11.10.11

Paguemos el IBI

A las 10:22 AM, por Luis Fernando
Categorías : Actualidad, Sociedad siglo XXI

 

Fuenlabrada es una ciudad dormitorio cercana a Madrid de poco más de 200.000 habitantes. Se da la circunstancia de que es la población con más porcentaje de jóvenes (+65%) de toda España. A principios de los años 70 era un pueblecito con apenas 2.000 residentes, lo cual sirve para hacerse una idea de cuál ha sido su crecimiento tras la llegada de la democracia a España.

En las últimas elecciones municipales, Fuenlabrada fue una de las pocas alcaldías que el PSOE conservó en la Comunidad de Madrid. Aunque perdió 4 concejales y la mayoría absoluta, pudo mantenerse en el poder gracias al apoyo de Izquierda Unida. O sea, de la extrema izquierda.

Si el PSOE es ya de por sí un partido con grandes dosis de anticlericalismo corriendo por sus venas, cuando se tiene que “arrejuntar” con Izquierda Unida deja de lado cualquier atisbo de moderación en cuestiones religiosas. Lo acabamos de ver precisamente en Fuenlabrada. No sé bien cuáles serán los problemas de esa población, pero estoy convencido de que entre los mismos no está el hecho de que las parroquias católicas no paguen el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles). Y sin embargo, a comunistas y socialistas no se les ha ocurrido otra cosa mejor que aprobar una moción de petición al gobierno para que obligue a la Iglesia a pagar ese impuesto.

Dice la vicealcaldesa comunista que si las parroquias católicas pagaran el IBI, el ayuntamiento ingresaría unos 50.000 euros al año. Dado que, según las cifras oficiales del propio ayuntamiento, el presupuesto de este año hace una previsión de ingresos por impuestos de 75 millones de euros, el porcentaje de lo que piden a la Iglesia representaría un 0.06% del total. Es decir, una birria.

Es por tanto evidente que no hay un interés económico en esa propuesta. Fuenlabrada no necesita del dinero que la Iglesia pagaría por el impuesto del IBI para subsistir. No habrá una sola acera de la ciudad que no se arregle por culpa de los curas. No habrá un solo funcionario que acabe en la calle por falta de fondos de procedencia católica para pagar su sueldo. Y sin embargo, estoy seguro de que la labor social de la Iglesia en la población ahorra una cantidad importantísima a los servicios sociales estatales, autonómicos y municipales.

Sinceramente creo que es legítimo pedir que la Iglesia pague el IBI de sus edificios. También lo es el pedir que desaparezca la X de la declaración de la Renta. Y ya que nos ponemos, podemos pedir que los partidos políticos y los sindicatos no reciban un euro de las arcas públicas. Que se financien con las cuotas de sus afiliados. Igualmente, como no es plan de aceptar que se discrimine al hecho religioso en relación al hecho cultural o deportivo, podemos pedir que se acaben las ayudas al cine y las becas a los deportistas olímpicos. Total, apenas hay gente que vea películas españolas y no todo el mundo practica deporte pero casi todo el mundo quiere que le case y le entierre un cura.

Si el clamor social para que la Iglesia no tenga “privilegios” a la hora de pagar impuestos crece exponencialmente, propongo que ella, de motu proprio, opte por pagarlos. La cosa es bien fácil. Cuando toque recoger la colecta para Cáritas en las parroquias, se puede introducir el siguiente mensaje: “Queridos hermanos, de la colecta para Cáritas sacaremos el dinero necesario para poder pagar los impuestos que nos exigen comunistas y socialistas“. Y si llega el caso de que desaparece la X o con la misma no se alcanza a pagar el sueldo de nuestros sacerdotes, el mensaje puede ser así: “Queridos hermanos, como la primera misión de la Iglesia es dar culto a Dios y predicar el evangelio, del dinero destinado a la obra social se sacará la cantidad necesaria para garantizar un sueldo digno a nuestros sacerdotes“. De hecho, sospecho que antes o después vamos a llegar a eso.

Ahora bien, si luego la Iglesia no puede desarrollar la labor social que realiza hoy, pues que se encarguen el PSOE e IU de llevarla a cabo. Por ejemplo, convirtiendo sus sedes en comedores sociales o dedicando a sus empleados a atender a los más necesitados.

Luis Fernando Pérez Bustamante