ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 2 de noviembre de 2011

Santa Sede

El hombre encuentra su sentido más profundo sólo si existe Dios

Todos los miembros del Pueblo de Dios están llamados a ser santos

La ciudad de la abuela del papa peregrina a Roma

Superar las dificultades para un desarrollo humano e integral

Observatorio jurídico

Derecho y vida humana

Mundo

Irak: Hacia la beatificación de dos sacerdotes asesinados

Europa: Obispos piden visión política a largo plazo para superar la crisis

Una legislación que no protege la vida favorece una cultura de la muerte

Foro

Los católicos, la política y la Nueva Evangelización


Santa Sede


El hombre encuentra su sentido más profundo sólo si existe Dios
Catequesis de Benedicto XVI en la Audiencia General
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 2 de noviembre de 2011 (ZENIT.org).- A continuación les ofrecemos la catequesis que el Santo Padre Benedicto XVI ha dirigido a los fieles y peregrinos congregados de Italia y de todas las partes del mundo para la tradicional Audiencia de los miércoles.

* * * * *

¡Queridos hermanos y hermanas!

Después de haber celebrado la solemnidad de Todos los Santos, la Iglesia hoy nos invita a conmemorar a todos los fieles difuntos, a dirigir nuestra mirada a tantos rostros que nos han precedido y han concluido su camino terrenal. En la Audiencia de este día, por tanto, quisiera proponeros algunos pensamientos sencillos sobre la realidad de la muerte, que para nosotros los cristianos está iluminada por la Resurrección de Cristo, y para renovar nuestra fe en la vida eterna.

Como ya dije ayer en el Angelus, en estos días vamos al cementerio para rezar por las personas queridas que nos han dejado, casi una visita para expresar, una vez más, nuestro afecto, para sentirlos cercanos, recordando también, de este modo, un artículo del Credo: en la comunión de los santos hay un vínculo estrecho entre los que caminamos todavía en esta tierra y los muchos hermanos y hermanas que ya han alcanzado la eternidad.

Desde siempre, el hombre se ha preocupado por sus muertos y ha intentado darles una especie de segunda vida a través de la atención, el cuidado, el afecto. En un cierto sentido, se quiere conservar su experiencia de vida; y, paradójicamente, el modo en que vivieron, lo que amaron, lo que temieron, lo que esperaron y lo que detestaron, lo descubrimos precisamente por sus tumbas, ante las cuales se agolpan los recuerdos. Son casi como un espejo de su mundo.

¿Por qué es así? Porque, a pesar de que la muerte sea un tema casi prohibido en nuestra sociedad, y se pretenda continuamente quitar de nuestra mente el solo pensamiento de la muerte, ésta nos afecta a cada uno de nosotros, afecta al hombre de todo tiempo y de todo lugar. Y ante este misterio todos, incluso inconscientemente, buscamos algo que nos invite a esperar, una señal que nos dé consuelo, que se abra algún horizonte, que ofrezca aún un futuro. El camino de la muerte, en realidad, es un camino de esperanza, y recorrer nuestros cementerios, como también leer las inscripciones sobre las tumbas, es llevar a cabo un camino marcado por la esperanza de eternidad.

Pero nos preguntamos, ¿por qué tememos la muerte? ¿Por qué la humanidad, en su mayoría, nunca se ha resignado a creer que más allá de ella no haya simplemente nada? Diría que las respuestas son muchas: tememos la muerte porque tenemos miedo de la nada, de este partir hacia algo que no conocemos, que nos es desconocido. Y entonces hay en nosotros un sentimiento de rechazo porque no podemos aceptar que todo lo que de bello y de grande ha sido realizado durante toda una existencia sea eliminado de repente, caiga en el abismo de la nada. Sobre todo, sentimos que el amor reclama y pide eternidad, y no es posible que sea destruido por la muerte en un solo momento.

También tenemos temor ante la muerte porque, cuando nos encontramos al final de la existencia, existe la percepción de que hay un juicio sobre nuestras acciones, sobre cómo hemos llevado nuestra vida, sobre todo en esos puntos sombríos que, con habilidad, sabemos a menudo quitar o intentamos quitar de nuestra conciencia. Diría que precisamente la cuestión del juicio está a menudo implícita en el cuidado del hombre de todos los tiempos por los difuntos, en la atención hacia las personas que fueron significativas para él y que ya no están junto a él en el camino de la vida terrena. En un cierto sentido, los gestos de afecto, de amor que rodean al difunto, son una forma de protegerlo en la convicción de que no quedarán sin efecto en el juicio. Esto lo podemos captar en la mayor parte de las culturas que caracterizan la historia del hombre.

Hoy el mundo se ha convertido, al menos aparentemente, en mucho más racional, o mejor, se ha difundido la tendencia a pensar que toda realidad debe ser afrontada con los criterios de la ciencia experimental, y que también la cuestión de la muerte se debe responder, no tanto desde la fe, sino partiendo de conocimientos experimentales, empíricos. No nos damos suficientemente cuenta que, de este modo, caemos en formas de espiritismo, en la pretensión de tener algún contacto con el mundo más allá de la muerte, casi imaginando que haya una realidad, que finalmente, sería una copia de la presente.

Queridos amigos, la solemnidad de Todos los Santos y la Conmemoración de los Fieles Difuntos nos dicen que solamente quien puede reconocer una gran esperanza en la muerte, puede también vivir una vida a partir de la esperanza. Si reducimos al hombre exclusivamente a su dimensión horizontal, a lo que se puede percibir empíricamente, la propia vida pierde su sentido profundo. El hombre necesita de la eternidad, y cualquier otra esperanza para él es demasiado breve, demasiado limitada. El hombre puede explicarse sólo si existe un Amor que supera todo aislamiento, también el de la muerte, en una totalidad que trascienda también el espacio y el tiempo. El hombre se puede explicar, encuentra su sentido más profundo, sólo si existe Dios. Y nosotros sabemos que Dios ha salido de su lejanía y se ha hecho cercano, ha entrado en nuestra vida y nos dice: ‘Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá: y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás’ (Jn 11,25-26)”.

Pensemos un momento en la escena del Calvario y volvamos a escuchar las palabras de Jesús, desde los alto de la Cruz, dirigidas al malhechor crucificado a su derecha: “En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el Paraíso” (Lc 23,43). Pensemos en los dos discípulos camino de Emaús, cuando después de haber recorrido un tramo con Jesús Resucitado, lo reconocen y parten sin dudar hacia Jerusalén, para anunciar la Resurrección del Señor (cfr Lc 24,13-35). Nos vuelven a la mente las palabras del Maestro con renovada claridad: “No se turbe vuestro corazón, tened fe en Dios y tened fe en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas. Si no, no os habría dicho: 'Voy a prepararos un sitio'” (Jn 14, 1-2). Dios se ha mostrado verdaderamente, se ha hecho accesible, ha amado tanto al mundo que “nos ha dado a su hijo Unigénito, para que quien cree en Él no se pierda sino que tenga vida eterna” (Jn 3,16), y en el supremo acto de amor de la cruz, sumergiéndose en el abismo de la muerte, la ha vencido, ha resucitado y nos ha abierto también a nosotros las puertas de la eternidad. Cristo nos sostiene a través de la noche de la muerte que Él mismo ha atravesado; es el buen Pastor, bajo cuya guía nos podemos confiar sin temor, ya que Él conoce bien el camino, ha atravesado también la oscuridad.

Cada domingo, recitando el Credo, reafirmamos esta verdad. Y al acudir a los cementerios para rezar con afecto y con amor por nuestros difuntos, se nos invita, una vez más, a renovar con valor y con fuerza nuestra fe en la vida eterna, es más, a vivir con esta gran esperanza y a dar testimonio de ella al mundo: después del presente no está la nada. Y precisamente, la fe en la vida eterna da al cristiano el valor para amar aún más intensamente esta tierra nuestra y trabajar para construirle un futuro, para darle una esperanza verdadera y segura.

[Traducción del original italiano por Carmen Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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Todos los miembros del Pueblo de Dios están llamados a ser santos
Palabras del Papa en el rezo del Angelus
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 2 de noviembre de 2011 (ZENIT.org).- A continuación les ofrecemos las palabras que el papa Benedicto XVI pronunció antes y después del rezo del Angelus durante la solemnidad de Todos los Santos, dirigiéndose a los peregrinos y fieles congregados en la Plaza de San Pedro.

* * * * * 

[Antes del Angelus]

¡Queridos hermanos y hermanas!

La Solemnidad de Todos los Santos es una ocasión propicia para elevar la mirada desde las realidades terrenas, marcadas por el tiempo, a la dimensión de Dios, la dimensión de la eternidad y de la santidad. La Liturgia nos recuerda hoy que la santidad es la vocación original de todo bautizado (cfr Lumen gentium, 40). Cristo, de hecho, que con el Padre y el Espíritu Santo es el único Santo (cfr Ap 15,4), ha amado a la Iglesia como a su esposa y se ha dado a sí mismo por ella, con el fin de santificarla (cfr Ef 5,25-26). Por esta razón, todos los miembros del Pueblo de Dios están llamados a convertirse en santos, según la afirmación del apóstol Pablo: “Esta es, de hecho, la voluntad de Dios, vuestra santificación” (1 Ts 4,3). Estamos invitados a considerar a la Iglesia no sólo en su aspecto temporal y humano, marcado por la fragilidad, sino como Cristo la ha querido, es decir “la comunión de los santos”(Catecismo de la Iglesia Católica, 946). En el Credo profesamos que la Iglesia es “santa”, santa porque es el Cuerpo de Cristo, es instrumento de participación en los Santos Misterios --en primer lugar la Eucaristía- y familia de los Santos, a cuya protección se nos confía en el día del Bautismo.

Hoy veneramos a esta innumerable comunidad de Todos los Santos, los que, a través de sus distintos itinerarios de vida, nos señalan distintos caminos de santidad, reunidos bajo un común denominador: seguir a Cristo y conformar en Él hasta el último de nuestro asuntos humanos. Todos los estados de vida, de hecho, se pueden convertir, con la acción de la gracia y con el compromiso y la perseverancia de cada uno, en vías de santificación.

La conmemoración de los fieles difuntos, a la que se dedicará la jornada de mañana, 2 de noviembre, nos ayuda a recordar a nuestros seres queridos que nos han dejado, y a todas las almas en camino a la plenitud de la vida, en el horizonte de la Iglesia celeste, a donde la Solemnidad de hoy nos ha elevado. Desde los primeros tiempos de la fe cristiana, la Iglesia terrena, reconociendo la comunión de todo el cuerpo místico de Jesucristo, ha cultivado con gran piedad la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios por ellos. Nuestra oración por los muertos es, por tanto, no sólo útil sino que también es necesaria, ya que ésta no sólo les puede ayudar, sino que al mismo tiempo hace eficaz su intercesión en nuestro favor (cfr Catecismo de la Iglesia Católica, 958). También la visita a los cementerios, a la vez que custodia los lazos de afecto con quien nos ha amado en nuestra vida, nos recuerda que todos vamos hacia otra vida, más allá de la muerte. Que el llanto, debido al distanciamiento terreno, no prevalezca sobre la certeza de la resurrección, sobre la esperanza de alcanzar la beatitud de la eternidad, “momento supremo de satisfacción, en el que la totalidad nos abraza y nos abrazamos a la totalidad” (Spe salvi, 12). El objeto de nuestra esperanza es el disfrute de la presencia de Dios en la eternidad. Lo ha prometido Jesús a sus discípulos, diciendo:“Yo os volveré a ver, y tendréis una alegría que nadie os podrá quitar” (Jn 16,22).

A la Virgen María, Reina de Todos los Santos, confiamos nuestra peregrinación hacia la patria celeste, mientras invocamos para los hermanos y las hermanas difuntos, su intercesión maternal.

A los peregrinos de habla hispana

Al final, el papa se dirigió a los peregrinos que hablan castellano con estas palabras:

“Saludo con afecto a los fieles de lengua española presentes en esta oración mariana. En la solemnidad de Todos los Santos, la Liturgia nos invita a contemplar el amor infinito de Dios, que se refleja en la victoria de los que ya gozan de su gloria en el cielo. Es el amor del Padre que nos llama a ser hijos suyos, nos entrega a su propio Hijo para redimirnos con su sangre purificadora. Por eso nos proclama dichosos aun cuando sufrimos tribulación, porque en Él tenemos nuestra esperanza. Respondamos con generosidad y coherencia a ese don, que ha sido derramado en nuestros corazones, siendo Santos como Dios es Santo, para que también en nosotros se manifieste su gloria. Que Dios os bendiga”.

[Traducción del original italiano por Carmen Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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La ciudad de la abuela del papa peregrina a Roma
Benedicto XVI, ciudadano honorario de Naz-Sciaves
ROMA, miércoles 2 noviembre 2011 (ZENIT.org).- La abuela y bisabuela maternas de Benedicto XVI nacieron en Naz-Sciaves (Natz-Schabs, en alemán), en la región italiana de Alto Adige  y la ciudad acaba de otorgar la ciudadanía honorífica al papa.

El próximo miércoles,  9 de noviembre, con motivo de la audiencia general en el Vaticano, una delegación de Naz-Sciaves hará una peregrinación a Roma para entregar al papa su acta oficial de ciudadano honorario.

La ciudad de Naz Sciaves --unos 2.500 habitantes-, festejó a su nuevo ciudadano honorario el pasado 22 de octubre. Monseñor Ivo Muser, obispo de Bolzano y Bressanone, presidió la bendición de una placa conmemorativa en el muro de “mas Toell”, en la aldea de Rasa, donde nacieron la abuela y la bisabuela del papa. El obispo diocesano presidió también una celebración eucarística.

En 2010, con motivo de la instalación del árbol de Navidad, proveniente de Luson, en la plaza de San Pedro en Roma, el papa confió a un grupo de peregrinos de Alto Adige que su abuela y su bisabuela nacieron en la aldea de Rasa.

De manera que todo el Alto Adige, y en especial la altiplanicie de Naz-Sciaves, se alegró cuando el cardenal Ratzinger fue elegido papa el 19 de abril de 2005.

Benedicto XVI es ya ciudadano honorario de la ciudad de Bressanone, situada a cinco kilómetros de la aldea de Rasa, desde 2008. La ciudad le acogió en sus vacaciones estivales que pasó en el seminario de la misma, en agosto de este año.

Monseñor Georg Ratzinger relata, en su libro Mi hermano el papa, (Mein Bruder, der Papst, Herbig 2011), que su abuela materna, Maria Rieger-Peintner, conservó hasta el final de su vida la añoranza de su tierra natal. Decía: “Si tuviera sólo un poco de agua de mi tierra, me curaría”.

“Estaba persuadida que el agua del Tirol era muy diferente del agua bávara. Creía también que su pequeña cabaña llena de heno tirolés era más nutritiva  para el ganado que toda una carreta de heno bávaro. Era verdaderamente una gran patriota tirolesa”, comenta monseñor Ratzinger, que recuerda que, en la época, el Tirol del Sur era austríaco.

Los abuelos de su madre, Maria Tauber-Peintner e Isidor Rieger, panadero, tuvieron cerca de Bressanone un molino que se llevó una inundación del río Rienza. Fue entonces cuando la familia emigró a Baviera.

El Trentino-Alto-Adige es una región autónoma del noreste de Italia, oficialmente bilingüe, se habla italiano y alemán. La ciudad de Bressanone recibe el nombre en alemán de Brixen.

Es la ciudad más antigua del Tirol del Sur, se remonta a 901, y tejió con los años lazos con los papas, dado que su obispo Poppon, fue luego el papa Dámaso II, en 1048. El papa Pío VI se detuvo en Bressanone en 1782.

Por Anne Kurian y Anita Bourdin

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Superar las dificultades para un desarrollo humano e integral
Llamamiento del Santo Padre al G-20
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 2 noviembre 2011 (ZENIT.org).- En la audiencia de este miércoles, Benedicto XVI dedicó un pensamiento final a la próxima cumbre de jefes de Estado y de gobierno que se reúnen en el G-20 en Cannes, Francia.

“El 3 y el 4 de noviembre próximos –mañana y pasado- los jefes de Estado o de gobierno del G-20 –dijo el papa- se reunirán en Cannes, para examinar los principales problemas relacionados con la economía global. Espero que el encuentro ayude a superar las dificultades que, a nivel mundial, obstaculizan la promoción de un desarrollo auténticamente humano e integral”.

El G-20 incluye a los siete países más industrializados, junto a economías emergentes como China, India, Rusia, Sudáfrica, y los países de América Latina: Brasil, México y Argentina.

Durante la cumbre, los dirigentes se proponen diseñar un plan para reactivar el crecimiento económico. Se hablará también de la necesidad de mejorar el sistema monetario internacional, y en especial de evitar las devaluaciones competitivas a las que recurren algunos países, y de los altos precios de los alimentos, entre otros temas.

Así mismo abordarán el estudio de reformas en los organismos internacionales que garanticen más participación en las decisiones por parte de los países emergentes.

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Observatorio jurídico


Derecho y vida humana
Una encrucijada sangrienta
Rafael Navarro-Valls

MADRID, miércoles 2 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos una nueva contribución en nuestra sección Observatorio Jurídico, sobre libertad, cuestiones relacionadas con los derechos humanos y su relación con la antropología y la fe cristianas, que dirige el español Rafael Navarro-Valls, catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, y secretario general de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España.

* * * * *

La cuestión del aborto es hoy la “encrucijada sangrienta” de la política y del derecho. Una cuestión donde se entrelazan posiciones enfrentadas sobre la liberación judicial, la liberación sexual, la liberalización de la conciencia humana y la liberación de la mujer. 

Después de una etapa de reivindicación de un supuesto derecho al aborto --vagamente  entrevisto, dicen, “en la penumbra de la constituciones”-  la izquierda americana comenzó a distanciarse de un cierto “racismo cromosómico” de algunos de sus colegas europeos. Esto se explica por el hecho de que Estados Unidos lanzó durante más de doscientos años una ofensiva sin precedentes a favor de los más débiles: liberó a los esclavos, potenció los derechos civiles y desarrolló un sistema único de atención a los discapacitados y de discriminación positiva a favor de los más necesitados. La brutal liberalización del aborto de 1973, realizada por el Tribunal Supremo de EE.UU. con la sentencia Ros versus Wade era contradictoria, con un pasado jurídicamente volcado hacia la vida humana. Tal vez por eso, el Tribunal Supremo comenzó a partir de los 90 a distanciarse de Roe, tutelando el derecho de los estados a restringir el aborto legal.

Cuatro sentencias más o menos recientes muestran un cierto acercamiento entre la jurisprudencia americana y la europea, es decir, una tendencia marcada hacia la tutela de la vida humana, tanto en USA como en Europa.  

Tribunal de Justicia de la Unión Europea

La primera es la dictada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (18 octubre 2011) prohibiendo patentar células y líneas celulares obtenidas de embriones humanos. Viene a recoger, en sus líneas generales, los criterios defendidos por el abogado general del tribunal: las células en primer estadio de un cuerpo humano en desarrollo deben clasificarse como embriones y por lo tanto no patentables; tal definición se refiere tanto a ovocitos en los que se trasplante un núcleo de célula madura (clonación) como a células obtenidas de ovocitos por estimulación (partenogénesis); el estadio de blastocito también debe ser clasificado como embrión.

De este modo, el principio de la dignidad humana de la directiva 98/44 de la UE, que “prohíbe el uso de embriones humanos con fines comerciales e industriales” es un principio que hay que aplicar no sólo en una persona humana adulta y en un neonato, sino también en el cuerpo humano desde su primer estadio de desarrollo.

Se entiende así, que toda la materia  biomédica y genética sea un campo especialmente propicio para la proliferación de las objeciones de conciencia, precisamente por el conjunto de importantes valores que en él confluyen, así como la pluralidad de perspectivas éticas desde las que es susceptible.

Tribunal Europeo de Derechos Humanos y Corte Suprema de Mexico

El segundo pronunciamiento que aborda el problema de las prácticas abortivas y el derecho a la vida es la Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (16 diciembre 2010). Los antecedentes son: Tres mujeres irlandesas (con identidad oculta bajo las letras A, B y C) deciden trasladarse al Reino Unido para abortar, a la vista de las restricciones de la ley. Con posterioridad, demandan a Irlanda ante el TEDH, aduciendo que con las restricciones de su país se violaba ”su derecho a la vida privada”. El Tribunal, desde luego reconociendo un amplio campo a la privacyde las mujeres, no incluye en él estrictamente un “derecho al aborto”, entre otras razones porque el derecho de la mujer ha de ser ponderado teniendo en cuenta la existencia de otros derechos y libertades en juego, en particular, los del concebido y no nacido, también protegido por el artículo 2 de la Convención Europea de Derechos Humanos.

En otras palabras, puede permitirse el aborto en determinados casos, pero ello no supone un derecho a abortar. Por decirlo en palabras de la sentencia: “no toda regulación de la interrupción del embarazo constituye una injerencia en el derecho al respeto de la vida privada de la madre”.

De algún modo, una reciente resolución de la Corte Suprema de México (29 septiembre 2011), transita por los mismos senderos de la que acabamos de resumir. En México 18 estados (Chiapas, Veracruz, Querétaro, Chihuahua, Campeche, Colima, Puebla, Durango, Jalisco, Nayarit, Quintana Roo, Guanajuato, Yucatán, Sonora, Morelos, Oaxaca, Baja California y San Luis Potosí) han blindado sus constituciones estableciendo una vigorosa protección jurídica de la vida. No se olvide que México está constituido por 31 estados y un Distrito Federal, y que cada estado posee su propio código penal. En 2007 el Distrito Federal legalizó el aborto hasta los tres meses de embarazo, a pesar que en México la mayoría del pueblo es contraria al aborto. Esta reforma fue declarada constitucional por la sentencia de 29 agosto de 2008 de la Corte Suprema de México.

Basándose en esta última sentencia, fue planteada ante la Corte Suprema la posible inconstitucionalidad de la ley de Baja California, que protege al ser humano desde su concepción. La Corte, sin embargo, avaló la reforma provida del estado de Baja California, ya que los magistrados (ministros, en la terminología mexicana) que querían anularla no alcanzaron la mayoría cualificada necesaria. Como ha dicho el profesor Soberanes al comentar estas últimas sentencias “la complejidad de los casos en que entran en conflicto los derechos no puede resolverse de la forma simplista, consistente en negar el carácter de derecho a uno de esos (el derecho a la vida) o en eliminarlo simple y llanamente. Anular un derecho para todos los supuestos por el simple hecho de que interfiere con otro, en un supuesto en concreto, es generalizar. Y toda generalización es una reducción”.

Tribunal Supremo de Alabama

La cuarta sentencia a la que deseo referirme, es la de la Corte Suprema de Alabama (9 septiembre 2011), que amplió la protección legal para el embrión y/o el feto, al determinar que la Ley de Alabama sobre homicidio culposo se puede  aplicar a un niño no nacido en cualquier etapa de desarrollo. El supuesto de hecho es el siguiente. April Mack tenía 12 semanas de embarazo en septiembre de 2007, cuando ella y su novio tuvieron un accidente automovilístico que más tarde le provocó un aborto involuntario de su hijo por nacer. April demandó a los culpables del accidente por los daños que le provocó el incidente, pero también por el homicidio culposo de su hijo por nacer. Un juez del condado de Jefferson desestimó el caso del bebé Mack, y determinó que el feto no gozaba de la protección jurídica de la ley de homicidio culposo, ya que no podría sobrevivir fuera del útero. El caso llegó hasta la Corte Suprema de Alabama, donde los jueces por unanimidad revocaron la sentencia de primera instancia. El Tribunal sostuvo que la ley se aplica por homicidio culposo para el feto en cualquier etapa de desarrollo

Con esta decisión Alabama se convierte en el décimo estado americano que castiga el homicidio culposo de una persona no nacida, independientemente de su viabilidad fuera del útero materno.

“Esta es mi vida eterna”

Lo que vienen implícitamente a reconocer las  sentencias reseñadas es que la vida humana tiene una extraordinaria seriedad, especialmente en la sociedad secularizada, precisamente porque es la única vida que cuenta para muchos. Al haberse oscurecido la fe en otra vida ultraterrena (“ésta de aquí es mi vida eterna”, dicen los no creyentes), el avance de legislaciones que la hieren en su inicio o en su ocaso es una paradoja que, como ha observado D´Agostino, contradice la propia imagen que el hombre de la postmodernidad ha construido de sí mismo. Tal vez por eso están apareciendo cada vez con más frecuencia los “nuevos herejes de la izquierda”: pacifistas, ecologistas, feministas, “agnósticos de toda la vida”, que, consternados por la matanza de unos 40 millones de niños al año, de pronto, se convierten en pro-vida. La particular odisea de Norma MCCorvey (alias Jean Roe, la heroína  prochoice americana) fue todo un ejemplo. A los 49 años, después de ser una activista incansable pro aborto, decidió que había sido manipulada durante 25 años: hoy es una pro-vida de primera línea.

Poco a poco parece que los Tribunales –en uno y otro lado del Atlántico-  van contemplando las relaciones entre el derecho y la vida humana con mayor rigor y equilibrio, sin los simplistas planteamientos que conducían a “desequilibrar” la balanza de los derechos a favor de la mujer y contra el no nacido.

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Mundo


Irak: Hacia la beatificación de dos sacerdotes asesinados
Aniversario de la masacre en la catedral sirocatólica de Bagdad
ROMA, miércoles 2 noviembre 2011 (ZENIT.org).- La Iglesia en Irak se dispone a recoger información para un eventual inicio del proceso de canonización de los dos sacerdotes masacrados, junto a 44 fieles y siete miembros de las fuerzas del orden el año pasado en la catedral sirocatólica de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. En la misma, tuvo lugar una sentida ceremonia, bajo fuertes medidas de seguridad.

Según informaba la página web del patriarcado maronita, el obispo de Bagdad Jean Benjamin Sleiman presentó al patriarca Yousef III Younan de la Iglesia sirocatólica el dossier con la información recogida para la canonización de los dos sacerdotes, considerados mártires.

Centenares de cristianos se encontraron el 31 de octubre por la tarde en la catedral de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Bagdad para asistir a la misa en sufragio de los difuntos de la masacre que tuvo lugar hace exactamente un año en la misma catedral, en la que un grupo de extremistas islámicos ligado a Al Qaida asesinó a 44 feligreses, siete miembros de las fuerzas de seguridad y dos sacerdotes.

La ceremonia –según informó Radio Vaticana este 1 de noviembre- fue concelebrada por el obispo de Bagdad Jean Benjamin Sleiman, por el patriarca Younan de la Iglesia sirocatólica, por mar Emmanuel III Delly de la Iglesia caldea, y por el patriarca de la Iglesia maronita Bechara Boutros Raï, llegado a propósito del Libano.

El patriarca maronita Beshara Raï estaba acompañado por el obispo Camille Zaidan, además del citado patriarca Younan. “Es necesario que vayamos juntos [con Younan] a Bagdad para expresar solidaridad al pueblo iraquí, e todo el pueblo iraquí que definitivamente rechaza la violencia y la guerra”, había dicho previamente a los medios en el aeropuerto antes de viajar a Irak, según informaba The Daily Star de Líbano el 1 de noviembre.

“Diremos a las familias de las víctimas y a nuestro pueblo cristiano en Irak que sigan el mensaje de amor, reconciliación y de paz... por el que pagaron un alto precio”, dijo el patriarca Raï.

En la ceremonia participaron, en signo de solidaridad con las víctimas, algunos representantes religiosos musulmanes.

La zona en torno a la catedral de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro estaba literalmente blindada por razones de seguridad, con hombres armados y diseminados a lo largo de todo el perímetro y sobre el tejado, y acceso de calles bloqueado por controles.

En los muros externos de la catedral se colgaron fotografías gigantes de las víctimas y pancartas con eslóganes de condena de la violencia y de llamamiento a la comunidad internacional para que se movilice contra las masacres de las minorías en Irak, mientras que, dentro, el coro fue decorado con las flores y las vestimentas sagradas del día de la masacre; sobre los muros y en el techo se notan todavía los agujeros de los proyectiles.

El atentado del año pasado, entre los más sangrientos que se recuerden en el país, causó un fuerte incremento de la emigración de los cristianos iraquíes hacia Europa, Estados Unidos y Australia, mientras que una fuerte sensación de inseguridad y temor por la propia incolumidad serpean entre quienes permanecen.

El cardenal Leonardo Sandri –informaba el 31 de octubre Asia News--, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, en una misa celebrada en Roma el 30 de octubre, para conmemorar el luctuoso atentado, dijo: “La Iglesia y el mundo no pueden y no deben olvidar. Debemos recordar, sí, ciertamente, pero para ofrecer el perdón y luego para implorar la paz para los vivos y los difuntos”.

La celebración eucarística, en la iglesia sirocatólica de Roma, fue presidida por monseñor Michaele Al Jameel, acreditado del patriarcado sirocatólico ante la Santa Sede. Asistieron el cardenal Ignace Moussa Daoud, exprefecto del Congregación de las Iglesias Orientales, así como Habib Al Sadr, embajador iraquí ante la Santa Sede, y sacerdotes, religiosos y estudiantes en Roma.

El cardenal Sandri se dijo unido a los patriarcas de las Iglesias orientales, sirocatólico y maronita (que viajaron a Bagdad para la celebración) y caldeo.

Tras recordar su participación en el encuentro por la paz y la justicia en Asís, el pasado 27 de octubre, el prefecto de las Iglesias Orientales invocó de nuevo el don de la paz. “Todas las comunidades sirocatólicas –dijo el cardenal Sandri- se han unido a nosotros y junto a otras muchas comunidades rogamos para que el amor de Cristo venza siempre a la muerte”.

El cardenal Sandri recordó también las palabras de Benedicto XVI, pronunciadas en el Ángelus del 1 de noviembre de 2010, al día siguiente de la masacre, a favor de las víctimas de “esta absurda violencia, tanto más feroz cuanto que ha atacado a personas inermes, recogidas en la casa de Dios, que es casa de amor y de reconciliación”.

“Oremos –añadió el cardenal Sandri- para que el sacrificio de estos hermanos y hermanas nuestros pueda ser semilla de paz y de verdadero renacimiento y para que cuántos se preocupan por la reconciliación, la fraternidad y la convivencia solidaria encuentren motivo y fuerza para obrar el bien”.

Al final de la misa, el padre Mukhlis Shasha, amigo de los dos sacerdotes mártires --Thair Saad Allah y Waseem Sabeeh--, dió testimonio sobre el modo en que murieron los dos sacerdotes. Recordó también que los cristianos en Irak son todavía objetivo de atentados que han obligado a muchos a dejar el país.

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Europa: Obispos piden visión política a largo plazo para superar la crisis
Abogan por una comunidad de solidaridad y responsabilidad
BRUSELAS, miércoles 2 noviembre 2011 (ZENIT.org).- En medio de la crisis financiera de la Eurozona, los obispos de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE) hacen un llamamiento a la Unión Europea y a sus ciudadanos de abstenerse de culpar a unos y a otros; en vez de eso, se debe asumir la corresponsabilidad en la búsqueda de soluciones. Hacen un llamamiento a los líderes europeos para que adopten una perspectiva a largo plazo para superar la crisis.

Son los principales mensajes de la Asamblea Plenaria de Otoño de la COMECE, que tuvo lugar del 26 al 28 de octubre de 2011 en Bruselas y que estaba dedicada a “la crisis financiera y el futuro de la integración europea”.

Los obispos escucharon a varios especialistas de este tema complicado. Peter Wagner, de la Comisión Europea, presentó la misión de la recientemente creada Task Force para Grecia. Lans Bovenberg, de la universidad de Tilburg; Emmanuel van der Mensbrugghe, director de la oficina del Fondo Monetario Internacional en Europa, y Jean-Pierre Jouyet, presidente de la Autoridad francesa de los Mercados Financieros, presentaron su punto de vista sobre las causas económicas y políticas de la crisis de deuda en Europa.

Las causas de la crisis son estructurales y están enraizadas principalmente en las elecciones a corto plazo de las últimas décadas y muy a menudo motivadas por razones electorales y políticas. Estas elecciones reflejan comportamientos individuales del consumismo financiado por los créditos. En la situación actual, la cultura de la culpa no lleva a ninguna parte. Los europeos deberían estar unidos y ser solidarios para poder superar la crisis actual. Esta no significa necesariamente el declive: sino que puede significar una oportunidad de renovación.

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, presentó ante los obispos de la COMECE los resultados de la cumbre europea, que comenzó el 26 de octubre.

Los obispos acogieron este resultado como una respuesta a la crisis inmediata. Sabiendo, sin embargo, que las soluciones técnicas y a corto plazo serán insuficientes. Por esto, destacaron la necesidad de una visión a largo plazo con respecto a las instituciones europeas y el modelo social y económico que promueven. Los intereses de las generaciones más jóvenes, que podrían ser las víctimas de la crisis, deben ser tomados en consideración.

Los obispos están convencidos de que la Iglesia puede ser una fuerza para la cohesión y la esperanza dentro de las sociedades europeas, que están amenazadas por el populismo y la división. Las raíces más importantes de la presente crisis son morales y espirituales. El relativismo moral está cambiando el sentido de la responsabilidad personal y colectiva y el sentido del bien común a largo plazo. A través de sus servicios sociales, las Iglesias ayudan a los más débiles de la sociedad; promueven la dignidad humana y el bien común frente a las tendencias individualistas.

Los obispos de la COMECE también realizaron una declaración sobre la Economía Social de Mercado, un término que ha sido insertado en el Tratado de la Unión Europea con el Tratado de Lisboa.

La declaración, titulada “Una comunidad europea de Solidaridad y Responsabilidad”, se publicará en diversas lenguas a principios de enero de 2012.

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Una legislación que no protege la vida favorece una cultura de la muerte
Debate en torno al aborto en el Congreso de Argentina
BUENOS AIRES, miércoles 2 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Doce diputados del Congreso Nacional de Argentina estudiaron en la comisión de Legislación Penal un proyecto que permite la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana décimo segunda de gestación. Con siete votos sobre doce, el proyecto pasa a la comisión de Familia y a la de Salud. Se prevé que, si fuera adelante, podría debatirse en el Congreso de los diputados en 2012.

Los medios argentinos informan que, por primera vez en la historia parlamentaria de Argentina, el aborto fue debatido en el Congreso de la Nación. Una cuestión que ha suscitado un hondo debate en la sociedad, justo en 2011, declarado por los obispos Año de la Vida.

Este martes, en la comisión parlamentaria de Legislación Penal se aprobó con dictamen de mayoría el proyecto que despenaliza y legaliza el aborto dentro de las doce semanas de gestación y lo permite más allá de ese tiempo cuando está en riesgo la salud de la madre, en caso de violación o graves malformaciones del feto. Lo sorprendente es que ese aborto se puede realizar en cualquier momento antes del parto. Son muchos los que se preguntan si esto no es un infanticidio.

El proyecto ha sido impulsado por la Campaña Nacional por el Derecho al aborto legal, seguro y gratuito y cuenta con el apoyo de cincuenta diputados. En el estudio en comisión, sólo consiguió siete firmas. Para pasar el pleno de la cámara, el proyecto tendría que conseguir otros dos dictámenes favorables en las comisiones de Salud y de Familia. Y esto debería ocurrir antes de que el 10 de diciembre se renueve la mitad de la Cámara.

La legalización del aborto es apoyada, entre otros, por las diputadas Diana Conti, Vilma Ibarra, Victoria Donda, Claudia Gil Lozano o María Luisa Storani.

Se oponen al proyecto Cynthia Hotton, Elisa Carrió y la misma presidenta de la República Cristina Fernández, entre otros.

En los más acalorado del debate en comisión, se escuchó la primera ovación. Fue para el salteño Alfredo Olmedo: “Este proyecto es una pena de muerte anticipada del niño por nacer, la Argentina se construye con vida no con muerte”.

Después de tres horas de discusión en las que se llegó a poco, los partidarios del proyecto salían afirmando, como único logro, que por primera vez se había tratado el tema en el Congreso.

Por su parte la Iglesia, a través de su portavoz, remitió al documento de la Conferencia Episcopal emitido recientemente que afirma que “una decisión legislativa que favorezca la despenalización del aborto tendría consecuencias jurídicas, culturales y éticas”.

Manifestantes a favor y en contra del proyecto se concentraron en las inmediaciones del Congreso, desde antes de que comenzara el debate.

La diputada que más se ha distinguido en su defensa de la vida, Cynthia Hotton, escribía un artículo en la prensa nacional fijando su posición y desbaratando algunos argumentos a favor de la ley, como el de las muertes de mujeres por abortos.

“Si reflexionamos sobre lo que implica el aborto libre hasta la semana número 12, como lo proponen los proyectos por tratarse en la Cámara baja, se estaría dando lugar a casos totalmente discriminatorios: por género, por malformación o por su origen. Hoy en día, una mujer puede conocer a los tres meses de embarazo si el bebé es Down, si es hombre o si es mujer, por lo que resulta imposible corroborar que el sexo del bebé o alguna malformación no sea la razón de un aborto”, afirma Cynthia Hotton el 1 de noviembre en el diario La Nación.

“Algo que sorprende de los proyectos en debate es que por la excepción de haber sido gestado en un acto violento o por malformación los niños podrían ser abortados hasta el noveno mes. Les pregunto a los médicos, que de esto entienden, ¿no están matando a un bebé?”, afirma Hotton.

La justificación de muertes maternas no parece ser muy convincente, dice la diputada aportando cifras: el Ministerio de Salud informa de que en Argentina hay unas 400 muertes al año, según estadísticas de 2009. De éstas, 82 corresponden a abortos, sin estar discriminados en esta cifra si son abortos naturales, abortos inducidos o por embarazos ectópicos.

Recuerda que uno de los compromisos de Argentina para el milenio es la reducción total de la tasa de muerte materna. “Está demostrado en países de la región que esta tasa se reduce con políticas de contención y que no existe correlación directa con la legalización del aborto”, afirma.

Hotton, que es diputada nacional por el grupo “Valores para mi País”, señala “que no hay interés en resolver el problema que tiene que ver con todas las muertes maternas, para lo cual hemos presentado varios proyectos que apuntan a mejorar el sistema de contención de estas mujeres. Sin embargo, hasta la fecha ninguno de ellos fue tratado”.

La Red Federal de Familias y la Defensoría de la Vida Humana, entre otras organizaciones, denunciaron que los legisladores pretenden despenalizar el aborto en el país, incluso hasta el noveno mes de embarazo, apelando a una artimaña legal que ya se utilizó en 2005 en Brasil.

“Los promotores del aborto arguyen que buscan esta práctica para las primeras doce semanas del embarazo. Sin embargo, uno de los siete proyectos elimina todos los artículos del Código Penal que penalizan el aborto, con lo cual esta práctica antivida podría realizarse durante todo el periodo gestacional, incluso hasta el noveno mes”, afirma la Red en un comunicado.

Los obispos argentinos ya habían manifestado la doctrina eclesial sobre la vida y su “preocupación” por el progreso de los proyectos para legalizar el aborto, al declarar 2011 como Año de la Vida. En una declaración, al término de la 159 Comisión Permanente del Episcopado, de 18 de agosto, afirmn que “hablar de este tema, en el actual contexto nacional, tiene una significación muy concreta”.

“Queremos afirmar con claridad: cuando una mujer está embarazada, no hablamos de una vida sino de dos, la de la madre y la de su hijo o hija en gestación. Ambas deben ser preservadas y respetadas. La biología manifiesta de modo contundente a través del ADN, con la secuenciación del genoma humano, que desde el momento de la concepción existe una nueva vida humana que ha de ser tutelada jurídicamente. El derecho a la vida es el derecho humano fundamental”, subrayan los obispos.

“En nuestro país –añaden- hay un aprecio de la vida como valor inalienable. La vida propia y ajena es para los creyentes un signo de la presencia de Dios, e incluso a quienes no conocen a Dios o no creen en Él, les permite 'sospechar' la existencia de una realidad trascendente”.

“Es absolutamente prioritario proteger a las futuras madres, en particular a las que se encuentran en estado de marginalidad social o con dificultades graves en el momento del embarazo. Los varones, que también lo hicieron posible, no deberían desentenderse”.

“Una decisión legislativa que favoreciera la despenalización del aborto tendría consecuencias jurídicas, culturales y éticas. Las leyes van configurando la cultura de los pueblos y una legislación que no protege la vida favorece una cultura de la muerte. La ley, en cuanto base de un ordenamiento jurídico, tiene un sentido pedagógico para la vida de la sociedad”.

Concluyen los obispos invitando “a los fieles laicos y a todos los ciudadanos a reflexionar y expresarse con claridad a favor del derecho a la vida humana”.

La organización Unidos por la Vida ha emprendido una campaña de firmas contra el proyecto a la que se puede adherir en www.unidosporlavida.com.ar.

La firman entre otros la Academia Nacional de Medicina, la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), la Acción Católica Argentina, la Asociación Bautista Argentina (ABA), la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), el gran rabino Issac Sacca (sefardí), la Universidad Católica Argentina, la Universidad Austral, entre otras instituciones y personalidades.

También lo hicieron el ex presidente Eduardo Duhalde; el ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich; las senadoras Hilda González, Liliana Negre y Blanca María del Valle Monllau; y los diputados Cynthia Hotton, Silvia Majdalani, Clelia Avila, Eduardo Amadeo, Dante Camaño, Graciela Camaño, Jorge Vanossi, Julián Obiglio, Antonio Morante, Juan Casañas, Gladys Espíndola, Omar De Marchi, Norberto Erro, entre otros legisladores.

Otras organizaciones manifestaron su rechazo a los proyectos para despenalizar o legalizar el aborto, e hicieron un llamamiento a defender la vida, como Red Federal de Familias, Red de Padres, Defensoría de la Vida Humana, Familias del Mundo Unidas para la Paz (FAMPAZ); Para Hacerse Oír-Hablemos Claro, Frente Joven.

El tema fue eludido por gran parte de los políticos en la reciente campaña electoral, en la que fue reelegida la presidenta Fernández.

“Si bien algún candidato se animó a decir que es partidario del aborto sin límites, por lo general estos temas no se ventilan porque pueden determinar una división en la opinión que perjudique las chances electorales”, dijo el arzobispo de La Plata Héctor Aguer una semana antes de los comisicios.

“Es una lástima –añadió- que estos temas no se ventilen en la campaña porque hay que elegir también legisladores y, ¿cómo sabemos a quiénes tenemos que elegir? ¿Cómo sabemos qué piensan sobre estas cuestiones fundamentales?

Las leyes argentinas aceptan el aborto en los supuestos de violación probada, peligro para la vida o incapacidad mental, pero estos casos deben dirimirse en los tribunales.

Por Nieves San Martín

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Foro


Los católicos, la política y la Nueva Evangelización
 
Por Salvatore Martinez*

Quisiera comenzar con dos afirmaciones preliminares de principio.

-La Iglesia no es, ni podría transformarse nunca en un sujeto político. Como afirma el santo padre Benedicto XVI “perdería su independencia y autoridad morales identificándose con una única vía política y con posturas parciales y opinables”.

-La Iglesia no está llamada a la formación de partidos: se transformaría en una religión civil. La Comunidad cristiana, sin embargo, está llamada a formar en Cristo hombres nuevos, capaces de hacer nueva incluso la política; hombres y mujeres de corazón nuevo, capaces de hacer nuevo el corazón de las instituciones políticas.

Si el “Verbo se hizo carne”, esta “ley del amor” sirve también para la política e influye también en la conciencia de los laicos cristianos; nos empuja a afirmar de nuevo nuestra fe en los contextos sociales en los que Cristo no está, se ha descuidado o se ofende.

Por lo demás, el papa Benedicto XVI es muy explícito: “No hay ningún ordenamiento estatal justo que pueda hacer superfluo el servicio del amor. Quien quiere desentenderse del amor se dispone a desentenderse del hombre en cuanto a hombre”.

Por tanto, la construcción de la civilización del amor nos interpela. Nos incumbe a nosotros poner en el contexto y los sufrimientos del mundo de los hombres y de las instituciones la semilla de la vida nueva, de un nuevo amor de Dios que “se revela en la responsabilidad por el otro”.

Nos corresponde a nosotros discernir lo que hemos de hacer y como debemos hacerlo para que el mensaje social de la Iglesia, su Doctrina Social, no se devalúe o sea ignorado, en primer lugar en la formación de muchos cristianos. Tenemos, en la Doctrina Social de la Iglesia, un punto de referencia unitario de juicio sobre la realidad social, un pensamiento que conjuga fe y razón en virtud de la verdad que contiene.

Es imprescindible la nueva evangelización de la política, para liberar nuestro tiempo del espíritu del error que, con el poder del engaño, está cambiando la medida divina del hombre y su destino eterno, multiplicando sin descanso las estructuras de pecado.

Veo dos grandes retos de fondo en el compromiso de los católicos en la política.

-El primer reto de la nueva evangelización de la política es impedir que sea marginada nuestra fe cristiana en la vida pública de las naciones. Como recordó Benedicto XVI, “la Iglesia no tiene soluciones técnicas que ofrecer” y no pretende “entrometerse en las políticas de los Estados”. “Comunidad Eclesial” y “Comunidad Política” son realidades distintas, con representaciones diversas, pero que deben volver a dialogar. Nosotros podemos conseguir que este diálogo, si ha sido interrumpido, se restablezca y sea fecundo, creíble, que vuelva a poner al hombre en el centro, en una sociedad a medida del mismo, para conseguir un desarrollo humano integral. No podemos permitir que nuestra laicidad cristiana se calle, que sea relegada a la esfera privada. San Agustín nos advirtió: “No reduzcáis el Evangelio a una verdad privada para no ser privados del mismo”. Es inaceptable que, en muchas naciones “los creyentes deban suprimir una parte de sí mismos --su fe- para ser ciudadanos activos”. No debería ser necesario renegar de Dios para poder disfrutar nuestros propios derechos; todavía más grave es “¡Dar a César lo que es de Dios!”.

-El segundo reto de la nueva evangelización de la política se da en el aspecto económico y mercantil de la globalización. Estimulando el consumismo irracional se pone en el centro el aspecto material del hombre, prejuzgando así la apertura del hombre mismo a la trascendencia, a Dios. Se querría un “cristianismo utilitario” que sirva para resolver los problemas materiales del hombre, reduciendo el aspecto salvífico de nuestra fe a un puro humanismo, a una filantropía atea. Dios, confinado al más allá, y el hombre reducido a la insignificancia. El actual escenario de la historia, como bien sabemos, es de profunda crisis, una crisis planetaria que, antes que nada, es una “crisis espiritual”. La crisis económica y política de nuestros días es la consecuencia de la crisis espiritual que está atravesando la vida de los hombres, incluso de muchos creyentes. He aquí porque tenemos el deber de pensar en una nueva evangelización de los estilos de vida y de las instituciones que rigen el destino de los hombres y de los pueblos. El siervo de Dios Pablo VI negaba el concepto de esta manera: “Es indispensable alcanzar y casi trastornar, mediante la fuerza del Evangelio, los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida de la humanidad, que contrastan con la palabra de Dios y con el diseño de salvación”.

Desde hace casi tres años, regularmente, el papa Benedicto XVI pide nuevas generaciones de católicos comprometidos con la política: “Afirmo la necesidad y la urgencia de la formación evangélica y del acompañamiento pastoral de una nueva generación de católicos comprometidos en la política, que sean coherentes con la fe profesada, que tengan rigor moral, capacidad de juicio cultural, competencia profesional y pasión de servicio por el bien común”. Son “cinco”, según el pontífice, las virtudes, las actitudes indispensables necesarias y que hay que fomentar en los que quieren dedicarse a la realización del “bien común” mediante el compromiso político:

-“Coherentes con la fe profesada”, no con las ideas propias o con las de la opinión pública.

-“Rigor moral”, porque no se puede minimizar la gravedad de la “cuestión moral”, incluso entre los católicos.

-“Capacidad de juicio cultural”, es decir de discernimiento, fruto de estudio, de meditación, de capacidad de distinguir un bien individual del bien común.

-“Competencia profesional”, porque la política es un arte, una vocación y no se improvisa.

-“Pasión de servicio”, no por el honor personal o por el agradecimiento de unos pocos.

Cabe mencionar que el Pontífice habla de “formación evangélica”, no de formación política. Por tanto, es necesario volver al Evangelio. El beato Juan Pablo II, con un firme discernimiento, sentenciaba: “No hay solución para la cuestión social fuera del Evangelio”. Es el Evangelio la mejor escuela de laicidad posible para la humanidad, porque nadie más que Jesús ha enseñado a los hombres el arte de vivir, para decir con hechos cómo se ama, cómo se está de parte de la gente hasta dar la vida por los propios amigos.

En conclusión, considero que nunca habrá un tiempo más favorable que este para la nueva evangelización, después del vacío producido por la caída de las grandes ideologías. “El nuestro es un mundo que debe ser creado nuevamente con confianza en el pensamiento cristiano”, afirmaba en el exilio, el gran sacerdote y estadista, Luigi Sturzo.

Somos la primera generación del primer siglo del tercer milenio. En nosotros recae una responsabilidad tremenda, única: ¡introducir a Cristo en este nuevo milenio de historia cristiana! Nos recuerda san Juan Crisóstomo: “Si eres cristiano es imposible que no dejes tu huella en el mundo; si eres cristiano es imposible que no produzcas efecto. Es contradictorio decir que un cristiano no puede hacer nada por el mundo, así como lo sería si dijésemos que el sol no puede dar luz”.

Es necesaria más humildad y más confianza en la acción del Espíritu Santo. En la época de recesión ¡no está en recesión el Espíritu de Dios! El Espíritu no nos pide responder en la intimidad de la fe ni con un entusiasmo desencarnado. Es nuestra responsabilidad de fe que este mundo caótico sea ordenado por el Espíritu de Dios y disponible a las auténticas necesidades del hombre.

Que nuestra oración y nuestra sumisión a la voluntad de Dios nos den una nueva evangelización de la sociedad y de la política, un nuevo Pentecostés de amor, el milagro de una política nueva, de políticos nuevos.


* Salvatore Martinez es presidente de la Renovación en el Espíritu en Italia
 


[Traducción del italiano por Carmen Álvarez]

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