7.12.11

Ad pedem litterae - Hermanos en la red - P. Fortea: La vida

A las 12:20 AM, por Eleuterio
Categorías : Ad pedem litterae
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Al pie de la letra es, digamos, una forma, de seguir lo que alguien dice sin desviarse ni siquiera un ápice.

En “Ad pedem litterae - Hermanos en la red” son reproducidos aquellos artículos de católicos que hacen su labor en la red de redes y que suponen, por eso mismo, un encarar la creencia en un sentido claro y bien definido.

Ad pedem litterae - Padre Fortea

Padre Fortea

Presentación del artículo del P. Fortea

Hay artículos que, siendo poco extensos causan impresión grande en el corazón y en el alma.

Sin tener que culpar a nadie de las circunstancias que deparan una determinada forma de vida u otra, lo bien cierto es que existen diferencias muy marcadas en el mundo a la hora de apreciar lo que pasa. Por eso dice el P. Fortea que es “la variedad de un mundo que nos ofrece todas las formas posibles de la existencia”. Y, añadimos, de las buenas y de las malas.

El mundo, sin embargo, o, mejor, lo que pasa en el mismo, nos pone ante una situación como la que trae aquí el autor del artículo y nos hace preguntarnos qué habría sido del niño que, sin llegar a vivir lo suficiente muere para esta vida. Es seguro que Dios lo tiene en su seno pero para el mundo en el que vino a nacer no existirá ya y no se le tendrá en cuenta. Será uno de los que pasan, pronto, al olvido de la historia y forman parte, ya, de una estadística sangrante: la de las diferencias incomprensibles.

Y, ahora, el artículo del P. Fortea.

La vida

Niño

Dos niños, dos destinos, dos existencias bajo el sol. Sobre uno ya la noche del más allá.

¿Este niño de abajo hubiera sido un nuevo Bach? ¿Incluso un músico que hubiera superado en mucho a Bach?

Quizá hubiera sido el Miguel Ángel del siglo XXI. El Vermeer que hubiera admirado a las generaciones futuras por su uso de la luz en los lienzos.

De lo que no cabe duda es de que hubiera tenido sus amores, sus proyectos, sus lágrimas de felicidad. Hubiera conocido el mundo y puede que hubiera mejorado el mundo. Ese cuerpo allí, es una vida que no fue.

Es un silencio terrible. El silencio de setenta años no vividos. Setenta años de alegrías y tristezas que ya no serán.

Niño

Las dos fotos son terribles puestas una al lado de la otra. El niño sano y rollizo no tiene ninguna culpa. El niño que muere tampoco. Es la variedad del ser, la variedad de un mundo que nos ofrece todas las formas posibles de la existencia. Cosas como éstas nos obligan a pensar que tiene que haber un Dios Infinito que compense, que consuele. O nada tiene sentido, o todo tiene sentido. O esto es la jungla, o hay un más allá. O Marx y Sartre y Nietzsche y Epicuro, o la Iglesia Católica.

Padre Fortea

Publicado en el blog del Padre Fortea y traído a InfoCatólica con permiso del autor.

Eleuterio Fernández Guzmán