II Guerra Mundial, ayudó a numerosos prófugos y a cuantos se encontraban en los centros de recogida, especialmente a judíos, dirigiendo su actividad pastoral a la protección de los oprimidos y de los perseguidos.

Al final de la guerra, el régimen comunista comenzó a obligar a los fieles y religiosos a crear una Iglesia católica rumana independiente del Papa. Ya que monseñor Scheffler no aceptó el encargo, fue arrestado y procesado. Encerrado en la cárcel subterránea de Jilava, fue condenado a trabajos forzados. Murió a causa de la inanición y de los maltratos.

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El Papa nombra arzobispo de Berlín a monseñor Woelki
Últimos nombramientos papales
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 4 de julio de 2011 (ZENIT.org).– Benedicto XVI nombró a monseñor Rainer Maria Woelki, de 55 años, nuevo arzobispo metropolitano de Berlín, comunicó este sábado la Oficina de Información de la Santa Sede.

La sede estaba vacante desde la dimisión de su predecesor, el cardenal Georg Maximilian Sterzinsky, aceptada por el Pontífice el pasado mes de febrero.

El cardenal Sterzinsky falleció el pasado 30 de junio en Berlín, donde estaba hospitalizado desde hacía varias semanas.

Se había convertido en arzobispo de Berlín en mayo de 1989, unos días antes de la Caída del Muro de Berlín.

Monseñor Woelki era obispo auxiliar de Colonia desde 2003. Participó en la acogida de Benedicto XVI durante la Jornada Mundial de la Juventud de 2005. En septiembre, acogerá al Papa en su visita a Alemania del próximo mes de septiembre.

Nació en agosto de 1956 en Colonia. Estudió en Bonn y en Friburgo en Brisgau. Fue ordenado sacerdote en 1985 para la diócesis de Colonia.

Ha sido vicario parroquial, capellán militar y secretario del arzobispo de Colonia. Desde 1997 era también director espiritual en el Collegium Albertinum.

En Roma, es consultor de la Congregación para la educación católica, y en la conferencia episcopal alemana forma parte de la Comisión para las vocaciones y los ministerios eclesiales, así como de la Comisión para la ciencia y la cultura.

El mismo sábado, el Papa nombró al presidente emérito del Consejo Pontificio Justicia y Paz el cardenal Renato Raffaele Martino su enviado especial a las celebraciones del milenio de la Abadía de la Santísima Trinidad de Cava, en Italia, programadas para el próximo 4 de septiembre.

Benedicto XVI también nombró como su enviado especial al 25º Congreso Eucarístico Nacional Italiano, que se celebrará en Ancona del 3 al 11 de septiembre de 2011, al prefecto emérito de la Congregación para los Obispos, el cardenal Giovani Battista Re.

Finalmente, ese mismo día el Pontífice nombró al prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los pueblos el cardenal Jozef Tomko su enviado especial a las celebraciones de clausura del año jubilar en el 600º aniversario del “milagro eucarístico” de Ludbreg, en Croacia.

Las celebraciones tendrán lugar en el santuario de Ludbreg, en la diócesis de Varadin el próximo 4 de septiembre.

Por otra parte, el pasado 30 de junio, el Papa aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis estadounidense de Santa Rosa, presentada por monseñor Daniel F. Walsh, en conformidad con el canon 401.2 del Código Canónico, a quien sucede el hasta ahora obispo coadjutor de la diócesis, monseñor Robert F.Vasa.

Para Inglaterra, Benedicto XVI nombró el mismo día obispo auxiliar de Westminster a John Sherrington, del clero de la diócesis de Nottingham.

Y para Bielorrusia, nombró administrador apostólico ad nutum Sanctae Sedis de la diócesis de Pinsk a monseñor Tadeusz Kondrusiewicz, arzobispo de Minsk-Mohilev.

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Jornadas Mundiales de la Juventud


Correos España y el Vaticano emiten un sello de la JMJ
Un millón de reproducciones en el canal de la Jornada en YouTube
MADRID, lunes 4 de julio de 2011 (ZENIT.org).- La celebración en la capital de España de la XXVI edición de la Jornada Mundial de la Juventud, es el motivo de la emisión conjunta de un sello conmemorativo entre España y la Ciudad del Vaticano. Los sellos de ambos países reproducen el logotipo oficial del evento.

La fecha de emisión es el 1 de julio de 2011, con estampación en offset, papel estucado, engomado, fosforescente. El tamaño del sello es de 28,8 x 40,9 mm. (vertical) y su valor facial de 0,80 €. Con pliegos de 50 efectos y tirada ilimitada.

En 1984, durante el papado de Juan Pablo II –explica la oficina virtual de Correos de España--, nació la idea de celebrar periódicamente una reunión internacional entre jóvenes católicos de todo el mundo para incentivar su participación en la Iglesia Católica.

Un año más tarde, y coincidiendo con la proclamación por Naciones Unidas del Año Internacional de la Juventud, la Iglesia organizó un encuentro entre jóvenes en la Plaza de San Pedro de Roma, tras el que el Papa instituyó la Jornada Mundial de la Juventud.

La primera reunión con este nombre se celebró el Domingo de Ramos de 1986, en la capital italiana, y supuso el inicio de unos encuentros que contribuyeron a denominar a Juan Pablo II con el sobrenombre de “El Papa de los Jóvenes”.

Correos –en la justificación de emisión del sello- recuerda que, es la segunda vez que España acoge el encuentro internacional. La primera ocasión tuvo lugar en Santiago de Compostela, en 1989. Esta vez, se celebra en Madrid, entre el 16 y el 21 de agosto.

El sello se ilustra con el logotipo del diseñador gráfico José Gil-Nogués y plasma una alegoría de la unión de los jóvenes de todo el mundo al pie de la Cruz, que dan forma a la corona de la Virgen de la Almudena, patrona de Madrid. En la corona figura la “M” de María y primera letra de Madrid, lugar de celebración.

Redes sociales, el reto del millón

Por otra parte, hace unas semanas desde el área de Redes Sociales de la Jornada Mundial de la Juventud se lanzó un reto muy ambicioso a los fans de la JMJ: conseguir acercarse al millón de seguidores en las redes sociales.

En definitiva, hacer que nadie se quede sin ir a la Jornada Mundial por desconocimiento. Es una invitación a cada uno de los fans de la JMJ en las redes sociales a ser embajadores de este gran acontecimiento entre sus amigos.“¡De nosotros depende que nadie se pierda esta fiesta!”, dice la cuña de esta campaña.

Desde 2009, la JMJ está presente en las redes: Facebook, YouTube, Twitter, Flicker, Tuenti, etc, para llevar las novedades de la JMJ a los jóvenes de todo el  mundo, sin importar el lugar donde se encuentren. 

Durante este tiempo los fans han ido creciendo en número y alcance, desde los seis idiomas con los que se empezó, hasta los actuales veintiuno de Facebook.

Hoy ya son más de trecientos mil seguidores de 82 países los que están al tanto de la Jornada en las redes sociales y se han realizado más de un millón de reproducciones en el canal de la JMJ en YouTube.

“La Jornada Mundial es sobre todo una fiesta de jóvenes que invitan a otros jóvenes. Una fiesta de la fe donde todo el mundo está invitado, y que se cuenta con el apoyo de todos ellos para que salga adelante. ¡Únete al reto de un millón!”, invitan los organizadores

Para saber más: www.correos.es/comun/Filatelia/2011/0450_11-seleccionaSello.asp?IdSello=1072011; www.madrid11.com.

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Mundo


“Dignidad es asumir cada día los límites de la existencia”
Carta del obispo de Orihuela-Alicante sobre la futura ley de “muerte digna”
ALICANTE, lunes 4 de julio de 2011 (ZENIT.org).- El obispo de la diócesis española de Orihuela-Alicante, monseñor Rafael Palmero, ha hecho pública una carta pastoral sobre el anteproyecto de “Ley reguladora de los derechos de las personas ante el proceso final de la vida”, que pretende llevar adelante el Gobierno.

El obispo cita al papa Benedicto XVI en la encíclica Spe Salvi: “La grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre. Esto es válido tanto para el individuo como para la sociedad. Una sociedad que no logra aceptar a los que sufren y no es capaz de contribuir mediante la compasión aque el sufrimiento sea compartido y sobrellevado también interiormente, es una sociedad cruel e inhumana” (n. 38).

“El problema del sufrimiento tiene, como se ve – afirma el prelado –,componentes individuales y sociales. En el plano individual atañe al que sufre y a todos los relacionados con él mediante vínculos de sangre, afectivos, profesionales o de otro tipo. La sociedad se ve también interpelada por el sufrimiento. De su adecuada respuesta a este reto depende en buena parte su grandeza”.

Monseñor Palmero afirma en su mensaje que, “aunque la intención sea laudable, una ley no zanja necesariamente un problema. Esperar de las esferas legislativas o judiciales la solución a un problema asistencial puede acabar volviéndose en contra de los pacientes a los que pretende beneficiar”.

Subraya como significativo que en el texto del anteproyecto se omita el término “muerte digna”, “por su utilización recurrente como sinónimo de muerte inducida entre los partidarios de la eutanasia”.

Sin embargo, afirma no logran ocultar sus propósitos, y señala algunos párrafos de la norma: “la muerte digna no es sólo una muerte sin dolor […]. La dignidad está indisolublemente unida a la autonomía individual, que no será plena hasta que no se reconozca el derecho a decidir cuándo nuestra vida deja de ser un bien deseable.” “[…] Estos cuidados (los cuidados paliativos) nunca serán una alternativa a la regulación de la eutanasia y el suicidio asistido…” .

“Completando lo que puede sonar a manipulación terminológica, se ha empezado a designar eufemísticamente lo relacionado con la eutanasia y el suicidio asistido como derechos de salida”, denuncia el obispo.

Recuerda que en la exposición de motivos del texto se dice explícitamente que “el proceso final de la vida, concebido como un final próximo e irreversible, eventualmente doloroso” sería también “lesivo de la dignidad de quien lo padece”. “Una afirmación que no sólo resulta antropológicamente inaceptable, sino también posiblemente contraria a la Constitución”, subraya el prelado.

En segundo lugar, monseñor Palmero indica que el proyecto señala una especie de derecho universal a la sedación.“El proyecto establece que ‘todas las personas que se encuentren en el proceso final de su vida tienen derecho a recibir la atención idónea integral que prevenga y alivie el dolor y sus manifestaciones, lo que incluye, además del tratamiento analgésico específico, la sedación’ (art. 11.1)”, subraya.

Sobre esta cuestión el obispo recuerda que “el ciudadano no tiene derecho a todo lo no prohibido. Tener derecho no es simplemente disfrutar de un ámbito de actuar lícito (agere licere) sino estar en condiciones de recurrir al ordenamiento jurídico en apoyo y garantía de las propias pretensiones. No basta para ello con una mera no prohibición sino que resulta exigible un título jurídico específico”.

En la exposición de motivos, se recoge el fundamento jurídico de lo afirmado en el art. 11,1: la “libre autonomía de la voluntad”, la cual podría entenderse totalmente desvinculada de la verdad y del bien objetivo de la persona.

“En este supuesto –explica el pastor de Orihuela-Alicante – la bondad o maldad de una acción dependería de la libre voluntad del sujeto y en consecuencia el principio de autonomía anularía el principio de beneficencia”.

Y añade: “Afirmar la libre autonomía de la voluntad del paciente podría obligar a los profesionales de la sanidad a aceptar criterios de actuación ajenos a la ética profesional, por ejemplo retirar la alimentación y la hidratación del paciente o atender peticiones de eutanasia si el paciente libremente lo pide. En este caso el médico es desposeído de toda responsabilidad de sus actos y queda despenalizada la mala praxis”. 

Sobre la sedación paliativa, aclara “que una cosa es el derecho al tratamiento del dolor y otra el ‘supuesto derecho’ a un tratamiento particular. La sedación paliativa (cfr. Art. 11.2.c) es un tratamiento concreto y definido que no puede considerarse derecho del paciente sino indicación médico-ética; es el médico quien propone al paciente la opción del tratamiento que es conforme a su cuadro sintomático y no al revés” .

Por tanto, la sedación paliativa “habrá de ser siempre el último recurso de una terapéutica adecuada; deberá estar médicamente indicada actualmente para cada caso particular; y la indicación habrá de ser revisada y justificada periódicamente. Deberá contar con el consentimiento informado del paciente, lo más actualizado posible. Para aplicar la sedación paliativa de forma permanente e irreversible, la justificación médica y ética deberá ser mucho más estricta y quedar restringida a la fase de la agonía”.

Según el prelado, el anteproyecto de ley es un paso más hacia la despenalización de la eutanasia. La eutanasia “no es una cuestión que atañe sólo a los afectados. La prohibición tiene sus fines sociales; proteger a todos los enfermos de la sociedad; proteger la integridad moral de la profesión médica; proteger a las personas vulnerables a los abusos, negligencias, errores y evitar la derivación hacia formas de eutanasia no solicitadas”.

Legalizar la eutanasia, afirma el obispo, “es una declaración de derrota social. Vendría a decir que, como no podemos ayudarnos mutuamente, como cada uno va a lo suyo y no dedica su tiempo a los demás, el Estado se encarga, pero no cubriendo esta carencia de atención, sino ahorrándose la solución del problema con una inyección letal”, afirma.

“Por contra, los equipos de cuidados paliativos facilitan la presencia del paciente en su domicilio, aportando un beneficio emocional indudable y realzando su dignidad de persona, merecedora de cariño y atención hasta el último momento de su vida. También los que le rodean tienen así ocasión de reflexionar sobre realidades cotidianas como son la enfermedad o la muerte”, añade.

En resumen, “la verdadera humanización de la muerte viene de la mano de la alianza terapéutica entre el enfermo y el equipo asistencial, buscando un adecuado alivio no sólo de los síntomas físicos sino también de los factores que ocasionan todo tipo de sufrimiento, en la que nunca interviene el pacto de una muerte intencionada”.

Según el prelado, “los poderes públicos han de limitarse a ejercer su función subsidiaria de apoyo, facilitando recursos y promoviendo políticas de protección, nunca de desamparo”.

Y concluye monseñor Palmero que la dignidad genuina “es la de los que asumen, cada día, sin ruido machacón, las limitaciones de su existencia, y la de los que optan por acompañarles en su camino”.

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Venezuela: La Iglesia pide oraciones por la salud del presidente Chávez
El arzobispo de Coro, criticado en el pasado por Chávez, pide rezar por éste
CARACAS, lunes 4 de julio de 2011 (ZENIT.org - El Observador).- Este fin de semana, la Iglesia católica venezolana ha invitado a los fieles a orar por la salud del presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías.

Los informes médicos – según lo que se ha podido saber a partir de filtraciones de prensa y de algunas declaraciones de miembros del gobierno de Chávez Frías – indican que el mandatario venezolano padece un cáncer avanzado y que está batallando por su vida en Cuba, donde es atendido por los mismos médicos que atienden a Fidel Castro.

Si bien la información del cáncer que padece Chávez Frías ha sido dada como oficial por el gobierno venezolano y por el propio Presidente en una alocución televisiva, se ha insistido en el tema de que el controvertido mandatario sudamericano permanece al tanto de la situación que guarda su país.

El vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), el arzobispo de Coro, monseñor Roberto Lückert, expresó que el titular de Miraflores (el palacio de gobierno de Venezuela) se presentó en su alocución televisiva "con una actitud sencilla y humilde", contrastada con sus apariciones normales, en donde, generalmente, dirige ataques a la Iglesia católica y a los que considera "enemigos" de la revolución bolivariana que Chávez Frías aduce encabezar.

“Cuando el presidente, con una posición muy sencilla y humilde nos manifestó a los venezolanos su situación de salud ya nos da la oportunidad de poder públicamente decir como Iglesia de promover en nuestras comunidades oraciones por la pronta salud y recuperación de nuestro presidente”, dijo el vicepresidente de la CEV.

Monseñor Lückert manifestó sentirse satisfecho porque el Jefe de Estado se haya dirigido al país para ofrecer información oficial. "Estamos contentos porque la caja negra se abrió, hoy no amanecimos claros, y que necesita con urgencia de la oración de todos", enfatizó.

Monseñor Lückert que ha sido en varias oportunidades blanco de críticas por parte de Chávez, hizo un llamado a orar por la salud del jefe de las riendas públicas del país, enfatizó las palabras utilizadas por el presidente Chávez "estoy enfermo y necesito de ustedes, para mi recuperación".

El obispo evitó declarar sobre lo que corresponde hacer política y constitucionalmente en el caso, pues, a su juicio, eso le corresponde a los especialistas en la materia.

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Éxito de la jornada de ayuno por Nicaragua convocada por la Iglesia
Especialmente entre los jóvenes, según monseñor Brenes
MANAGUA, lunes 4 de julio de 2011 (ZENIT.org - El Observador).- Este pasado fin de semana la jornada de ayuno y oración “por la paz de Nicaragua”, que convocó la Iglesia Católica, para contribuir a un clima pacífico en la campaña electoral en ese país centroamericano, campaña que iniciará el próximo 20 de agosto.

Según dijo el arzobispo de Managua y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), monseñor Leopoldo Brenes, la jornada de ayuno fue un éxito en lo que concierne a la asistencia de fieles que oraron y ayunaron durante doce horas el pasado viernes 1 de julio. Principalmente, fue notoria la participación de los jóvenes.

Monseñor Brenes destacó la importancia de esa jornada espiritual, en un año crucial para los nicaragüenses, cuando tienen que elegir a un nuevo mandatario del país en condiciones irregulares. En ese sentido, hizo un llamamiento a los políticos para que eviten la confrontación.

“Es peligroso que desde la campaña política comencemos a confrontarnos y que los diversos líderes comiencen a hablar mal uno del otro”, dijo el presidente de la CEN

Por su parte, el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, dijo que la acogida que le dio el pueblo católico de Nicaragua a esta convocatoria fue “muy grande”, porque en todas las parroquias se conoció el mensaje y la intención, a través de folletos que llegaron a todos los fieles

Monseñor Báez aseguró que solamente la oración y el sacrificio pueden generar un cambio gradual en la manera de pensar de las personas, y agregó que “el adversario más grande es el que lleva cada uno en su corazón: el egoísmo, la ambición y los ídolos que nos esclavizan por dentro”.

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Actualidad


Obispos de Canadá ofrecen claves para afrontar las tendencias homosexuales
Publican una carta pastoral sobre la pastoral con jóvenes que experimentan esas inclinaciones
OTTAWA, lunes 4 de julio de 2011 (ZENIT.org).– La Comisión para la doctrina de la conferencia episcopal de Canadá (CECC) publicó, el pasado 27 de junio, una carta sobre el ministerio pastoral con jóvenes que sienten atracción por personas de su mismo sexo.

“Mientras los actos homosexuales son siempre objetivamente malos, las inclinaciones no constituyen por sí mismas un pecado o una falta moral”, indican los obispos.

“Para mucha gente, la atracción homosexual es una prueba –continúan-. Los pastores deben por tanto aproximarse a ellos con mucha prudencia y caridad”.

Las personas que sienten una atracción erótica y afectiva hacia personas del mismo sexo de manera predominante y no sólo episódica “deben ser acogidas con respeto, compasión y delicadeza”, indica el texto, evitando cualquier “discriminación injusta”.

“Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida”, afirman los obispos.

En la carta, la comisión episcopal lamenta que “la injusticia, el odio o la violencia en el encuentro de personas con tendencias homosexuales se produce por desgracia todavía demasiado a menudo entre nosotros y exhorta a no perpetuarlos con palabras o acciones.

El documento recuerda que la Iglesia nunca condena a las personas que sienten una atracción homosexual.

También destaca que “en la enseñanza y los documentos oficiales de la Iglesia no se usan las palabras “gay” ni “lesbiana” para designar a las personas”, ya que “no evocan la persona con la plenitud y la riqueza que la Iglesia reconoce y respeta en cada hombre y en cada mujer”.

“De hecho, “gay” y “lesbiana” sirven a menudo de descriptores culturales a gente y movimientos que consideran moralmente aceptables gestos y comportamientos homosexuales”, añade.

Existir para otro

Al mismo tiempo, la carta indica que “la complementariedad entre el hombre y la mujer es inherente al designio creador”.

“El hombre está llamado a existir “para” otro, a convertirse en un don”, subraya el texto, citando la carta apostólica Mulieris Dignitatem de Juan Pablo II, y se refiere a la sexualidad humana como “signo poderoso del amor oblativo de Dios”.

También destaca que “el acto genital colocado fuera de la alianza del matrimonio no puede cumplir la doble finalidad querida por el Creador”: la profundización del amor entre los esposos y la procreación y la educación de sus hijos.

Los obispos indican que el proceso que experimentan todos los jóvenes para comprender e integrar su identidad sexual es “a largo plazo”.

Además, añaden, “puede estar jalonado de numerosos obstáculos”, entre los que citan “la presión de los medios de comunicación (en particular, internet), el relativismo moral ampliamente extendido y el hedonismo propagado por una sociedad secularizada”.

Para vencerlos, “la comunidad católica tiene también la responsabilidad de dar testimonio de la verdad completa sobre la sexualidad humana”, contrarrestando las “falsas nociones de libertad” que pueden desorientar y perjudicar a los jóvenes.

“Para los jóvenes que viven una atracción homosexual y para los que el matrimonio no es una opción, escoger la castidad como valor positivo constituye un desafío tan grande como constante”, afirman los obispos.

Y dirigiéndose a quienes les acompañan, señalan: “Hay que animarles a vivir su celibato castamente como discípulos de Jesús que siguen el camino del sacrificio hasta la gloria de la vida eterna”.

Citando a la Carta san Pablo a los Colosenses, recuerdan que “innumerables cristianos a través de los siglos han descubierto que la amistad de Jesús y su solicitud aportan la curación interior y la paz y nos hacen capaces de dar fruto para la vida de su cuerpo, la Iglesia”.

En este sentido, explican que “lejos de estar condenados a una “vida sin amor”, la persona con tendencias homosexuales está llamada a vivir en el amor y la gracia de Jesucristo”.

“Sólo Él llena nuestra personalidad humana y la eleva al Padre –añaden-. Una vida así comporta el don y el sacrificio de sí mismo, pruebas de un amor auténtico a Dios y a nuestros hermanos y hermanas”.

Una ayuda

En cuanto a las razones de la carta, el texto indica que “como obispos, deseamos responder a las necesidades pastorales de adolescentes y de jóvenes adultos que se preguntan sobre su identidad sexual o que viven sentimientos de atracción homosexual”.

“Nos preocupamos por el bien espiritual de todas las personas y esperamos ayudarlas a vivir su llamada a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad”, añaden los miembros de la Comisión en un texto introductorio a la carta.

“Convencidos de que “sólo lo que es verdadero puede finalmente ser pastoral”, queremos ofrecer aquí principios generales e indicaciones a todos los católicos, a los pastores, a los padres, a los educadores y a los mismos jóvenes adultos”.

Porque, según los obispos, “toda la comunidad cristiana está llamada a acompañar y a guiar a la madurez humana a sus miembros jóvenes que experimentan una atracción homosexual”.

La Comisión ofrece en la carta diversas indicaciones pastorales y expresa su “profunda gratitud a todos aquellos y aquellas que, con sabiduría y con amor, guían a los jóvenes que descubren en sí una atracción homosexual: los sacerdotes, sus colaboradoras y colaboradores pastorales, los padres y los educadores”.

Pistas para padres

Respecto a los padres que tienen un hijo con tendencias homosexuales, destaca la necesidad de tener “paciencia, dominio de sí mismo, prudencia y comprensión”.

“Recordad que vuestro hijo, ahora más que nunca, necesita de vosotros y de vuestra familia”, aseguran.

Destacan que los hijos siempre son un don de Dios e invitan a “intentar actuar con amor y confiando en la Divina Providencia”, acoger a ese hijo, animarle a ser fiel a la vida espiritual y, si es necesario, solicitar el acompañamiento de un sacerdote o la ayuda de un consejero”.

Sobre esto último, aseguran que “el acompañamiento (counseling) puede suponer un recurso precioso para ciertos jóvenes, que atraviesan quizás un periodo de crisis tomando conciencia de sus sentimientos homosexuales”.

Alertan de la tentación al suicidio que pueden experimentar algunas personas cuando ya no pueden negar más o ignorar en sí mismos una profunda tendencia homosexual”.

Y piden asegurarse de “que los consejeros profesionales y los psicólogos que reciban a los jóvenes se distingan por su madurez humana y espiritual” y se adhieran a la enseñanza de la Iglesia sobre la homosexualidad y la castidad.

Dos grandes peligros

A los educadores y educadoras les recuerda que “no se hace un servicio a los jóvenes evitando las cuestiones difíciles o diluyendo la enseñanza de la Iglesia”.

Les piden ser “testimonios de la verdad moral integral, a la que son contrarias tanto la aprobación de las relaciones homosexuales como la discriminación injusta de las personas homosexuales”.

Y “velar especialmente para alejar dos grandes peligros de los adolescentes y los jóvenes con tendencias homosexuales”: que se consideren sólo como individuos con inclinaciones y deseos sexuales, en lugar de como personas revestidas de una dignidad recibida de Dios, y su participación en una “cultura gay” con su estilo de vida a menudo agresivo e inmoral.

Claves contra la inclinación

A los jóvenes con tendencias homosexuales, los obispos les manifiestan su cercanía y les recuerdan que rezan por ellos y que ser cristiano “es lo que da a vuestra vida su sentido y su orientación decisiva”.

También les piden que acepten el amor de Dios y les recuerdan que “desde antes de la creación del mundo habéis sido escogidos para ser santos e inmaculados en su presencia”.

En concreto, les animan a “orar sin cesar”, a “estar vigilantes”, a “celebrar frecuentemente los sacramentos” y a “cultivar amistades virtuosas”.

Los obispos también aprecian en la carta el testimonio de hombres y mujeres con tendencias homosexuales que “dan testimonio del Evangelio a través de su generosidad y de su servicio de la caridad en la verdad”.

Al final de la carta, los obispos citan algunos documentos de la Iglesia sobre la atracción homosexual: Sobre la pastoral respecto a personas homosexuales (1986) y Algunas consideraciones en respuesta a las propuestsa de ley sobre la discriminación de personas homosexuales (1992), de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Del Consejo Pontificio para la Familia, se refieren al documento del año 1995 Verdad y significado de la sexualidad humana: Orientaciones para la educación en familia, y del Catecismo, a los puntos entre el 2357 y el 2359.

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Foro


El progreso de la ciencia resuelve problemas morales
 
Por José María Simón Castellví*

BARCELONA, lunes 4 de julio de 2011 (ZENIT.org).- A menudo oímos decir que el avance de la ciencia nos trae nuevos problemas e incertidumbres morales. No niego la validez de esta afirmación. Sin embargo, también debiéramos fijarnos en aquellos problemas que se resuelven simple y llanamente porque la ciencia y la técnica avanzan. Y presiento vivamente que es Dios mismo el que acompaña el avance de las mismas.

En los tiempos anteriores a los fármacos antituberculosos se podía discutir, por ejemplo, si cortar a una persona casi por la mitad inferior, eliminando las caderas y ambas piernas en el caso de una grave tuberculosis pélvica se trataba de un encarnizamiento terapéutico. Es decir, un tratamiento abusivo para el fin esperado en el paciente. Pero hoy el debate no existe gracias a la farmacopea. El problema se ha disuelto. Y presiento vivamente que Dios mismo y su Madre no han desoído las súplicas de tantas generaciones de tuberculosos. Pensemos que muchísimos milagros de Lourdes son curaciones de tuberculosis en tiempos en que la Medicina podía hacer muy poco.

Todos los colegas obstetras católicos y otros no católicos que conozco por mi cargo en la FIAMC, a los que considero como auténticos héroes modernos en un mundo al que le gusta lo fácil, me dicen que el aborto provocado para salvar la vida de la madre no existe. Aquel dilema de antaño de “salvar la vida de la madre o la del hijo” simple y llanamente no existe. Hoy se puede salvar la vida de ambos. Es cierto que hay embarazos y partos difíciles o de riesgo. Pero la obstetricia moderna no necesita nunca provocar el aborto para salvar a ninguna madre. Respecto a la antigua, los colegas más mayores me dicen que a veces hubo la tentación, pero que siempre resolvieron los casos de manera favorable a la vida. Lo que es imperdonable hoy en día, especialmente en zonas pobres de África, es la falta de atención sanitaria a muchas madres y el déficit endémico de obstetras y comadronas. Y presiento que Él nos pide hacer algo más de lo que estamos haciendo para ayudar.

En cuanto a la prevención del HIV-sida, hoy una madre infectada puede dar a luz a un niño perfectamente sano siempre que se trate el embarazo y parto de una manera adecuada. Y presiento que pronto desaparecerán también, respecto a los afectados por Sida, problemas que ahora parecen agobiarnos y están siempre en los medios de comunicación. Quizá con la ingesta de algún fármaco de pocos efectos secundarios los esposos puedan seguir manteniendo relaciones sexuales de manera segura y sin pensar en el preservativo. Este plástico ha sido criticado por cerrar la relación a la fertilidad, pero también podría criticarse por ser una barrera a la unión carnal de los esposos. Además de estar clasificado entre los medios de barrera, lo cual ya es una elocuente prueba de separación, muchos fabricantes añaden el rótulo comercial de “muy sensible”, lo que está diciendo que muchos o todos disminuyen la sensibilidad de los que los utilizan.

Muchas personas sufren y enferman. Ello es un misterio. Los médicos estamos ahí para ayudarles. Hasta cierto punto somos los dedos de Dios. Pero Dios no lo permite todo. La Medicina – arte, ciencia y técnica – avanza y se nos ahorran muchos sufrimientos. ¿No es sorprendente que casi al mismo tiempo que apareció la píldora anticonceptiva se aprendió a conocer certeramente los ritmos fértiles de la mujer y los métodos naturales de regulación de la fertilidad? No es posible atribuir al azar o a la ley de la gravedad el poderoso empuje del desarrollo. Los avances son demasiado sofisticados para ser casuales.

También existe la muerte, que a todos llega. Parece que es lo mejor para el ser humano actual: después de un tiempo de vida en este mundo, el alma se desprende del cuerpo en espera de la nueva vida mientras que el cuerpo se estropea en espera de su restauración junto con ella en un futuro. Y también respecto a la muerte, en casi todo el planeta, se nos es dado vivir más tiempo gracias a los avances sociales y científicos. Alguien está siempre pendiente de cuidar a los que se ha dado a sí mismo y redimido. Los rastros, las semillas de su Sabiduría se pueden seguir a través de la Historia de la Medicina. Y sus silencios, que los hay pero siempre terminan siendo intermitentes, son peticiones de confianza y de entrega a nosotros. ¡Al fin y al cabo nuestra vida aquí no deja de ser un examen que tenemos que aprobar!

PS: Un pequeño ejemplo de la técnica como resolución de problemas morales lo tenemos en un pequeño instrumento que, mediante una pequeña carga eléctrica, obtiene semen del varón sin necesidad de masturbación. Así se supera de raíz la discusión de si la obtención de semen para estudios de fertilidad es o no es verdadera masturbación.

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José María Simón Castellví es Presidente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC), www.fiamc.org.

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Documentación


Discurso del Papa en la inauguración de una muestra de arte en el Vaticano
“El esplendor de la verdad, la belleza de la caridad”, homenaje de artistas
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 4 de julio de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI pronunció hoy con motivo de la inauguración de una muestra en su honor, con el título “El esplendor de la verdad, la belleza de la caridad – Homenaje de los artistas a Benedicto XVI por el 60 aniversario de Sacerdocio”, en el Aula Pablo VI.

* * * * *

Señores cardenales,

Venerados hermanos en el Episcopado y en el Sacerdocio,

queridos amigos,

es para mí una gran alegría encontraros y recibir vuestro homenaje creativo y multiforme con ocasión del 60° aniversario de mi Ordenación sacerdotal. Os estoy sinceramente agradecido por vuestra cercanía en esta celebración tan significativa e importante para mi. En la Celebración eucarística del pasado 29 de junio, Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, di las gracias al Señor por el don de la vocación sacerdotal. Hoy os doy las gracias por la amistad y la gentileza que me manifestáis. Saludo cordialmente al cardenal Angelo Sodano, decano del sacro Colegio, y al cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, que, junto a sus colaboradores, ha organizado esta singular manifestación artística, y le doy las gracias por las corteses palabras que me ha dedicado. Dirijo también mi saludo a todos los presentes, de manera particular a vosotros, queridos Artistas, que habéis acogido la invitación a presentar una creación vuestra en esta Muestra.

Nuestro encuentro de hoy, en el que tengo la alegría y la curiosidad de admirar vuestras obras, quiere ser una nueva etapa de ese recorrido de amistad y de diálogo que emprendimos el 21 de noviembre de 2009, en la Capilla Sixtina, un acontecimiento que llevo aún impreso en el alma. La Iglesia y los artistas vuelven a encontrarse, a hablarse, a apoyar la necesidad de un coloquio que quiere y debe llegar a ser cada vez más intenso y articulado, también para ofrecer a la cultura, es más, a las culturas de nuestro tiempo, un ejemplo elocuente de diálogo fecundo y eficaz, orientado a hacer este mundo nuestro más humano y más bello. Vosotros hoy me presentáis el fruto de vuestra creatividad, de vuestra reflexión, de vuestro talento, expresiones de los diversos ámbitos artísticos que representáis aquí: pintura, escultura, arquitectura, orfebrería, fotografía, cine, música, literatura y poesía. Antes de admirarlas junto a vosotros, permitidme que me detenga solo un momento en el sugerente título de esta Exposición: "El esplendor de la verdad, la belleza de la caridad”. Precisamente en la homilía de la Misa pro eligendo pontifice, comentando la bella expresión de san Pablo de la Carta a los Efesios, veritatem facientes in caritate (4,15), definí el “hacer la verdad en la caridad” como una fórmula fundamental de la existencia cristiana. Y añadí: "En Cristo, coinciden verdad y caridad. En la medida en que nos acercamos a Cristo, también en nuestra vida, verdad y caridad se funden. La caridad sin verdad estaría ciega: la verdad sin caridad sería como un 'címbalo que retiñe' (1Cor 13,1)”. Ea precisamente desde la unión, quisiera decir desde la sinfonía, desde la perfecta armonía de verdad y caridad, de donde emana la auténtica belleza, capaz de suscitar admiración, maravilla y alegría verdadera en el corazón de los hombres. El mundo en que vivimos necesita que la verdad resplandezca y no sea ofuscada por la mentira o por la banalidad; necesita que la caridad inflame y no sea superada por el orgullo y por el egoísmo. Necesitamos que la belleza de la verdad y de la caridad alcance lo íntimo de nuestro corazón y lo haga más humano. Queridos amigos, quisiera renovaros a vosotros y a todos los artistas un llamamiento amistoso y apasionado: no separéis nunca la creatividad artística de la verdad y de la caridad, no busquéis nunca la belleza lejos de la verdad y de la caridad, sino que con la riqueza de vuestra genialidad, de vuestro impulso creativo, sed siempre, con valor, buscadores de la verdad y testigos de la caridad; haced resplandecer la verdad en vuestras obras y haced de modo que su belleza suscite en la mirada y en el corazón de quien las admira el deseo de hacer bella y verdadera la existencia, toda existencia, enriqueciéndola con ese tesoro que no disminuye nunca, que hace de la vida una obra de arte y de cada hombre un artista extraordinario: la caridad, el amor. Que el Espíritu Santo, artífice de toda la belleza que hay en el mundo, os ilumine siempre y os guíe hacia la Belleza última y definitiva, la que inflama nuestra mente y nuestro corazón y que esperamos poder contemplar un día en todo su esplendor. Una vez más, gracias por vuestra amistad, por vuestra presencia y porque lleváis al mundo un rayo de esta Belleza que es Dios. De verdadero corazón os imparto a todos vosotros, a vuestros seres queridos y al entero mundo del arte mi Bendición Apostólica.

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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Declaración de la Santa Sede sobre ordenación ilegítima en China
 
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 4 de julio de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el comunicado que la Santa Sede hizo público hoy lunes sobre la ordenación ilegítima del sacerdote Pablo Lei Shiyin como obispo de Leshan, el pasado 29 de junio.

* * * * *

Declaración de la Santa Sede:

Ordenación Episcopal en la diócesis de Leshan

(Provincia de Sichuan, China Continental)

Respecto a la ordenación episcopal del Rev. Pablo Lei Shiyin, que tuvo lugar el pasado 29 de junio y que fue conferida sin el mandato apostólico, se precisa cuanto sigue:

1) El Rev. Lei Shiyin, ordenado sin mandato pontificio y por tanto ilegítimamente, está privado de la autoridad de gobernar a la comunidad católica diocesana, y la Santa Sede no lo reconoce como obispo de la diócesis de Leshan. Siguen firmes los efectos de la sanción en la que él incurrió por la violación de la norma del cánon 1382 del Código de Derecho Canónico. El propio Rev. Lei Shiyin había sido informado desde hacía tiempo de que no podía ser aceptado por la Santa Sede como candidato episcopal, a causa de motivos comprobados y muy graves.

2) Los Obispos consagrantes se han expuesto a las graves sanciones canónicas, previstas por la ley de la Iglesia (en particular por el cánon 1382 del Código de Derecho Canónico; cfr Declaración del Consejo Pontificio para los textos legistativos del 6 de junio de 2011).

3) Una ordenación episcopal sin mandato pontificio se opone directamente al papel espiritual del Sumo Pontífice y daña la unidad de la Iglesia. La ordenación de Leshan ha sido un acto unilateral, que siembra división y, por desgracia, produce heridas y tensiones en la comunidad católica en China. La supervivencia y el desarrollo de la Iglesia pueden tener lugar sólo en la unión a aquel al que, en primer lugar, está confiada la propia Iglesia, y no sin su consenso, como en cambio ha sucedido en Leshan. Si se quiere que la Iglesia en China sea católica, se deben respetar la doctrina y la disciplina de la Iglesia.

4) La ordenación episcopal de Leshan ha entristecido profundamente al Santo Padre, el cual desea hacer llegar a los amados fieles en China una palabra de aliento y de esperanza, invitándoles a rezar y a estar unidos.

En el Vaticano, 4 de julio de 2011

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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Audiencia a los peregrinos de la diócesis italiana de Altamura-Gravina
El pasado sábado en el Aula Pablo VI
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 4 de julio de 2011 (ZENIT.org).- A continuación ofrecemos el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió a los participantes de la peregrinación de la diócesis de Altamura-Gravina-Acquaviva delle Fonti (Italia), al recibirlos en audiencia en el Aula Pablo VI.

* * * * *

Excelencia,

¡Queridos hermanos y hermanas!

Estoy realmente contento de acogeros a tantos de vosotros y tan llenos del entusiasmo de la fe. ¡Gracias a vosotros! Agradezco al obispo, monseñor Mario Paciello, las palabras que me ha dirigido en nombre de todos. Saludo a las autoridades civiles, a los sacerdotes, los religiosos y las religiosas, los seminaristas y a cada uno de vosotros, extiendo mi pensamiento y afecto a vuestra comunidad diocesana, en particular a los que viven situaciones de sufrimiento y dificultad. Estoy agradecido al Señor porque vuestra visita me ofrece la posibilidad de compartir un momento del camino sinodal de la Iglesia que está en Altamura-Gravina-Acquaviva delle Fonti. El Sínodo es un evento que hace vivir concretamente la experiencia de ser “Pueblo de Dios” en camino, de ser Iglesia, comunidad peregrina en la historia hacia su cumplimiento escatológico en Dios. Esto significa reconocer que la Iglesia no posee en sí misma el principio vital, sino que depende de Cristo, del que es signo e instrumento eficaz. En la relación con el Señor Jesús, esta encuentra su propia identidad más profunda: ser don de Dios para la humanidad, prolongando la presencia y la obra de salvación del Hijo de Dios por medio del Espíritu Santo. En este horizonte comprendemos que la Iglesia es esencialmente un misterio de amor a servicio de la humanidad para su santificación. El Concilio Vaticano II afirmó sobre este punto: “Fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera santamente” (Lumen Gentium, n.9). Vemos aquí que realmente la Palabra de Dios ha creado un pueblo, una comunidad, ha creado una alegría común, un peregrinaje común hacia el Señor. El ser Iglesia, por tanto, no viene de una fuerza organizativa nuestra, humana, sino que encuentra su origen y su verdadero significado en la comunión de amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo: este amor eterno es la fuente de la que viene la Iglesia y la Trinidad Santísima es el modelo de unidad en la diversidad y genera y plasma la Iglesia como misterio de comunión.

Es necesario partir siempre y de un modo nuevo de esta verdad para comprender y vivir más intensamente el ser Iglesia, “Pueblo de Dios”, “Cuerpo de Cristo”, “Comunión”. De otra manera se corre el riesgo de reducir el todo a una dimensión horizontal, que desnaturaliza la identidad de la Iglesia y el anuncio de la fe y haría más pobre nuestra vida y la vida de la Iglesia. Es importante destacar que la Iglesia no es una organización social, filantrópica, como hay muchas: esta es la Comunidad de Dios, es la Comunidad que cree, que ama, que adora al Señor Jesús y abre las “velas” al soplo del Espíritu Santo, y por esto es una comunidad capaz de evangelizar y de humanizar. La relación profunda con Cristo, vivida y alimentada por la Palabra de Dios y por la Eucaristía, hace eficaz el anuncio, motiva el compromiso por la catequesis y anima el testimonio de la caridad. Muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo necesitan encontrarse con Dios, encontrarse con Cristo o redescubrir la belleza del Dios cercano, del Dios que en Jesucristo ha mostrado su rostro de Padre y que llama a reconocer el sentido y el valor de la existencia. Hacer entender que está bien vivir como hombre. El actual momento histórico está marcado, lo sabemos, por luces y sombras. Asistimos a comportamientos complejos: encerrarse en sí mismos, narcisismo, deseo de poseer y de consumir, sentimientos y afectos desligados de la responsabilidad . Muchas son las causas de esta desorientación, que se manifiesta en un profundo malestar existencial, pero en el fondo de todo se puede entrever la negación de la dimensión trascendente del hombre y de la relación básica con Dios. Para esto es decisivo que las comunidades cristianas promuevan recorridos válidos y comprometidos con la fe.

Queridos amigos, hay que poner una particular atención al modo de considerar la educación a la vida cristiana para que toda persona pueda realizar un auténtico camino de fe, a través de las diversas edades de la vida; un camino en el cual -como la Virgen María- la persona acoge profundamente la Palabra de Dios, convirtiéndose en testigo del Evangelio. El Concilio Vaticano II en la Declaración Gravissimum educationis, afirma: “busca, sobre todo, que los bautizados se hagan más conscientes cada día del don de la fe, mientras son iniciados gradualmente en el conocimiento del misterio de la salvación ... adaptándose a vivir según el hombre nuevo en justicia y en santidad de verdad” (n.2). En este compromiso educativo la familia es la primera responsable. Queridos padres, ¡sois los primeros testigos de la fe!. No tengáis miedo de las dificultades en las que estáis llamados a realizar vuestra misión. ¡No estáis solos!. La comunidad cristiana está cerca de vosotros y os sostiene. La catequesis acompaña a vuestros hijos en su crecimiento humano y espiritual, pero está considerada como una formación permanente, no limitada a la preparación para recibir los Sacramentos; debemos, en toda nuestra vida, crecer en el conocimiento de Dios, en el conocimiento de qué significa ser un hombre. Sabed sacar siempre fuerza y luz de la Liturgia: la participación en la Celebración eucarística en el Día del Señor es decisiva para la familia, para toda la comunidad, es la estructura de nuestro tiempo. Recordemos siempre que en los Sacramentos, sobre todo en la Eucaristía, el Señor Jesús actúa para la transformación de los hombres asimilándolos a Sí. Es gracias a este encuentro con Cristo, a la comunión con Él, la comunidad cristiana puede testificar la comunión, abriéndose al servicio, acogiendo a los pobres y a los últimos, reconociendo el rostro de Dios en el enfermo y el necesitado. Os invito, por tanto, partiendo del contacto con el Señor en la oración cotidiana y sobre todo en la Eucaristía, a valorar de un modo adecuado las propuestas educativas y los caminos de voluntariado existentes en la diócesis, para formar personas solidarias, abiertas y atentas a las situaciones de malestar espiritual y material. En definitiva, la acción pastoral debe procurar formar personas maduras en la fe, para vivir en contextos en los que A menudo Dios es ignorado; personas coherentes con la fe, para que se lleve a todos los ambientes la luz de Cristo; personas que viven con alegría la fe, para transmitir la belleza del ser cristianos.

Un pensamiento especial deseo, finalmente, dirigir a vosotros, queridos sacerdotes. Sed siempre conscientes del don recibido, para que podáis servir con amor y dedicación, al Pueblo de Dios encomendado a vuestros cuidados. Anunciad el Evangelio con valentía y fidelidad, sed testigos de la misericordia de Dios y, guiados por el Espíritu Santo, sabed indicar la verdad, no temiendo el diálogo con la cultura y con los que están buscando a Dios.

Queridos hermanos y hermanas, confiamos el camino de vuestra comunidad diocesana a María Santísima, Madre del Señor y Madre de la Iglesia, Madre nuestra. En ella contemplamos lo que la Iglesia está llamada a ser. Con su “sí” ha dado al mundo a Jesús y ahora participa plenamente de la gloria de Dios. También nosotros estamos llamados a dar al Señor Jesús a la humanidad, no olvidando ser siempre sus discípulos. Os agradezco de nuevo vuestra bella visita y de todo corazón os agradezco vuestra fe y os acompaño con la oración, impartiéndoos a todos vosotros y a toda la diócesis la Bendición Apostólica.

[Traducción del original italiano por Carmen Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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