28.10.11

Habitante 7 mil millones e Iglesia Católica

 

Somos familia numerosa, así que la primera pregunta que nos hacen normalmente es «¿sois kikos?, ¿sois del Opus?», en realidad son dos preguntas pero se suelen formular como si sonase una sola. No pertenezco al Camino Neocatecumenal, ni al Opus Dei, los quiero y aprecio. Tengo referentes muy cercanos para hacerlo.

No es que no me moleste, es que lo tomo como un elogio. En el imaginario colectivo no deja de ser una expresión equivalente a generosidad, a entrega, a un abandono en la Providencia pero no inconsciencia, a fidelidad a la Iglesia. ¿A quién no le enorgullece que le digan eso? De hecho, algunas de las expresiones que habitualmente acompañan son: «¡qué valientes!», «no sé cómo podéis con todo». Eso a la cara, claro. Soy consciente que alguno se reirá y nos pondrá a caldo en cuanto nos demos la vuelta. Ni que decir tiene que la generosidad y el abandono no dependen del número de hijos, todos conocemos a matrimonios extraordinarios sin hijos o con uno, o con dos, o con tres…, los hay que confunden las cosas.

No sé si sabéis que ‘alguien’ en la ONU ha decidido que el 31 de octubre nacerá el habitante 7 mil millones. Lógicamente, para ellos es un horror. Una especie de ‘Anticristo’, premonición del mal de la superpoblación con el que nos llevan asustando desde hace casi medio siglo. Da igual que ninguna de las previsiones se haya cumplido, ellos erre que erre, somos un virus.

En este contexto, el miércoles 26, el Fondo de Población de la ONU –UNFPA– ha decidido absolver de toda culpa a la Iglesia:

En países católicos como Italia, España o Malta, la gente sigue usando anticonceptivos como condones, así que la prohibición de la Iglesia no está teniendo ningún impacto.

Además, el crecimiento de la población en los países católicos es limitado, comparado con otras partes del mundo.

Es más, según un informe del Instituto Guttmacher (a instancia de parte, claro):

Un 98 por ciento de las mujeres católicas sexualmente activas han usado métodos anticonceptivos prohibidos por la Iglesia

¡Qué consuelo!, ¡qué liberación! Resulta que el Papa era el «responsable» de la epidemia del SIDA por su oposición al condón y ahora no tiene ningún impacto. ¿Qué cómo es posible mantener las dos afirmaciones a vez? Pues pregúnteles a ellos, ya se sabe que el progre está liberado de ceñirse a la lógica.

La verdad, no sé si entristecerme porque la Iglesia no contribuya al aumento de población o utilizarlo como argumento la próxima vez con los progres: «la solución a la superpoblación es que toda la población se convierta al catolicismo, colabora con la evangelización».