Testimonio de Cáritas desde Kenia

Morir de hambre en el Cuerno de África

El principal temor: que tras la muerte de animales, vengan las personas

Cáritas, 07 de agosto de 2011 a las 12:32

 

(Cáritas).- Hawo Hussein tiene 85 años y vive en Machesa, distrito de Wajir, Kenia. Su marido murió hace años y tiene diez hijos. Hasta ahora ha vivido de sus animales, alimentándose de su carne y del dinero que recibe cuando los vende en el mercado. Sin embargo, sus animales se están muriendo por falta de pastos y enfermedades y el dinero que le dan vendiéndolos en el mercado es muy inferior al habitual.

Hawo tenía 75 vacas, 55 camellos y 300 cabras. A la pregunta de cómo sobrevive, nos explica que todo el poblado depende de las escasas raciones de comida y agua distribuidas por el gobierno dos veces al mes. Aunque existe un pozo de agua en Machesa, el agua es salada y no apta para consumo humano. Hawo come una pasta hecha a base de maíz una vez al día, y el agua disponible es únicamente para consumo y no para lavarse o uso doméstico.

"El ganado se muere y esto significa que más hombres vuelven a sus pueblos. Han estado caminando con los animales durante meses en busca de pastos, y ahora vuelven porque los animales se han muerto. Somos más bocas para alimentar en la comunidad. Hay menos comida y agua y algunas personas han empezado a beber el agua salada del pozo. He visto ya varias personas que empiezan a sufrir de diarreas. Esto complica más la situación ya que el centro de salud más próximo está a 50 kilómetros de aquí". El principal temor de Hawo es que tras la muerte de los animales a gran escala, sean las personas las que les sigan.