El ex-vicario de los Legionarios explica cuándo y cómo supo de la doble vida de Maciel

«Quizás debí haber sabido, pero el hecho es que no lo hice»

 

El ex vicario general de los Legionarios de Cristo, el sacerdote Luis Garza Medina, asegura que hasta junio del 2006 no se puso a investigar en serio la doble vida de Marcial Maciel, fundador de esa congregación. El P. Garza reconoce que no creyó en su culpabilidad ni siquiera cuando El Vaticano emitió un comunicado, en mayo de 2006, en el cual ordenó a Maciel retirarse del ministerio público. Fue poco antes del verano del 2008 cuando averiguaron toda la verdad, medio año después de la muerte del fundador.

22/07/11 10:43 PM


 

(Agencias/InfoCatólica) En relación a la actuación de la Santa Sede en el año 2006, el P. Garza explica que “los funcionarios de Vaticano nos dijeron que, pese de la ausencia de un proceso canónico, ellos concluyeron con certeza moral que era culpable y por lo tanto el Santo Padre impuso sanciones”.

“Según los procedimientos normales, no compartieron sus pruebas con nosotros. Entonces, siento decir, simplemente no creí que las acusaciones fueran verdaderas. Esto era probablemente una negación de mi parte, pero así fue mi primera reacción”, reconoce.

El ex vicario general de los Legionarios asegura que en junio de 2006 tuvo conocimiento de “nuevas pruebas” (aunque no especifica cuáles) e inició una “investigación personal” que le permitió descubrir, en septiembre de ese año, que Maciel había engendrado al menos una hija.

El P. Garza explica que siguió “investigando y, antes del verano de 2008, nosotros teníamos un cuadro amplio de la situación”.

Reconoce la deficiente actuación de la cúpula legionaria

En la entrevista, el sacerdote, que será a partir del 1 de agosto director territorial de la Legión en Norteamérica, acepta que la cúpula legionaria actuó mal y fue deficiente a la hora de informar a todos los miembros la verdad sobre el fundador:

“La decisión consistía en que nosotros deberíamos tender la mano a cada legionario y miembro consagrado personalmente; entonces ellos podrían tener algún tiempo para aceptar el escándalo antes de la necesidad de explicarlo a amigos, vecinos y familias”, asegura. Y añade que “claramente hicimos un trabajo imperfecto y subestimamos el efecto público. Quizá no había ningún modo de hacer esto de una forma ideal”.

El P. Garza insiste en afirmar que durante mucho tiempo él no supo ni sospechó de las inmoralidades del fundador, alegando que su papel como vicario no era fiscalizar a su superior quien, a su decir, “guardó sus asuntos personales muy privados”.

“Es fácil mirar hacia atrás y decir: usted debió haber sabido. Quizás debí saber, pero el hecho es que no lo hice, y no creo que yo pudiera haber sabido a no ser que hubiera hecho algo a lo cual soy simplemente contrario: espionaje a la gente”, explica.

“El padre Maciel era nuestro fundador y nos convencimos de que él era un hombre bueno y santo. Ninguno de nosotros pensó jamás en investigar por encima de él”, finaliza.