11.09.11

Un encuentro con el nuevo ateísmo (2)

A las 1:02 PM, por Daniel Iglesias
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(Continúa mi comentario de un discurso de Richard Dawkins, darwinista ortodoxo y célebre propagandista del ateísmo. Reproduzco en itálica las palabras de Dawkins).

2. Beneficios de la religión y de la ciencia
 

“La ciencia es en la actualidad una de las disciplinas más honestas y morales del mundo. Ello es así porque la ciencia colapsaría si no se adhiere escrupulosamente a la honestidad en el reporte de la evidencia. (Como señalara James Randi, ésta es una de las razones por la que los científicos son frecuentemente engañados por embaucadores de lo paranormal, y por la que el rol de traer estos engaños al descubierto es mejor ejecutado por los magos profesionales; los científicos no anticipan tan bien la deshonestidad deliberada). Existen muchas otras profesiones (por no mencionar a los abogados específicamente), en las que la falsificación de la evidencia, o cuando menos su distorsión, son la razón de ser de ellas mismas; por ello precisamente se paga al entendido, y en ello se basa su prestigio profesional.

La ciencia, entonces, está libre del principal vicio de la religión, la fe. Pero como señalara, la ciencia tiene algunas de sus virtudes. La religión aspira a dotar a sus seguidores de varios beneficios, entre ellos, explicaciones, consuelo y elevación. La ciencia también tiene algo que ofrecer en estas áreas.

Los humanos tenemos verdadera hambre de explicación. Ésta puede ser una de las razones principales de por qué la religión es un fenómeno universal, ya que las religiones aspiran a dar explicaciones. Emergemos a la conciencia individual en un universo misterioso, ansiando entenderlo. Muchas religiones ofrecen una cosmología y una biología, una teoría de la vida, una teoría de los orígenes y de las razones de la existencia. Al hacer esto, demuestran que la religión, en cierto sentido, es ciencia; sólo que es ciencia desacertada. No caigáis en el argumento de que la religión y la ciencia operan en dimensiones separadas, y que conciernen a aspectos totalmente diferentes. Las religiones históricamente han intentado responder a preguntas que conciernen apropiadamente a la ciencia. Por ello, no se debe permitir que las religiones se replieguen del terreno en que tradicionalmente intentaron luchar. Ofrecen tanto una cosmología como una biología, que en ambos casos es sin embargo falsa.”
 

Dawkins afirma que la ciencia, destinada a sustituir a la religión, puede satisfacer al menos en parte las necesidades de explicación, consuelo y elevación que tienen los seres humanos. Con respecto a la necesidad de explicación, Dawkins sugiere que el aporte de la ciencia consiste en ofrecer una cosmología y una biología verdaderas. Sostengo que ese aporte, aunque válido, será siempre radicalmente insuficiente, puesto que las ciencias particulares se mueven dentro del ámbito de las “causas segundas", y por lo tanto son por definición incapaces de responder a la pregunta del hombre sobre el sentido último de la existencia. Ninguna explicación que no sea una explicación radical calmará jamás ni un ápice el hambre de sentido de la persona humana.

Dawkins afirma que la religión en cierto sentido es ciencia, pero ciencia desacertada, dado que ofrece una cosmología y una biología falsas. En lo que respecta al catolicismo, esta afirmación es completamente errónea, ya que desestima la autonomía reconocida por la doctrina católica a la ciencia. Dawkins ignora este hecho fundamental e identifica a la religión en general con sus variantes fundamentalistas. Construye “un hombre de paja” para poder derrotarlo fácilmente. Ése no es un procedimiento intelectualmente honesto.

“El consuelo es algo que la ciencia difícilmente puede dar. A diferencia de la religión, la ciencia no puede ofrecer al desolado la gloriosa reunión con sus amados en la otra vida. Aquellos agraviados en esta tierra no pueden, desde un punto de vista científico, anticipar el castigo de sus atormentadores en una vida por venir. Se puede argüir que si la idea de una vida después de la muerte es una ilusión (como yo creo), el consuelo que ofrece es vacío. Pero ello no es necesariamente así: una falsa creencia puede ser tan reconfortante como una verdadera, provisto que el creyente no descubra nunca su falsedad. Pero si el consuelo emerge tan barato, la ciencia puede ponerse con otros paliativos igualmente baratos, como las drogas que mitigan el dolor, y cuyo confort puede o no ser ilusorio, pero que funcionan.”

Con respecto a la necesidad de consuelo, la argumentación de Dawkins resulta muy patética: afirma que la ciencia puede ofrecer paliativos baratos, como las drogas que mitigan el dolor. Olvida o ignora una realidad humana básica: en último análisis, no es el dolor lo que frustra la vida de una persona, sino la falta de amor.

“En la elevación, es sin embargo donde la ciencia viene a lo suyo. Todas las grandes religiones tienen su lugar para el sobrecogimiento, el éxtasis que transporta ante la maravilla y la belleza de la creación. Es exactamente este sentimiento que nos recorre el espinazo, este asombrarse que corta la respiración, esta casi adoración, este llenarse el pecho con el maravillarse extático, que la ciencia moderna puede proveer. Y realiza ello más allá de los más salvajes sueños del santo o de los embelesos místicos. El hecho de que lo sobrenatural no tenga cabida en nuestras explicaciones, en nuestro entender sobre tantas y tantas cosas del universo y de la vida, no disminuye el asombro. Muy al contrario, el mero atisbo a través de un microscopio del cerebro de una hormiga; o por medio del telescopio de antiquísimas galaxias con billones de mundos, es suficiente para interpretar pausadamente y pueblerinamente los mismísimos salmos del elogio.”

Con respecto a la necesidad de elevación, Dawkins sostiene que la ciencia es capaz de suscitar un asombro ante las maravillas del universo y de la vida que supera con creces “los más salvajes sueños del santo o de los embelesos místicos". Sospecho que Dawkins no está capacitado para emitir tal juicio, porque no tiene una idea cabal acerca de la experiencia religiosa, pero aun así pasaré por alto este punto. Me detendré, en cambio, en un punto fundamental: la alegría que produce la contemplación de la belleza de la creación depende decisivamente de que se trate efectivamente de una “creación". En caso contrario, el universo sólo produciría el horror de un absurdo abismal, de una vanidad completa y cruel. (Continuará).

(Daniel Iglesias Grèzes, En el principio era el Logos. Apologética católica en diálogo con los no creyentes, Centro Cultural Católico “Fe y Razón”, Montevideo 2011, Capítulo 14; libro disponible en: http://stores.lulu.com/feyrazon).