ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 25 de noviembre de 2011

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I.P.S. Online Seminar: Hatred & Forgiveness Dec. 9

Dr. Paul Vitz, of the Institute for the Psychological Sciences, will explore interpersonal hatred as an obstacle to forgiveness, including causes, consequences, and tips to overcome it. Although tailored for mental health practitioners (2 CEs), the seminar also serves priests, pastoral ministers and others interested. 9:30-11:30am EST. Cost $50. Space is limited; for more information/registration:

http://ipsciences.edu/

Para ver las tarifas y poner su anuncio en los servicios via email de ZENIT visite: http://ads.zenit.org/spanish


Santa Sede

Monseñor Palmero: El modelo español es pionero en pastoral sanitaria

Mundo

Saturnino López Novoa, pasión por los últimos

No permitamos que se oscurezca o debilite nuestro compromiso cristiano

¿Quién es verdaderamente Satanás?

Flash

Moscú prohibirá la propaganda de la homosexualidad

Conocer la belleza nocturna del Museo de Arte Sacro

Espiritualidad

Esperanza, a pesar de la crisis

Documentación

Nuestro pueblo no pierde la esperanza aún con dificultad y dolor


Santa Sede


Monseñor Palmero: El modelo español es pionero en pastoral sanitaria
Entrevista al miembro del dicasterio para la Pastoral de la Salud
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 25 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Mejorar la legislación en España es posible, aún cuando este país es pionero en pastoral sanitaria. Lo indicó este jueves en Roma el obispo de Orihuela-Alicante Rafael Palmero, durante la XXVI conferencia internacional La pastoral sanitaria al servicio de la vida a la luz del magisterio del beato Juan Pablo II, que se inició el día 24 y concluye este sábado 26. 

¿Por qué un congreso sobre el magisterio del papa polaco? Porque Juan Pablo II “es para todos un modelo de comportamiento, un modelo de enfermo que ha sabido unirse a la cruz de Cristo en su sufrimiento por la Iglesia y que nos dio el ejemplo a todos”, indicó el miembro del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud y Agentes Sanitarios.

A continuación proponemos la entrevista que monseñor Rafael Palmero concedió a ZENIT.

El congreso internacional antes tuvo un encuentro en el auditorio San Pío X ¿verdad?

--Monseñor Palmero: El congreso internacional fue precedido el miércoles 23 con otro encuentro significativo “en el que nos hemos reunido 40 obispos de 37 países, en el cual cada uno ha aportado indicando lo que hace la conferencia episcopal de su nación, qué le compete a su obispo responsable y qué es lo que hacen las diócesis con su pastoral diocesana.

¿De España qué han presentado?

--Monseñor Palmero: Nosotros por ejemplo hemos indicado que todos los años tenemos una programación con los delegados diocesanos, que es a la vez formación y revisión de lo que hemos hecho en el año anterior. Además, una vez al año es la misa por Televisión Española, que concluye la campaña del enfermo que se inicia el día de la Virgen de Lourdes. Y además un curso de pastoral todos los años para los seminaristas que quieran venir, para que se vayan preparando y capacitando para el día de mañana poder ser capellanes. También de los conciertos con las diversas autonomías, para tener un cierto número de capellanes y de personas idóneas, como los religiosos, religiosas, seglares y personas que tienen esta vocación. Y lo mismo han hecho las otras naciones que han ilustrado también su actividad y sus aspiraciones, sus logros. Y esto nos ha enriquecido a todos”.

¿Monseñor Redrado, secretario emérito del Pontificio Consejo para la Pastoral Sanitaria habló del modelo español?

--Monseñor Palmero: Sobre el modelo español, monseñor Redrado recordó en su conferencia que en España había una larga tradición depastoral sanitaria, puesmuchos obispos dedicaron años y se hizo un camino que llega hasta nosotros. Dando así a entender que el modelo español era pionero y creo que lo es para muchas naciones que aún no han conseguido lo que nosotros ya tenemos”.

¿En cambio sobre la Conferencia Internacional?

--Monseñor Palmero: El jueves en cambio fue el inició de la conferencia internacional, que tiene una larga trayectoria y que este año se está dedicando a la figura de Juan Pablo II, puesto que él fue quien instituyó el Pontificio Consiglio degli operatori sanitari, o sea de la pastoral de la salud. Estamos reflexionando lo que él dijo y vivió. Pues él es para todos un modelo de comportamiento, un modelo de enfermo que supo unirse a la cruz de Cristo en su sufrimiento por la Iglesia y que nos dio el ejemplo.

Juan Pablo II no solamente predicaba, ¿verdad?

--Monseñor Palmero: Así es, el era testigo y me recuerda eso que decía en cierta ocasión el papa Pablo VI, de que la gente cree hoy más a los testigos que a los profetas.

¿Qué temas se han profundizado?

--Monseñor Palmero: El jueves, el cardenal Angelini habló con emoción y sacó del baúl de los recuerdos todo lo que había vivido. Y recordó a los obispos, seglares y sacerdotes que Jesucristo envió a los primeros apóstoles a predicar y a evangelizar, pero también les dijo “curad a los enfermos”, y tenemos que hacerlo todos los que estamos en la sanidad.

¿Antes de la existencia de la Pastoral de los operadores sanitarios cómo se realizaba la asistencia de los enfermos?

--Monseñor Palmero: Cada uno en su diócesis hacía lo que buenamente podía. Y no había tampoco una coordinación general, y fue Juan Pablo II [en 1985], hace poco más de 25 años, quien lo inició. El año pasado celebramos un pequeño jubileo, pues se cumplían 25 años desde su inicio, y estamos todavía revisando lo que se ha recorrido hasta aquí.

¿En qué consiste la coordinación indicada?

--Monseñor Palmero: Pues los capellanes ponen en común sus logros en los diversos hospitales y centros sanitarios, qué es lo que aún no se ha logrado en otros, pero cómo se puede intentar, las experiencias positivas, etc.

¿Nos puede dar un ejemplo concreto?

--Monseñor Palmero: “Por ejemplo, en el documento del papa en África, se recuerda que en todos los hospitales o centros tiene que haber una capilla y no todos la tienen. A veces, son locales multiuso, pero no con el Señor Sacramentado, donde los enfermos o los parientes pueden ir a pedirle al Señor que eche una mano”.

¿En España, la legislación sanitaria puede ser mejorada?

--Monseñor Palmero: Sí, se puede, desde hace algunos años estamos funcionando con criterios, hay presencia de la Iglesia en los hospitales que responde a unos postulados, a unos presupuestos de hace algunos años. Eso hay que actualizarlo. Como por ejemplo la asignación que se da a los agentes de la pastoral que dedican su tiempo. Lo que pasa en algunas autonomías, en particular la nuestra. He tratado esto con el consejero de Hacienda y me ha dicho que hay que esperar un momento más propicio.

¿Y por lo que se refiere a la defensa de la vida?

--Monseñor Palmero: Aquí el cardenal Angelini recordó cómo Juan Pablo II insistía que desde el momento de la concepción al del ocaso de la vida hay que cuidar la vida, y cuidarla es una de las grandes acciones de la pastoral de la salud. En algunos momentos no se logra curar y por lo menos hay que cuidar al enfermo, ayudarle. Las soluciones éticas son las que responden a la ley natural y a legislaciones que tienen en cuenta todos los momentos y los detalles.

Se puede mejorar la legislación en este punto?

--Creo que sí, el cardenal Angelini decía que “el magisterio y la vida de Juan Pablo II nos pueden ayudar a seguir avanzando en una unidad sustantiva que nos debe afectar y estimular a todos”.

Sobre los números de las personas empeñadas en España en la pastoral de la salud, el director del departamento de salud de la Conferencia Episcopal Española, Avilés Fernández, indicó a ZENIT que no se poseen cifras.

Se calcula que hay aproximadamente unos mil capellanes, si bien existen miles de personas empeñadas en diversos ámbitos, por lo que se realizará un censo que permitirá el próximo año tener la cifra.

Participaron en el congreso los obispos encargados de la Pastoral de la Salud con la intervención de monseñor Zygmunt Zimowski, presidente del Consejo Pontificio para los Agentes Sanitarios (Pastoral de la Salud); monseñor Valentin Pozaić, obispo auxiliar de Zagreb, Croacia; monseñor Jean-Marie Mate Musivi Mupendawatu, secretario del dicasterio para los Agentes Sanitarios, padre Augusto Chendi, subsecretario; monseñor Jaques Suaudeau, oficial de la AcademiaPontificiapara la Vida y consultor del Consejo Pontificio para los Agentes Sanitarios; y la religiosa Myriam Castelli, periodista de la Radio Televisión Italiana (RAI) Internacional.

En el marco de esta conferencia, este viernes se celebró en el Aula Pablo VI del Vaticano, a las 18,00 horas, el concierto de beneficencia titulado La Cruz, la Misericordia, la Gloria, que celebra la figura del beato Juan Pablo II, y está dedicado a su santidad Benedicto XVI.

Por H. Sergio Mora

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Mundo


Saturnino López Novoa, pasión por los últimos
Casa-museo del fundador de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados
HUESCA, viernes 25 noviembre 2011 (ZENIT.org).- La comunidad de Hermanitas de los Ancianos Desamparados inaugura la casa-museo de su fundador, el sacerdote Saturnino López Novoa, el martes 29 de noviembre. Monseñor Julián Ruiz Martorell, obispo de Huesca y Jaca, presidirá una Eucaristía en la catedral, en la que participará la madre general de la congregación, María Purificación Castro Negro.

El sacerdote Saturnino López Novoa nació en Sigüenza, España, en 1830 y murió en Huesca, en 1905. En su infancia quedó huérfano de madre y fue acogido por unos tíos, residentes en Berlanga de Duero, Soria, desde donde marchó en 1854 a Barbastro, con un tío suyo, Basilio Gil y Bueno, que había sido nombrado vicario capitular de esa diócesis. Al ser nombrado su tío obispo de Huesca (1862-1870), se trasladó con él a esta ciudad y permaneció a su servicio como secretario.

Fue párroco de la catedral de Huesca, secretario del Obispado, profesor del Seminario y canónigo. Escribió la Historia de la muy noble y muy leal ciudad de Barbastro y descripción geográfico-histórica de su Diócesis, que le valió el merecido nombramiento de académico correspondiente de la Real Academia de la Historia.

Fruto de una sólida formación eclesiástica iniciada en el seminario de Sigüenza, y la posterior obtención de los títulos de licenciado y doctor en Teología en el Seminario de Toledo, así como su entrega y generosidad en su vida sacerdotal, en Huesca dejó una destacada impronta en beneficio de las clases más necesitadas.

Fundó la Casa de Estudiantes Pobres, la Casa Asilo para Niñas, la rama femenina de las Conferencias de San Vicente de Paúl, propició la instalación en Huesca de las Hermanitas de los Pobres (francesas) y de las Siervas de María.

A petición del Ayuntamiento, realizó informes de la situación de pobreza y necesidad que sufrían numerosos oscenses.

Su puerta y su casa, en el nº 12 de la plaza Lizana, fue lugar de encuentro donde los pobres participaban de su generosidad y caridad sacerdotal.

Fue profesor del Seminario Conciliar y mecenas del mismo, confesor de órdenes religiosas, canónigo chantre de la santa iglesia catedral.

Ya en Barbastro, conoció a algunas jóvenes, procedentes de distintos lugares de España, que apuntaban la vocación religiosa y, desde Huesca, siguió tutelando su formación religiosa.

Con ese primitivo grupo, en el que estaba la que sería la primera madre general de la congregación de las Hermanitas, santa Teresa Jornet Ibars, fundó en Barbastro la gran obra de su vida, que con el carisma de la caridad, núcleo de la vida cristiana, esta congregación, extendida hoy por numerosos pueblos y ciudades de España y del mundo, acogen y sirven a los ancianos.

Escribió numerosas obras de carácter religioso y organizativo para la formación espiritual de las primeras comunidades de Hermanitas, que ya en vida del fundador fueron abriendo casas de acogida en bastantes poblaciones de España y América.

Con el tiempo, la Asociación de Católicos de Valencia, su arzobispo y el obispo Francisco García López facilitaron a Saturnino López Novoa medios y apoyos suficientes para que lo que inicialmente era un instituto de Hermanitas se convirtiera en congregación, que se establecería en Valencia, sede desde entonces de la casa general, a donde serían llevados desde Huesca los restos del fundador, en 1912.

En la casa-museo, recreación de la vivienda del fundador, de la plaza Lizana de Huesca, que se inaugura el próximo martes 29 de noviembre, es donde se fraguó la fundación de las Hermanitas. Numerosas visitas, viajes, encuentros de las primeras religiosas recibieron en estos espacios sus indicaciones, orientaciones, la fuerza de su fe y el impulso de su caridad, que junto a la generosidad de aquellas jóvenes hicieron posible el nacimiento y crecimiento de la congregación.

Para rememorar la fundación por el sacerdote Saturnino López Novoa de la congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, se descubrirá una placa conmemorativa en la que fue su residencia en Huesca.

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No permitamos que se oscurezca o debilite nuestro compromiso cristiano
Mensaje de la Asamblea Ordinaria de los obispos de Centroamérica
VALLE DE ÁNGELES, viernes 25 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Al término su su Asamblea Ordinaria, los obispos de Centroamérica, en su mensaje final, piden a quienes viven en sus países que no se oscurezca o debilite su compromiso cristiano y constatan con alegría que el pueblo centroamericano “no pierde la esperanza” aún viviendo situaciones de dificultad y dolor.

Los obispos de Centroamérica se reunieron en Asamblea Ordinaria Anual del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC), del 21 al 25 de noviembre en Valle de Ángeles, Honduras.

Centrándose, en su primera parte en la parábola del trigo y la cizaña, afirman que “Jesús nos enseña que el Reino de Dios se abre paso en la historia en medio de la malicia y del pecado humano”.

Reconocen como “trigo bueno, signo del Reino, el amor a la vida, arraigado en el corazón de nuestros pueblos y distintivo de nuestra cultura, vivido, sin embargo, en medio de la maleza de una alarmante violencia que reviste diversas formas y tiene diversos agentes: el crimen organizado y el narcotráfico, violencia común y creciente violencia intrafamiliar”.

Junto a las soluciones sociales y económicas que los Estados y la sociedad deben implementar para frenar y erradicar el crecimiento de este flagelo, “los cristianos –afirman- debemos empeñarnos en el seguimiento de Cristo Redentor”.

“Con la conciencia de que el trigo bueno del Reino de Dios sigue creciendo en medio de la maleza, no permitamos que se oscurezca o debilite nuestro compromiso cristiano por vivir y anunciar los valores del Evangelio”, exhortan.

En segundo lugar, recuerdan la parábola del grano de mostaza, “con la que Jesús nos enseña que el Reino de Dios no llega necesariamente a través de acciones o gestos grandiosos, sino discretamente por medio de realizaciones humanas, inicialmente sencillas o limitadas”.

Reconocen con alegría “algunos signos de vida eclesial, que como granitos de mostaza pueden parecer pequeños, pero ya están dando mucho fruto en nuestras comunidades”.

Entre ellos, señalan “la profunda 'espiritualidad' de nuestro pueblo centroamericano, con la que se aferra al amor de Dios y no pierde la esperanza aún viviendo situaciones dramáticas de dificultad y de dolor”, así como la entrega generosa de tantos sacerdotes, religiosos y laicos, que en el campo y la ciudad dan testimonio de Cristo y sirven a la Iglesia aun en medio de no pocas limitaciones y sacrificios.

En tercer lugar, “el camino de renovación de muchas de nuestras parroquias, que se está abriendo paso a pesar de ciertas resistencias personales y estructurales”.

Otro signo “sumamente esperanzador es la fe entusiasta de muchos jóvenes, 'amigos y discípulos de Cristo', quienes ciertamente son y seguirán siendo en el futuro fermento de renovación de nuestra sociedad a la luz el Evangelio”.

Finalmente recuerdan la parábola del sembrador, “con la que Jesús se presenta a sí mismo anunciando con optimismo el Reino, con sus palabras y sus obras, sin excluir a nadie del proyecto de Dios”.

“Es nuestro mayor deseo como obispos de Centro América que nuestra Iglesia no cese de sembrar con ardor misionero la semilla del Evangelio, convirtiéndose en un 'poderoso centro de irradiación de la vida en Cristo' (Aparecida, 362), comprometida por una vida mejor y más digna para todos, especialmente para los más pobres y marginados de la sociedad”, afirman.

“Esforcémonos en vivir nuestra fe como camino de discipulado misionero, fruto de un encuentro profundo y continuamente renovado con Jesucristo, vivido en la comunión y participación activa

en el seno de la comunidad eclesial y expresada proféticamente en el testimonio significativo y eficaz de los valores del Evangelio en medio de la sociedad”.

Los obispos centroamericanos expresan su profunda gratitud a Adveniat, organismo de la Conferencia Episcopal Alemana, que está cumpliendo en este año cincuenta años de existencia, y a todo el pueblo católico de Alemania. Creada por los obispos alemanes con el propósito de apoyar el camino evangelizador de la Iglesia de América Latina, Adveniat, concluyen, “se ha manifestado siempre cercana y generosa a las necesidades de nuestras iglesias centroamericanas”.

Ver mensaje completo en:http://www.zenit.org/article-40996?l=spanish

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¿Quién es verdaderamente Satanás?
Habla Gabriele Amorth, uno de los mayores expertos en exorcismo
TERNI, viernes 25 de noviembre de 2011 (ZENIT.org).- ¿Quién es el diablo? ¿Cuál es su verdadero nombre? ¿Cómo es de poderoso? ¿Cómo se manifiesta su obra destructora en la vida de los hombres? A estas preguntas y a otras similares respondió el padre Gabriele Amorth, el exorcista italiano más famoso, en una vídeo entrevista proyectada durante el Umbria International Film Fest, poco antes de la emisión de la película El rito, de Mikael Håfström, sobre sus propias prácticas exorcistas.

El diablo, explicó el padre Amorth es, antes que nada, un espíritu creado por Dios como ángel. Como los hombres, también los ángeles fueron sometidos a una prueba de obediencia en la que Satanás, que era el más esplendoroso entre los espíritus celestes, se rebeló.

Satanás es, por tanto, el primer diablo de la historia sagrada, además de ser el más potente de todos. Como en el paraíso, con los beatos y los ángeles, en sus distintas categorías, también en el infierno hay una jerarquía. Mientras que el Reino de Dios está gobernado por el amor, el reino de Satanás está dominado por el odio. Los demonios se odian entre ellos y su jerarquía se basa en el terror, dijo el padre Amorth.

Un día, prosiguió el exorcista, pretendía liberar a una persona poseída por un demonio que ni siquiera estaba entre los más poderosos. ¿Por qué no te vas?, le pregunté. Porque si me voy Satanás me castiga. El objetivo de la existencia de los demonios es hacer caer al hombre en el pecado y llevarlo al infierno, explicó Amorth.

¿Entonces qué es lo que empuja al hombre a esta insensata obra de autodestrucción y daño? Según el padre Amorth, el hombre se ve empujado por la curiosidad, una inclinación que puede ser positiva o negativa según los casos.

La verdadera carta vencedora del demonio, sin embargo, es estar siempre escondido y la cosa que más desea es que no se crea en su existencia. Él nos estudia a cada uno y nuestras tendencias al bien y al mal, y después suscita la tentación, aprovechándose de nuestras debilidades.

La época actual se caracteriza por el olvido parcial o total de la figura del diablo que, de esta manera, obtiene sus éxitos más importantes. Si la humanidad pierde el sentido del pecado, es casi automático que aparezca la idea de que el aborto y el divorcio sean una conquista de la civilización y no un pecado mortal, observó Amorth.

Es obvio que el diablo se esconde detrás de prácticas como el ocultismo y la magia, aprovechándose de nuestra curiosidad. Quien quiera conocer su futuro o hablar con los muertos, por ejemplo, se encuentra con el demonio sin quererlo.

El padre Amorth no descarta tampoco a Harry Potter, el ídolo literario y cinematográfico de tantos niños de todo el mundo, es, según el exorcista, testimonio de la magia, y a pesar de esto se vende incluso en librerías católicas.

Peligrosas y dudosas, para Amorth, son también las prácticas orientales aparentemente inocuas como el yoga: parece no tener propósito pero lleva al hinduismo, explicó el exorcista. Todas las religiones orientales se basan en la falsa creencia de la reencarnación.

A la pregunta de si Satanás atormenta más las almas de los ateos o de los creyentes, el padre Amorth respondió que el mundo pagano es más vulnerable al demonio que el cristiano o creyente, sin embargo es más difícil que un ateo vaya a un sacerdote.

Amorth, que contó que había exorcizado también a musulmanes e hindúes, puntualizó: Si se presentase ante mí un ateo le diría que yo actúo en nombre de Jesucristo y le recomendaría que se informase de quien es Jesucristo.

Un aspecto curioso y para nada secundario de la actividad del exorcista está ligado al nombre de los demonios. “La primera cosa que pregunto al poseído es cual es su nombre --explicó el padre Amorth--. Si me responde con el verdadero nombre, para el demonio ya es una derrota: ha sido obligado a decir la verdad, a descubrirse”.

En caso contrario, el demonio responderá cada vez con un nombre diferente. Los demonios, en realidad, como los ángeles, no tienen nombre --dijo Amorth--, pero se atribuyen apelativos incluso tontos como Isbò: este último era un demonio con un nombre estúpido pero era potentísimo, hasta el punto que fue capaz de matar a un exorcista y a un obispo.

El padre Amorth precisó que la persona poseída no está necesariamente en pecado mortal, porque Satanás puede poseer el cuerpo pero no el alma, y recordó que el demonio no actúa sólo con la posesión, también con el acoso, la obsesión y la infestación (esta última se refiere a lugares físicos).

Los maleficios ligados a prácticas ocultas (mal de ojo, vudú, macumba, etc) son casos rarísimos, dijo el exorcista.

Quien reza y se confía constantemente a Dios no debe tener miedo del demonio. Por lo demás el padre Amorth declaró que no había tenido nunca miedo del demonio en los exorcismos. A veces, precisó he tenido miedo de hacer daño físico; por ejemplo es un riesgo exorcizar a una persona enferma del corazón.

Amorth concluyó la entrevista confirmando que muchas personas, efectivamente, venden su alma al demonio, pero, añadió, con ironía, “yo he quemado muchos contratos”.
 

Por Luca Marcolivio
[Traducción del italiano por Carmen Álvarez]

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Flash


Moscú prohibirá la propaganda de la homosexualidad
Se une a San Petersburgo que ya reguló la prohibición
MOSCÚ, viernes 25 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Moscú ha decidido sumarse a San Petersburgo, la segunda ciudad del país, y promover una normativa que prohíbe la “propaganda de la homosexualidad”, según informaba la prensa local el 17 de noviembre.

El proyecto de San Petersburgo fue ya aprobado en primera lectura por su Asamblea Legislativa por 27 votos a favor, uno en contra y una abstención.

El proyecto de nueva normativa en San Petersburgo fue propuesto por el partido Rusia Unida para prohibir la “propaganda de la sodomía, el lesbianismo, el bisexualismo, el transgenerismo y la pederastia” a los menores de edad.

El proyecto hará virtualmente imposible las actividades de las organizaciones de este tipo e incluso la organización de eventos, como las marchas del “Orgullo Gay”, que sistemáticamente son prohibidas por las autoridades rusas.

Ahora es Moscú la ciudad rusa que ha decidido seguir los pasos de San Petersburgo, y ya se ha puesto manos a la obra para aprobar un proyecto similar, según confirmó el propio Ayuntamiento moscovita, a través de la presidenta de su comité de Salud Pública Lyudmila Stebenkova, informaba el periódico Gazeta.

Anton Paleeva, que preside la comisión de asociaciones públicas y organizaciones religiosas en la Duma de la Ciudad de Moscú, dijo que el proyecto de ley en Moscú “ayudará a todos”. “Tal propaganda tiene que detenerse”, declaró a Gazeta.

Según Ekho Moskvy, el portavoz de la Duma moscovita Vladimir Platonov afirma que la capital está lista para seguir el ejemplo de San Petersburgo.

La región de Riazán fue la primera en introducir una ley de este tipo, con la ciudad de Arkángel como la primera que tuvo una normativa antigay antes que empezara su actual proceso legislativo San Petersburgo.

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Conocer la belleza nocturna del Museo de Arte Sacro
El palacio episcopal de Orihuela monumento nacional
ORIHUELA, viernes 25 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Se pone en marcha en la diócesis de Orihuela-Alicante la actividad “Noche en el Museo” que permite conocer este centro museístico desde un punto de vista diferente.

El Museo Diocesano de Arte Sacro organiza la actividad “Noche en el Museo”. Con esta iniciativa, que tendrá lugar este sábado, 26 de noviembre, desde las 20:00 horas a las 22:00, se pretende dar a conocer la belleza nocturna de la arquitectura del Palacio Episcopal de Orihuela, declarado monumento nacional.

Además de ofrecer la oportunidad de disfrutar de una visión diferente de las obras de arte que se conservan en las salas de este centro museístico, entre las que se expone el lienzo de La Tentación de Santo Tomás de Aquino, obra de Diego Velázquez.

Se cuenta además con el aliciente de que las visitas guiadas se realizarán por especialistas en historia y arte sacro como el director del museo José Antonio Martínez, el secretario de la comisión para los Bienes Culturales de la diócesis de Orihuela-Alicante Mariano Cecilia, y la historiadora Gemma Ruiz.

Para esta ocasión tan especial, se ha rebajado el precio habitual de la entrada, siendo el coste de 3 euros.

La recaudación obtenida durante esta actividad se destinará a la restauración de la Cruz de Plata de Leandro Belcove (siglo XVI), que se conserva en la sala de arte medieval.

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Espiritualidad


Esperanza, a pesar de la crisis
Adviento, tiempo de ser samaritanos
MADRID, viernes 25 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a nuestros lectores la firma del arzobispo castrense de España Juan del Río Martín, quien aborda el nuevo tiempo litúrgico que comienza este domingo, el Adviento, con una invitación a ser samaritanos con los más golpeados por la crisis.

*****

+ Juan del Río Martín

Se abre el Año Litúrgico con las cuatro semanas que comprende el tiempo de Adviento. En este periodo, la espiritualidad cristiana se centra en la renovación de la esperanza en los fieles. Es verdad que el objeto principal de nuestro esperar no son los bienes de esta vida, que “la herrumbre y la polilla corroen y los ladrones desentierran y roban” (Mt 6,19), sino el mismo Jesucristo como garantía para lograr los bienes prometidos. Pero a la vez, nuestra condición de “espíritu encarnado” requiere satisfacer las necesidades más elementales, de ahí que el Señor Jesús enseñará a sus discípulos a rogar al Padre por “el pan nuestro de cada día”.

Sin embargo, en la actualidad estamos viviendo una crisis globalizada de la “sociedad del bienestar”, que había creado tantas esperanzas humanas en la mayoría de los ciudadanos. ¿Qué es lo que nos ha conducido a este abismo? Han contribuido de manera decisiva el vivir por encima de nuestras posibilidades económicas, la codicia colectiva y la corrupción institucional y personal. Luego vendrán los análisis de los expertos políticos, económicos y financieros, que expondrán concienzudos estudios, que el gran público no entiende, y que los medios de comunicación los despachan en grandes titulares. Lo cierto es que, en estos momentos, el pueblo llano experimenta confusión, incertidumbre y auténtica angustia. Porque ya son muchos los millones de personas que, en un corto espacio de tiempo, se han visto sin trabajo y están viviendo verdaderas tragedias familiares. Esto está originando un clima de agresividad creciente que puede hacer peligrar las bases mismas de las instituciones democráticas.

Ya en 1991, después del fracaso del colectivismo marxista, el beato Juan Pablo II había puesto en guardia contra el peligro de una idolatría del mercado, que ignora la existencia de bienes que, por su naturaleza no son ni pueden ser simples mercancías”. En muchas ocasiones fue tachada la Iglesia Católica de aguafiestas, cuando denunciaba que “la simple Europa de los mercaderes”, que prescindía de sus raíces cristianas, estaba llamada al fracaso ¡Desgraciadamente estamos asistiendo a su cumplimiento!

Benedicto XVI, en su encíclica Caritas in Veritate, ha mostrado cómo la actual crisis no es solamente de naturaleza económica y financiera sino, ante todo, de tipo moral, además de ideológica. La economía, sea personal o corporativa, tiene necesidad de la ética para su correcto funcionamiento.

Y no una ética cualquiera, sino de una ética amiga de la persona, que evite tanto el individualismo como el utilitarismo, y la prometeica ideología tecnócrata.
¿Qué puede hacer el cristiano ante esta situación? Si se está en condiciones de aportar iniciativas emprendedoras, hacerlo. Y siempre cumplir estrictamente los deberes ciudadanos, porque éstos se dirigen hacia la solidaridad. Ello no agota el cumplimiento de la esperanza, porque los cristianos están sobre la tierra, pero su ciudadanía es la del cielo (Carta a Diogneto). Además, se someten a las leyes establecidas, pero con su propia vida superan las leyes (Ibid.) porque viven de, por y para la caridad.

La Iglesia, cuidadosa Madre de sus hijos, encauza el caudal samaritano hacia los más necesitados de esta situación como puedan ser: los parados, los sin techos, los desamparados y desesperados…mediante la ayuda personal y de las organizaciones caritativas, que tanto bien están haciendo a la sociedad.

Esta es la respuesta que pide el Adviento, que las exigencias materiales estén presentes también en el ámbito de la esperanza. Ella nos libra del pesimismo inoperante y del desaliento. Incita a la superación, facilita la revisión de nuestro camino personal y comunitario. Estimula a buscar nuevas reglas que eviten los abusos y fomenten la sobriedad. Y por último, dilata el alma en la espera la bienaventuranza eterna. En definitiva, el realismo esperanzador dinamiza las culturas, cambia los corazones y transforma las estructuras.

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Documentación


Nuestro pueblo no pierde la esperanza aún con dificultad y dolor
Mensaje de la Asamblea Ordinaria de los obispos de Centroamérica
VALLE DE ÁNGELES, viernes 25 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el texto íntegro del mensaje, al término su su Asamblea Ordinaria, de los obispos de Centroamérica en el que piden a los fieles que no se oscurezca o debilite su compromiso cristiano, y constatan con alegría que el pueblo centroamericano “no pierde la esperanza” aún viviendo situaciones de dificultad y dolor.

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A nuestros sacerdotes, religiosos y religiosas, agentes de pastoral, pueblo católico, hermanos en la fe cristiana, a todos los centroamericanos, hombres y mujeres de buena voluntad:

Introducción

1. «Gracia a ustedes y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo» (Fil 1,2). Los obispos de Centro América nos hemos reunido para la Asamblea Ordinaria Anual del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC), del 21 al 25 de noviembre en Valle de Ángeles, Honduras. Como pastores, «llamados a vivir el amor a Jesucristo y a la Iglesia en la intimidad de la oración y en la donación de nosotros mismos a los hermanos y hermanas, a quienes presidimos en la caridad»

(Aparecida, 186) en estos días «hemos dado gracias a Dios por todos ustedes, recordándolos sin cesar en nuestras oraciones» (1 Tes 1,2).

2. Hemos vivido en nuestra asamblea una rica experiencia de comunión y de fraternidad, que nos ha hecho gustar el ser Iglesia como «casa y escuela de comunión» (Aparecida, 187) y nos ha impulsado a renovar con alegría nuestro ministerio como «pastores y guías espirituales de las comunidades a nosotros encomendadas» (Aparecida, 188). Hemos orado y reflexionado juntos, hemos compartido el camino de la Iglesia en los diferentes países y hemos discernido la voluntad de

Dios frente a los retos de la realidad. En este espíritu de oración y de comunión deseamos dirigirles, a la luz de tres parábolas del evangelio, un mensaje de fe y de esperanza que, aun en medio de las oscuridades e incertidumbres de la historia, contribuya a reconocer la presencia del Reino de Dios en nuestros pueblos.

«Dejen que el trigo y la cizaña crezcan juntos hasta la cosecha» (Mt 13,30)

3. Recordemos en primer lugar la parábola del trigo y la cizaña. En ella Jesús nos enseña que el Reino de Dios se abre paso en la historia en medio de la malicia y del pecado humano, creciendo como el trigo en medio de la maleza. De este modo Jesús nos ayuda a ver la realidad con objetividad y esperanza, reconociendo las luces y sombras de la historia pero confiando en la victoria final del proyecto de Dios (cf. Mt 13,24-30).

4. Reconocemos como trigo bueno, signo del Reino, el amor a la vida, arraigado en el corazón de nuestros pueblos y distintivo de nuestra cultura, vivido, sin embargo, en medio de la maleza de una alarmante violencia que reviste diversas formas y tiene diversos agentes: el crimen organizado y el narcotráfico, violencia común y creciente violencia intrafamiliar. Junto a las soluciones sociales y económicas que los Estados y la sociedad deben implementar para frenar y erradicar el crecimiento

de este flagelo, los cristianos debemos empeñarnos en el seguimiento de Cristo Redentor, a través de la oración por la paz y el compromiso por la vida y la justicia, sabiendo que «la radicalidad de la violencia sólo se resuelve con la radicalidad del amor redentor» (Aparecida, 543).

5. En medio de pueblos que aman la verdad y la honestidad y que han luchado siempre por la igualdad y la libertad, paradójicamente persisten todavía situaciones y estructuras adversas tales como la exclusión social de inmensas mayorías pobres, la corrupción en la sociedad y en el Estado, el irrespeto a las leyes y a las instituciones democráticas y la violación a los derechos humanos. Todo ello rompe la armonía social, contribuye al crecimiento de la pobreza de gran parte de nuestra población y provoca la dolorosa migración forzada de muchos centroamericanos. Vemos,

finalmente, como trigo en medio de la maleza, el aprecio por el valor de la familia todavía existente en nuestra sociedad, a pesar de que hoy se ve amenazada por ideologías, leyes y situaciones de inseguridad económica que no la favorecen. Con la conciencia de que el trigo bueno del Reino de Dios sigue creciendo en medio de la maleza, no permitamos que se oscurezca o debilite nuestro compromiso cristiano por vivir y anunciar los valores del Evangelio.

«El Reino es como un grano de mostaza, la más pequeña de todas las semillas» (Mc 4,31)

6. En segundo lugar deseamos recordar la parábola del grano de mostaza, con la que Jesús nos enseña que el Reino de Dios no llega necesariamente a través de acciones o gestos grandiosos, sino discretamente por medio de realizaciones humanas, inicialmente sencillas o limitadas. Estas realidades aparentemente pequeñas son signos a través de las cuales el Señor llega a nuestra historia y nos las ofrece como oportunidades para comprometernos generosamente en la construcción de su reino, descubriendo el valor decisivo del momento presente por insignificante que parezca (cf. Mc 4,30-32).

7. Reconocemos con alegría algunos signos de vida eclesial, que como granitos de mostaza pueden parecer pequeños, pero ya están dando mucho fruto en nuestras comunidades. Entre ellos podemos señalar la profunda «espiritualidad» de nuestro pueblo centroamericano, con la que se aferra al amor de Dios y no pierde la esperanza aún viviendo situaciones dramáticas de dificultad y de dolor; la entrega generosa de tantos sacerdotes, religiosos (as) y laicos (as), que en el campo y la ciudad dan testimonio de Cristo y sirven a la Iglesia aun en medio de no pocas limitaciones y sacrificios; y, en tercer lugar, el camino de renovación de muchas de nuestras parroquias, que se está abriendo paso a pesar de ciertas resistencias personales y estructurales. Otro signo sumamente esperanzador es la fe entusiasta de muchos jóvenes, «amigos y discípulos de Cristo» (Aparecida, 443), quienes

ciertamente son y seguirán siendo en el futuro fermento de renovación de nuestra sociedad a la luz el Evangelio. La Iglesia desea ser cercana a los jóvenes, animando sus más nobles ideales, acompañándoles en su vida espiritual y colaborando en la formación de su conciencia social y política a la luz de los valores del Reino de Dios.

«Una vez salió un sembrador a sembrar» (Mc 4,3)

8. Finalmente recordemos la parábola del sembrador, con la que Jesús se presenta a sí mismo anunciando con optimismo el Reino, con sus palabras y sus obras, sin excluir a nadie del proyecto de Dios. Con la parábola Jesús quiere también combatir la desesperanza de quienes no ven resultados inmediatos, exhortándonos a proclamar siempre la Palabra con confianza en su eficacia transformadora, sin desanimarnos por los aparentes fracasos y sin importar que haya corazones duros que no estén dispuestos a recibirla (cf. Mc 4,1-9).

9. Hoy Jesús continúa sembrando la semilla del Evangelio a través de la misión evangelizadora de la Iglesia, «que tiene como misión propia y específica, comunicar la vida de Jesucristo, a todas las personas, anunciando la palabra, celebrando los Sacramentos y predicando la caridad» (Aparecida, 386). Es nuestro mayor deseo como obispos de Centro América que nuestra Iglesia no cese de sembrar con ardor misionero la semilla del Evangelio, convirtiéndose en un «poderoso centro de irradiación de la vida en Cristo» (Aparecida, 362), comprometida por una vida mejor y más digna para todos, especialmente para los más pobres y marginados de la sociedad.

10. La parábola del sembrador exige la fe de quien lanza la semilla y la fe del terreno que la recibe (Cf. Mc 4,13-20). Por eso exhortamos a todo el pueblo de Dios a que acojamos con renovada gratitud del don de la fe, viviendo sus exigencias con coherencia y radicalidad. Dóciles a la acción de Dios, «quien, por su benevolencia, realiza en nosotros el querer y el obrar» (Fil 2,13), esforcémonos en vivir nuestra fe como camino de discipulado misionero, fruto de un encuentro profundo y continuamente renovado con Jesucristo, vivido en la comunión y participación activa en el seno de la comunidad eclesial y expresada proféticamente en el testimonio significativo y eficaz de los valores del Evangelio en medio de la sociedad.

11. Manifestamos nuestra profunda gratitud a Adveniat, organismo de la Conferencia Episcopal Alemana, que está cumpliendo en este año cincuenta años de existencia, y a todo el pueblo católico de Alemania. Creada por los obispos alemanes con el propósito de apoyar en modo solidario el camino evangelizador de la Iglesia de América Latina, Adveniat se ha manifestado siempre cercana y generosa a las necesidades de nuestras iglesias centroamericanas. ¡Gracias por su generosidad y solidaridad! ¡Gracias por apoyarnos en nuestro esfuerzo de sembrar la semilla liberadora del Evangelio en nuestros pueblos!

12. Que la Virgen María, «la discípula más perfecta del Señor», quien «con su fe, llega a ser el primer miembro de la comunidad de los creyentes en Cristo» (Aparecida, 266), ilumine con su amor maternal el camino de la Iglesia en Centro América, para que vivamos nuestra fe como ella, «tanto en la actitud de escucha orante como en la generosidad del compromiso en la misión y el anuncio» (Verbum Domini, 28).

Dado en Tegucigalpa, Honduras, el veintitrés de noviembre de dos mil once.

+ Leopoldo José Brenes Solórzano, arzobispo de Managua, Nicaragua, presidente del SEDOC.

+ Jorge Solórzano Pérez, Obispo de Granada, Nicaragua, secretario general del SEDAC

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