3.01.12
Los hijos simples del Mal son así
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Cuando uno sirve al Mal en sus propias filas y se hace adalid de cierto tipo de pensamiento (es un decir) religioso de tal guisa que más bien parece un trasunto de ideología marxistoide trufada por abalorios tercermundistas, pasa lo que pasa.
Es el caso de Jesús Bastante que ora sí, ora también, se dedica, desde su tribuna de Religión Digital, a despotricar en contra de una Iglesia, la católica, que no es la suya porque así lo demuestra cada vez, casi cada vez, que escribe en tal tribuna. Es más, en caso de que lo haga en casa de su amo Roures (me refiero al panfleto llamado “Público”) y obligado como está a lamer la pata de su asno particular, se dedica a tratar de hacer daño (siendo poco pollo para tanto arroz) de la forma más ruin que sabe que, como puede verse, es altisonante y malasombra.
Ahora resulta que la ha tomado con la Misa que se celebró el pasado 30 de diciembre en la Plaza de Colón de Madrid (España) y que tenía como objeto, como poco, recordar el papel que la familia tiene para una sociedad cada vez más a la deriva porque individuos como Bastante procuran que se vaya al garete para gusto de los dueños de sus cadenas que, con gusto, los sostienen quietos y amarrados a la mamandurria reaccionaria de la izquierda.
Quiere que se “eche el cierre” a una iniciativa tan loable como es la aquí traída y que demuestra, diga lo que diga el que escribe al dictado de su pagador, es importante y sirve para que no se olvide lo que, de verdad, importa. Y, aunque ya sabemos que este personaje (delfín de José Manuel Vidal y vampiro de Roures) no gusta de según qué tipo de familia, lo bien cierto es que, como diría aquel, una cosa es una cosa y otra es otra.
Que si fue poca gente a la Santa Misa, que si eran todos de los miembros del Camino Neocatecumenal (como si eso fuera algo malo), que si el Arzobispo de Madrid, Rouco Varela es apocado, que si esto y que si lo otro… para decir, en resumidas cuentas, que no estaba bien que se hiciera mención, otros años, al daño que el partido socialista (muy del gusto de determinados meapilas) estaba haciendo a la familia con las iniciativas llevadas a la práctica que sólo alguien que tiene la secta, la suya, metida entre ceja y ceja (jejeje) y pretende que todos la acepten como si fuera lo mejor del mundo siendo, como poco, una verdadera escombrera de neuronas muertas. Y de eso es partidario una persona que se dice católica pero que demuestra, día a día, que podría ser cualquiera cosa menos católica.
Parece que el socialismo dictatorial vía ley y reglamentos ha muerto, por ahora, en España. Eso duele a según qué estómagos agradecidos y les hace llorar la emoción de haber visto, otra vez, como el tren de la historia religiosa, pasaba delante de sus traseros mientras se dedicaban a morder la mano de la Esposa de Cristo a sabiendas de que casi nunca iban a recibir el sopapo espiritual que se merecen por soplagaitas y metepatas a tutiplén.
Dice, además, que la iniciativa de la Santa Misa por las familias se originó como respuesta a unos “supuestos ataques de los enemigos de la Iglesia”. ¡Dice supuestos y se queda tan ancho!. Y es que no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Y así toda una serie de simplezas malignas que son muy propias del Mal y de la simpleza.
En algo sí estoy de acuerdo (a medias) con lo que dice Jesús Bastante y es que según él la Santa Misa ha respondido al dicho “muerto el perro, se acabó la rabia” para no hacer sangre con relación al nuevo Ejecutivo presidido por Mariano Rajoy. Y es bien cierto que el perro ha muerto pero no creo, de verdad, que se haya acabado la rabia porque estoy más que seguro que el mismo Ejecutivo aquí citado aún nos dará muchas sorpresas con relación a lo espiritual y a la doctrina católica que, seguramente, ninguneará por ser políticamente correcto, por relativista o, simplemente, por ignorar lo que le conviene.
Pero eso, seguro, será otro cantar del que daremos cuenta otro día.
Eleuterio Fernández Guzmán