11.08.11

Para mí que decir esto es tener pocas luces

A las 7:08 AM, por Eleuterio
Categorías : General
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Hay muchas formas de demostrar que se tienen pocas luces.

Enric Sopena ha aparecido por las páginas digitales de este blog en algunas ocasiones porque tiene la costumbre de decir cuanto puede contra la Iglesia católica y, en especial, contra Benedicto XVI, a quien le tiene una manía persecutoria que debería hacerse ver por algún especialista del tema.

Pues bien, Sopena, director de “El Plural” (nunca un nombre fue tal falso por ser tan unidireccionalmente izquierdoso) ha vuelto a demostrar que tiene unas luces limitadas y que, además, las tiene a punto de fundirse.

La primera demostración de escasez de luminaria la muestra al querer hacer algo de daño a “La Gaceta” (diario de Intereconomía) que es como si un mosquito quisiera maltratar a un elefante clavándole su diminuto instrumento con el que nos maltrata a los humanos en cuanto nos descuidemos y nos pille planchando la oreja. Algo así, más o menos, es que se meta con tal diario porque el mismo haya tenido la feliz idea de hacer propaganda de lo que va a entregar, previo pago, relacionado con la visita de Benedicto XVI a Madrid. Y lo llama diario “ultramontano” porque lo tiene por “extremadamente conservador” que es la adición que han propuesto hacer al Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua a tal palabra los organismos correspondientes de tal Academia.

Y esto es como aquello que dice que le dijo la sartén al cazo: “apártate que me tiznas”…

Otra demostración de escasez de luz mental es acusar a Benedicto XVI de integrista porque dice que estuvo “más de veinte años ejerciendo de censor de los católicos progresistas y, sobre todo, de los teólogos de la Liberación, a los que se les acusaba de marxistas o revolucionarios” cuando es más que sabido que, en efecto, tales teólogos están imbuidos de la doctrina marxista.

Por otra parte, con la manía que tienen algunos, Enric Sopena en particular, de atizar el Concilio Vaticano II contra Benedicto XVI o contra los que suelen llamar “Integristas” dice el susodicho que “Los jerarcas más reaccionarios boicotearon el regreso a los orígenes del cristianismo, que era uno de los propósitos del Concilio frustrado” cuando, en realidad, el propio beato Juan XXII, en el Discurso durante la inauguración de tal Concilio dejó dicho que “El Concilio Ecuménico XXI (…) quiere transmitir pura e íntegra, sin atenuaciones ni deformaciones, la doctrina que durante veinte siglos, a pesar de dificultades y de luchas, se ha convertido en patrimonio común de los hombres”. Y eso es lo que hizo y así lo reconoció el propio Benedicto XVI en un Discurso de Benedicto XVI a los Cardenales, Arzobispos, Obispos y Prelados Superiores de la Curia Romana (22 de diciembre de 2005) cuando dijo que “Cuarenta años después del Concilio podemos constatar que lo positivo es más grande y más vivo de lo que pudiera parecer en la agitación de los años cercanos al 1968. Hoy vemos que la semilla buena, a pesar de desarrollarse lentamente, crece, y así crece también nuestra profunda gratitud por la obra realizada por el Concilio”.

Es decir, que el Concilio Vaticano II no resultó frustrado sino que, en todo caso, se está en su aplicación (y corrección de excesos y de desvíos) que no es la que quiere que sea Enric Sopena más dado en crear modelos tipo “Iglesia patriótica” como la que se ha impuesto en China.

Duele, también, por lo que demuestra de falta de sustancia o masa gris, que diga que se ha estado “adoctrinando” durante un año a unos niños para que formen parte de la, digamos, Guardia Suiza Infantil que se constituyó cuando el beato Juan Pablo II, de grata memoria, visitó España allá por el año 1982. Cree en ladrón que todos son de su condición…

¿Y qué les parece esto?: “Cuanto rodeará al Papa dentro de unos días será la carcunda de toda la vida en sus diversas versiones” o, lo que es lo mismo, lo más retrógrado que existe en el mundo católico. En realidad lo escribe con mala baba y con mala sombra aunque, sin embargo, tenga razón en que tales personas son partidarias de una institución que viene desde el pasado (cuando le dio forma Jesucristo) y lo hace hasta ahora mismo no lo es en el sentido que Sopena quiere darle y que es algo antiguo, carca y, en fin… muy pasado de moda.

Y dice, ya para terminar, que “Odian los jefes de la Iglesia el relativismo. Benedicto XVI, también. Prefieren, en lugar del relativismo, los dogmas o el totalitarismo. Nada que ver, muy poco que ver, con el mensaje de Jesús de Nazaret.

Resulta curioso que se pueda se tan torpe, tan torpe y tan torpe. Decir que la jerarquía de la Iglesia católica está contra el relativismo y que, en consecuencia, está de acuerdo con los dogmas es no enterarse de que no pueden hacer otra cosa. Y decir, además, que esto no se apoya con lo dijo Jesucristo es rizar el rizo de lo patético y lo absurdo porque es que da la casualidad de que el Mesías dijo “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6)y no dijo “Yo soy un camino, una verdad y una vida entre otras muchas que podéis tomar de ejemplo según a cada cual convenga".

Y es que Jesucristo no fue nada relativista ni se vendió al mundo ni al poder establecido que es, exactamente, lo que hacen personas como Enric Sopena y sus cuates aunque, francamente, demostrar tan pocas luces sólo está al alcance de determinados individuos.

Por cierto, hace bastantes años existía un diccionario en cuatro tomos de la editorial Sopena que tenía un lema tal que así: “Vale la pena tener un Sopena”.

Pues este Sopena no vale la pena… nada de nada.

Eleuterio Fernández Guzmán