Rechazan un itinerario alejado de las grandes vías y dicen al Ejecutivo socialista que asuma el conflicto

'Indignados' y laicistas retan al Gobierno y harán su marcha anti-Papa en la Puerta del Sol

La Delegación de Gobierno propuso centrar la reivindicación en Lavapiés para evitar pasar por la Puerta del Sol

Redacción, 10 de agosto de 2011 a las 09:23

 

La bronca está servida. Los convocantes de la manifestación 'anti- Papa' avisaron este 9 de agosto de 2011 a la Delegación del Gobierno en Madrid que, pese a su prohibición, no están dispuestos a cambiar el recorrido de la protesta.

Se ponen a la autoridad competente por montera y anuncian que su marcha finalmente se celebrará como estaba prevista, es decir, desde la calle Tirso de Molina a la Plaza de Sol, el miércoles 17 de agosto de 2011, la víspera de la llegada de Benedicto XVI a Madrid, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud.

"No queremos hacer un pulso al Gobierno pero tampoco aceptaremos un recorrido sin visibilidad y peligroso", explica el presidente de la Asociación de Ateos y Librepensadores de Madrid (Amal), Luis Vega.

Las organizaciones laicistas, a las que van a dar un ruidoso resplado los restos de los 'indignados' del 15-M, consideran que la propuesta alternativa de la Delegación para que la manifestación pase por Lavapiés es una forma de "ninguneo".

UN MILLÓN DE ENTUSIASTAS

Se calcula que al menos un millón de personas se concentrarán en Madrid, para el JMJ, en lo que se perfila como una gigantesca y paidosa fiesta católica.

La Comunidad de madrid ha rebajado un 80% los abonos de transportes a los peregrinos, aplicándoles el criterio de 'jóvenes'.

Autobuses y paradas han amanecido con carteles en los que la Empresa Municipal de Transportes (EMT) informa de lo que va a suponer la visita del Papa para la movilidad en el centro de la ciudad: líneas desviadas de su recorrido, paradas suprimidas -en algunos casos desde ayer mismo-, cambios en las cabeceras... Una veintena de líneas se verán afectadas, entre ellas la que lleva al aeropuerto.

También el Metro. Las estaciones de Banco de España, Colón y Recoletos "pueden sufrir cierres parciales durante los eventos", avisan centenares de carteles repartidos por los andenes. "Se aconseja utilizar otras estaciones en el entorno".


LA VISIBILIDAD DE LA PROTESTA

Los convocantes de la manifestación, en cuyas filas se confluyen sectores de lo más variopintos, que van desde grupos feministas, homosexuales, ateos a ecologistas -como la Asamblea Feminista de Madrid, Ecologistas en Acción, la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (Felgt), o la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores (Amal)-; pasando  por representantes de la izquierda clásica -como el Partido Comunista o la Unión Republicana Federalista de Madrid- hasta grandes desconocidos para la gran mayoría de la opinión pública, como el Círculo Poético de Burgos o la Logia Mozart del Gran Oriente de Francia o 'indignados' corrientes y molentes acusan al Gobierno Zapatero, a la Comunidad de Madrid y al Ayuntamiento de «derivar el dinero de la ciudadanía hacia una institución privada, como es la Iglesia católica para organizar la visita del Papa».

«La Iglesia tiene suficientes privilegios como para tener uno más y es falso que la visita del Papa supongo una inyección para la maltrecha economía española».

LA POSTURA DE LAS AUTORIDADES

La Delegación del Gobierno en Madrid, tras escuchar los argumentos del Ayuntamiento dirigido por Alberto Ruiz-Gallardón,  prohibió el recorrido de la manifestación laica convocada para el 17 de agosto por las organizaciones Europa Laica, Redes Cristianas y Amal.

Los convocantes defienden que su manifestación no coincide con ningún acto oficial de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en la que se recibirá la visita del Papa en Madrid.

La resolución de la Delegación que se pronunció contra el recorrido de la marcha laica explicaba que los recorridos elegidos imposibilitan "un dispositivo policial o de emergencias, sanitario o de protección civil cuando el espacio público va a estar ocupado por más de un millón de personas que llegan a Madrid".