Entrevista del Semanal XL al impulsor del sistema de bonos en Suecia

Cheque escolar, así funciona

 

«Los suecos no podemos aceptar que el derecho a elegir el mejor colegio para nuestros hijos esté reservado a quienes se lo pueden pagar», explica Odd Eiken, impulsor de la implantación del sistema de bonos, en una entrevista publicada por el Semanal XL . El Estado da un cheque por cada hijo. La cantidad oscila entre 6000 y 7500 euros anuales, dependiendo del municipio. Todas las familias del mismo municipio reciben la misma cantidad, da igual que su renta sea alta o baja. El cheque cubre al menos el 85% del coste de la escuela. Se puede elegir la que más guste, sea pública o privada. Cuestan casi lo mismo.

09/12/11 9:48 AM


 

(Jose Castro/Chequeescolar.org) Interesante entrevista la que publica el Semanal XL esta semana a Odd Eiken, impulsor del cheque escolar en Suecia, donde se pone de manifiesto el desarrollo del cheque escolar en Suecia, su coste y los objetivos alcanzados. «En los años 90 introdujimos en Suecia el sistema de bonos. El Estado entrega a los padres una cantidad de dinero por cada hijo en edad escolar, que sirve para abonar los gastos del colegio donde elijan matricularlo, sea público o privado. Fue una medida muy controvertida. Pero hoy se considera un derecho de las familias y la apoya tanto la izquierda como la derecha». 

Jose Castro, en su blog Chequeescolar.org destaca y comenta algunos puntos:

«Los suecos no podemos aceptar que el derecho a elegir el mejor colegio para nuestros hijos esté reservado a quienes se lo pueden pagar». Esta frase explica la tremenda hipocresía de nuestro sistema educativo: mientras muchos se llenan la boca en defensa de las familias más necesitadas, sólo las familias más ricas tienen real poder de elección de centro. Sólo los más poderosos económicamente pueden elegir un centro que no recibe fondos públicos o en el que, a pesar de recibirlos, hay que hacer aportaciones a la Fundación del mismo con objeto de sufragar los gastos reales ya que el concierto no lo hace. 

«Todas las familias del mismo municipio reciben la misma cantidad, da igual que su renta sea alta o baja. El cheque cubre al menos el 85% del coste de la escuela. Se puede elegir la que más guste, sea pública o privada. Cuestan casi lo mismo». Es decir, los suecos sí que cumplen la norma de que la enseñanza obligatoria sea gratuita tal y como establece nuestra Constitución y no que sólo lo sea si los padres acuden a un colegio de titularidad estatal (todos sabemos que en la inmensa mayoría de los concertados hay que pagar un plus).

Los padres eligen colegio. «El bono escolar permite a las familias elegir colegio con libertad ¡y obliga a nuestros centros públicos y privados a competir y mejorar su servicio! Si los padres optan por llevarse a sus hijos, su financiación se reduce. Muchos vaticinaron que habría una desbandada hacia la privada, se equivocaron… Solo el 10 por ciento de los colegios es privado». Es decir, los padres eligen educación de calidad: si se la da la escuela estatal elegirán ésta, si se la da la de iniciativa social la elegirán. No es un debate público sí o no sino calidad sí o no. 

«¿Por qué lo hicimos así? Porque teníamos mucho déficit público y hubo que reinventar el estado de bienestar para salvarlo». Es decir, parece que la primera razón no fue aumentar la libertad (debería haberlo sido) sino un criterio de eficiencia económica. En el momento de crisis actual, ¿no debemos apostar seriamente por aminorar los costes de la escuela y por ello apostar por el cheque?

«Tenemos un currículum nacional, pero solo establece objetivos generales; no dice cómo alcanzarlos, así que los colegios tienen mucha autonomía. Y también los profesores, que no pueden dormirse porque en Suecia los funcionarios públicos no gozan del privilegio de tener el empleo asegurado de por vida. Los padres también pueden asociarse en cooperativas y crear sus propias escuelas. Participan en exámenes nacionales y, si tienen malos resultados, se les puede retirar la licencia. Los colegios privados no pueden cobrar tasas adicionales». Es decir se da libertad para que cada centro se organice y pueda responder a la demanda de los padres. No se asfixia a los centros con una normatividad hasta la extenuación sino que se le marcan los objetivos a conseguir: si lo hacen se les deja actuar sino pueden perder su licencia y seguramente antes la demanda de los padres que buscarán colegios mejores para sus hijos.

En conclusión Suecia ha descubierto, al igual que Finlandia, que la calidad se consigue aumentando la libertad: la de elección de los padres mediante el cheque escolar, y también la de los centros para organizarse y la de los profesores para desempeñar su trabajo.