4.12.11

 

Este post está dedicado a todos aquellos que tienen el cuajo de decir que se puede ser católico y estar feliz y contento apoyando al Partido Popular. La situación es la siguiente. Servicio Riojano de Salud se encarga de atender a los ciudadanos de la conocida como la rioja alavesa. Es decir, personas que aunque viven en la provincia de Álava, están más cerca de Logroño y de su hospital que de Vitoria.

Hasta septiembre de este año, el gobierno riojano no había puesto mayores inconvenientes. Pero como la crisis agobia, decidieron plantarse ante al gobierno vasco para exigir una compensación por la prestación de esos servicios a los ciudadanos de la vascongadas. La manera de hacerlo fue bastante radical: dejaron de atenderles. Ustedes imagínense a la señora Tomasa acercándose al hospital de Logroño a que le operen de la hernia y se encuentra con un “vuélvase por donde ha venido porque usted es de otra comunidad autónoma".

Nadie piense que la situación es rara. La Comunidad autónoma de Madrid atiende a no pocos ciudadanos de Castilla La Mancha que tienen mucho más cerca un hospital madrileño que uno de su comunidad. Y ahora andamos en pleno jaleo para que en Lérida se puedan atender a ciudadanos oscenses. Se entiende que los diversos gobiernos autónomos tengan que ponerse de acuerdo sobre quién, cómo y cuánto se paga. Lo que no se entiende es que los ciudadanos sean rehenes de los desacuerdos entre autonomías.

Ahora bien, creo que de entre todas las ofertas planteadas, la más repugnante es, de lejos, la que acaba de hacer el presidente de La Rioja. Resulta que los médicos riojanos que trabajan en el sector público han decidido que ellos son médicos de verdad y no matarifes responsables de matar a los embriones y fetos humanos que las mujeres riojanas no quieren tener. Como la actual ley del aborto dictamina que si no hay hospital público que practique abortos, los mismos deben ser financiados por la comunidad autónoma, el gobierno riojano cree que debe de pagar alrededor de 500 abortos al año en clínicas abortistas. Conclusión: “les pedimos a los vascos que maten a nuestros hijos no nacidos en sus hospitales públicas a cambio de atender a sus ciudadanos de la rioja alavesa en el hospital de Logroño".

Primer error. Si no hay dinero para aplicar la ley de dependencia y no pasa nada, ¿por qué va a pasar algo si no hay dinero para pagar abortos? ¿Es acaso más importante, socialmente hablando, pagar la muerte de los no nacidos que atender a los ancianos, inválidos y enfermos que lo necesitan? El gobierno riojano puede perfectamente decir que no hay dinero para abortos y negarse a establecer concierto alguno con clínicas abortitas. Que ya veríamos lo que ocurre si algunas de las que pagan por matar a sus hijos reclaman ante los tribunales.

Pero estaríamos ante un error si redujéramos el problema a una mera cuestión económica. Vamos a ver, señores del PP riojano y el PP nacional: ¿a ustedes no se les cae la cara de vergüenza al proponer o permitir semejante salvajada? ¿es que han perdido cualquier atisbo de dignidad cristiana que les quedara en ese partido? ¿no se dan cuenta de que se convierten en unos mercenarios bastardos de la cultura de la muerte?

Este PP me da asco. Y el sistema autonómico, causante de estas aberraciones sanitarias, también.

Luis Fernando Pérez Bustamante