3.09.11

Lucrecia Mott, activista cuáquera

 

Hoy publicamos un resumen de la interesante entrevista que la Revista Alandar ha realizado a Sor Teresa Forcades, monja benedictina de Montserrat. Como era de esperar, defiende la teología feminista a la cual llama también teología de la liberación. Además sostiene que el matrimonio homosexual debería ser válido y sacramental, metiendo de por medio su particular teología trinitaria.

Sinceramente no creo que a nadie sorprenda que esta religiosa diga esas cosas. Es conocida por sostener teorías contrarias al Magisterio de la Iglesia. Su tesis viene a ser algo tipo “soy consciente que el magisterio no va por ahí, pero yo opino lo que me da la gana“. Y como en la Iglesia Católica del último tercio del siglo XX y principios del XXI se puede ser religioso y pasarse el magisterio por el “arco del triunfo", pues ahí tenemos a doña Teresa como monja benedictina en Montserrat, de la misma manera que Monseñor Yanguas Sanz es obispo de Cuenca o Monseñor Sánchez de Toca y Alameda es Subsecretario del Consejo Pontificio de la Cultura. ¿Absurdo? Sí, pero real como la vida misma, señores míos.

En todo caso, la propia Forcades reconoce un par de asuntos interesantes. Por ejemplo:

¿Cuál es la respuesta de la academia a sus propuestas?

Hay dos niveles. Uno serían las facultades de teología, que en España, donde predomina la teología católica, son eclesiásticas y no pertenecen a la universidad civil. Aquí hay una dificultad clarísima -un recelo- y tendría que usar un término más fuerte: hay un espanto. Es una especie de reacción alérgica, un rechazo visceral, un miedo de estereotipos, de prejuicios arrastrados… En cambio -y por suerte- hay otros ámbitos, como la Asociación Europea de Mujeres en la Investigación Teológica, de la que ahora soy vicepresidenta, que en agosto hacemos el congreso este, que también es un ámbito de teología académica. No quiere decir que no tenga sus problemas, en el ámbito protestante y demás, pero da una posibilidad de diversificar lo que llamamos teología académica en el hecho de que haya facultades no controladas por el estamento eclesiástico, con lo que implica como ámbito de pensamiento libre, porque si no es libre no es pensamiento.

En otras palabras. En el ámbito católico encuentra dificultades. En el protestante, no. Pero aun mejor es lo que dice más adelante:

… suerte hemos tenido de que existan grupos como los cuáqueros, tan importantes, con Margaret Fell, que me dejaron muy fascinada cuando los conocí, cómo ya en el siglo XVII y con continuidad hasta hoy siguen con ese modelo no jerárquico, con una igualdad de género que casi dan ganas de hacerse cuáquera.

Por el amor de Dios, Sor Teresa. Por amor a la Virgen y por amor a los santos. Por amor a quien usted quiera. Por coherencia personal. Por dignidad, si quiere. Por lo que sea: ¡¡¡ HÁGASE CUÁQUERA !!! Nos haría un favor inmenso a todos. Es más, si la totalidad de las monjas benedictinas de Montserrat piensan como usted, funden una comunidad religiosa cuáquero-benedictina no sujeta a la autoridad de la Iglesia Católica. Es más, estoy dispuesto a apoyar incluso una iniciativa para cederles algún convento o monasterio vacío durante el tiempo necesario para que ustedes consigan fondos para instalarse por su cuenta.

Lo que no tiene sentido, Teresa, es que usted siga siendo monja católica cuando tiene un corazón protestante. Así que si no quiere convertirse a la fe católica, cosa que le recomiendo por el bien de su alma, hágame caso. O mejor, haga caso al Cardenal Schönborn, que acaba de decir lo siguiente en una carta a sus sacerdotes:

… quien en plena y probada conciencia y convicción, piensa que Roma ha tomado un camino equivocado, un camino que contradice gravemente la voluntad del Señor, debería tomar en el caso extremo las consecuencias extremas, es decir, no recorrer más el camino de la Iglesia romana.

No se prive, Sor Teresa. No sufra más. Si usted lo desea, me comprometo a preguntarle a mi buen amigo César Vidal sobre cómo ponerse en contacto con los cuáqueros que haya en Europa o en EE.UU. Me tiene a su servicio para ayudarle en lo que sea menester para que su identidad eclesial sea coherente con su condición espiritual.

Luis Fernando Pérez Bustamante