8.12.11

Leyendo un blog vecino

A las 11:17 PM, por Guillermo Juan Morado
Categorías : General

 

Me refiero a “La Buhardilla de Jerónimo”, un blog que me gusta mucho, sin menoscabo de los demás colegas de portal. Pues he estado leyendo, con cierta atención, la entrevista al Arzobispo mayor de la Iglesia siro-malabar. Conozco a algunos sacerdotes de ese rito y he asistido, en más de una ocasión, a celebraciones de la Santa Misa en conformidad con esa tradición litúrgica.

Si lo pensamos un poco, un rito es mucho más que una distinción litúrgica. Implica un sistema de jurisprudencia, unas instituciones y una espiritualidad: “Nosotros tenemos una jurisdicción territorial solo en estas dieciocho diócesis. Y nos gustaría tener una jurisdicción territorial que cubra todo el territorio de la India: ésta es una de nuestras solicitudes al Santo Padre, y para nosotros es un pedido importante. Creemos que es nuestro derecho”, dice el mencionado Arzobispo.

En Oriente han surgido diferentes ritos: alejandrino, antioqueno, armenio, caldeo y bizantino. La historia ha ido haciendo lo demás y, en la actualidad, existen veintidós iglesias orientales en comunión con Roma. Algunas de ellas, no todas, llamadas “uniatas”, en la medida en que primero se separaron y luego se reconciliaron con Roma.

Fuera de la plena comunión están las iglesias “nestorianas” – de rito caldeo -, aunque no todas sostienen hoy doctrinas nestorianas. Las “monofisitas”, de rito alejandrino, antioqueno y armenio. Las Iglesias “ortodoxas”, que aceptaron los siete primeros concilios.

¿Los países de origen? Muy variados. En el rito alejandrino hay iglesias uniatas y monofisitas coptas y etíopes. En el antioqueno, iglesias uniatas y monofisitas en Siria, India, Líbano. En el rito armenio hay armenios católicos y monofisitas en la antigua URSS, en Irán, Iraq y Egipto. En el rito caldeo hay iglesias nestorianas y uniatas en Iraq y en la India. En el rito bizantino, las iglesias ortodoxas y las católicas de rito bizantino, sobre todo, en la Europa del Este. Casi todas las iglesias orientales tienen miembros en los EEUU.

Algunas de estas iglesias, como las “uniatas”, están en comunión con el Papa. Hay iglesias que no están en comunión con ninguna otra, como la iglesia asiria nestoriana. Algunas iglesias monofisitas están en comunión entre sí: la iglesia ortodoxa armenia, la iglesia ortodoxa copta, la iglesia ortodoxa etíope, la iglesia ortodoxa siria y la iglesia siria ortodoxa malankar. Estas cinco iglesias tienen sus homólogas uniatas.

De la iglesia asiria proceden la iglesia católica caldea y la iglesia católica siro-malabar. De las iglesias ortodoxas proceden las llamadas iglesias “católicas bizantinas”: melquitas, ucranianos, rutenos, rumanos, griegos, yugoslavos, búlgaros, eslovacos, húngaros. También hay comunidades católicas bizantinas rusas, bielorrusas, alabanesa y georgiana, algunas de ellas suprimidas a la fuerza por las autoridades comunistas.

Hay dos iglesias orientales que nunca se separaron de Roma: los católicos maronitas y la iglesia católica italo-albanesa.

¿Qué decir de todo ello? Sin duda es una riqueza. Pero, aunque esto no sea políticamente correcto decirlo, se puede plantear también un interrogante: ¿En países donde los católicos son pocos es realmente eficaz que tengan que superponerse ritos, jurisdicciones, instituciones, jerarcas? Me queda esa duda, que no brota de ningún “imperialismo” latino.

Juan Pablo II, en “Orientale lumen”, habla cordialmente de esta herencia espiritual que proviene de Oriente. No seré yo quien le lleve la contraria. Pero pienso ahora en nuestra iglesia latina de rito romano, actualmente con dos formas del mismo rito (aunque hay otros ritos latinos no romanos). ¿Cuál será la evolución? ¿La reconciliación de las dos formas – ordinaria y extraordinaria – en un nuevo y único rito romano o, por el contrario, la creación, a medio o largo plazo, de dos jurisdicciones diferentes? ¿Sería oportuno? ¿Merecería la pena? En cualquier caso, de por sí, no tendría que suponer una amenaza a la unidad de la Iglesia.

Guillermo Juan Morado.