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ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 3 de febrero de 2012

Mundo

Hacia la curación y renovación

Siria: nueva oleada de salidas de cristianos de Homs

Patriarca grecomelquita: Vivimos el hoy de Dios

Arrestado en Nigeria el portavoz de Boko Haram

En la escuela de san Pablo...

Descubrir el amor de Cristo y sentir la urgencia de comunicarlo a los demás (Tiempo ordinario 5º, ciclo B)


Mundo


Hacia la curación y renovación
En un congreso, la Iglesia estudia una respuesta global a los abusos a menores
ROMA, viernes 3 febrero 2012 (ZENIT.org).- El congreso organizado del 6 al 9 de febrero con el título “Hacia la curación y la renovación” le permitirá a la Iglesia dar una respuesta global sobre el tema de los abusos cometidos por integrantes del clero contra menores, así como la tutela de las personas en situación de riesgo, a través de un sistema de prevención y formación.

Además de la creación de un centro, una plataforma en Alemania de e-learning, a la que se podrá escribir a través de un e-mail desde cualquier parte del mundo. En el sitio web se explicará además en cuatro idiomas como reaccionar en situaciones de abusos o cuando alguien se entera que existen hechos de este tipo.

Vale a decir un señal de la estrategia firme y decidida con la que el Vaticano enfrenta hoy la lucha contra la pederastia en el interior de la Iglesia.

Organizado por la Universidad Pontificia Gregoriana contará con la participación de representantes de 110 conferencias episcopales. Generalmente es el obispo encargado de los casos de abuso en las respectivas conferencias, además de los superiores generales de más de treinta órdenes religiosas y unas setenta personas expertas en Derecho canónico, psiquiatría y psicoterapia que trabajan con las víctimas y con los que abusaron.

Varios de estos datos fueron dados por la Radio Vaticano que además entrevistó a monseñor Charles Scicluna, promotor de Justicia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, quien reiteró la clara voluntad de extirpar y prevenir esta llaga abierta, porque los abusos son “un fenómeno muy triste que además de ser pecado es un delito. Y como delito existe la justa jurisdicción del Estado y existe el deber de colaborar con esta jurisdicción penal estatal”.

Pero también “la determinación de actuar bien, porque nosotros como Iglesia católica podemos también en esta materia así tremenda, dar un óptimo ejemplo, lo que corresponde también a nuestra misión evangélica”.

En la entrevista de Fabio Colagrande el prelado indicó que será un congreso en el cual participará en nombre de las víctimas una persona dolorosamente golpeada por esta realidad tan triste.

El simposio además ayudará a poner en práctica las directivas de la carta circular de mayo de 2011, de la Congregación para la doctrina de la Fe, y por ello prefecto de dicha Congregación, el cardenal Levada, dará inicio a este simposio.

Monseñor Charles Scicluna recordó que en la carta circular se pidió a todas las conferencias episcopales que preparen las líneas guía para poder dar una respuesta adecuada a este triste fenómeno, si bien acorde al propio ambiente cultural, y que el simposio ayudará a muchos cuando retornen a su país para concluir el trabajo que ya han comenzado.

Además asistirán “diversos expertos que fueron invitados a hablar de manera que se permita a las Iglesias locales y a las ordenes religiosas que realicen una política clara y eficaz como respuesta al fenómeno de los abusos sexuales a menores”.

En la prevención se apuntará “a la formación, antes de todo, de los agentes pastorales: hablamos de clérigos y también de laicos empeñados como catequistas. Prevención que tiene que nacer en la base: non solamente desde arriba, pero desde la base. Y esta es la cosa más importante. Porque la formación tiene que realizarse también en las familias, en las escuelas, en las parroquias. Cómo detectar comportamientos de riesgo. De qué manera ayudar a los jóvenes a defenderse de la interferencia maliciosa de otros”.

Por H. Sergio Mora

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Siria: nueva oleada de salidas de cristianos de Homs
El éxodo se produce ante la intensificación de los combates
ROMA, viernes 3 febrero 2012 (ZENIT.org).- La Obra de Oriente, una asociación católica francesa de ayuda y beneficencia, deplora una nueva oleada de salidas de cristianos de la ciudad de Homs, en Siria, ante la intensificación de los combates.

“Según fuentes de la Obra de Oriente, el 30% de los cristianos (…) se han visto obligados a partir. Entre lágrimas, abandonan hoy su casa para buscar seguridad. Algunas familias musulmanas también han dejado la ciudad”, precisa un comunicado del 2 de febrero.

“Desde el principio de la semana en Homs, los violentos combates entre opositores al régimen y el ejército se han intensificado. Llegados ayer al paroxismo, produjeron varias muertes entre los civiles y los militares y numerosos daños en el barrio de Boustane al Diwane”, explica la Obra de Oriente.

El comunicado describe los daños: “Impotentes y aterrorizados en sus casas durante varios días, los habitantes del barrio, cristianos y musulmanes, vieron sus casas dañadas, saqueadas o destruidas. La iglesia grecomelquita Nuestra Señora de la Paz resultó tocada y sus vidrieras rotas. En el mismo barrio, las escuelas greco-ortodoxa y la de Raidd Kouzham fueron también dañadas”.

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Patriarca grecomelquita: Vivimos el hoy de Dios
Declaraciones de Gregorio III a su vuelta de El Cairo
ROMA, viernes 3 febrero 2012 (ZENIT.org).- Su beatitud Gregorio III, patriarca de Antioquía y de todo el Oriente, de Alejandría y de Jerusalén regresó de El Cairo donde pasó las fiestas navideñas. A su vuelta a Líbano ha hecho declaraciones sobre la difícil situación que vive el país y los problemas de los cristianos en Egipto.

Interrogado sobre la situación en Egipto, un año después de la revolución popular en la plaza Tahrir, Gregorio III señaló la situación permanece controlada aunque difícil para los cristianos, según informa el Patriarcado grecomelquita católico de Antioquía y de todo el Oriente, de Alejandría y de Jerusalén, en un comunicado de 27 de enero.

“La vida sigue en nuestras escuelas, nuestras instituciones, nuestros centros parroquiales pero tenemos que constatar y aceptar que una nueva oleada de salidas afecta a nuestra comunidad grecomelquita de Egipto. Deploramos la partida de una veintena de familias según el testimonio de los párrocos, que es una cifra muy importante para una comunidad ya reducida a apenas cinco mil personas”, declaró Gregorio III.

“Esta ola de salidas –explicó- golpea evidentemente tanto a las comunidades coptas católicas como a las ortodoxas y se darían también salidas entre los musulmanes”, aunque evidentemente estas últimas que serían minoritarias “no dejan el mismo vacío que en el seno de las comunidades cristianas”.

“Vivimos el hoy de Dios tanto ahora como mañana. Miramos nuestro pequeño rebaño, les amamos, les servimos con nuestra pastoral, nuestras escuelas y cada una de nuestras instituciones. Lo más importante es la pastoral que es, con las escuelas, el pilar de la vida de nuestra Iglesia”, respondió el patriarca preguntado por el porvenir de su Iglesia en Egipto.

En el curso de su visita, Gegorio III presentó sus saludos al patriarca copto ortodoxo Shénouda y al patriarca copto católico, el cardenal Antonios Naguib.

Participó también en la reunión anual de la Asamblea de la Jerarquía Católica de Egipto, presidida por el patriarca copto católico, así como en la puesta en marcha de una asamblea intercristiana propia en Egipto para permitir una mejor cooperación y una mejor visibilidad de las Iglesias de Egipto.

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Arrestado en Nigeria el portavoz de Boko Haram
Tras los atentados que mataron a centenares de cristianos
ROMA, viernes 3 febrero 2012 (ZENIT.org).- Ha sido arrestado el portavoz de la secta terrorista islámica Boko Haram en Nigeria. La detención se produjo a raíz de los diversos atentados contra cristianos protagonizados por esta secta que se saldaron con centenares de muertos y heridos en varias ciudades del país.

Los servicios secretos nigerianos –según informa la agencia Reuters- arrestaron este miércoles 1 de febrero al portavoz del grupo terrorista islámico Boko Haram.

La noticia fue hecha pública por las fuerzas de seguridad, añadiendo que el activista fundamentalista, Abu Qaqa, fue detenido en la ciudad septentrional de Kaduna.

Qaqa fue el artífice de las declaraciones a la prensa tras los violentos atentados del grupo terrorista.

En los últimos meses, lo integrantes de Boko Haram, que quieren imponer la ley islámica en Nigeria, se han declarado autores de una larga serie de actos de violencia y atentados, sobre todo contra los cristianos, para obligarles a abandonar el norte del país africano.

La semana pasada, los extremistas tomaron como objetivo la ciudad norteña de Kano, asesinando a decenas de personas.

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En la escuela de san Pablo...


Descubrir el amor de Cristo y sentir la urgencia de comunicarlo a los demás (Tiempo ordinario 5º, ciclo B)
Comentarios a la segunda lectura dominical
ROMA, viernes 3 febrero 2012 (ZENIT.org).- Nuestra columna "En la escuela de san Pablo..." ofrece el comentario y la aplicación correspondiente para el 5º domingo del Tiempo ordinario.

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Pedro Mendoza LC

"Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe. Y ¡ay de mí si no predicara el Evangelio! Si lo hiciera por propia iniciativa, ciertamente tendría derecho a una recompensa. Mas si lo hago forzado, es una misión que se me ha confiado. Ahora bien, ¿cuál es mi recompensa? Predicar el Evangelio entregándolo gratuitamente, renunciando al derecho que me confiere el Evangelio. Efectivamente, siendo libre de todos, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más que pueda". 1Cor 9,16-19

Comentario

En este pasaje de la carta a los Corintios podemos asomarnos al interior del corazón de san Pablo para ver cuáles son los motivos que dirigen su vida y su celo apostólico en la predicación infatigable del Evangelio. Como ratificará en otra de sus cartas a esta misma comunidad, el motivo fundamental de todo su dinamismo apostólico y de todos los sufrimientos que abraza es el amor de Cristo que ha experimentado personalmente y que lo impulsa a entregarse sin reservas a los demás para que lo conozcan y participen de ese mismo amor (2Cor 5,14). De ningún modo ha querido recurrir al derecho del sostenimiento económico por parte de esa comunidad evangelizada por él. Pero ¿por qué insiste tanto en esta excepción de su conducta? Si se opone radicalmente a ello es para evitar a toda costa que la comunidad considerase su labor apostólica "interesada" por eventuales compensaciones humanas y económicas. Así lo dejó indicado anteriormente: "nunca hemos hecho uso de estos derechos. Al contrario, todo lo soportamos para no crear obstáculo alguno al Evangelio de Cristo" (1Cor 9,12).

San Pablo en este pasaje va más allá del motivo anterior. Ahora deja entrever otro, más personal, que está en relación con el origen de su vocación: su encuentro con Cristo en el camino de Damasco. El Apóstol reconoce que para él anunciar el Evangelio como los demás apóstoles y evangelistas sería demasiado poco. Él siente un deber en conciencia muy grande, puesto que él había intentado en otro tiempo destruir la Iglesia. Pero en ese entonces Cristo tomó la iniciativa de salirle al encuentro, revelándosele personalmente y haciéndole experimentar su amor para con él. Hasta tal punto caló esta experiencia de Cristo en el Apóstol que llegó a apoderarse totalmente de él. Por ello, se siente obligado, entregado, hipotecado al Señor, en una forma que supera toda medida.

Es de este modo como pueden entenderse los términos paradójicos que utiliza san Pablo para expresar su entrega a Cristo y a su misión evangélica. Recurre a la palabra "deber" o "necesidad", sin pretender decir que no lo haga con total libertad y de todo corazón. Lo que sucede es que el Apóstol lo siente de tal modo, que no puede hacer otra cosa sino entregarse a la tarea misionera con libertad total. Cualquiera que sea el sentido de este impulso o necesidad, es claro que san Pablo no piensa en algo contrario a la libertad. Más aún tal libertad llega a su plenitud en esta necesidad. Ahí está el núcleo y el contenido más hondo de la libertad. Esto quiere decir que el hombre plenamente libre es necesariamente atraído a amar aquello que reconoce merecedor de toda la fuerza de su amor y de toda su entrega: en definitiva, Dios. Encontramos un ejemplo similar en el mismo Cristo, en quien se refleja este misterio en la unidad de su obediencia y amor. Él puede hablar de la obligación que le ha sido impuesta; pero la acepta total y plenamente, con la misma certeza con que se sabe Hijo: "Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente" (Jn 10,17-18a).

El "¡ay de mí!" de san Pablo no indica una amenaza que él experimentara desde fuera, sino desde dentro, y por eso se siente como obligado a realizar su misión. Nos resulta chocante escuchar al Apóstol afirmar que no anuncia el Evangelio voluntariamente. De ahí la necesidad de captar bien lo que dice expresándose de forma tan osada. Aquí, en efecto, la verdad se encuentra no tanto en los conceptos, que pueden siempre sopesarse con mayor precisión, sino más bien en ese impulso desbordante en él desde lo más íntimo de su ser, que supera todo límite y, como es propio del amor, tiene como medida ser sin medida.

"¿Cuál es entonces mi recompensa?", se pregunta san Pablo. ¿Cómo debemos entender esta palabra "recompensa" enlazada con la anterior, "gloria", y que se repiten más adelante (9,17 y 18,15.16)? La "gloria" no es para el Apóstol, como para los hombres de su tiempo, algo tan extrínseco como ha llegado a ser para nosotros. La gloria es, en primer término, el testimonio íntimo de la buena conciencia. El hecho de anunciar el Evangelio no le da al Apóstol derecho alguno a ufanarse. No hay, por tanto, aquí nada sobre lo que pueda fundamentar la certeza de su obediencia sin reservas y de su entrega sin límites. Y, por lo mismo, nada tampoco que merezca "recompensa". Que san Pablo espera una recompensa es algo tan natural y evidente como su esperanza de la vida eterna. Y la recompensa es Dios mismo. Es, pues, una recompensa que está muy alejada de todo cálculo. Para el Apóstol su recompensa es también la misma gracia de poder ser instrumento de Dios para comunicar el Evangelio a los demás, y acercar así el mayor número de hombres a la experiencia del amor de Cristo. Por eso su renuncia al derecho a la recompensa se convierte en una parte de su comportamiento total: él libre de todo, se hace esclavo de todos. Ésta es su norma de vida, libremente elegida.

Aplicación

Descubrir el amor de Cristo y sentir la urgencia de comunicarlo a los demás.

Continuamos nuestro recorrido de la vida pública de Cristo, esta vez viendo cómo Él viene al encuentro de las personas que sufren, de las personas que padecen alguna necesidad física o espiritual, como nos relata el Evangelio. La primera lectura nos presenta la figura de Job quien, con la permisión de Dios, es duramente probado en su integridad física y espiritual. San Pablo nos ayudará a descubrir que su entrega apasionada a su misión brota de la experiencia del amor de Cristo y de ahí la urgencia que le impulsa a hacer partícipes del mismo a todos los hombres.

Situaciones como las que nos presenta la lectura tomada del libro de Job (7,1-4.6-7) nos ayudan a tomar conciencia de lo que significa el torbellino de sufrimientos y de miseria que azota la vida de muchos de nuestros hermanos los hombres. Pero al mismo tiempo son para Dios ocasión de demostrarnos toda su bondad y misericordia para con el hombre que las padece, en particular, cuando éste le abre su corazón y le implora con confianza su intercesión. Dios conoce lo difícil que en ocasiones es la vida para el hombre, pues es una verdadera "milicia" la que tiene que enfrentar sobre la tierra. Pero, por lo mismo, no nos abandona, ni nos deja a merced de las dificultades, al contrario se acerca más a nosotros, siendo buen samaritano para con cada uno de nosotros. Cultivemos y aprendamos a mantener una confianza inquebrantable en Dios en cualquier situación por la que atravesemos en la vida, sabiendo que Él es un Padre que quiere siempre lo mejor para cada uno de nosotros sus hijos.

Esa compasión y bondad de corazón es la que el evangelista san Marcos (1,29-39) nos presenta este domingo, relatándonos el primer milagro de la vida pública de Cristo. Al entrar en la casa de Simón y encontrar a su suegra postrada en cama por la fiebre, Él se acerca a ella, la levanta sosteniéndola de la mano y la cura. El conocimiento de esa bondad de corazón del Maestro de Nazaret anima a todo ese tropel de enfermos a presentarse ante Él para que deposite también sobre ellos esas muestras de su amor. Como esos enfermos que acuden a Cristo, también nosotros estamos llamados a descubrir nuestras enfermedades sin temor y a presentárselas llenos de confianza, sabiendo que Él ha venido no para condenar sino para salvar, que Él ha venido a buscar la oveja perdida y que Él quiere por encima de todo que gocemos de su amor y de su felicidad.

Como nos refiere el pasaje de la prima carta a los Corintios (9,16-19), ya comentado, la entrega a la misión por parte del Apóstol brota de la experiencia del amor de Cristo para consigo mismo personalmente y para con cada uno de los hombres. Sólo quien se reconoce destinatario de esa bondad del corazón de Cristo siente al mismo tiempo la urgencia de corresponderle, saliendo al encuentro de todos esos hermanos nuestros que tienen necesidad de experimentar ese mismo amor en sus vidas, en particular en los momentos de mayor tribulación. Como el Apóstol, dejemos también nosotros que el amor de Cristo inunde nuestras vidas y seamos para los demás canales para encontrar este amor de Cristo en sus vidas.

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