15.11.11

 

Casi un mes han tenido que esperar los fieles católicos colombianos para que un obispo haya replicado en los medios de comunicación al jesuita Carlos Novoa, profesor en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, que tuvo a bien defender la despenalización del aborto usando para ello como argumento la encíclica Evangelium Vitae de Juan Pablo II.

AciPrensa ha publicado un artículo de Mons. Libardo Ramírez Gómez, obispo emérito de Garzón y, todavía, Presidente del Tribunal Eclesiástico Nacional de Colombia, en el que deja bien a las claras las desviaciones del P. Novoa en relación a un tema tan delicado para la Iglesia y para la sociedad.

Ni que decir tiene que es de agradecer que don Libardo haya salido a la arena pública a desmontar las tesis del religioso de la Compañía de Jesús. Muchos pensarán que no es necesario que los obispos respondan a cada burrada doctrinal que digan los heterodoxos, pero cuando se trata de casos tan escandalosos -y ver a un jesuita defendiendo las tesis del lobby abortista es un escándalo-, no está de más que pongan las cosas en su sitio.

Ahora bien, hasta donde yo sé, el P. Carlos Novoa sigue siendo sacerdote, sigue siendo jesuita y sigue siendo profesor en la Javeriana de Bogotá. Y yo me pregunto: ¿puede la Iglesia tener como sacerdote, como jesuita y como profesor de una Universidad Pontificia a alguien así? ¿hay la más mínima garantía de que el P. Novoa enseñe en la universidad conforme al Magisterio de la Iglesia? Más bien al contrario, ¿no es lógico pensar que quien ante un micrófono es capaz de usar la encíclica de un Papa para apoyar la despenalización del aborto será capaz de usar cualquier texto magisterial para enseñar herejías?

No, no basta con que un obispo replique al jesuita. No basta con que un pastor nos recuerde lo que todos sabemos que enseña la Iglesia sobre el aborto. No es suficiente con enseñar la verdad si se deja a los siervos de la mentira ocupar cátedras y púlpitos. Mientras la Iglesia no retire al P. Carlos Novoa de esa universidad pontificia e incluso mientras no le retire del sacerdocio, en caso de que no se arrepienta y rectifique, el escándalo seguirá presente. Somos cada vez más los fieles que vamos a protestar públicamente por este sinsentido.

Luis Fernando Pérez Bustamante


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