3.02.12

Y los lefebvristas dijeron no

A las 8:47 PM, por Luis Fernando
Categorías : Papado, Anti-magisterio, Actualidad

 

¿A alguien le extraña que Monseñor Fellay haya dicho que no pueden aceptar lo que la Iglesia Católica les ha pedido que acepten? A mí no, desde luego. Hay cosas que no cambian por mucha buena voluntad que se quiera poner en ello. Y el lefbvrismo lleva décadas empeñado en que el Concilio Vaticano II se opone a la doctrina católica en cuestiones como el ecumenismo y la libertad religiosa. Y ante la posibilidad de interpretar los textos conciliares conforme a la tradición, no aceptan de ninguna de las maneras que el Catecismo sea el instrumento que marque dicha interpretación.

Se confirma que la división entre la Iglesia y los lefebvrianos es de carácter doctrinal. Lo cual les situa prácticamente en el mismo lugar que los protestantes, aunque obviamente las diferencias doctrinales entre católicos y lefbvristas son menores, y todavía menos graves, que entre católicos y protestantes. Pero son lo suficientemente importantes como para que los lefebvrianos digan no a lo que Roma les ha pedido que acepten.

No hace falta ser doctor de la Iglesia para entender que cuando un grupo afirma no estar de acuerdo con la doctrina que la Sede Apostólica propone como católica, está reconociendo implícitamente que no está en comunión con el Papa ni acepta su plena autoridad doctrinal y pastoral. El lefebvrismo pretende erigirse como verdadero intérprete de la Tradición y defensor del depósito de la fe, aunque ello le lleve a enfrentarse doctrinalmente al Vicario de Cristo y la Santa Sede.

No sé bien qué hará la Santa Sede ante esta negativa de los lefebvrianos. Puede que se considere que los puntos de divergencia doctrinal no sean lo suficientemente graves como para negar cualquier condición católica a la SSPX. Pero el principio de “no acepto la doctrina que Roma pide que acepte” es en sí mismo incompatible con dicha condición.

Acabo este post citando al Papa santo que da nombre a la SSPX:

“No permitáis que vosotros mismos seáis engañados por las taimadas declaraciones de aquellos que persistentemente claman que desean estar con la Iglesia, amar a la Iglesia, luchar para que la gente no salga de ella… sino juzgarlo por sus obras. Si ellos desprecian a los pastores de la Iglesia e incluso el Papa, si intentan por todos los medios evadir su autoridad para eludir sus directivas y juicios… entonces, ¿de qué Iglesia hablan esos hombres? Ciertamente no de la establecida sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, con Jesucristo mismo como la piedra angular” (Ef 2,20)

Sigamos pidiendo al Señor que se produzca la reconciliación.

Luis Fernando Pérez Bustamante