En la comarca orensana de Monterrei

Enésimo robo en una parroquia gallega

 

La iglesia de Infesta, en Albarellos (Orense), es la última incorporación a una oleada de intentos de robos que ha afectado en los últimos días a cinco templos de la comarca de Monterrei. Los ladrones se llevaron el cáliz y el copón de plata y la imagen también de plata del Sagrado Corazón, que se salvaron de un incendio que arrasó la iglesia el 23 de agosto de 2005. Esos fueron los principales elementos robados durante el fin de semana, aunque a todo ello hay que sumarle el dinero de los cepillos y un equipo de megafonía cuyo valor asciende a 4.000 euros, según reconoce el párroco, Santiago Cabido.

10/01/12 7:48 AM


 

(La Voz de Galicia) El P. Cabido destaca igualmente “los numerosos destrozos causados en la puerta metálica y en la de madera, que fueron forzadas para acceder al interior del templo”.

El robo se produjo durante la madrugada del viernes al sábado o en la siguiente. “El día de Reyes estaba todo y el domingo fue cuando descubrimos que habían entrado en la iglesia”, afirma el párroco, que reclama mayor presencia de las fuerzas policiales para evitar este tipo de sucesos. Con todo, los párrocos, siguiendo orientaciones de la Diócesis, optan por guardar todos los elementos valiosos “para no dejar nada expuesto en las iglesias que incite al robo”, explica Cabido.

El robo ocurrido en Infesta este fin de semana se une al registrado la pasada semana en la iglesia de Santa María de Soutochao, en Vilardevós, de donde se llevaron una talla de san Pedro de más de un siglo, setenta centímetros de altura y doce kilos de peso. Además, hubo tentativas de robo en iglesias de Berrande (también en Vilardevós), Retorta (en Laza) y Trasestrada (en Riós), en las que causaron daños en sus puertas sin lograr entrar en ellas. A todas ellas les une un punto en común, que se hallan alejadas de las viviendas de las localidades donde se encuentran, convirtiéndose en lugares accesibles.

Son muchas las voces en la comarca de Monterrei que apuntan a que las piezas robadas acaban siendo trasladadas a Portugal para su venta.