17.10.11

Invasión de la ed. sexual en los centros educativos. Aciertos de MEL, ADVCE y PpE. ¿Qué más se puede hacer?

A las 6:35 PM, por Milenko
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No solamente bajo el gobierno del PSOE, sino del PP también, se trata de un asunto generalizado. El proyecto consiste en el cambio de la sociedad, “a modo de un calcetín” como plásticamente lo dijo Felipe en su día. ¿Consiste ese proyecto acaso en conseguir un grupo humano animalesco generalizado, movido por instintos y conducido por dónde se indique? El hombre es materia, y solamente eso. Sus relaciones son “química”, “buena” o “mala”. ¿Acaso ocurre que no es que estén doblegados bajo la presión del lobby gay, sino que es Saruman, o más todavía, el ojo que todo lo ve el que los utiliza como herramienta para su fin desde la eterna lucha en contra de Dios y su Cristo? ¿No es por eso también que se amotinan las naciones, ahora en esta forma, otrora en otra?

La excelente actuación de Madrid Educa en Libertad que puso al descubierto lo que se cocía en Madrid, territorio liberal Aguirre-Gallardoniano, publicado en La Razón con todo lujo de detalles, necesarios para que más de uno se de cuenta de la desvergüenza reinante y no aislada de algún que otro lugar de España. La asociación cántabra de defensa de valores católicos en la enseñanza (ADVCE) también puso de ejemplo la lucha enconada de padres (uno en concreto) en contra de la invasión. Los no muchos, pero valientes y siempre presentes Profesionales por la Ética anuncian que estudian denunciar el Gobierno por actuaciones similares. Una denuncia más que justificada.

¿Pero podemos hacer algo más? Un puñado de militantes no es suficiente para parar la marea verde y roja que invade y no cede. ¿De quién son los hijos?

Pues ahora os comentaré al oído un truco que os puede ser útil. Los profesores de a pie, tutores, son de los que pueden parar muchas embestidas de estas. ¿Cómo? Hay que ayudarles, aunque sean cobardes. El truco consiste en que un funcionario teme a la denuncia como al demonio. A diario se dan amenazas de denuncias por padres que humillan al profesorado por cuestiones absurdas. El hijo de alguien salta la valla de dos metros y medio, tiene un accidente en la calle y lo primero que se le ocurre al padre es decir que cómo no fue avisado que su hijo se escapó del centro. Pero es que nadie lo vio y no había tiempo material de pasarle y notificarle la falta. Pero no se le ocurre pensar al padre que es un educador frustrado y no capaz de orientar a su hijo en lo básico. Para no reconocer la culpa, carga con ello al profesor. Y cosas como estas, a millares.

Pero para un porcentaje altísimo de los padres sus hijos parece que tienen solamente cuerpo, pero sin alma. Y esa alma, como no existe, no la cuidan. O sencillamente son unos grandes cobardes, capaces de exigir para el alma mucho más que para el cuerpo. No se les ocurre exigir el respeto por el alma de sus hijos.

De allí que, los que están en su sitio, tienen esa arma realmente poderosa. Es suficiente que amenacen, y en el determinado caso de obstinación de quien corresponda, a la dirección del centro en el que se imparten esos talleres, o al tutor por no avisar los padres de que esos van a tener lugar. Los directores que están en su sitio no admiten tales charlas, o buscan la de amistad y castidad, que las hay. Los que no las admitirían, pero tienen miedo a manifestarlo, en las quejas presentadas por escrito por los padres, tienen un arma muy eficaz.

No se trata solamente de nuestros hijos. Se trata de todos los hijos, debemos proveer que no queden contaminados por esta influencia. Al menos en algo. Porque aunque a tu hijo no impartan esta “enseñanza”, a tu hijo le tocará vivir en una sociedad sosa y basada en lo instintivo. Una sociedad que agradecerá la actuación de los que se oponen a la invasión verde y roja.