24.12.11

San José en el «Portal». Feliz Navidad

A las 9:23 AM, por Juanjo Romero
Categorías : El autor

En las manos del padre, Roger Loveless

El año pasado recibí una tarjeta de Navidad con la imagen que comparto con vosotros. Al principio no me gustó, pero no la tiré. La cara de la Virgen me la imagino de otra manera. Además, la estética era muy mormona. De hecho busqué al autor, un ilustrador, Roger Loveless, que aunque está afincado en Los Ángeles procede de Utah; lo que confirmaba mi hipótesis, al menos en la influencia.

Pero me dio para rezar porque la escena es tierna y acogedora. Refleja muy bien la «cátedra de Belén», la alegría, la pobreza, el cariño en la Sagrada Familia. Nuestra Madre descansa plácidamente, está rendida. Pastores y ángeles se deben haber ido hace rato. Fuera hace frío, el contraste es muy grande.

San José vela. Es joven y fuerte. Aprovecha que el Niño Dios está despierto, le acuna, juega con él y le habla. Los que no seáis padres a lo mejor no lo sabéis, pero los papás hablamos a los hijos pequeñitos, porque sí nos entienden. José es dichoso entre sus dos amores.

No sé, le estará diciendo que le quiere, que no «llore alto» que mamá duerme. Que le gustaría que en lugar de un establo eso fuese un palacio, pero que ahora que lo piensa lo es, el palacio es donde está el Rey, que así pueden ser nuestros corazones, dignos de una bestia o de todo un Dios. Salta de un tema a otro, está sólo, pero Él le oye. Le preguntaría si tiene frío, si hace falta que le cambie:

Desde los pañales de su natividad (Lc 2, 7) hasta el vinagre de su Pasión (cf. Mt 27, 48) y el sudario de su Resurrección (cf. Jn 20, 7), todo en la vida de Jesús es signo de su misterio. (Catecismo de la Iglesia Católica, 515)

Le diría que a la mañana siguiente tendría que hablar con el posadero. Pero también se dirige a Jesús como a su Señor, como al Dios hecho Niño. Le contaría las cosas que no entiende, y le daría las gracias por su vocación, por esa llamada gratuita por su nombre desde la eternidad.

Le preguntaría cómo y qué hacer, la santidad, la de San José y la de todos, es conformarnos a la Gracia, no un ejercicio de musculatura. Años más tarde María y José también le hablan así, como padres preocupados a su hijo, como hijos a su Dios: Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira cómo tu padre y yo, angustiados, te buscábamos. (Lc 2, 48) Y, volviendo al tema, San José repetiría que sin falta, en cuanto amaneciese, tendría que hablar con el posadero.

La tarjeta de Navidad me gustó porque guardaba cierta simetría con el modo en el que la Beata Ana Catarina Emmerich vio la muerte de José:

Cuando Jesús se acercaba a los treinta años, José se iba debilitando cada vez más, y vi a Jesús y a María muchas veces con él. María sentábase a menudo en el suelo, delante de su lecho, o en una tarima redonda baja, de tres pies, de la cual se servía en algunas ocasiones como de mesa. […] Cuando José murió, estaba María sentada a la cabecera de la cama y le tenía en brazos, mientras Jesús estaba junto a su pecho.

La beata apunta los motivos: «hubo José de morir antes que Jesús pues no hubiera podido sufrir la crucifixión del Señor: estaba demasiado débil y amante»

Del ‘Christmas‘ me gustó especialmente la que «mira fijamente a la cámara»: la mula. Porque me es más fácil identificarme con ella. Quizá por eso, por pudor, no os cuente lo que ella piensa en ese momento.

Supongo que ahora entenderéis por qué este año, aunque estéticamente sigue sin gustarme, tampoco voy a tirar la felicitación.

Os deseo a todos una Feliz y Santa Navidad, junto a vuestros seres queridos, cerquita del Niño. Y que los Reyes Magos traigan un 2012 lleno de frutos.

Juanjo