14.12.11

 

Un grupo de 15 ‘brujas’ trató de entrar este el pasado 12 de diciembre en el Parlamento rumano para maldecir a un diputado que ha impulsado un proyecto de ley para prohibir las prácticas esotéricas con fines de lucro, según informó la agencia Mediafax, de cuyo despacho se hace eco la española Efe.

Armadas con cartas de tarot, romero y recipientes con agua maldita, las brujas de etnia gitana han encontrado la resistencia de la policía en su camino hacia el despacho del diputado Nicolae Paun, representante de esa minoría en el Parlamento e iniciador del controvertido proyecto. “Si lo mojo con este agua se queda sin potencia para toda la vida”, ha dicho unas de las ‘hechiceras’ en referencia al líquido que portaban.

El proyecto de ley impulsado por Paun prevé penas de cárcel de entre 5 y 15 años para las personas que lleven a cabo prácticas ocultistas con fines de lucro, como leer la buenaventura o vender brebajes.

“Las víctimas son explotadas psíquica y financieramente”, ha declarado a la prensa Paun, quien considera que la popularidad de la brujería entre la minoría gitana de Rumanía es uno de los motivos de su marginación y retraso. “Podemos renunciar a la ley si hacen encantamientos para sacar a Rumanía de la crisis”, ha comentado irónico Paun sobre la protesta.

Algunas prácticas esotéricas fueron reconocidas en enero como legales por el gobierno rumano. “Adivino, astrólogo y practicantes asimilados” ya son actividades profesionales. Pero como tales, desde entonces pagan impuestos. Eso motivó que el por aquel entonces presidente Traian Basescu fuera blanco de intentos de ataque con excremento de animales por parte de brujas furiosas que se oponían a esa obligación.

La historia reciente

El pasado mes de febrero, la agencia Associated Press informaba de que un mes después que las autoridades rumanas comenzasen a cobrarles impuestos por sus oficios, las clarividentes y adivinas del país estaban maldiciendo la nueva propuesta de ley que amenaza con multas e incluso prisión si las predicciones no resultan ciertas. Las brujas decían entonces que no debería castigárseles por fallos de sus herramientas. “Ellos no pueden condenar a las brujas, deberían condenar a las barajas”, dijo la bruja reina Bratara Buzea en conversación telefónica con Associated Press.

La superstición es algo serio en este país y las autoridades acudieron a las brujas para ayudar al vapuleado país a recaudar más dinero y castigar la evasión de impuestos. En enero, las autoridades cambiaron las leyes laborales para reconocer oficialmente la ancestral práctica como una profesión sujeta a impuestos, haciendo que decenas de furiosas brujas arrojasen mandrágora al Danubio en un intento por poner un maleficio sobre el Gobierno.

La nueva propuesta de ley fue aprobada en el Senado a primeros de febrero. Bratara dijo que la propuesta era exagerada. “Voy a pelear hasta el final para que no sea aprobada”, agregó. A veces, dijo, la gente no revela sus nombres verdaderos, ni fechas de nacimiento u otros datos personales, lo que puede distorsionar las predicciones.

“¿Qué vamos a hacer cuando el cliente da detalles falsos sobre sí mismo? No nos pueden culpar por eso”, dijo. La ley requeriría además que las brujas tengan un permiso, provean recibos a sus clientes y les prohíbe practicar el oficio cerca de escuelas e iglesias.

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