8.08.11

Juan Masiá y Juan José Tamayo: Dios los creó, otro los cría y ellos se juntan

A las 12:27 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Sujetos activos contra la fe
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… Y se han juntado. Ambos dos. Masiá y Tamayo, Tamayo y Masiá, los perejiles de todas las salsas disidentes de la Iglesia católica, los condimentos de los que se valen los alejados para hacer ver que siguen siendo católicos. En fin… la sal desalada y la semilla que murió antes de ser plantada sin dar fruto.

En la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, más conocida como la UIMP, el jesuita y profesor de Ética de la Universidad de Sophia, allá en Tokio, Juan Masiá, ha dirigido un encuentro. Resulta que el tema le va bastante bien el díscolo teólogo porque trata, nada más y nada menos, que sobre la transformación de la teología en la situación actual.

Es cierto que para el tema en cuestión, y tal viaje, los dos teólogos que se juntaron en una rueda de prensa para opinar sobre cuestiones de las cuales muchas veces ya han escrito pero de las cuales no se cansan, y no se cansan, y no se cansan de vociferar, tampoco hacían falta alforjas porque todo cabe en la minúscula tierra donde crece un bonsai. Pero ellos, aprovecharon que los micrófonos pasaban por ahí y que, seguramente, alguno de los que piensan como ellos (veamos, por ejemplo, los hermanos equivocados de Religión Digital) para volver a mover la rueda del molino y llevar el agua a su campo.

Todo se resume en esto:

 

Masiá dixit:

Ninguna religión tiene el poder de la verdad”. Además, ninguna puede decir que es la “única y verdadera”.

Sería necesario “cambiar las mentalidades o sensibilidades y maneras de pensar, de algunas jerarquías, y otros que no son jerarquías”.

Todo esto no es más que puro relativismo. Quien, siendo católico, despotrica de su religión hasta decir que no es la única y verdadera es que, en verdad, ni es católico ni es nada. Es como si un hijo dijera que su madre no es su madre sino que podría ser cualquiera. Y, al contrario, es la que es y no es poco cierto que no puede ser otra cosa que, es verdad, no se puede decir, hasta que se demuestre, del padre. Pero eso ya es otra cosa porque, además, aquí sí sabemos quien es el Padre que es, además, Creador y Omnipotente aunque le pueda parecer a Masiá que decir que Dios es Omnipotente puede atentar contra las otras “deidades” en las que es más que probable que crea.

Está, además, en la realidad de las cosas porque es así que la religión católica es la única fundada por Dios mismo. Las demás, las ha fundado un hombre e, incluso, el Budismo es poco más que una filosofía introspectiva. Y eso es más que suficiente, sobra y resobra para demostrar que la católica es la religión verdadera.

Dice, a tal respecto, el P. Jorgen Loring (también jesuita) que “La religión católica ha sido fundada por Cristo-Dios; todas las demás religiones han sido fundadas por hombres. Ni Buda, ni Confucio, ni Mahoma, ni Lutero, etc., pretendieron ser Dios. Jesucristo afirmó repetidas veces en su vida que Él era Dios. La ocasión más solemne fue ante el sanedrín cuando la interpelación de Caifás quien, ante esta afirmación de Cristo, le llama blasfemo y le condena a muerte. La blasfemia se castigaba con la pena de muerte entre los hebreos. Para confirmar que era verdad lo que decía, Jesucristo hizo varios milagros, principalmente su propia resurrección”.

Por lo tanto, es más que cierto que la religión católica enseña y transmite la verdad. Y quien no esté de acuerdo con eso no es católico. Así de simple. Aquí no cabe relativismo pues Dios no es relativo sino que es Dios y, a través Jesucristo, Dios hecho hombre, fundó la Iglesia, luego llamada católica, y entregó las llaves de la misma a Pedro, ahora Benedicto XVI.

Y, como es de suponer, para no creer en eso hay que cambiar las mentalidades, como dice Masiá. Pero cambiarlas para que no crean la verdad sino sus caprichosos y errados pensamientos.

Tamayo dixit:

El “catolicismo oficial está totalmente vacío de sentido espiritual” y, además, no le atribuye no tener “más que esa capa llamativa” y, también, su “carácter espectacular” que, además, “no es nuevo” porque entiende el teólogo que lo mismo ha sucedido en los pontificados tanto de Benedicto XVI como de Juan Pablo II.

Pues bien, con su ánimo disgregador, cree, yo creo que así lo cree y por eso lo dice, que existen dos Iglesias católicas: la oficial y la otra. Para Tamayo la oficial, a la que otras veces se le llama jerarquía, es mala pero que muy mala y sólo quiere su interés propio y egoísta. Además, no piensa en la “otra” Iglesia católica en la que, seguro, se encuadra Tamayo, sino en organizar grandes eventos para lucirse.

Al parecer, nada importa a quien dice lo que dice y escribe lo que escribe en cientos documentos que están al alcance de cualquiera y más al de un ilustrado teólogo como Juan José Tamayo. Es decir, que toda persona que esté, de verdad, interesada, en saber si hay interés por la fidelidad a la fe y preocupación por el pueblo de Dios de parte de la Iglesia (jerarquía) “oficial” sólo tiene, por ejemplo, que acudir, básicamente, a www.conferenciaepiscopal.es y esforzarse poco para saber. Aunque, claro, también es más que posible que el citado teólogo lo sepa a la perfección y lo que, en realidad, no le guste, es lo que allí puede leer que son cosas que no han de ser de su gusto progre.

Pero eso, debería conocer Tamayo, no es causa suficiente como para que se pueda decir que el catolicismo llamado oficial no tiene sentido espiritual porque está más que equivocada tal forma de pensar porque es, justamente, lo contrario.

Y lo que no se entiende es la manía que le ha entrado, a él y otros muchos de su estilo y pensamiento teológico, de atacar a la Jornada Mundial de la Juventud que se va a celebrar, ya, en Madrid. Al parecer no le gusta que mucha gente acuda para ver a Benedicto XVI y escuchar lo que les pueda decir. De eso, al parecer, no se saca nada o, en el peor de los casos, nada bueno. Es algo que se debería hacer ver porque no es normal que un católico la emprenda, en primer lugar, contra un acontecimiento gozoso como es la JMJ y, lo que es peor, contra el/su Santo Padre.

Dice, además, que la visita de Benedicto XVI es un error” porque, para él, es más que seguro que no entienda como bueno o benéfico que muchos jóvenes puedan cambiar su forma de pensar en temas, por ejemplo, como el uso del preservativo o como en el del aborto o como en tantos sobre los que, es probable, pueda hablar el Vicario de Cristo. Eso no le gusta a Tamayo porque prefiere a unos jóvenes con el mundo y no con Cristo, alejados de la doctrina católica y comprensivos con lo que la mundanidad les ofrece a cada paso que dan casi forzándoles a no tener a Dios en sus corazones.

Por eso digo que Dios los cría y ellos, Tamayo y Masiá, Masiá y Tamayo, se juntan. Y, francamente, lo único que ha salido de tal encuentro es lo que ya se esperaba: otra vez la montaña ha parido un ratón.

Eleuterio Fernández Guzmán