19.09.11

En Latinoamérica no gusta el diario del Papa

A las 2:40 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Iglesia en América, El Vaticano

Del Vatican Insider (ENG) (ITA)

“L’Osservatore Romano” es el diario del Papa. El pasado 1 de julio alcanzó los 150 años de vida bajo la dirección de Giovanni Maria Vian, quien tomó sus riendas en 2007. Con este historiador y periodista como guía el periódico abrió una nueva época, con colaboradoras mujeres y página de internet incluidas. Un proyecto que no gusta, al menos a ciertos ambientes católicos de Latinoamérica.

“Reverendo padre: con todo respeto quisiera advertirle que el artículo de Maurizio Fontana del 19 de julio constituye no sólo una ofensa a la dignidad de cuatro pueblos de América Latina, demuestra una vez más que L’Osservatore Romano está descentrado y fuera de la realidad”. Con estas palabras Christine de Marcellus Vollmer expresó su frustración al director de la sala de prensa del Vaticano, Federico Lombardi.

¿Motivo? Un artículo deportivo publicado por el periódico papal sobre de la Copa América 2011, el máximo torneo continental de futbol. La crítica pudo pasar desapercibida si no fuese por la autora: una consejera de la Academia Pontificia para la Vida y activista pro-vida que, en 2005, fue elegida por la revista “Inside the Vatican” como uno de los 10 católicos notables en los Estados Unidos.

Vollmer, venezolana de nacimiento, en su correo electrónico reclamó que el articulista calificara de “una desilusión” la llegada del equipo nacional de Venezuela a la semifinal de esa competencia. Y agregó : “la verdad es que para este país arruinado, dividido y viviendo la angustia de la incertidumbre de los efectos políticos del cáncer terminal de (Hugo) Chávez, fue la bendición de un día de unidad en la alegría, de retomar su identidad positiva como nación y de recordar que, con esfuerzo, siempre se puede surgir desde abajo”.

Además lamentó los “términos despreciativos” con los cuales Fontana trató tanto a Perú como a los “caídos”, Argentina y Brasil, conceptos que calificó de “indignos del periódico que el mundo considera el vocero de Su Santidad el Papa”.


“Los que saben ya se dieron cuenta que no es así, pues L’Osservatore Romano promociona a Harry Potter sobre el cual Su Santidad ya se pronunció, alertando sus efectos nocivos para la fe. Pareciera destinado a la autodestrucción. Espero, padre, que usted interprete este mensaje como crítica constructiva de quien es servidora consecuente de la Iglesia”, remató.

Esa crítica no ha sido la primera ni la única dirigida contra el contenido publicado por el diario romano. En Latinoamérica todavía permanece vivo el recuerdo del “escándalo de la niña de Brasil”, desencadenado por un artículo del arzobispo Salvatore “Rino” Fisichella en esa publicación.


En el texto, fechado el 15 de marzo de 2009, el entonces presidente de la Pontificia Academia para la Vida apeló a la compasión para los médicos que “permitieron vivir” a una infante de nueve años a quien le practicaron un aborto de dos gemelos.

La intención del texto, aparentemente comisionado por la Secretaría de Estado vaticana, era responder a una campaña de la prensa francesa que había puesto bajo acusación al obispo de Olinda y Recife, José Cardoso Sobrinho, porque recordó la doctrina católica en materia de aborto y excomunión.

El resultado no pudo ser peor. Como en su artículo Fisichella afirmó que los médicos responsables de la interrupción del embarazo “no se merecen ser excomulgados”, tanto como otros. Esa frase desató una tremenda polémica, que involucró a grupos feministas y católicos pro-vida.

La controversia subió tanto de tono que se extendió más allá de Latinoamérica y obligó al mismo Benedicto XVI ordenar a la Congregación para la Doctrina de la Fe la publicación de una nota para aclarar que nada había cambiado en las penas canónicas vigentes contra el asesinato de bebés en el seno materno.

Episodios como ese se han repetido. Fueron muy criticados, por ejemplo, un texto de L’Osservatore que alabó los primeros 100 días del gobierno de Barack Obama en Estados Unidos o la nota que comentó la muerte del premio Nobel de literatura, José Saramago. Tampoco han gustado piezas dedicadas a temas considerados “populares” como la música de los Beatles, las películas de Harry Potter o el futbol.


Un caso aparte constituyó la anticipación, el 20 de noviembre de 2010, de diversos párrafos del libro-entrevista del Papa con el autor alemán Peter Seewald, “Luz del mundo”. Un extracto sacado de contexto en el cual Joseph Ratzinger se refirió al uso de los preservativos en casos extremos provocó la peor crisis en materia comunicativa del presente pontificado. Tanto que algunos comentaristas españoles católicos tacharon de “tabloide amarillista” al diario vaticano.

Pero a decir del director Vian todos esos incómodos contenidos tienen su lógica, en primera instancia porque –contrariamente a lo que se podría pensar- L’Osservatore Romano no es un “periódico oficial”, aunque recibe indicaciones explícitas (aunque pocas) tanto del pontífice como de la Secretaría de Estado del Vaticano.

“En este siglo y medio de historia se ha ocupado de todo. No se ocupa expresamente de teatro, deporte o finanzas, pero nada impide que lo haga. A inicios del siglo XX de hecho publicaba novelas de apéndice, para tratar de llegar a más lectores. Pienso que un periódico pequeño, pero de enorme influencia, deba ocuparse de lo que interesa a la gente”, explicó durante un almuerzo con periodistas en la sede de la Asociación de Prensa Extranjera el 5 de mayo de 2010.

Precisó que, pese a ser el único periódico de la Santa Sede, L’Osservatore Romano “no es un diario oficial” que, en algunos casos, sí reviste el carácter oficial cuando se publican en él documentos que entran en vigor al momento de su aparición en el periódico.

“Debería ser conocido que tiene carácter oficial solamente la parte titulada ‘Nuestra información’, es decir las audiencias y los nombramientos papales. Dicho esto la Secretaría de Estado. que es nuestro editor a nombre del Papa, está bien contenta que nosotros hagamos nuestro trabajo y nosotros estamos muy contentos de ayudar a la Secretaría de Estado a hacer el suyo”, ponderó.