20.09.11

Histeria colectiva de filo-lefebvristas a raíz del Comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede sobre la situación de la Fraternidad San Pío X

A las 3:10 AM, por José Miguel Arráiz
Categorías : General, Ultratradicionalismo
 

Recientemente la Santa Sede emitió un comunicado de prensa referente a la situación de la Fraternidad San Pio X. En dicho comunidad que puede ser leído AQUÍ se encuentra el siguiente párrafo:

“Incluso teniendo en cuenta las preocupaciones e instancias planteadas por la Fraternidad Sacerdotal San Pío X con respecto a la custodia de la integridad de la fe católica frente a la hermenéutica de ruptura del Concilio Vaticano II con la Tradición, mencionada en el discurso de Benedicto XVI a la Curia Romana el 22 de diciembre de 2005, la Congregación para la Doctrina de la Fe considera que la base fundamental para lograr la reconciliación plena con la Sede Apostólica es la aceptación del texto del Preámbulo doctrinal entregado en la sesión del 14 de septiembre de 2011. Dicho preámbulo establece algunos principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina católica, necesarios para garantizar la fidelidad al Magisterio de la Iglesia y el “sentire cum Ecclesia", dejando abierto, al mismo tiempo, a una discusión legítima, el estudio y la explicación teológica de expresiones o formulaciones particulares presentes en los documentos del Concilio Vaticano II y del Magisterio sucesivo.”

Que dice el comunicado..

El comunicado que ciertamente es bastante claro se puede resumir en:

1) La CDF considera que es indispensable para la reconciliación plena entre la Fraternidad y la Sede Apostólica la aceptación de un Preámbulo doctrinal que ya les ha sido entregado.
2) Si la fraternidad no cede y acepta dicho preámbulo no puede considerarse fiel al Magisterio de la Iglesia ni sentirse dentro de la Iglesia (“sentiré cum Ecclesia”)
3) Se deja abierto a una discusión legítima el estudio y la explicación teológica de expresiones o formulaciones particulares presentes en el CVII.

Que han entendido del comunicado

De todos estos puntos es precisamente el tercero el que ha generado en mi opinión una histeria colectiva de parte de lefebvristas, los cuales al parecer lo han visto como una especie de capitulación de la Santa Sede donde les da licencia de cuestionar los propios textos conciliares.

Un ejemplo lo acabo de ver en Religión en Libertad en el blog del padre Ángel David Martín Rubio en un post titulado: “Lefebvrismo: precisiones a unas reseñas históricas”.

En dicho artículo, me llamó poderosamente la atención lo que responde el sacerdote a un lector de nombre Enrique que le objeta que para ser católico hay que aceptar el Concilio Vaticano II en su integridad. Su respuesta fue:

Eso será porque lo dice usted

Cuando este lector le responde que eso no lo ha dicho él sino el Papa, vuelve a responder:

“Por favor, ¿dónde ha dicho Benedicto XVI que “para ser católico hace falta aceptar el concilio en su integridad”? Porque lo que se insinúa en el documento entregado a la Hermandad es todo lo contrario….”

Ósea que para el padre Ángel David, el comunicado de la Santa Sede que se acaba de citar insinúa que no es necesario aceptar el concilio Vaticano II en su integridad.

Sorprendentemente, el comunicado paso de permitir el estudio y la explicación teológica de expresiones o formulaciones particulares del CVII, al cuestionamiento de las expresiones y formulaciones mismas. Pasó de dejar a libre debate la interpretación de algunos textos del Concilio (fuera del preámbulo) a negar el obsequio religioso que se le debe. En resumen, no se trata ya de interpretar el Concilio con la hermenéutica de la continuidad tal como ha sostenido reiteradamente el Papa, sino debatir los textos conciliares para encontrar errores y rectificarlos…

Alguien podrá pensar que la forma en que el sacerdote ha interpretado el comunicado ha sido particular y una excepción, pero por lo menos en los sitios que he visitado, ha sido la forma en que generalmente lo han interpretado los partidarios del lefebvrismo. Algunos de los cuales incluso han dejado volar sus dotes artísticas y se han dado a crear videos para hacer parodia de quienes les han recordado una y otra vez que si bien no se puede ser católico de un solo concilio, tampoco se puede serlo de todos los concilios menos uno.

¿No tiene obligación un católico de aceptar el Concilio Vaticano II en su integridad?

Volviendo al tema de si hay que aceptar o no el Concilio en su integridad, lamento tener que ser yo quien recuerde al padre Ángel (y a quienes se agolpan en su blog para elogiarle) lo que ya sostuvo el Papa cuando era prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe:

“Primera: es imposible para un católico tomar posiciones a favor del Vaticano II y en contra de Trento o del Vaticano I. Quien acepta el Vaticano II, en la expresión clara de su letra y en la clara intencionalidad de su espíritu, afirma al mismo tiempo la ininterrumpida tradición de la Iglesia, en particular los dos concilios precedentes. Valga esto para el así llamado “progresismo” , al menos en sus formas extremas. Segunda: del mismo modo, es imposible decidirse a favor de Trento y del Vaticano I y en contra del Vaticano II. Quien niega el Vaticano II, niega la autoridad que sostiene a los otros dos concilios y los arranca así de su fundamento. Valga esto para el así llamado “tradicionalismo”, también éste en sus formas extremas. Ante el Vaticano II, toda opción partidista destruye un todo, la historia misma de la Iglesia, que sólo puede existir como unidad indivisible”
Informe sobre la fe, capítulo 2, por Cardenal Joseph Ratzinger

Y también que:

“Hay que dejar bien claro, ante todo, que el Vaticano II se apoya en la misma autoridad que el Vaticano I y que el concilio Tridentino: es decir, el Papa y el colegio de los obispos en comunión con él. En cuanto a los contenidos, es preciso recordar que el Vaticano II se sitúa en rigurosa continuidad con los dos concilios anteriores y recoge literalmente su doctrina en puntos decisivos
Informe sobre la fe, capítulo 2, por Cardenal Joseph Ratzinger

Para los que encuentran contradicciones en cuestiones fundamentales de doctrina entre el Concilio Vaticano II y los concilios precedentes, les invito a recordar lo que escribió nuevamente el Cardenal Ratzinger a Lefebvre:

“…habla usted de “afirmaciones o expresiones del Concilio que son contrarias al Magisterio oficial de la Iglesia". Además usted enumera tres textos conciliares “incompatibles”, a su modo de ver, con el Magisterio pasado, añadiendo incluso “etc."… No puede afirmar la incompatibilidad de los textos conciliares - que son textos Magisteriales - con el Magisterio pasado y la Tradición. Le es posible decir que personalmente, no ve esta compatibilidad, y en consecuencia puede pedir a la Sede Apostólica explicaciones. Pero si afirma la imposibilidad de tales explicaciones, se opone profundamente a la estructura fundamental de la fe católica. Sólo es auténtica y tiene autoridad la interpretación del Magisterio, que es el intérprete de sus propios textos: ya que los textos conciliares no son los escritos de tal o cual experto; son documentos del Magisterio.”
Cardenal Ratzinger, Carta a Lefebvre, 1983

O más claro aún de un pontífice:

“Este es el asunto esencial…Cristo le ha dado la suprema autoridad de SU Iglesia a Pedro y al Colegio apostólico, esto es al Papa y al colegio de Obispos una cum Capite. Por su naturaleza “el encargo de enseñar y gobernar no puede ser ejercitado excepto en comunión jerárquica con la cabeza del Colegio y con sus miembros” (Constitución Lumen Gentium, 21; cf. también 25). A fortiori, un solo obispo sin misión canónica no tiene en actu expedito ad agendum, la facultad de decidir en general lo que es regla de fe o determinar lo que es Tradición.”
S.S Pablo VI, carta a Lefebvre, 1976

Soy pesimista, espero equivocarme

En lo que se refiere a la situación de los lefebvristas yo en particular no soy muy optimista y sobre todo por las expresiones de Mons. Fellay en la reciente entrevista que dio el pasado 15 de Agosto a Alain Lorans. Afirmaciones como las siguientes son inadmisibles:

“nosotros no dudamos en atacar al Concilio en cuanto tal, poniendo un acento en lo que está mal

si su objetivo es siempre la aceptación del Concilio por parte de la Fraternidad, las discusiones han sido lo suficientemente claras para mostrar que nosotros no tenemos la intención de seguir ese camino

“Es claro que si existe alguien que ve en el Concilio una ruptura con el pasado, esos somos nosotros

“de parte de Roma nos falta la claridad. Nos gustaría que Roma volviera a ser de nuevo el faro de la verdad, pero está lejos de ser ese el caso en este instante

Es triste decirlo pero los lefebvristas siguen pensando que son ellos y no Roma el faro de la verdad. Siguen rechazando aceptar el Concilio Vaticano II y mostrando la actitud cismática que han mostrando en el pasado. Cada gesto de misericordia de la Santa Sede lo interpretan como una capitulación o un reconocimiento de que quienes tenían la razón eran ellos.

Y lo más lamentable es que siguen aprovechando que la excomunión les fue remitida para seguir difundiendo su ideología dentro de la Iglesia y tratando de ganar adeptos.

Lo bueno de todo es que luego de que se conozca el contenido de este preámbulo doctrinal, la fraternidad tarde o temprano tendrá que decidirse. O no lo acepta y no podrá “sentire cum Ecclesia” (y no podrán seguir presentando sus argumentos como católicos), o lo acepta y su disidencia quedará por lo menos limitada a lo que la Iglesia considera indispensable para considerarse dentro de ella.

Oremos porque Dios les dé la humildad de rectificar.