22.09.11

 

Una pareja de Florida, Ana Mejía y Rodolfo Santana, ha obtenido una indemnización de 4,5 millones de dólares (la mitad de lo pedido) en el juicio contra el ginecólogo y el especialista ecógrafo que la atendieron durante el embarazo.

Nunca habría nacido su hijo Bryan si hubieran conocido su horrible discapacidad

Así que demandaron a los médicos por no haberlo detectado y haberles advertido de cómo venía el niño, en lo que denominaron un «nacimiento injusto». Bryan carece de brazos y de una pierna.

La decisión de los padres es aberrante. La actuación de los tribunales y la aceptación social, terrorífica. Poco a poco va cuajando, diseminándose como por ósmosis, un concepto de la dignidad humana que es asimilado a autonomía o a ausencia de dolor y frustración.

Supongo que ese es el caldo de cultivo en el crece la conformidad con la eutanasia. Se ha hecho responsable a unos médicos de que haya nacido una persona. La verdad, cuesta entenderlo.

Tengo una hija con Síndrome de Down, casi siempre nos hace la misma pregunta: «¿lo sabíais?» A mí, me apena.