12.01.12

El Salvador, la catedral pierde sus colores

A las 3:54 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Iglesia en América

Del Vatican Insider (ENG) (ITA)

En los últimos días de 2011 la catedral de San Salvador perdió repentinamente sus colores, aquellos que adornaban su blanca fachada. A golpe de cincel un grupo de obreros quitó las piezas que formaban un mosaico multicolor, obra del artista Fernando Llort. Lo que debió ser un arreglo de rutina se convirtió en una polémica porque ni el gobierno ni el autor de mural fueron informados de su remoción.

Se trata de un templo histórico porque contiene los restos de Óscar Arnulfo Romero, ex arzobispo de esa ciudad asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba una misa. El “obispo de los pobres” le llamaban. Fue visitada en dos ocasiones por Juan Pablo II, la primera en 1983 y de forma sorpresiva, porque no estaba previsto en el itinerario del pontífice. En marzo pasado también la recorrió el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

El lunes 26 de diciembre un enorme telón blanco cubrió el frente de la catedral, detrás de él los albañiles procedieron a retirar los dos mil 700 azulejos que conformaban el mosaico “La armonía de mi pueblo”, de 22.25 metros de alto y 16 metros de ancho. Adornaba la fachada desde 1997 y fue concebido para recordar los acuerdos de paz que acabaron con la guerra civil en ese país.

En primera instancia la arquidiócesis prefirió no informar sobre los motivos de la remoción, pero fue duramente criticada tanto por los familiares del autor y como por el gobierno . Por ello el arzobispo J3osé Luis Escobar Alas rompió el silencio para aclarar que el mosaico debió ser retirado porque sus piezas estaban dañadas. Lo hizo al término de la misa del 1 de enero.

Explicó que debido al sol y el agua las cerámicas perdieron el color, se mancharon o se despegaron “y cuando se tocaban se caían”, por lo cual los arquitectos realizaron una evaluación técnica para poder restaurarlas pero llegaron a la conclusión que eso era inviable.

Nos vimos obligados a tomar la decisión de retirar el mosaico, con mucha pena porque era una estampa bellísima, una verdadera obra de arte”, dijo Escobar, poco antes de manifestar su admiración por Llort y pedirle disculpas por lo sucedido. “Sentimos mucho haber causado tristeza y dolor, al artista y a su familia, a quienes les rogamos tengan la bondad de disculparnos”, añadió.

Además reconoció no haberle informado ni a él ni al gobierno de los trabajos, aunque aseguró que las piezas fueron almacenadas “con cuidado”. “(Las) hemos guardado para hacer de ellas un memorial histórico en alguna parte de catedral”, apuntó sin descartar que pudiera ser el mismo autor quien realice nuevamente su creación en alguna pared interior del templo.

Pero Fernando Llort contradijo al prelado precisando que los azulejos estaban fabricados con una técnica (cocido y vitrificado) que impide su decoloración, mientras el pegamento utilizado para fijarlos podía “durar para siempre”.

Rechazó realizar cualquier copia a escala y, al contrario, se ofreció a reconstruir la “obra de su vida” en el espacio original donde estaba colocada: la fachada de la catedral. “Lo que yo espero es que se vuelva a hacer, que se vuelva a reconstruir. Tenemos todos los archivos, tenemos los planos, tenemos las guías de color, tenemos todo para volverlo a hacer”, aseguró.

De todas maneras calificó de “contradicción” que dicho mural haya sido destruido justo antes de la conmemoración, el 16 de enero, de los 20 años de la firma de los Acuerdos de Paz de 1992, ya que se trataba de un homenaje a ese acontecimiento histórico que dio fin a una guerra civil durada 12 años y representaba imágenes de la localidad de La Palma, al norte del país.

También la Secretaría de Cultura de la Presidencia de El Salvador había condenado el retiro de la obra, recordando que la misma estaba en proceso de ser declarada como patrimonio nacional.

“Como Secretaría de Cultura repudiamos este hecho porque se trata de la destrucción de un referente de la identidad de los salvadoreños. En el marco jurídico y amparados en la ley, vamos a proceder porque de esta forma no se puede atentar contra el patrimonio de los salvadoreños y no importa que sea la Iglesia Católica, con todo el respeto que se merecen”, señaló el director de patrimonio cultural, Ramón Rivas.

Al respecto el arzobispo conminó a las autoridades a desistir de multarle y señaló: “yo esperaría que no lo hagan porque no creo que esto venga a ayudar ya a una situación difícil económicamente como para afrontar multas. Mejor que nos ayuden a reconstruir el mosaico”.