28.11.11

¿Es la organización de los Testigos de Jehová una secta? (5)

A las 1:18 AM, por José Miguel Arráiz
Categorías : Sectas, Testigos de Jehová
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Parte V – Reforma del pensamiento


La reforma del pensamiento, educación o reeducación, comúnmente llamado “lavado de cerebro”, consiste en la aplicación de diversas técnicas de persuasión, coercitivas o no, mediante las cuales cambiar, en mayor o menor grado, las creencias, conducta, pensamientos y comportamiento de un individuo o sociedad, con el propósito de ejercer sobre ellos reconducciones o controles políticos, religiosas y cualquier otro.

En esta entrega analizaremos las técnicas que usa la organización para reformar el pensamiento de sus adeptos, pero para ilustrarlo comenzaremos citando la siguiente publicación de la revista Atalaya:

Un maravilloso regalo de Jehová

LA ATALAYA del 1 de mayo de 1996 contenía un estudio a fondo sobre la neutralidad cristiana y cómo equilibrar las responsabilidades cristianas que tenemos con Jehová y con el “César”. (Mateo 22:21.) Se han recibido muchos comentarios de agradecimiento por la nueva información, entre ellos la siguiente carta, escrita por un Testigo de Grecia y dirigida al Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová:

“Quiero expresarles mi más profundo agradecimiento a todos ustedes, queridos hermanos, por el buen cuidado espiritual que nos dispensan. Habiendo pasado unos nueve años en prisión debido a mi fe cristiana, agradezco de verdad las maravillosas reflexiones de La Atalaya del 1 de mayo de 1996. (Isaías 2:4.) Fue un maravilloso regalo de Jehová. (Santiago 1:17.)

”Mientras leía estos artículos, recordé un comentario de un número anterior (1 de agosto de 1994, página 14): ‘Es obvio que ser razonable es una cualidad valiosísima, pues potencia el amor que le tenemos a Jehová’. Sí, hermanos, doy gracias a Jehová por ser parte de esta organización bondadosa y amorosa, que claramente refleja su sabiduría. (Santiago 3:17.)

La luz más clara de La Atalaya del 1 de mayo ha sido bien recibida aquí en Grecia, especialmente por quienes han pasado varios años en prisión o aún se hallan presos debido a su fe. Gracias de nuevo. Que Jehová los fortalezca con su espíritu para que continúen suministrándonos el valioso alimento espiritual en estos tiempos turbulentos.”
[1]

 

En dicha publicación, la Atalaya reproduce las cartas de agradecimiento que han recibido a raíz del cambio de doctrina expresado en La Atalaya del 1 de Mayo de 1996, en el cual declaraban que ya no era pecado presentar servicio civil sustitutivo. Las personas que escriben para agradecerlo son precisamente personas que estaban, o habían estado presas. Ante una publicación así, saltan a la vista los siguientes interrogantes:

1) La Atalaya suministra una “luz más clara” de manera que ahora entienden que lo que antes era pecado, ahora no lo es.
2) Las personas que escriben las cartas de agradecimiento no se detienen a reflexionar como esa “luz más clara” ya la habían recibido primero que ellos el resto de denominaciones cristianas, incluyendo la Iglesia Católica y el resto de protestantes, que nunca lo consideraron pecado.
3) Es curioso que no expresan ningún enojo, siendo que algunos de ellos habían estado varios años en prisión, algunos todavía se encontraban presos (no se mencionan los que murieron en la carcel).
4) Simplementeagradecen” efusivamente, y lo reciben como “un maravilloso regalo de Jehová”, pero al mismo tiempo dicen que la organización es “bondadosa y amorosa”.
5) Quienes escriben la carta tampoco se preguntan que si el esclavo fiel y discreto ha sido nombrado para suministrar “alimento espiritual al tiempo apropiado[2], ¿no era el tiempo apropiado antes de que fueran a la cárcel?

Esta forma de razonar es tremendamente inquietante, no solo porque bajo su propia perspectiva es inexplicable como ese “maravilloso regalo” lo recibiera primero “la gran Ramera”, sino porque esa no es la forma normal de reaccionar de alguien que ha pasado tanto tiempo en la carcel, por algo que le han dicho que es pecado, y ahora resulta que no.

El mismo caso puede ocurrir si se llega a dar un cambio respecto al tema de las transfusiones de sangre, ¿Recibirán cartas de agradecimiento por otro “maravilloso regalo de Jehová” de parte de los padres y familiares de los que fallecieron mientras llegaba “la luz más clara”?.

Pero lo que a todas luces nos parece una forma de reaccionar ilógica, encuentra una perfecta explicación si estudiamos la manera en como la organización cambia la manera de pensar de los adeptos con un método eficiente y sistemático.
 

“Alimento espiritual”

En una de las entregas anteriores habíamos comentado como los testigos de Jehová se hacían completamente dependientes de sus publicaciones, a las cuales consideran “alimento espiritual” y “provisión de Jehová”, y como el estudio de la Atalaya era obligatorio en sus reuniones. En dichas publicaciones se encuentra una característica singular presente en la mayoría de sus libros: numeran los párrafos y al final hacen preguntas al pie de página de cada capítulo, de manera de guiar a sacar las conclusiones que ellos desean. Como luego de estudiar cada capítulo, es la propia persona la que responde, eso ayuda a que crea que es ella la que piensa de esa manera. A medida que pasa el tiempo y reciben las mismas ideas una y otra vez en cada una de las distintas publicaciones, quedan fijo en sus adeptos el convencimiento de dichas opiniones. El método que en sí mismo no es malo, pegagógicamente hablando, se combina con el ejercicio que el adepto hace a la hora de predicar, en el cual mientras intenta convencer a otros, se reafirma a sí mismo en dichas opiniones. En este proceso obtienen la capacidad de lucir una erudición aparente ante personas que no tienen sólidos conocimientos anteriores.

Otro factor clave es la inmensa cantidad de obras y libros que les suministra la organización para todo, de manera que no tengan necesidad de buscar información en obras que no les pertenezcan. En estas obras acostumbran a citar profusamente fuentes externas de manera de dar la impresión de que opiniones autorizadas avalan sus posturas, pero lo hacen de una manera selectiva y sesgada, ocultando información a los adeptos, o solo seleccionando aquella que les parece conveniente. La finalidad es que el adepto queda con la impresión de que todo lo que se le enseña está sólidamente sustentado y lo acepta con docilidad.

El padre Alfredo Raúl Fermín reseña uno de tantos casos donde citan de manera selectiva y truncada fuentes bibliográficas a su conveniencia. Por ejemplo, intentando justificar su creencia de que Jesús fue crucificado en un “palo” o “madero” y no en una cruz. Explica el sacerdote:

“En Razonemos (pág. 85 edición de 1985), se da un gran relieve al pretendido valor propio de los términos griegos presentes en el NT: staurós y xylon, los cuales son traducidos por toda la cristiandad como “cruz”. En este punto citan un reconocido diccionario de griego de Henry George Liddell y Robert Scott, de la casa editorial Le Monier. Pero veamos como lo presenta el libro Razonemos: “¿Qué podemos decir del instrumento usado para dar muerte el hijo de Dios?…El diccionario Liddett Scott da esta definición: ‘Leña cortada lista para el uso…pedazo de leña, tronco, palo, …bastón,…palo al que eran fijados los malechores’ (Le Monier, 1975)’”

Los puntos suspensivos indican que la fuente es citada solo en algunas partes, y es llamativo hacerlo en una cita tan corta. Lo que sucede es que en el propio diccionario después de la palabra ‘malechores’ coloca ‘La Cruz del NT’. Es decir, según el diccionario que citan como evidencia de que la palabra staurós debe entenderse como “madero” y no “cruz”, recortan aquello que hace referencia a que en el Nuevo Testamento la palabra debe traducirse como “cruz”.

En la página 1183 del mismo diccionario se define la segunda acepción de la palabra staurós: “cruz, también metal., NT: su forma era expresada por la legra griega T”. Y para el verbo stauró, en la primera acepción tiene “que lleva la cruz”; mientras que en la segunda acepción está “crucificar, N.T.”. Un testigo de Jehová que no acuda a la fuente pensará que este diccionario apoya el punto de vista de su organización.

Cuando la editorial Le Monier escribió una carta[3] reclamándo a la Watchtower esa forma de citarles la juzgaban “muy incorrecta” y su manera de actuar era “grave para nuestra reputación científica”, respondieron:

Cualquier autor que haga referencia a las definiciones de un diccionario sigue la constante y correcta práxis de citar una o más acepciones que se uniforman al argumento tratado, sin tener la obligación de citarlas todas, aun aquellas que son contrarias al concepto expuesto…[4]

A esto respondió Le Monier firmemente calificando esa actitud como maliciosa, a lo cual la organización tuvo que agregar después de la palabra “malechores”, “Cruz del NT”, lo que dejó perplejo a más de un testigo de Jehová.[5]


El mismo recurso lo aplican cuando hablan de la Iglesia primitiva y los padres de la Iglesia, para transmitir la impresión de que los primeros cristianos compartían sus puntos de vista. Muchas cosas descubrirían los adeptos si se pusieran a leer ellos mismos directamente a los padres de la Iglesia y no a través de las citas que les provee la organización.
 

Biblia a la “medida”

La organización cuenta desde 1961 con su propia traducción de la Biblia, Traducción del Nuevo Mundo de las Sagradas Escrituras (abreviado TNM), la cual es considerara generalmente por católicos y protestantes como una traducción tendensiosa creada con la finalidad de poder apoyar sus propias doctrinas.

Ya en La Atalaya del 1 de marzo de 1963, pág. 159 ellos habían sostenido que “uno sencillamente no puede traducir apropiada y acertadamente la Biblia a menos que entienda claramente sus enseñanzas”, lo que ya era un reconocimiento implícito de que ellos realizaron la traducción en base a su propia interpretación de la Biblia, y así lo reconocen más adelante en la misma revista:
 

“La manera en que estas dos palabras han sido traducidas en la Traducción del Nuevo Mundo ha hecho surgir la acusación de que los del Comité de Traducción de la Biblia del Nuevo Mundo, permitieron que sus creencias religiosas influyeran en ellos. Esta acusación es cierta, más no lo hicieron incorrecta o indebidamente”


Es frecuente ver a la organización citar eruditos y expertos en apoyo a la calidad de su traducción[6], pero suelen nuevamente o citarlos selectivamente y fuera de contexto, tal como han podido comprobar aquellos que han ido a las fuentes citadas. Abordar este tema excede el alcance de esta serie, pero si quiere más información y domina el idioma inglés puede consultar el artículo The New World Translation, What the Scholars Really Said[7]

Entre la gran cantidad de textos que la TNM traduce a tendenciosamente y a conveniencia podríamos mencionar: Mateo 25,46; 27;52-53; Juan 1,1.18; 6,56; 7,29; 8,58; 14,13.14; Lucas 22,19-20; 23,43; Hechos 2,42; 20,7; Colosenses 1,16-17; entre muchos otros.

De esta manera el adepto se encuentra virtualmente rodeado por fuentes de información que favorecen el punto de vista de la organización: revistas, libros, folletos, que citan al mismo tiempo una Biblia amoldada a sus doctrinas, mientras que se le desmotiva a consultar obras no pertenecientes a la organización. Esto, combinado con las preguntas guiadoras y frecuentemente conclusivas de sus publicaciones, logran encaminar el pensamiento hacia la idea que se desea fijar.

Así, la organización mantiene a sus adeptos “donando” dinero para obtener cada nueva publicación, mientras mantiene un firme control sobre su forma de pensar. Se logran dos objetivos de un solo golpe.

Fijando ideas sectarias

Otro elemento importante de control sectario, radica en fijar ciertas ideas que anulan la capacidad de crítica en el individuo, haciéndolo pensar si lo hace se convertirá en un “esclavo malo”, a quien Jesús va a “rechazar” y “castigar con mayor severidad”. Un ejemplo lo tenemos en la forma en que satanizan a aquellos que abandonaron la organización luego del chasco de 1914:
 

Aquel esclavo malo

…Antes de 1914, numerosos miembros de la clase del esclavo tenían grandes esperanzas de que en dicho año se reunirían con el Novio en los cielos, pero sus expectativas no se cumplieron. Como resultado de esta y de otras circunstancias, muchos se desanimaron, y unos cuantos se amargaron. Algunos de estos últimos se pusieron a “golpear” verbalmente a sus anteriores hermanos y confraternizaron con “borrachos inveterados”, es decir, con grupos religiosos de la cristiandad (Isaías 28:1-3; 32:6).

Estos anteriores cristianos llegaron a asumir la identidad del “esclavo malo”, y Jesús los castigó “con la mayor severidad”. ¿De qué manera? Los rechazó, y ellos perdieron su esperanza celestial. Sin embargo, no fueron destruidos de forma inmediata. Primero tuvieron que soportar un período de llanto y crujir de dientes en “la oscuridad de afuera”, la que reina fuera de la congregación cristiana (Mateo 8:12). Desde aquellos primeros tiempos, unos cuantos ungidos más han mostrado una mala disposición similar y se han hecho parte del “esclavo malo”. Algunos de la clase de las “otras ovejas” los han seguido en su infidelidad (Juan 10:16). Todos estos enemigos del Cristo acaban en la misma “oscuridad [espiritual] de afuera
[8]

En pocas palabras, fijan la idea de que alguien que sienta decepcionado por alguno de los cambios de doctrina de la organización, y no lo acepte pacientemente con agradecimiento y mansedumbre, corre el riesgo de ser equiparado al esclavo malo y a los apóstatas, a los cuales Jehová les tiene asco:
 

“Los cristianos verdaderos sienten lo mismo que Jehová siente hacia los apóstatas; no les intrigan las ideas apóstatas. Al contrario, les “dan asco” los que se han convertido en enemigos de Dios, pero dejan que Jehová se encargue de ejecutar venganza”[9]


De esta manera cultivan en los adeptos una “lealtad” incondicional, no importa cuantas veces la organización les diga primero una cosa y luego otra opuesta, no importa que, como en el caso de quienes escribieron la carta al comienzo de esta entrega, hayan pagado con su vida o su libertad el costo de los cambios de doctrina. La alternativa es convertirse en el “esclavo malo", un “enemigo de Dios” por el cual siente “asco”, un “apóstata” que será destruido en el Armagedóm.

Un ejemplo instructivo de esta forma de mentalizar a los adeptos se encuentra en la siguiente revista La Atalaya de 1996:
 

“Consideremos ahora la cuestión de la lealtad a la organización visible de Jehová. No hay duda de que debemos lealtad a esta, incluido el “esclavo fiel y discreto", mediante quien se alimenta espiritualmente a la congregación cristiana. (Mateo 24:45-47.) Supongamos que en las publicaciones de la Sociedad Watch Tower aparece algo que no entendemos o con lo que no concordamos en ese momento. ¿Qué haremos? ¿Ofendernos y abandonar la organización? Así obraron algunos cuando La Atalaya dijo hace muchos años que el nuevo pacto tendría aplicación durante el Milenio. Otros se molestaron por lo que la revista comentó en cierta ocasión sobre la neutralidad. Si aquellos que tropezaron por estos asuntos hubieran sido leales a la organización y a sus hermanos, habrían esperado que Jehová esclareciera los asuntos, como hizo al tiempo adecuado. Así pues, la lealtad incluye esperar con paciencia a que el esclavo fiel y discreto publique una mejor comprensión de los hechos”[10]


En este contexto se entienden perfectamente los efusivos agradecimientos a la organización tan “bondadosa y amorosa” que pretendiendo ser la voz de Dios presenta sus propias interpretaciones bíblicas como doctrina divina, y luego pretende justificar sus metidas de pata con la excusa de que ha recibido una “nueva luz”. Recibir más luz sobre un asunto no puede hacer que algo que antes era malo ahora sea bueno, de ser ese el caso, antes no estaban en luz sino en oscuridad, lo cual francamente es la situación en que la organización se encuentra muy a menudo, ¿Qué garantiza que todo lo que enseña hasta ahora a sus adeptos no quede caduco el día de mañana cuando reciban otro “maraviloso regalo de Jehová”?

De esta manera se cierra el control sobre el adepto: circulo social basado solo en miembros de la organización; trato excluyente con los expulsados y apóstatas; continuo estudio de información que solo favorece sus puntos de vista; lectura de la Biblia a través las publicaciones; exigencia a dedicar un número de horas mínimo al proselitismo y distribución de las publicaciones; relego de todo a segundo plano (estudios, deportes, familia) de manera de instrumentalizar el adepto para que se conveirta en un “vendedor” y multiplicador.

 

NOTAS

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[1] La Atalaya,1 de Noviembre de 1996, pág. 27
[2] Idea que repiten en numerosas publicaciones; La Atalaya, 15 de Enero de 1988; 15 de Agosto de 1993; 1 de Diciembre de 1995; 1 de Enero de 1999, 1 de Mayo del 2000; Acerquémonos a Jehová, año 2002, pág. 67-76
[3] 23 de Septiembre de 1988
[4] Una carta fechada el 19 de Octubre de 1988
[5] Por cuestión de espacio no he reproducido literalmente sino resumido algunos párrafos del libro de Raúl Alfredo Fermín, Los Testigos de Jehová, Historia-Biblia-Doctrina, Ediciones Trípode, Caracas 2010, pág. 54-56
[6] A este respecto ver por ejemplo la Wikipedia, el artículo “Traducción del Nuevo Mundo de las Sagradas Escrituras” evidentemente editado por ellos.
[7] Ubicado en http://www.apologeticacatolica.org/Protestantismo/Sectas/SectasN11_1.htm
[8] La Atalaya, 1 de Febrero de 1984, pág. 10-15
[9] La Atalaya, 1 de Octubre de 1993, pág. 19
[10] La Atalaya, 15 de Marzo de 1996, pág. 15-20