17.10.11

Esto sólo lo puedo decir emocionado y casi por llorar estoy

A las 12:40 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Sujetos activos contra la fe
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Hay ocasiones en las que llorar es la salida mejor y única a la impotencia y, entonces, cuando no se tiene nada que hacer o nada se puede hacer… pues se llora de rabia y de no saber cómo dar solución al problema al que nos estemos enfrentando, situación difícil o lo que sea.

A mí que a unas personas como las que aquí traigo se les haya hecho esto no me gusta nada porque la justicia siempre es la justicia y no me negarán que lo suyo es para que tal virtud se aplique de forma estricta y, así, justa.

Tengo que decir que en determinadas ocasiones el comportamiento de más de uno no es de recibo y cuando se trata a algunos como aquí se les ha tratado, la cosa mueve a gritar (cual perroflautas) que no hay derecho y que el honor no se le puede quitar a nadie. Vamos, que eso no se hace.

Repito que ahora estoy a punto de llorar y sólo retengo las ganas porque de no hacerlo así no podría teclear en las, ya, humedecidas teclas del PC.

Alguno se estará preguntando que de qué diantre estoy escribiendo porque no doy pista alguna sobre la emoción que me causa este particular caso y de que, en verdad, a veces dan ganas de exiliarse a otro sitio donde no se trate con desplante a quien merece atención y ayuda.

En fin… que veo que no tengo más remedio que decir algo.

Se han ido fuera de España. ¡Sí!, fuera de las fronteras de nuestra maltratada patria se han tenido que ir una serie de personas que no han visto otro remedio para poder hablar que acudir a otras tierras y expresar lo que piensan sobre la religión, sobre Jesús, sobre Dios y sobre todo lo divino que sus caletres han dado en pensar a lo largo de los años que, en muchos casos de los que se han tenido que exiliar, son bastantes.

No digo todavía a quien me refiero porque eso quitaría la sorpresa que producirá saber que hay personas que creen que en España no se puede hablar de determinados temas cuando, precisamente, siempre les sale gratis hacerlo y cuando, sobre todo, son tanto más agraciados cuanto peor hablan de lo que deberían hablar bien, se salen siempre con la suya y sólo en algunos casos extremos, dado el escándalo que pueden producir en los pequeños de la fe son escarmentados aunque con sordina para que sus compañeros del alma no se preocupen más de la cuenta y sigan medrando, si es que hay alguna editorial que les consienta sus desvaríos, con el producto de su pensar.

Pena me da, con franqueza lo digo, que haya personas que no anden libres por las calles porque, en cualquier momento, pueden ser zaheridos por los creyentes, fuertemente ortodoxos, y echarles en cara algún dogma o alguna norma eclesiástica sobre la que andan como pisando huevos para que no se note demasiado que pasan tanto de uno como de otra y que se la pasan por el forro de sus caprichos espirituales porque para eso son librepensadores.

Y digo que hay que ver lo que pasa, en algunas ocasiones, con las personas que, sólo por bien, tratan de difundir el Evangelio de la forma más aceptable por el pueblo y hay otras que se empeñan en leerles la cartilla porque, al parecer, se parece tanto lo que dicen sobre las Sagradas Escrituras y su sentido como un huevo a una castaña. Es que hay que son malos de solemnidad y sólo les buscan las cosquillas a los provectos defensores de lo imaginativo y de la alternativa a lo que no tiene alternativa posible.

Por eso digo que esto sólo lo puedo decir emocionado porque no me negarán que cuando personas como Pikaza, Piñero, Estrada, Faus, Castillo, Tamayo, Queiruga (et alii), teólogos progres, se han ido a Portugal a hablar, dicen, que de Jesús, la cosa es como para llorar de la emoción y de la injusticia, humana, tan grande, que se les hace a estos egregios pensadores de la teología católica.

Y dice, los que los consideran de los suyos, que ha habido un “cónclave teológico en Portugal”. ¡No¡, cónclave, no sino ¡Aquelarre!, lo que ha habido ha sido una reunión de pastores que no tienen redil que guardar porque hace tiempo se salieron del mismo y ahora pastan fuera de la Iglesia católica mordiendo a todo aquel que se deje morder.

No me negaran, entonces, que todo esto no es para llorar.

Eleuterio Fernández Guzmán