Celebración de la XVI Jornada de la Vida Consagrada

El Papa exhorta a los consagrados a ser testigos creíbles del Evangelio

 

El Papa Benedicto XVI ha exhortado a los consagrados y consagradas a fortalecer la fe, esperanza y caridad que les une a Dios y a ser testigos «creíbles» del Evangelio ante el mundo de hoy, durante la oración de las vísperas celebrada este jueves en la Basílica de San Pedro, con motivo de la celebración de la XVI Jornada de la Vida Consagrada. En la homilía ha recordado a su predecesor, el beato Juan Pablo II, que instituyó en 1997 esta jornada que busca «responder sobre todo a la exigencia de alabar y agradecer al Señor el don de este estado de vida (la consagrada), que pertenece a la santidad de la Iglesia».

03/02/12 8:18 AM


 

(EP/InfoCatólica) Benedicto XVI ha invitado a los religiosos presentes a “renovar los propósitos y a reavivar los sentimientos que inspiran su donación al Señor”, llamada que, según ha subrayado, debe renovarse cada día.

Sobre los tres votos que cada religioso asume el día de su consagración, el Pontífice ha evocado el episodio evangélico de la presentación de Jesús al templo, 40 días después de su nacimiento. Este momento, según ha explicado, simboliza “la donación de la propia vida por parte de los que han sido llamados a presentar nuevamente en la Iglesia y en el mundo, mediante los consejos evangélicos, los rasgos característicos de Jesús, casto, pobre y obediente”.

Su Santidad recordó que con ocasión del quincuagésimo aniversario de la apertura del Concilio ecuménico Vaticano II, convocó, como se sabe, el “Año de la fe”, que se abrirá el próximo mes de octubre. Todos los fieles –dijo el Papa–, pero de modo particular los miembros de los Institutos de vida consagrada, han acogido como un don esta iniciativa, y espero que vivan el Año de la fe como tiempo favorable para la renovación interior, de la que siempre se advierte la necesidad, con una profundización de los valores esenciales y de las exigencia de su propia consagración.

El Papa se despidió glosando una frase de la exhortación apostólica post sinodal “Vita consecrata” del beato Juan Pablo II diciendo: “Que la Virgen María, discípula, sierva y madre del Señor, obtenga del Señor Jesús que “cuantos han recibido el don de seguirlo en la vida consagrada lo sepan testimoniar con una existencia transfigurada, caminando gozosamente con todos los demás hermanos y hermanas hacia la patria celestial y la luz que no conoce ocaso”.