Católicos
22/08/2011

La original medicina que se han llevado los jóvenes de la JMJ: un crucifijo en una caja semejante a un fármaco, con prospecto incluido

Entre los materiales incluidos en los miles de mochilas del peregrino, el más original ha sido un crucifijo incluido en una caja semejante a un fármaco, con un prospecto muy completo que explica qué es un crucifijo, para qué se utiliza, qué indicaciones y contraindicaciones tiene, advertencias, modo de empleo y qué ocurre si se omite esta "medicina".


 

La caja lleva como título "Nadie tiene Amor + grande", el logo de la JMJ y la advertencia de que "no precisa receta médica". Al abrirla, los jóvenes peregrinos han encontrado un crucifijo plateado de gran belleza y un original prospecto.

En la parte de arriba del prospecto, igual a la de cualquier medicamento, se lee: "Use el crucifijo durante la JMJ, antes y después. Le será útil durante toda la vida". Y añade: "La Cruz de Cristo (crucifijo) cura todas las enfermedades espirituales, fruto de los pecados personales".

En el apartado "Qué es el crucifijo y para qué se utiliza", el prospecto explica que "el principio activo del crucifijo es el Amor de Dios a los hombres, que se manifiesta de forma perfecta en la Cruz de Cristo, en su entrega plena". También señala que "la Cruz es el signo más (+): lo que une el cielo y la tierra y lo que nos une a los hombres".

Entre las advertencias dice: "Si usted está embarazada comprenderá de una forma muy especial el sentido de la Cruz, ya que está padeciendo por amor las molestias de su embarazo, consciente de que su amor es vida y da la vida".

El "modo de empleo" del crucifijo anima a llevarlo encima, ponerlo en muchos lugares, mirarlo y dejarse hablar, besarlo y usarlo para rezar. Los "efectos secundarios" de tener la Cruz de Cristo son "vivir con alegría, abandonado en las manos de Dios; superar con garbo las dificultades de cada día; tener fortaleza y personalidad para ir contracorriente; llevar una vida noble y limpia; santificarse en su trabajo y servir a los que viven y trabajan en su entorno" y cuatro más.

"Si omitió tomar esta medicina (por pereza, ignorancia o intencionadamente)", los "síntomas" descritos son: "erupciones de rencor y alteraciones en la capacidad para olvidar las ofensas; tartamudeo al articular palabras de perdón; disminución de la compasión y de la comprensión ante los fallos ajenos; incontinencia de la ira, la lujuria y la soberbia; vértigos de vanidad; visión borrosa de la realidad: donde hay hermanos se ven enemigos" y otros cinco.

Al final del "prospecto" se lee: "Mantenga el crucifijo al alcance y a la vista de niños, jóvenes y mayores. Todos encontrarán en la Cruz de Cristo la verdadera felicidad, para sí mismos y para los demás".

La idea de este original "fármaco espiritual" partió de Javier Cremades, sacerdote que ha estado involucrado en la organización de la JMJ y es rector de la iglesia del Espíritu Santo (calle Serrano, Madrid).