Eleuterio Fernández Guzmán

Es bien cierto eso que se dice sobre que la cabra tira al monte y, evidentemente, tal animal ha de proceder según su naturaleza cabría le manda y ordena.

Algo parecido pasa con determinadas opciones políticas: también tiran al monte o, mejor, se echan al monte para poder vivir de su estulticia y su necedad. Por ejemplo, el reducto comunista que se encuentra en Izquierda Unida que es, más o menos, el nido de malvados presidido por el odio a Dios a quien no conocen porque Satanás ha hecho un buen trabajo con el mismo. Y esto dicho con caridad cristiana porque, en realidad merecen que se les pongan todos los puntos y acentos donde merecen que se les ponga.

Pues bien, ahora ha venido a salir a la palestra una individua de la que dicen es la coordinadora del Área de Juventud de Izquierda Unida, de nombre Esther López Barceló. Se ve que no tenía nada mejor que hacer (realidad típica de determinadas ideologías) y ha parido varias frases cada cual más ridícula y absurda y, aunque es bien cierto que de algunos o algunas sólo puede salir lo que sale, atendiendo a la negrura de su corazón (recordemos aquello que dijo Jesús sobre que el mal no entra de fuera sino que sale de dentro) no está mal que pongamos, negro sobre blanco, lo que he dicho para que se sepa de qué pie cojea cada uno.

“Tratamos de expresar –afirma López Barceló- con un lenguaje muy sencillo y, sobre todo, con el intercambio de mensajes y propuestas con la sociedad civil, nuestra defensa de ese Estado aconfesional que está plasmado en la Constitución desde hace más de 30 años. Algo que a simple vista sería lo normal parece inalcanzable después de décadas de acuerdo tácito entre PSOE y PP para que nada cambie durante sus sucesivos gobiernos”.

¡Menos lobos, Caperucita! porque, en realidad, lo que muy bien plasma la Constitución española de 1978 es que existe una tradición muy importante que no se puede olvidar (véase, otra vez más, el apartado 3 del artículo 16: “Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones)”.

Dice el tal apartado “los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española”. Parece fácil de entender y hasta una persona comunista debería saber leer si es que se lo permite su Comité Central. Por eso se hace lo que se hace: porque no se puede, ni debe atendiendo a lo que la realidad es, hacer otra cosa. No se puede, no-se-puede. Y sólo quieren cambiar las cosas los que no están de acuerdo con la historia y con lo que hay. ¡Pues que con su pan se lo coman!

Vayamos a por más.

“Sabemos –se añade desde esta área de IU- que la jerarquía católica practica activamente la homofobia, bifobia, lesbofobia, transfobia y el heterosexismo, señalando y discriminando a toda aquella persona que se escape de la norma, aunque no comparta su misma fe. La salud no escapa de sus dogmas y Benedicto XVI no tiene ningún pudor en negar la efectividad del preservativo frente al VIH, con todos los riesgos que supone que una figura de autoridad esgrima argumentos de este tipo. Todo ello a través de una posición de poder que la Iglesia católica tiene en nuestro país, no comparable con otros Estados de la Unión Europea”.

¡Para, para!, que te estás pasando varios pueblos. Ahora resulta que los comunistas “saben” que la Iglesia católica está en contra casi de todo. Será, entonces, que conocen la doctrina católica al respecto. Y la conocen tan bien, tan bien, que por eso mismo no se dan cuenta de que la Iglesia católica no puede estar en contra del heterosexismo (si lo entendemos esto como la mera heterosexualidad) sino todo lo contrario porque siempre se ha defendido el matrimonio entre hombre y mujer, esto es relación heterosexual. Y es que las tormentas de ideas tienen lo que tienen y es que, a lo mejor, la cae algún rayo a quien está en ella y le causa estragos neuronales y, luego, pasa lo que pasa: que la montaña parió un ratón.

Y así un rato podríamos estar porque de determinadas cabezas sólo sale lo que puede salir y, con franqueza, es bastante patético pero, en sus casos particulares, es lo que hay, ¡Qué le vamos a hacer!

Pero es que algunas de las frases que promueven son, por ejemplo,

“porque queremos un auténtico estado laico” cuando, en realidad, quieren decir, que lo que quieren es un estado represor laicista que es, precisamente, lo que ya tuvieron en los años 30 del siglo pasado en España;

“La JMJ 2011 no es una broma… es una gran estafa social” cuando, en realidad, se ha demostrado que, en cuanto a lo económico es una gran negocio económico (no sólo) para Madrid y para España y sólo quien se haga el ciego voluntario no lo quiere ver;

“Menos crucifijos y más trabajo fijo” que es, precisamente, una de las cosas que se dice desde el llamado movimiento del 15-M y que debería hacer pensar a más de uno, católico, sobre dónde se mete o con quién va a determinados sitios.

Y así hay unas cuentas, llamemos por compasión, pensamientos, que deben haber salido de alguna de esas tormentas de ideas con la que han demostrado, exactamente, todo lo contrario: no tienen ni idea de la Jornada Mundial de la Juventud y sólo les interesa la provocación y hacer escarnio del Santo Padre.

Y es que, además, para acabarlo de arreglar, promueven una especie de imagen en la que se ve (eso se supone que es) a una mujer echando una mitra (se supone que del Papa) a una papelera, lo que es todo un gesto democrático y tolerante.

Ya sabemos, por otra parte, lo que quieren decir los comunistas cuando hablan de democracia y de tolerancia. Más de 100.000.000 de personas (muchas de ellas en España) masacradas lo atestiguan.

Eleuterio Fernández Guzmán

El comunismo es así