22.12.11

 

La semana pasada se anunció a bombo y platillo en la prensa vasca, y en bastantes medios del resto de España, la convocatoria a un encuentro denominado “Las tres horas de Gernika por la paz“, convocado por el Foro de Curas de Vizcaya. Días antes los periódicos vascos publicaron artículos en los que se señalaba la supuesta poca colaboración de los obispos de las diócesis vascas con el proceso de paz. Y, por supuesto, como contrapunto se ponía como ejemplo a ese foro de sacerdotes que nació para ser una especie de contrapeso al nombramiento de Mons. Mario Iceta como obispo de Bilbao. Así, podemos leer en su web lo siguiente:

La Iglesia católica está viviendo una auténtica vuelta al pasado. Hay un olvido real y muy llamativo de las orientaciones del Concilio Vaticano II, al que en muchos ambientes se le considera responsable de las dificultades eclesiales y evangelizadoras que todos constatamos. Esta involución está causando una falta de credibilidad de la Iglesia institucional.

La ola restauracionista ha ido llegando también a nuestra diócesis. Expresión de ello es el abandono de lo que supuso la Asamblea Diocesana, el estilo de gobierno diocesano de los últimos tiempos, y la elección de D. Mario Iceta. Pensamos que, ahora mismo, la llamada “corrección del rumbo de la diócesis”, que todos los analistas nos venían anunciando, ha entrado en su fase definitiva.

Etc…

 

Determinada clase periodística ha dado a este foro de curas rebotados una repercusión mediática tal, que parecería que ellos representan a un porcentaje muy mayoritario de sacerdotes y fieles vizcaínos. Pues bien, según mis fuentes, en las tres horas de Gernica estuvieron la friolera de 50 personas. 80 todo lo más. En un acto anunciado por todas partes y con apoyo mediático por parte de la prensa nacionalista, resulta que los curas del foro apenas logran llevar a una persona por cada uno de ellos. Y no porque no el lugar indicado no tuviera un aforo importante. Al parecer, se esperaban a cientos de asistentes. Es decir, Bruno Moreno tiene tanto poder de convocatoria a la hora de presentar su editorial como todo el clero progre-nacionalista vizcaíno a la hora de abordar algo tan fundamental para la sociedad vasca como el fin de la violencia terrorista. Y cualquier Misa domincal que presida el obispo Iceta cuenta con muchísimos más fieles.

Seguramente el “exitazo” de la convocatoria está detrás del silencio informativo que ha seguido a su celebración. Han debido pensar que es mejor callar que contar la verdad sobre la nula capacidad de entusiasmar a las masas por parte de ese foro de curas. No vaya a ser que el personal se de cuenta de la realidad. A saber, que son pocos, que no interesan a casi nadie y que su futuro pasa por la irrelevancia eclesial.

Por supuesto, algunos periodistas seguirán dándoles un protagonismo mediático que no se corresponde con su influencia en el seno de la comunión eclesial. Eso ocurre en Vizcaya, en Madrid y en muchos otras iglesias locales. Con los progre-eclesiales no se cumple aquello de “cuando el río suena, agua lleva”. Por el ruido que producen, parecieran ser el Amazonas, pero luego te asomas al puente y ver que son poco más que el río Isuela, donde ni siquiera se puede pescar.

Don Mario puede respirar tranquilo. El Bizkaiko Abadeen Foroa no atrae a sus fieles. No interesa a casi nadie, salvo a determinados medios de comunicación y no precisamente por razones de orden espiritual. No diré que debe despreciar dicho foro, ya que como obispo tiene que intentar ser padre y pastor de todos, pero bien está que sepa cuál es su representatividad real en la iglesia que peregrina en Vizcaya. El futuro está en otra parte. Empieza por el seminario. Ahí está la clave.

Luis Fernando Pérez Bustamante