1.01.12

La Palabra del Domingo: 1 de enero de 2012 - Y se llamó Jesús

A las 12:49 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Apostolado laico -La Palabra del Domingo
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Lucas 2, 16-21

Biblia

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho.
Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

COMENTARIO

Y se llamó Jesús

A los pastores se les avisó de que en Belén había nacido un niño que era muy importante para el pueblo judío y para el resto de la humanidad. Es de suponer que aquellas personas “se asustaron”, como recoge el mismo evangelista en 2, 9, porque ver al ángel que les anunciaba el nacimiento debió suponer una turbación no pequeña. Y, sin embargo, se había avisado a los más pobres para que vieran al Rey de los mansos y humildes.

Pero los pastores creyeron en lo que les dijo aquel enviado del Señor. No dudaron lo más mínimo y fueron a Belén para encontrarse con aquel niño que había sido anunciado pues dice en Evangelio que “los pastores fueron corriendo a Belén” que es una señal inequívoca de que estaban deseosos de ver a Aquel que había sido anunciado por el Ángel. Y lo encontraron en el sitio donde se les había dicho. Allí mismo comunicaron lo que les había dicho la aparición y allí mismo lo adoraron al saber que, en efecto, era el Mesías esperado por el pueblo de Israel.

Podemos imaginarnos lo que pasaría por la mente y por el corazón de José y de María pues no paraban de llegar personas a admirar a su pequeño hijo. La Madre, a sabiendas de saber que Jesús era quien le había dicho Gabriel que era, guardaba, como dice el texto de San Lucas, aquello en su corazón donde convivía con la gracia de Dios.

Aquellos hombres que cuidaban rebaños de ovejas fueron, también, enviados de Dios a su propio pueblo porque como escribió el evangelista Lucas “se volvieron dando gloria y alabanza a Dios” con lo que llevaron, a los suyos, pobres también, la noticia de que había nacido el enviado de Dios y ellos lo habían visto y adorado.

Los padres de Jesús, lejos de comportarse de forma contraria a la Ley, hacen lo que les corresponde hacer porque el mismo Salvador diría más tarde que no había venido a abolir la Ley sino a darle cumplimiento. Acuden al templo a circuncidar al niño porque han de cumplir, ahora, con la Ley y voluntad de Dios: “concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús” (Lc 1,31) le había dicho Gabriel a María que, ante el temor y arrobo de ésta, le infunde confianza en su mandato. Así, aceptando lo dicho por el enviado de Dios, le ponen ese nombre, Jesús, al que iba a ser siempre el Emmanuel (como, siglos antes, ya profetizara Isaías, en 7,14).

Y Jesús fue Jesús desde que Dios así lo quiso. Desde la eternidad el Padre había escogido a la mujer que sería su Madre, al hombre que haría las veces de Padre, José, y así se cumplía su voluntad.

Busquemos acomodo en el corazón de María que, siendo Madre de Dios se entregó, desde el momento de la aparición de Gabriel en su casa, a cumplir la voluntad de Dios. Fiat mihi secumdum verbum tuum…

PRECES

Por todos aquellos que no corren a buscar a Cristo.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no cumplen con la Ley de Dios.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a recibir a tu Hijo como tu Enviado que viene a salvarnos.
 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán