El jesuita Luis Ruiz fundó más de 140 leproserías

Fallece a los 97 años el «Ángel de Macao»

 

El jesuita gijonés Luis Ruiz Suárez ha fallecido a los 97 años en China, donde pasó buena parte de su vida atendiendo a los más pobres, para cuya asistencia fundó más de 140 leproserías, asilos y centros para enfermos mentales, escuelas, dispensarios y hogares para niños con SIDA. Conocido también por su nombre chino «Luk Ngai» (padre de los pobres), su funeral será en la iglesia católica de Macao el 3 de agosto.

28/07/11 10:36 AM


 

(Efe) Conocido como el «Ángel de Macao», el P. Luis Ruiz, SJ, nació en Gijón en 1913, se exilió de España en 1932, al suprimir la República Española la Compañía de Jesús, y se asentó en China en 1941, después de haber pasado por Bélgica, donde estudió Humanidades y Filosofía, y Cuba, donde dio clases en un colegio en el que estudiaba Fidel Castro.

En China, donde fue ordenado sacerdote, pasó los primeros años como misionero en Pekín y posteriormente, con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, en Shanghai.

No obstante, fue con la llegada de los comunistas al poder cuando fue arrestado y tuvo que abandonar el país en 1949 para asentarse, primero en Hong-Kong y, luego en Macao, entonces colonia portuguesa, y desde 1999 protectorado chino.

En Macao, gracias a las donaciones internacionales, ayudó a miles de refugiados que huían de China, muchos de ellos a nado y sin ninguna pertenencia, fundó asilos y centros de asistencia para enfermos mentales.

En la década de los ochenta, cuando ya se había hecho merecedor del título de Ángel de Macao, consiguió permisos para abrir en China unos 140 centros para atender a 10.000 leprosos con el apoyo de algunas congregaciones de religiosas.

A mediados de este siglo inició otro reto al aceptar el ofrecimiento del gobierno de la provincia china de Hunan para crear un centro para enfermos de sida.

El PP de Gijón, tras conocer el fallecimiento de este “jesuita ejemplar” ha pedido al Ayuntamiento de la ciudad que organice un reconocimiento para que “su ejemplo y valores perduren para siempre en la memoria de Gijón y de los gijoneses”.